«Herejes son una manera de gente loca»
“Herejes son una manera de gente loca que se esfuerza por escatimar las palabras de Jesucristo, y darles otro entendimiento distinto de aquel que los padres santos le dieron y que la iglesia de Roma cree y manda guardar. […] Dignidad ni oficio público no debe tener el que fuere juzgado por hereje, y por ello no puede ser papa ni cardenal ni patriarca ni arzobispo ni obispo ni puede tener ninguna de las otras honras y dignidades que pertenecen a la iglesia. Otrosí decimos que el que fuese no puede ser emperador ni rey ni conde ni duque ni debe tener ningún oficio ni lugar honrado de aquellos que pertenecen a señorío seglar. Y aun decimos que si fuere probado contra alguno que es hereje, que debe perder por ello la dignidad que antes tenía”.
Alfonso X el Sabio, Siete partidas, siglo XIII
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No hace falta volver a inventar la rueda a cada rato. Los cristianos de hace ocho siglos ya sabían dos cosas que, de alguna forma, parece que hemos olvidado.
En primer lugar, que la herejía deforma las palabras de Cristo y es una especie de locura, porque abandona la verdad y la sustituye por errores y absurdos varios, ya se llamen arrianismos, protestantismos, gnósticismos o modernismos. Las herejías no son algo sin importancia ni mucho menos riquezas y los heresiarcas no son testigos del Evangelio. Aquellas son locuras y disparates y estos son los disparatados que las difunden.
La Iglesia, por lo tanto, no puede dejar de predicar el verdadero Evangelio a esos que lo han abandonado por doctrinas novedosas y extrañas, para que se conviertan a la verdadera fe y abandonen su locura, por mucho que esa predicación suene intolerante y poco pluralista a oídos modernos. Si en lugar de defender la cordura, contemporizamos con la locura y damos a entender que una y otra en esencia son lo mismo, terminaremos todos locos, es decir, sin fe.
En segundo lugar, los cristianos medievales sabían también que es un suicidio tener como sacerdotes, religiosos y obispos a personas que no comparten la fe católica. No hace falta explicar esto, porque es de sentido común. En el último medio siglo, sin embargo, el sentido común parece haberse ido de vacaciones en la Iglesia y todos hemos visto a multitud de clérigos afirmar herejías y tonterías públicamente, sin consecuencias ni apenas reacción por parte de sus superiores, más allá de recompensarlos con buenos puestos y con la impunidad que les permite seguir extendiendo su locura en nombre de la Iglesia.
¿Cómo no van los hombres a abandonar la Iglesia por millones? Si locura y cordura son lo mismo, que cada uno elija la locura que más le satisfaga y santas pascuas. ¿Por qué nos extrañamos de que el mundo se esté volviendo loco? Si en la Iglesia, cuya misión es defender la cordura que viene de Dios, los locos son honrados como si estuvieran cuerdos, será que la cordura de la fe estaba sobrevalorada y, al final, el mundo tenía razón.
Gracias a Dios, por mucho que coqueteemos con locuras y mundanidades, seguimos teniendo la voz de los que nos precedieron en la fe, como el rey Alfonso X el Sabio, para que nos recuerde tantas cosas de sentido común que hemos olvidado.
125 comentarios
En tiempos pasados la predicación incluía la doctrina toda y no se hacía énfasis en nada en particular como si aquello fuera el núcleo sobre lo que pivotara todo, excepto, claro está, Jesucristo.
Hablar de Jesucristo es hablar de la sustancia de nuestra Fe, junto con el Padre y el Espíritu Santo, y por eso los medievales pintaban el Pantócrator. La Misericordia aparecía cuando tenía que aparecer, la liberación tenía otro sentido y el Amor era la Caridad porque ese es el Amor del que nos habla Jesús, pero también tenían su sitio los Novísimos, la Justicia (que es un atributo de Dios), el pecado del que vino a liberarnos, la Santidad a la que estamos llamados, y todo ello siguiendo los Evangelios y el ciclo del calendario litúrgico.
Cuando se hace énfasis en un aspecto en particular olvidando lo demás es casi seguro que, como dijo Chesterton, nos encontremos ante alguna herejía.
Escribió una obra científica e historigráfica impresionante además de lanzar el primer cancionero a la Virgen Santísima. Seamos deportivos y misericordiosos y no lo comparemos con otros reyes que hemos conocido.
No obstante, hace falta mucha erudición y modestia como tengo yo, para saber que su calificativo de "el sabio" le viene dado por haber fundado en 1256 una villa preciosa en el corazón de Guipuzcoa A PETICIÓN DE LOS LUGAREÑOS QUE QUERÍAN VOLUNTARIAMENTE FORMAR PARTE DE LA CORONA DE CASTILLA.
50 años antes que Bilbao. Chincha rabiña.
Tardaron varios años en removerlo, pero no de una forma contundente dejando claro el motivo y llamando al orden al sujeto, sino poniendo otras excusas ajenas. Como si les diera apuro ir de frente y meterlo en vereda. ¡Cobardes! De hecho sigue dando clases en un colegio concertado. ¡Jesús! Es vergonzoso que unos simples estudiantes velaran más por la doctrina eclesial que nuestros mayores diocesanos.
Es un simple ejemplo, pero conozco más. Así que, visto lo visto, no doy un duro por la integridad doctrinal de ningún obispo, vicario episcopal o similar. Y curas.... Es otro cantar. Pocos, muy pocos. Lamentable. Así nos va si se bebe de fuentes envenenadas.
"la relación entre herejía y locura que da que pensar. Chesterton decía que un hereje era alguien que tenía una parte de verdad y se aferraba a ella negando todo lo demás"
Muy buena la observación, porque Chesterton también decía que el loco no es el que pierde la razón, sino alguien que ha perdido todo menos la razón, de manera que queda encerrado en el pequeño círculo de su razón y no puede hacer más que dar vueltas y vueltas a las mismas ideas obsesivas. Lo mismo les sucede a los herejes, que se han encerrado en un pequeño círculo alrededor de una parte de la fe y no pueden salir de ese círculo para ver la amplitud maravillosa y sobrecogedora de la fe católica entera.
"Los herejes no pueden ser ni sacerdotes, ni obispos... NI PAPAS."
Queda bien claro que sí pueden... La expresión correcta sería: "no deben".
Chesterton, El hombre eterno, 1548 y 1533.
