Pensamiento del día
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Con más o menos un cuarto
de esos tremendos esfuerzos
por evitar el contagio
se evitaría el infierno.
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26 comentarios
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Vivimos en un mundo que se muere. La civilización occidental cristiana, que durante dos milenios transformó por completo la historia de los hombres, se encuentra hoy en franca decadencia y, salvo milagro, se vislumbra ya su práctica desaparición. Ante un panorama tan desolador, este libro nos ofrece cuatrocientos epigramas, o frases cortas e incisivas en verso, que se dejan de tonterías y van directamente al grano.
Epigramas para un mundo que se muere refleja una visión profundamente cristiana que a la vez lamenta lo perdido, critica sin piedad los males y errores de nuestro tiempo y ofrece una esperanza firme. Gobiernos indignos, filosofías modernas, cristianos acomodados, clérigos desnortados y tantas otras lacras de nuestro tiempo reciben punzantes (y merecidos) dardos, pero sin caer en el pesimismo o la desesperanza ni perder el saludable buen humor. Este libro, además, hará las delicias de los aficionados a Twitter. ¡Citable diez veces al día!
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"y la gracia de Dios"
Bien dicho.
"Parece salido del Mago de Oz, qué tío"
Sí. Si fuera empresario, le contrataría inmediatamente para el departamento de I+D. O al menos para hacer chapuzas en la empresa.
Dicho ésto, los católicos deberíamos tener cierta dignidad estética; no deberíamos por miedo dejar que nos disfrazasen del Madelman austronauta, que una cosa es la prudencia y otra hacer el ridículo.
Yo tomo las medidas de protección pertinentes, pero sé que si en última instancia pillo el bicho, no será por haber fallado en mis medidas ridículamente pelagianas, sino por otra cosa más difícil de entender.
Si se pusiera tanto empeño en advertir de los peligros espirituales como de los materiales, por ejemplo, incidir en la forma de recibir la Comunión no ya para evitar el coronavirus, sino el sacrilegio, si se pusiera el mismo empeño en pedir a Dios la conversión de los pecadores y el perdón por nuestros pecados como se pone por pedir el fin de la pandemia... otro gallo nos cantaría.
Felicidades, es una reflexión muy necesaria.
"Cuidado con El Mago de Oz que es una obra masónica que insinúa que el cielo no existe y chorradas semejantes"
Nunca lo había oído. Yo no lo he leído, la verdad, ni he visto la película, porque de primeras la historia me produce un ligero repelús: tiene un cierto aire a los libros de autoayuda y las dinámicas de grupo de los ochenta.
"una cosa es la prudencia y otra hacer el ridículo"
Sí. Estuve a punto de poner como foto del artículo una de un sacerdote que daba la comunión con dos máscaras puestas.
"Yo tomo las medidas de protección pertinentes, pero sé que si en última instancia pillo el bicho, no será por haber fallado en mis medidas ridículamente pelagianas, sino por otra cosa más difícil de entender"
Eso es, quizá, lo que más se echa en falta en general entre los católicos. La idea de que tampoco pasa nada por morirse, de que todos nos vamos a morir y de que nos moriremos cuando Dios quiera. Como en todo, con los virus conviene ser prudentes, pero hay un cierto histerismo en el ambiente que apunta más bien, creo yo, a la falta de fe tan característica de nuestro tiempo.
El Mago de Oz es una película con un mensaje absolutamente anticristiano. Masón. La bandera del arcoíris, símbolo de la comunidad LGBT fue inspirada por la canción de Garland «Over the Rainbow» (Más allá del arcoíris). Por eso la Garland es como una semidiosa para los sodomitas. Si es que nada es casual para el mono de Dios.
Absolutamente cierto" No te pido que los saques del mundo sino que los apartes del mal" Es la petición de Jesucristo al Padre que ruega por sus discípulos y desde ellos por nosotros extendiendo esa oración hasta el fin de los tiempos.
Se muere el mundo gobernado por el mal ;
ya que este no es eterno y habrá llegado el momento de separar ovejas de cabras?.
El planeta Tierra es nuestro Habitat natural y Jesucristo volverá según su promesa ;pero habrá tanto que limpiar y transformar en el corazón de cada ser para que Cristo viva en nosotros que depende de nuestra aceptación y pensamientos puros.
El cambio se opera en el altar de nuestro corazón y cada uno sabrá cuántas cargas de muerte lleva; así que está muerte es purificación y transformación.
Solo nuestra aceptación y la gracia del Señor hará posible pasar de muerte a Vida.
Me temo que hay gente (principalmente jóvenes) a la que no le importa contagiarse, y mucho menos el infierno, en el cual demasiados no creen...
"Se muere el mundo gobernado por el mal"
Eso es. El Reino de Dios sí es eterno.
"Si es que nada es casual para el mono de Dios"
Por algo la Palabra de Dios nos recuerda todas las semanas: Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar. Resistidle firmes en la fe.
"Si se pusiera tanto empeño en advertir de los peligros espirituales como de los materiales, por ejemplo, incidir en la forma de recibir la Comunión no ya para evitar el coronavirus, sino el sacrilegio, si se pusiera el mismo empeño en pedir a Dios la conversión de los pecadores y el perdón por nuestros pecados como se pone por pedir el fin de la pandemia... otro gallo nos cantaría"
Amén y amén.
Me quito el sombrero. No era nada fácil descubrir la procedencia de la foto por las pocas letras que se ven.
Vivimos en, por y para este mundo. Nada más. Pocos son (o el Señor se lo concede por pura gracia) capaces de otra cosa.
Y si no hablamos del infierno, no hablamos de la necesidad del sacramento de la penitencia, y todos a comulgar estemos en pecado mortal o no. De la moral católica, casi nada, y nunca como exigencia para alcanzar la vida eterna. Quererse mucho y buenismo y misericordia en garrafas con sabor a fresa. Ni del cielo se habla, porque adormece y atontolina.
El pecado es muchísimo peor y con muchísimas peores consecuencias que el coronavirus. ¿Cuántos medios empleamos por evitar el pecado?
Yo creo que se entiende la ironía.
De hecho, me ha encantado la frase "Quererse mucho y buenismo y misericordia en garrafas con sabor a fresa".
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