¿Quién puede ser razonable?
Perdonen que este artículo no sea ordenado y coherente, como otros. ¿Quién puede ser ordenado y razonable en Viernes Santo? ¿Quién conservará la lógica ante la locura de Dios, que es más sabia que la sabiduría de los hombres? ¿Es que alguien puede mantener la calma al contemplar a Cristo crucificado?
Antes que un solo salivazo manchase su rostro, hubiera sido preferible que se apagasen innumerables soles, que desaparecieran las galaxias y que el universo entero se extinguiese. Todas las buenas obras de la Humanidad a lo largo de miles de años no compensan una sola de las bofetadas que sufrió. Una gota de su sangre valía más que el mundo entero y cuanto hay en él.
Todo lo hermoso, bueno y verdadero que haya existido o vaya a existir en el futuro no es más que un pálido reflejo de la belleza y el esplendor de ese rostro desfigurado por los golpes. Las leyes, teoremas y principios que las Ciencias descubran hasta el final de los tiempos y la sabiduría de todos los sabios de la Tierra apenas son balbuceos de niño y palabras que se lleva el viento ante el Misterio de su sufrimiento.
El Hijo de Dios se rebajó hasta someterse incluso a la muerte… ¡y una muerte de cruz! Ante este gran Misterio, sólo podemos guardar un silencio asombrado, regado por nuestras lágrimas y lleno de un agradecimiento sin límites. ¿Quién puede hablar cuando enmudece la Palabra, camino del suplicio? ¿Cómo no arrodillarnos, cuando el Rey de Reyes cae por los suelos? ¿Quién rechazará el abrazo generoso de los brazos divinos abiertos en la Cruz?

Recorriendo las calles de Verona hace un par de semanas, entré en una pequeña iglesia cerca de la Piazza Signori, con el bonito nombre de Santa María la Antigua. El interior no era nada especial desde el punto de vista artístico, así que, después de arrodillarme ante el Dueño de la casa y de pedir por mis lectores y otras intenciones, como acostumbro a hacer en esas ocasiones, decidí marcharme a seguir viendo la ciudad.
Signos de la fe XIV. Gallizo, desde su postura fundamentalmente atea y materialista, ha hablado varias veces en este blog de la diferencia entre la ciencia y la fe, como si la primera fuera la respuesta a todos los interrogantes humanos y la segunda fuese algo esotérico y ajeno a su experiencia y, probablemente, a lo sensato y razonable.
He leído una noticia que me ha resultado muy curiosa y que no sé muy bien cómo interpretar, así que espero que la opinión de los lectores me ayude a aclararme un poco. Parece ser que Georgia tiene graves problemas de natalidad, como España, y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Georgia, la religión mayoritaria en el país, decidió tomar cartas en el asunto.
Hoy sábado celebra Don Antonio María Rouco, cardenal arzobispo de Madrid, sus bodas de oro como sacerdote. Como es lógico, D. Antonio no me conoce, no ha oído nunca hablar de mí y no va a leer esto que escribo, pero aun así para mí es una alegría poder felicitarle en esta ocasión, con este brevísimo post.