He aquí una de D. Ramón Gómez de la Serna:
«Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte»
y compárala con esta:
"La poesía es una mentira suprimida y mermelada que se vuelve foca"
y enseguida verás la diferencia..
Dices: Soy una niña.
y te contestan: Bueno, si te sientes así...
Pero si se te ocurre decir:
Soy la Madre Teresa de Calcuta
te contestan:
¡Venga ya!
Una actitud que se describa como "Todos son herejes menos yo" ¿ No sería un poco herética ?
Arrio fue condenado en el I Concilio de Nicea y hasta entonces no fue formalmente hereje, pero el pueblo llano vio una herejía peligrosa su insistencia en que Jesucristo no era Dios y muchos no le creyeron. ¿Tenían que haberlo hecho, según tú? ¿Quién era el pueblo llano para decirle a Arrio si Jesucristo era Dios o no teniendo en cuenta que era un teólogo?
Por lo visto aquí nadie es nadie para decir nada.
Podríamos añadir a la conversación de besugos anterior lo siguiente:
"Yo no creo que Jesucristo fuera Dios".
"Pues si usted opina eso bien está. ¿quién soy yo para enmendar la plana a sus opiniones?
Claro que todos somos alguien para decir lo que pensamos, pero la opinión de cada uno es para sí mismo y sus dependientes. No sé qué tan cierto es que el Papa Juan Pablo II desaconsejó la veneración de santos prendiendo velas ante sus imágenes, haciéndoles altares y celebrando rezos en su honor, pero es una tradición que muchos hogares conservan, afortunadamente para mi gusto, pero ¿ Es herética la práctica ?
Gracias por sus respuestas, África, que Dios le dé a usted un año muy gozoso y a nosotros nos conceda compartir con usted su sabiduría con ese no tan sutil toque de autosuficiencia, o soberbia dicen, con que usted adereza sus escritos, pues quien sabe, sabe, y tiene derecho y deber de sostener su criterio. El Evangelio dice que una lámpara no se prende para taparla bajo un mueble.
Oiga, mi criterio vale muy poco en cuanto se salga un ápice de la doctrina.
El pensar que un rey medieval no podía decir nada sobre los herejes o que un Papa diga algo sobre la costumbre de poner velas a los santos y mezclarlas con otros asuntos, como las herejías, indica confusión.
¿ Ve cómo las opiniones "del común" también valen ?
Se dice que los antiguos hebreos no podían acatar plenamente los más de 600 puntos de su ley, entonces menos que podamos los católicos con todos los más de 2800 puntos de nuestro Catecismo. Tal vez todos somos herejes en algo, pero todos, no todos menos uno.
Todos no somos herejes en algo, es hereje el que niega una verdad de peso como Lutero, Arrio o Pelagio, que va contra la doctrina, pero si a ti te parece que la paciencia no es una virtud sería difícil considerar que seas hereje. La Paciencia está considerada como Virtud Cardinal y aparece en el Catecismo, no es una de las cuatro principales, pero es Virtud. Ahora no conozco a ningún hereje que sea considerado como tal por decir que la paciencia no es virtud. Así que los 2800 puntos del Catecismo tampoco tienen la misma importancia porque las Virtudes Cardinales son morales y dependen de las Teologales, cuya negación sí constituiría herejía.
De forma parecida los católicos podemos acatar todos los puntos del Catecismo, aunque pequeños infringiendolos siete veces al fia. Se puede creer sienpre pero ser incapaz de actuar cobforme esa creencia de forma perfecta.
Los "herejes" de hoy (40%) se preguntan por la musica sacra, el celibato, el bautismo de adultos, el divorcio...
Los "apostatas" de hoy (otro 40%) se preguntan por la existencia o no existencia de Dios entre otras cosas.
Se conoce parte de la doctrina pero se discrepa. Hay verdaderas asociaciones de agnosticos y ateos.
Por donde empezar a evangelizar? Quizas por anunciar a Cristo resucitado como hacia Osoro. El evangelio diario es un buen comienzo con su cultura cristiana basica. El catecismo es un poco avanzado.
Sin duda, África. Por eso entrecomillaba la palabra locura. La ideología de género, el feminismo radical, todo lo que acompaña al movimiento LGTBero es una pura locura, un desquiciamiento absoluto, como nunca antes la humanidad había conocido. Ya no es que se vaya contra la propiedad privada, el libre mercado, la monarquía o contra la fe religiosa: se lucha contra la realidad misma. Como bien señaló Benedicto XVI, hoy el hombre postmoderno, nihilista y ateo, ya no lucha contra Dios como entidad, sino en sus actos, contra sus actos: se niega la Creación, que en términos laicos se diría que se lucha contra la naturaleza, contra el ser de las cosas. Ya no cabe mayor negación. Estamos ante el último escalón de la destructividad humana: la nada última que queda cuando todo ha sido destruido. En esas estamos hoy.
Si algo caracteriza la locura es la capacidad que la persona psicótica posee para vivir en un otro mundo que su mente concibe, y que sólo existe en ella. Los delirios son pensamientos fantásticos que concibe su imaginación enferma ("el mundo me persigue", "he de redimir al mundo de su maldad"...); las alucinaciones son percepciones sensoriales que no existen (oír voces que les ordenan cosas o que les insultan o humillan; ver objetos, personas o escenas que no existen; sensaciones olfativas intensas irreales; sentirse tocados sin que nada ni nadie se halle a su alrededor...); una absoluta alteración de la sensación temporal (pueden hablar de algo que les ocurrió hace cuarenta años como si acabara de pasar unos momentos antes); una anulación, por tanto, de su voluntad totalmente a merced de sus delirios y alucinaciones. Un varón que se dice que es mujer, o vicerversa, es una persona que necesita ayuda, pues está muy enferma. Como los locos, necesitan alterar profundamente la realidad (negarla, fundamentalmente) para sentirse menos amenazados por ella. ¿Qué hay en el mundo afectivo de un chico para sentirse chica, para desear sentirse chica, para querer ser una chica, para huir de su propia virilidad? ¿Por qué un chico constitucionalmente bien formado y sano no se siente atraído por el sexo opuesto? ¿Cómo se observa a sí mismo; cómo observa al otro sexo?, ¿qué fantasías anidan en su mente y en su corazón para evitar su propia naturaleza hasta ese punto? Bien, la psiquiatría, el psicoanálisis, y las diversas escuelas de psicoterapia introspectiva se dedicaron durante décadas a explorar este mundo del psiquismo abiertamente psicopatólogico. Ya no es posible, pues por razones en absoluto científicas, sino puramente ideológicas se ha sancionado como normal toda esta locura que precisa de curación, de consuelo, de apoyo y de acompañamiento. El nihilismo deja al ser humano abandonado a su suerte, a su muerte, a su dolor. Y lo hace, como hacen todos los locos, negando su propia realidad.
Sin duda, vivimos en una sociedad muy enferma; es más, muy psicótica. Y los movimientos políticos, ideológicos y culturales que antes he citado son la muestra más preclara de ello.
Por ello decía que, en un mundo así, tan destruído, creer en Dios, creer en el ser de las cosas, creer en la naturaleza, en la esencia y en la existencia, es, para ellos, de locos.
"Pero entre los insectos alados que marchan sobre cuatro patas comeréis aquellos que tienen más largas las de atrás para saltar sobre la tierra. He aquí de entre estos los que comeréis: toda especie de langosta: de solam, de jargoí, de jagab, según las especies. Todo otro volátil de cuatro patas lo tendréis por inmundo y comiéndolos os haréis inmundos". (Lev. 11, 21-23).
Es decir San Juan comía lo que era kosher estrictamente ¿Qué tiene esto que ver con el Catecismo? No conozco a ningún monje cristiano sujeto a estas restricciones gastronómicas.
La salud mental, la madurez si se quiere, implica poder afrontar, aceptar y asumir la realidad como es. Es cierto que cuando la realidad por razones excepcionales es muy dura, la persona puede desestabilizarse psíquicamente de un modo más o menos grave (que se lo digan ahora al personal sanitario, por ejemplo; o a los soldados en el frente de batalla, sometidos a una tensión infinita sin descanso). Pero en condiciones normales, el alma humana está preparada para poder manejar la realidad de las cosas. Las personas que, para vivir, necesitan alterar la realidad misma, y cuanto más tanto peor, necesitan ayuda, necesitan recobrar la fuerza que perdieron o que nunca pudieron adquirir, porque, fuera de condicionamientos genéticos que aún no se han descubierto, vivieron sus años de formación y de mayor vulnerabilidad como el infierno de los soldados adolescentes que ven a sus compañeros morir reventados por la metralla. Pero para negar ese dolor, no podemos transformar la realidad para satisfacer lo que debe ser superado, no promocionado. El miedo a la vida lleva siempre a la muerte; no a una nueva vida. Y no podemos dar por bueno nunca que sea la muerte, la mentira, el error la mejor opción.
Y se está generalizando la idea de la locura de tal modo que ya aparece por todas partes. Acabo de comprarme el último libro de Remi Brague y ¡Oh, casualidad! se titula: "Manicomio de verdades". La contribución del cristianismo ha permitido a la progresía su utilización para bautizar la barbarie con barniz procedente de la teología cristiana. Una cosa es que haya muerto Dios, pero sirven las palabras. Nadie dice que matar nasciturus sea volver a la época de los espartanos ni que ultimar enfermos terminales sea tampoco lo mismo que la práctica de los esquimales de abandonar a aquellos que perdieran los dientes de tanto mascar cuero en medio de la nada helada. ¡Qué horror! Lo que ahora se hace, después de 2.000 años de cristianismo, ya no es lo mismo sino que es misericordia, es evitar el sufrimiento. Para eso sí se sirven del cristianismo, para no mirar lo que hacen desde el punto de vista cruel de un espartano o un esquimal sino con la dulzura de un cristiano.
Han tenido que modificar el Juramento Hipocrático para que cuadre con la visión actual de las cosas, ya que la idea que tenía Hipócrates, que era un pagano, de la medicina solo curativa ya no encaja.
Los locos han perdido la razón, el juicio, y hacen y dicen cosas movidos por su enfermedad. Pero la manera de locura de los herejes los pone al servicio del Maligno, bien porque han perdido la fe y, seducidos por el padre de la Mentira, buscan novedades con que servirle y envenenar al Pueblo de Dios, bien porque se adueña de ellos un odio a la Verdad y a la Fe que les lleva a negar cuanto afirman los fieles en el Credo y toda la Revelación divina. Se divierten además despreciando e insultando a los clérigos y laicos que siguen firmes en la fe. Los herejes no son tanto víctimas de una enfermedad mental como propagadores de enfermedades religiosas y morales contra los débiles e ignorantes que somos mayoría.
Tus artículos han sido leídos por muchos millares de personas, entre ellos a buen seguro millares de sacerdotes y obispos y salvo los blogueros de infocatólica y Monseñor Barriola, ninguno suscribe tus palabras. Qué duro es estar cuerdo en la Iglesia.
La Iglesia de la obediencia a Cristo, por pequeña que esta sea, ¿no podría movilizarse contra el suicidio de tener como sacerdotes, religiosos y obispos a personas que no comparten la fe católica? ¿No tiene derecho a oponerse a esta manera de locura que ha arraigado? ¿No debería defenderse de los que campan a sus anchas pisoteando el Sagrado Cuerpo de Cristo?
La gente en los manicomios no está mucho peor...
De ahí el título del libro de Brague: "Manicomio de verdades". La palabra Caridad no cuela, pues se cambia por Amor que es polisémica; la culpa interesa, pues se acepta esa palabra, lo mismo que perdón, pero no propósito de enmienda ni absolución.
No es que yo no me hubiera dado cuenta del tejemaneje, que años tengo, pero resulta más claro si lo ves reflejado en personas más preparadas que una misma y con más capacidad de análisis y para eso hay que leer.
En tiempos de Arrio el mundo estaba en construcción y ahora está en derribo.
“A diferencia de la escisión de la Reforma en el siglo XVI y del vaciamiento producido luego en el siglo XVIII, se ha perdido ahora un fundamento aún más profundo: la verdad, la idea de verdad. Tropezamos aquí con un punto decisivo. Es preciso que la cuestión de la verdad, de la única verdad, vuelva a ser la aspiración central de la humanidad si no queremos que nos devore el caos”.
A esto creo que te refieres y, ciertamente, lo que se cierne en estos momentos no es la herejía sino el caos. Cada herejía era un asalto a la verdad que resistía, pero la confusión es algo que hacía temblar a los antiguos, mucho más sabios que nosotros. Tanto los israelitas como los griegos, cada uno a su manera, consideraban la confusión como el peor de los males: "Confunde, Señor, a mis enemigos", decía el Pueblo de Israel, y los griegos: "Cuando los dioses quieren destruir a alguien primero le vuelven loco".
En estos momentos la confusión, ofuscamiento o locura se considera el estado ideal y si alguien trata de encontrar un orden en ese caos se le considera intransigente, rígido o "ultra". Ciertamente todo apunta a eso.
Y así todo.
para edificar la NUEVA EDAD DEL REINO. No es decisión menor DECRETAR LA DEFUNCIÓN DEL MUNDO MODERNO, lo hacemos cada vez que ORAMOS QUE VENGA EL REINO. Es deber celebrar un REQUIEM SOLEMNE de gratitud a Dios por haber permitido que la humanidad cruzara las edades, civilizaciones e imperios, hasta alcanzar el tiempo de la SALVACIÓN y con ella, el REINO FUNDADO POR CRISTO. Podemos y debemos cerrar el pasado, del que "no quedará recuerdo, ni se lo traerá a la memoria" (Apocalipsis), “Yo anuncio cosas nuevas antes que sucedan” (Is 42,9). Nada puede oponerse, ni la ciencia, técnica, política, economía, medios de comunicación, logias masónicas, y demás fruslerías creadas por el demonio. Por otra parte, ni los rollos de Alejandría, ni los pergaminos del Mar Muerto, ni los códices medievales, ni todas las bibliotecas juntas actuales pueden añadir una IOTA a la SABIDURÍA Y PODER que irradia la AURORA DE MARÍA. El demonio se retuerce de odio al ver sus tinieblas disipadas por la LUZ DE LA GLORIA DE CRISTO que incendia el mundo, lo TRANSFIGURA, lo conduce al curso inaudito de la ETERNIDAD. Que sea proclamado como LÁPIDA FUNERARIA sobre las puertas del infierno para ignominia de los demonios.
Bueno, mujer, por que no sea original tu comentario, no deja de ser muy agudo. La inteligencia no es sólo la capacidad para resolver problemas, sino para enlazar realidades que parecen separadas (por eso se resuelven esos problemas). Y en ello, puede haber originalidad o no. Hay gente que lee y lee mucho sin gran aprovechamiento, pues bien lee autores que no merecen la pena, o bien no saben relacionar los datos que comienzan a conocer para formarse un juicio acertado de lo que pretenden estudiar. Y, desde luego, tú lees con aprovechamiento.
En cuanto a la culpa, su naturaleza y su utilización, diría que es un tema infinito. No es cuestión de ponernos aquí a hablar de ello siquiera someramente. Que en estos tiempos de miseria moral la culpa siempre es de otro, es un recurso evidente. La personalidad madura se caracteriza, entre otras cosas, en saber reconocer su falibilidad, sus tendencias al mal, su debilidad. De otra forma nadie podría confesarse. Tal vez por ahí pase una de las razones de la decadencia en la práctica actual de este sacramento.
Tú eres vasca y de una generación anterior a la mía; por ello, tal vez te pille lejos aquello de la movida madrileña de los ochenta. Yo soy de Madrid, y de la generación a la que nos estalló en plena cara esa movida (a mí me estalló más bien la adolescencia); de hecho, pertenezco a la misma quinta de ese peculiar personaje que se hace llamar Alaska, con la que no me une nada más que la pertenencia al género humano. Bien, pues había una canción que hasta a mí me gustaba, cuyo estribillo decía que "La culpa fue del Cha-cha-chá./ Sí, fue del Cha-cha-chá,/ que me volvió un caradura,/ por la más pura casualidad."
Pues eso, ahora la culpa es del Cha-cha-chá...
En el mundo de las ideas y las palabras que las transmiten empiezas oyendo algunas en boca de tus abuelos o tus padres que luego dejan de oírse, tú utilizas otras en tu juventud que también dejan de oírse, llegan palabras nuevas y se quedan obsoletas y, cuando tienes edad para reflexionar, percibes las razones del cambio.
Las virtudes morales desaparecieron en Europa después de la IGM, pero, como España se libró de esa guerra y no hubo trauma, siguieron utilizándose sin que te dieras cuenta de su obsolescencia. Para Chesterton, que murió en 1936 y era inglés, las virtudes ya se habían vuelto locas pero yo, que nací en España en 1944, todavía las conocí cuerdas y, de repente, desaparecieron. Pero, para cuando esto ocurrió, yo ya había sido educada en ellas sin saber que estaban muertas. De esta forma cuando pude ver el "Ordo Virtutum" de Santa Hildegarda de Bingen, que supongo será un mamotreto medieval oscuro para casi todo el mundo, yo las reconocí por el eco de la voz de mis abuelos. Tal reconocimiento me supuso un escalofrío porque no me imaginaba yo hasta que punto habían pervivido en sociedades católicas apartadas del mundo teniendo en cuenta que esta Santa es del S, XII. No es que en el "Ordo Virtutum" aparecieran las mismas virtudes que yo había aprendido, pero me sonaron como si fueran parte de mi educación y del depósito de la Fe.
Al nacer en pleno Concilio Vaticano II, durante los últimos días del papado de Juan XXIII, a mí ya me pilló de lleno el postconcilio y todo lo que eso trajo. Lo de la educación en las virtudes me suena a música celestial. Y mis abuelos, por desgracia, no nos hablaban de esas cosas.
Cuando me convertí, hace cerca de 30 años, más o menos la mitad de mi vida, comencé a acercarme a la Sagrada Escritura y a leerla de forma sistemática, a las encíclicas del entonces papa, Juan Pablo II, a leer historia de la filosofía y filosofía tomista de la mano de Étienne Gilson, de Manser, de Sertillanges, de Edith Stein, y descubrí una belleza maravillosa, a pesar de mis limitaciones y de mi autodidactismo. ¿Cómo es posible que no me hubieran enseñado toda esa preciosidad? En fin... Doy gracias a Dios por mi conversión.
Por ejemplo, la virtud definitoria de mi abuela fue la Justicia de la que ella no teorizaba, pero cada uno de sus actos iba encaminado a ella, de manera que yo supe desde muy pequeña que el ser su nieta no me daba ninguna ventaja sobre las demás niñas. Tampoco podíamos esperar favoritismos por ser más o menos pelotas, los dos hermanos nos dimos cuenta de ello porque yo le pregunté a mi hermano, cuando ella ya había muerto y éramos adultos, cuál era, en su opinión, la virtud esencial de la abuela y contestó sin pensárselo dos veces: la Justicia.
También debían saberlo sus hermanos porque mi bisabuelo dejó la herencia indivisa entre sus seis hijos y los otros cinco, sin dudarlo, fueron dónde ella para que hiciera el reparto y se conformaron con él.
En la guerra, como era modista, le llevó el ejército las máquinas de coser requisadas a los contrarios, algunos huidos, para que cosiera ropa para el ejército con otro montón de mujeres, y ella las etiquetó, hizo la relación y las devolvió todas cuando regresaron esas familias al final de la guerra aunque algunas eran mejores que la suya.
Que Pía cometiera una injusticia era algo impensable para cualquiera, tanto si era de la familia como si era del barrio. Las virtudes brillan, son como una perla en un lodazal.
Yo no soy psicóloga, al menos profesional, pero en ese campo me he esmerado. Donde otros buscan los defectos, yo busco las virtudes.
Los mafiosos son solidarios o no prosperarían, muchos bandidos también, practican el "hoy por ti mañana por mí" y eso es, exactamente, solidaridad.
Es difícil definir la Justicia, la distributiva suele definirse como la virtud que da a cada cual lo suyo, pero si para ti eso es solidaridad haces desaparecer a la Justicia. Así estamos de perdidos. El no saber definir es un problema.
Lo que podemos entonces revisar, ahora sin temor de incurrir en herejía, es la condición virtuosa de la humildad, elogiada por soberbios pero sufrida por quienes de verdad son humildes, como si la humildad fuese debilidad moral tan grave y peligrosa como la homosexualidad. Ahora muchos padres de familia se alarman cuando perciben rasgos de humildad en un hijo tanto como si ven tendencia homosexual en su personalidad.
También podría revisarse un pecado capital que ahora en este "mundo globalizado y competitivo" ya no debería ser pecado, es la envidia, que bien podría reivindicarse como virtud, lo que se nos dificulta por sugerirnos que no fuimos educados correctamente, pero considerar defecto pecaminoso la envidia pudo ser adecuado para generaciones anteriores, pero no ahora siglo XXI, cuando la envidia ya no es virtud exclusivamente obligatoria para los reyes.
Aquí no cita para nada la solidaridad y dice que la "Caridad todo lo tolera" pero también todo lo excusa, todo lo cree y todo lo espera, por lo tanto la tolerancia es lo de menos, si tomamos esto literalmente la Fe y la Esperanza también dependen de la Caridad o son subalternas de ella. No hay ninguna cita con respeto a la tolerancia como tal virtud, ni el decir todo lo excusa debe tomarse al pie de la letra, ni todo lo cree y todo lo espera hacen referencia aquí a las virtudes Teologales que se refieren a Dios. ¡Ojo, qué hay que saber leer" Este es un Himno a la Caridad y no debemos hacer desprender de ella otras virtudes porque no es así. Aquí no se encuentra lo que tú dices que dijo San Pablo.
Me pregunto si la gente ha aprendido a hacer comentarios de textos en la secundaria o suspendió el examen.
Es un texto que usted escribió, África, acerca de la paciencia, y me ha sido útil y oportuno para exponer dudas, que no sólo yo padezco, acerca de otras actitudes como la humildad y la envidia.
No se me enseño cómo hacer comentarios de textos en secundaria porque yo aprendí a leer, a escribir, a contar, todo, como autodidacta, por eso exhibo algunas falencias.
Fue lo comentado acerca de la paciencia como una piedra lanzada en los pantanos de la filosofía y entré para observar que sucede con otras piedras como la humildad y la envidia.
Falacias, se dice, supongo que quisiste escribir eso. Es difícil escribir para todos, soy maestra de escuela y estoy acostumbrada a hablar según niveles, si los niveles son muy variados el discurso puede no ser comprendido.
La humildad es una virtud cardinal de segundo grado, como la paciencia, la envidia es un pecado capital. La Doctrina Católica no es caótica sino ordenada, el orden se lo debemos a Santo Tomás de Aquino que sistematizó la Doctrina, pero antes de él las virtudes cardinales ya se conocían porque muchas de ellas son de origen griego y aparecen en la "Ética a Nicómaco" de Aristóteles.
Se entiende como contraria a la humildad la soberbia y como contraria a la envidia la Caridad.
A ti te vendría muy bien que alguien te explicara a Aristóteles y a Santo Tomás de Aquino para ordenar conceptos.
No me había dado cuenta que el tema de las virtudes necesitara tanta explicación, tendría que haberme dado cuenta que, una vez abandonadas, son difíciles de explicar. Perdona, Rafaelus.
Ahora bien, la Caridad no puede tolerar lo intolerable ni excusarlo, querrá que esa persona se dé cuenta y pida perdón a Dios, pero nunca que continúe haciendo mal.
"La Caridad no puede tolerar lo intolerable ni excusarlo, querrá que esa persona se dé cuenta y pida perdón a Dios, pero nunca que continúe haciendo mal"
¿Se puede tolerar tener como sacerdotes, religiosos y obispos a personas que no comparten la fe católica? Es tolerable que en el último medio siglo, el sentido común parezca haberse ido de vacaciones en la Iglesia? ¿Se puede consentir que multitud de clérigos afirmen herejías y tonterías públicamente, sin consecuencias ni apenas reacción por parte de sus superiores? ¿Es aceptable que la sagrada autoridad eclesial en vez de apartarlos, los recompense con buenos puestos? ¿Es admisible que se les permita que les permita seguir extendiendo su locura en nombre de la Iglesia con total la impunidad? En esta Iglesia de hoy la falta de caridad es tolerable y bendecible.
Pero si parientes, amigos, rivales o desconocidos sufren percance, me solidarizo con todos en oración y en todo acto a mi alcance, aunque hayan fracasado por vicio, pues en asistir al prójimo incluyo cigarrillo y café. No somos tan buenistas, practicamos caridad en socorro de otros menos favorecidos, y quienes ya están mejor, pues que Dios les bendiga por defenderse tan bien que necesitan que se les auxilie no más que con atenciones que nos debemos entre todos, que también incluyen cigarrillo y café.
Por ejemplo, nos opusimos los pobladores al desalojo de un vecino amenazado por confiscación o embargo, y le apoyamos hasta lograr que se respetara su casa, suntuosa y amplia, donde aún vive; la buena vida es también sagrada, ustedes me entienden.
Gracias por la recomendación de lectura y estudio pero confieso que como bibiófilo tengo tantos libros que temo no poder leerlos todos en lo que me queda por vivir, porque ya tengo mucha obligación de lectura y estudio por trabajo, además de otros deberes de la vida que no son lectura. Así que de Aristóteles y Santo Tomás de Aquino aprendo por las citas que otros hacen de sus obras, y así es como sé de Marx, Lenin, Adam Smith y otros de quienes tengo ejemplares pero no creo que me basta la vida para leerlos y comentarlos. Usted sabe: Si leer es plato fuerte, comentar es postre.
Falencia: Error, carencia, según DRAE.
Creía que estaba hablando con un cristiano pero, como eres autodidacta lo que me estás planteando es que eres autocristiano, y un autodidacta autocristiano solo puede tener un autocontestador por carecer de base común con nadie.
No había oído nunca esa palabra, así que te agradezco que me la hayas enseñado.
El mundo es ahora competitivo y envidioso, para el que las nuevas generaciones deben ser preparadas. Por eso propuse la reivindicación de la envidia como virtud, así como usted expuso su interpretación de caridad ascendente, en favor de quien tiene ventajas, como en el altruismo darwiniano, mientras quienes crecimos educados despues del CVII, aunque por adultos educados antes, fuimos condicionados para caridad descendente, en beneficio de los menos favorecidos.
Gracias como siempre, yo no pierdo tiempo conversando con usted; ya ve: Gracias a usted sé que puedo proponer la humildad como defecto y la envidia como virtud, sin cometer herejía.
Moviendo la máscara: No soy tan autodidacta, fuí educado por padres escolapios y por una familia que supuse tradicionalista pero, por las opiniones que leo en este portal, parece que fue modernista, aunque mis abuelos hayan nacido en el siglo XIX, pues eran muy liberales para la tendencia que aquí predomina; tal vez fueron autocristianos, como San Pablo, quien conoció el Evangelio porque le fue revelado, no por haber compartido con Jesús y los doce.
Gracias por su tiempo.
No, no es a ti. Es a toda la Iglesia. Cuando tú dices lo que escribes tampoco te refieres a mí, ¿verdad? No has hecho nada mal. Al contrario, has dicho grandes verdades. He tomado tu frase porque la he considerado interesante, pero no te involucro en nada. Dices, y creo que tienes razón, que “La Caridad no puede tolerar lo intolerable ni excusarlo, querrá que esa persona se dé cuenta y pida perdón a Dios, pero nunca que continúe haciendo mal".
Después he tomado frases del artículo de Bruno Moreno y me he preguntado si son tolerables las situaciones en la Iglesia que él denuncia: sacerdotes, religiosos y obispos que no comparten la fe católica, falta de sentido común, clérigos que afirman herejías y tonterías públicamente, la recompensa de estos clérigos con buenos puestos. Y respondo que es la falta de caridad en la Iglesia la que hace que sus autoridades sagradas continúen haciendo el mal consintiendo y respaldando estas situaciones. Es decir, comparto y aplaudo que la caridad no querrá nunca que el malvado “continúe haciendo mal”. No voy con ningún hueso a ninguna parte. Tranquilízate.
Rafaelus: "El mundo es ahora competitivo y envidioso, para el que las nuevas generaciones deben ser preparadas. Por eso propuse la reivindicación de la envidia como virtud, así como usted expuso su interpretación de caridad ascendente, en favor de quien tiene ventajas, como en el altruismo darwiniano, mientras quienes crecimos educados despues del CVII, aunque por adultos educados antes, fuimos condicionados para caridad descendente, en beneficio de los menos favorecidos".
Me temo que tu autodidactismo te lleva a conclusiones muy erróneas porque lo que estás poniendo palabras en mi boca que jamás he dicho. Muy al contrario he afirmado que la solidaridad NO es Caridad ni ascendente ni descendente y proponer que la envidia sea una virtud es una locura que no se les ha ocurrido ni a los comunistas.
En el principio del comunismo existe, desde luego, envidia soterrada pero la envidia es para la Iglesia un pecado capital y para los demás algo tan miserable que jamás admitirán tal cosa como un valor. En eso eres más progresista que los progresistas. El progresismo actual compite con la Caridad cristiana con los "valores" de tolerancia y solidaridad, pero ni por pienso se les ocurriría decir que la envidia es un valor porque, como son más listos que tú, advierten que alentar la envidia es suicida. Lo que alientan es una doble moral de "porque tú te lo mereces" y la cantinela de los pobres, pero ¿la envidia como virtud? ni a Stalin se le ocurriría puesto que su propio puesto podría haber saltado por los aires. Me imagino a Kaganovich, perro de presa de Stalin, envidiándolo todo el tiempo y maquinando quitarlo de en medio, si Stalin confiaba en él es porque era de los únicos que se conformaba con un puesto secundario. La seguridad de Hitler radicaba en que nadie le envidiaba porque todos admitían su indiscutible liderazgo.
¿ Ve usted qué útil y justiciera es la envidia ? Por su debilidad y ausencia el mundo soportó a Stalin y a Hitler, con todas sus consecuencias. Mucho antes pudo más la envidia de Isabel II de Inglaterra que la caridad de Felipe II de España.
Por eso USA es como es y está como está entre las naciones, gracias a la envidia, virtud por la que los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos.
Deberíamos pensar en grande, aunque parezca locura y nos avergoncemos.
En mi familia había un envidioso de libro - digo había porque ha muerto (q.e.p.d) - y con maquinaciones consiguió casi toda la herencia de cualquier parte que puedo meter mano, pero eso no le satisfizo porque siempre había alguien que tenía más que él, fuera de una clase o de otra, ya que el envidioso no lo es solo con respecto a la economía sino a todo y todo no pudo conseguir. Por ejemplo: no puedo subir tanto como para hundirnos a los demás y eso para un envidioso es un fracaso. es doloroso quedarte con todo y que, aún así, los demás salgan adelante.
Pero la envidia es muy perjudicial para el envidiado más que para el envidioso, que va por la vida estropeando la felicidad de otros que se conforman con la creencia de que el envidioso es infeliz aunque no sufra más penas que las que todos sufrimos. Reprender el rencor, sea por caridad o compasión, sea por comodidad mental y hedonismo, sin esperar castigo para el envidioso ni retribución propia, es la salida fácil para el envidiado que deja impune al envidioso.
También, el hombre hecho a sí mismo que promociona USA como ideal a través de cine y literatura, también es envidioso en muchos casos, como uno de los héroes de Ayn Rand, talentoso y triunfador hecho a sí mismo, que al presenciar un ameno convivio de aristócratas, recela contra ellos como "mimados de la fortuna", envidiando su felicidad despreocupada, que si el personaje no disfruta es porque no quiere. El hombre usano que se hace a sí mismo siempre está compitiendo, midiendo a otros y comparándose, tediosa manera de vivir, cierto, pero esa es la gente que gana y manda, y por nuestra tolerancia y conformidad con ellos, por nuestra repulsión a ser como ellos, es que tenemos que soportar a personajes como Hitler y Stalin.
En el relato que usted escribió, el envidioso no pudo hundir a los demás, pero muchos como el sí logran hacer ese daño aunque no suban tanto.
El REINO CRECE, es la única realidad, lo que no pertenece al Reino es NADA. El Reino entra en su NUEVA EDAD traído por la AURORA DE MARÍA. Cristo SE MANIFIESTA EN SU GLORIA, y TRANSFIGURA DE MÁS EN MÁS la Iglesia, la humanidad y el universo. Pensamos cuál será la nueva dimensión de los hombres en los que Cristo se manifieste de modo creciente. Es de esperar que suscite hombres extraordinarios, mayores que los del Antiguo Testamento, Noé, Moisés, David, Salomón, Judit, Ester, Susana, los Profetas, y en el Nuevo Testamento, los Apóstoles, Mártires, Santos, Doctores, lumbreras de santidad y de inteligencia; sin embargo, todos estuvieron limitados por la condición del "hombre viejo". Me pregunto, cuál será la dimensión de los “hombres nuevos” cuando Cristo se manifieste en ellos y les participe su MAJESTAD, SANTIDAD, SABIDURÍA Y PODER.
“
Comentario presto, vivace:
¿No decían que este Rey Sabio había protegido bajo su cetro la convivencia entre las tres religiones del Libro, concretamente en su famosa Escuela de Traductores de Toledo, y que era por ello maestro y modelo a imitar?. Claro que si lo dice en "las Siete partidas, siglo XIII"...(yo es que me parto...).
Comentario cantabile maestoso (sobre dignidades):
"Pueblo de reyes, asamblea santa
Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor..."
Comentario andante marchoso:
Bye, bye!
(apelo a la benignidad y buen humor del moderador y de mis improbables lectores).
Si es una alusión a mi, te diré que no soy narcisista, pero lo segundo supongo que sí, mentiría si dijera que soy humilde. Hay otras formas de pecado que se muestran de forma sibilina como hacer preguntas con doble intención, eso se llama ser artera.
Emilio: La Escuela de Traductores de Toledo lo que hacía es traducir legajos provenientes de Oriente, algunos de ellos de fisiología, botánica y otras materias. Los conocimientos de la época se transmitían entre gentes de religiones diferentes siempre que no se tratara de la religión de cada uno. No se conoce ninguna traducción bíblica hecha por musulmanes ni ninguna coránica hecha por cristianos con excepción de la Biblia de Ferrara, cuyo facsimil tengo, que se encargó en la ciudad italiana de ese nombre a judíos sefardíes que la tradujeron palabra por palabra, porque esa era su forma de respetar la palabra de Dios, razón por la cual es ilegible.
¿Ves teresita la vanagloria que supone tener en casa un facsimil de la Biblia de Ferrara? Si tienes una cosa así no puedes decirla, tienes que ocultarla en lo más profundo del arcón para que nadie se dé cuenta.
Ya vemos que usted reconoce su vanagloria, una manifestación de soberbia, el pecado capital máximo, que yo no le condeno porque a mi parecer una persona del grado intelectual que tiene usted no puede ser humilde y más bien debe no serlo. Pues yo por mi parte, así como desdeño la humildad, solamente reconozco el poder de la envidia que sólo es otra manifestación de la soberbia. Y si la columna fuera mía, no se me ocurriría proponer que se borren sus comentarios, África, porque son tan juiciosos e interesantes, y por tolerancia y por caridad, sí, caridad hacia la persona más sabia, usted en este caso,
Supongo que la censura la merecen los insultos y las blasfemias, faltas que usted no comete, yo tampoco.
San Agustín veía en la envidia el “pecado diabólico por excelencia” (De disciplina christiana, 7, 7).
“De la envidia nacen el odio, la maledicencia, la calumnia, la alegría causada por el mal del prójimo y la tristeza causada por su prosperidad” (San Gregorio Magno, Moralia in Job, 31, 45).
Y ahora mira lo que has escrito tú de la envidia. Si no eres católico deja ya de marear la perdiz, pero no digas burradas.
No voy a negar mi fe católica porque otro la juzgue falsa, por muy racional que sea su criterio; me confieso a menudo. Yo ya tuve que sufrir por culpa de marxistas en el poder de quienes apredí, muy joven, que la sabiduría es una cualidad más, un mérito entre muchos que puede tener alguien. También se dijo en la era del Papa Juan XXIII que la excelencia no es garantía de moral.
Entro a InfoCatólica por aprender de quienes saben más que yo en Catolicismo, leyendo lo que dicen y observando cómo se comportan con sus semejantes, por aquello de conocer el árbol por sus frutos, usted me entiende. Así comprendo un poco más de la vida para no decir tanta "burrada".
Burradescamente supongo más respetuoso aceptar la conveniencia de algo malo tal como es, que interpretar doctrina para llamar bueno a lo malo.
Por ejemplo, otro foro, el de "Otro rey camino a los altares", está interesantísimo pero la guerra de insultos me intimida que no me atrevo a intervenir, por los frutos servidos en el banquete. Insultar con eficacia es arte sabio, pero es malo y no debe aprenderse. "Hay cosas que es mejor no saber" dijo Nietzsche.
Emilio: Nunca hubo una convivencia buena, esa es la verdad, ni en el Al Ándalus famoso, ni en Toledo. Pienso que para ciertas cosas pudo ser fructífera, pero, habiendo una religión oficial, los que no pertenecían a ella se veían mermados en sus libertades. Para los conocimientos este tipo de convivencias son vehículo de transmisión, pero las personas no viven bien en esa situación. En el Al-Ándalus los judíos contribuyeron no poco a la transmisión de saberes y, en cambio, los cristianos muy poco porque su estatus era diferente. Los judíos eran un pueblo diferente venido de otro sitio, pero los cristianos eran autóctonos lo que dio origen a diferente trato. Lo mismo pasó en la Inglaterra de los Tudor, por ejemplo. Si tomamos como ejemplo el legado griego vemos que fueron los cristianos sirios, que dominaban el griego, los que tradujeron las obras de Aristóteles al árabe y por eso influyeron tanto en Maimónides como en Averroes y, en cambio su influencia tardó más tiempo en llegar a los cristianos. Que yo sepa Santo Tomás de Aquino, que es muy posterior, tenía su propio traductor de griego, que era Fray Guillermo de Moebeker. La corriente aristotélica se cortó, tanto en judíos como en árabes, pero floreció entre los cristianos que la adaptaron.
Ciertamente los conocimientos científicos se beneficiaron mucho de ese tipo de convivencia: la medicina, la fisiología, las matemáticas (los árabes fueron magníficos matemáticos), la astronomía, la botánica, la zoología y la geografía (los árabes también fueron magníficos geógrafos). Estos conocimientos, ajenos a la religión, podían ser transmitidos sin problemas, razón por la cual Alfonso X el Sabio tenía traductores de otras religiones, ya que la sabiduría abarca todos los temas.
La discriminacion no sirve de mucho. Ejemplo, muchos mozarabes se convirtieron al Islam para pagar menos impuestos o huyeron a territorio cristiano para librarse de la presion fiscal.
Un alemán actual no tiene por qué pedir perdón por lo que hicieron los nazis, un ruso tampoco por lo que hizo Stalin, lo que deben hacer es dejar que se escriba la historia. No está en sus manos ninguna otra cosa, ni en la suyas ni en las de nadie.
Totalmente de acuerdo estoy ahora yo con usted: Somos responsables en nuestras vidas y, como dijo Papini: Que cada generación escriba su propio evangelio.
Por eso debemos dejar que los jóvenes decidan cómo se comportarán unos con otros y cómo criarán a sus hijos, para eso los educaron sus mayores como es deber de cada generación.
Es muy dificil estudiar la historia de un modo objetivo porque siempre emitimos un juicio de valor segun los nuestros. Hay hechos historicos de los que nos sentimos avergonzados y otros de los que nos sentimos orgullosos.
Muchas veces nos gusta comparar nuestra historia con la de los demas porque nos sentimos humillados con la nuestra tal y como nos la cuentan los otros.
Si te encuentras a un francés o a un inglés y sabes su historia los callas enseguida. Ejemplo:
Unos profesores ingleses en las ruinas de San Ignacio Miní (Misiones, Argentina):
-¡Oh, qué extraordinario! nosotros somos ingleses y ya comprenderá que en Inglaterra los jesuitas no están bien vistos y nos parecen sorprendentes las cosas que hicieron.
-Me sorprende que se sorprendan, entiendo que les dijeran que los jesuitas son muy malos pero no que les ocultaran sus grandes logros. Yo soy española y Lutero también me dijeron que era malo, pero no tonto, de manera que si voy a Alemania y veo una gran biblioteca luterana no me sorprendo en absoluto. Lo que me están diciendo es que no tienen ni idea de la cultura que los jesuitas aportaron al barroco, a la botánica, a la zoología y a múltiples materias más. A ustedes les gusta la jardinería pero no se han dado cuenta por qué la camelia se llama así ¿verdad? ni la pasiflora o flor de la pasión tampoco.
¿San Pablo habló alguna vez de tolerancia y solidaridad? ¿En qué epístola las nombró?
Solidaridad : relación cordial y afectuosa, compañerismo, comunión, apoyo, etc
en Filipenses 1.3-8; 4,1 ...estrecha relación fraternal... en 4,18 mandarle auxilios con expresión de amor y solidaridad...
Tolerancia : paciencia,aguante,comprensión, etc.
en Romanos ...la mutua tolerancia en ejemplo de Cristo 15,1
o en Colosenses capítulo 3 verso 13 ...soportar a mi amigo que camina conmigo en la comunidad cristiana...
Se pueden buscar por las concordancias de una Biblia o como quieras.
Leo lo que escribes cuando lo veo, siempre es interesante, gracias por compartirlo.
Aquí, hay una intromisión clarísima de valores modernos en la teología cristiana. La Paciencia no tiene nada que ver con la tolerancia ni la solidaridad es una relación cordial y afectuosa.
Por ejemplo: tú dices que en Romanos 15, 1 habla de la mutua tolerancia, pero lo que pone en la Nácar-Colunga es lo siguiente: "Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos a nosotros mismos".
En Filipenses 1, 3-8 en mi Biblia (no lo copio porque es largo) no dice una palabra de solidaridad.
Es decir, tú deduces que habla de solidaridad y de tolerancia pero está hablando de algo muy superior a eso. Si la tolerancia y la solidaridad hubiesen sido tan maravillosas se habrían considerado virtudes pero nunca lo han sido. El cristiano tiene que sobrepasar con mucho ambos valores, que eso es lo que son, porque con ellos no vamos a ninguna parte. Tolerando al otro y siendo muy solidarios nos quedamos muy abajo. Ninguna de las dos cosas dice esto: "Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos a nosotros mismos" porque esta frase ni es tolerancia ni es solidaridad, es Caridad.
"Herejes son una manera de gente loca"
Me gustaría saber quiénes son esos herejes, si son aquellos que se apoyan, en exclusiva. en la Sagradas Escrituras, o son los que al margen de la palabra de Dios se aferran a tradiciones humanas. Existe una herramienta que se llama hermenéutica, y que procura no sacar el texto de su contexto. A mi entender son herejes todos aquellos que promulgan doctrinas que son contrarias a la Biblia. ¿No le parece razonable que la única palabra de infalibilidad se halla en las Sagradas Escrituras, y que toda enseñanza debe sujetarse de manera estricta a lo que está escrito en el Antiguo y Nuevo Testamento? ¡Atendamos a lo que Dios dijo y proclamó Jesús, y fue anunciado por la iglesia neotestamentaria!
Bendición.
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