El amor no es ciego
El amor no es ciego, tiene una vista excelente. El enamoramiento es corto de vista y algo distraído. Las que son ciegas son la pasión y la lujuria.
Si explicásemos estas cosas a nuestros hijos cuando tienen edad de comprenderlo, les ahorraríamos muchos sinsabores.
42 comentarios
Tengo muchos kilómetros vividos a fondo y te puedo decir que el Amor es buscar lo más grande y luchar con todo tu ser para merecerlo lo demás lo que llaman "amor" no es más que despojos, el repele de todo mercado...
Decide pues si buscas la Gloria, ir a lo más alto o una simple propina...
Ve a la página de Waverly Labs...trabajan con traductores de I.A. Parece de ciencia ficción su trabajo pero son los mejores, yo he encargado su nueva generación de traductores en tiempo real. Entra y mira...te pueden servir PILOT..
Nací feo pero para mi padre era su hijo feo más querido...
Dios es Padre ¿no? Pues Él que es AMOR como no nos va ver como sus hijitos feos más queridos...
El grado sumo del amor es el de Cristo hacia nosotros. Nos conoce mejor que nosotros mismos, ve nuestras miserias, sabe que no somos dignos ni de ponerle una sandalia, y sin embargo se entrega absolutamente por cada uno de nosotros sin límite.
Y él mismo hace que lo haya. El amor recrea lo que ve.
Traducir poesía es una de las tareas más arduas que se conocen. Hay gente que lo hace muy bien, como Enrique García Máiquez, pero son muy pocos.
Solo me he atrevido a hacer una versión a vuelapluma del Burning Babe:
El niño en llamas
Sobre la nieve, temblando,
en noche de invierno cana,
advertí un calor extraño
que el corazón alumbraba.
Atisbando con temor
dónde aquel fuego se hallaba,
un lindo infante llegó
que, por arder, alumbraba.
De tanto fuego abrasado,
el niño sin fin lloraba,
como si ese mar de llanto
pudiera apagar las llamas.
“Ay de mí”, dijo, “nací
y siempre ardiendo he vivido
mas nadie viene conmigo
para calentarse en mí.
Un horno es mi blanco pecho,
mi leña son las espinas,
es de mi Amor este fuego,
y desprecios las cenizas.
Si la justicia lo enciende,
la piedad sopla las brasas
y el metal del horno ardiente
son las almas deshonradas.
Por su bien me quemo y ardo,
para que puedan salvarse
y he de derretirme en baño
donde en mi sangre se laven”.
Así sentenció y se fue
sin una palabra más;
solo entonces recordé
que era la Natividad.
No sabia que era para traducir poesía...No existe I.A. capaz de llegar a eso...no tienen Alma...
Gracias a la pasión existimos todos. El deseo por la otra persona genera nuevas vidas. El amor y la pareja sin pasión no suelen acabar bien. La pasión es un componente de la relación entre hombre y mujer que creó Dios y que no debe ser despreciada o ninguneada. La diferencia entre sexos la eligió Dios y por eso no nos enamoramos de amigos del mismo sexo sino de personas del sexo contrario (en general, gays aparte). Si no haubiera pasión, daría igual con quién formásemos pareja. El deseo es obra de Dios y es parte importante de la vida. No se nos olvide.
Y diré más: la principal tarea de los padres cristianos consiste en educar a los hijos en el amor, diferenciándolo específicamente de lo que la cultura actual falsifica como tal, y que poco tiene que ver.
O sea, lo que tu dices en esta entrada.
Te permite contemplar esas arrugas de cincuentona como surcos labrados por un amor oferente.
Que los niños son apuesta y confianza, de Quien te anima a ser valiente.
El privilegio de saber, que centrados en Cristo, todo es diferente.
Una derivada de la poesía de Southwell por si no la conoces:
Benjamin Britten en su "Ceremony of Carols" recoge una de sus poesías como villancico "This little Babe" segunda parte del poema "New heaven, new war". Texto absolutamente ignaciano (dos banderas) y lo representa
extraordinariamente con la música como recoge el siguiente link
https://www.wqxr.org/story/my-favorite-christmas-carol-year/
Perdona, Bruno, por haberme metido en tu blog como elefante en una cacharrería pero el amor también tiene extrañas conexiones, por lo menos en su versión de ágape.
Hay personas convencidas de que los sacerdotes no conocen el amor porque les es negada la pasión en su vertiente sexual, pero a mi me parece que algunos eran (son) ardientemente amorosos. La palabra pasión es mucho más extensa que el impulso sexual, meramente físico, la cara de San Francisco Javier, por ejemplo, es la cara de un hombre apasionado. Incluso hay una pasión por el conocimiento: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.
El amor es una fuerza de la naturaleza. Por mucho que pretendamos que el cerebro nos venga a sacar las castañas del fuego, "el corazón manda", como bien hizo lema suyo San Juan de Dios.
Y desde luego, nada como que cada cual escarmiente en su propio pellejo.
En el mundo hay sociópatas y gente que no ama pero para no sentir la llamada del sexo hay que ser eunuco.
Eso es, precisamente, lo que Bruno dice cuando habla de la ceguera de la pasión y la lujuria. Sin embargo, el término pasión es más ambiguo, porque es polisémico, la lujuria, en cambio, solo tiene un significado.
Bruno ha hecho un excelente trabajo en conservar medida y rima de "The Burning Babe", pero eso tiene un precio ineludible: Se pierde siempre parte del contenido semántico, que resulta imposible de conservar.
El poema está compuesto por pareados alejandrinos, que -si contásemos las sílabas como en español, serían alejandrinos heroicos, pues cada hemistiquio termina en palabra aguda y tendría 8 sílabas; por eso digo que Bruno ha conservado la medida, separando cada verso en dos. El inglés es más compacto que el español y, aun prescindiendo de la rima, sería milagroso traducir todo el sentido del poema original en alejandrinos heroicos.
Yo hice en este blog, tiempo ha, un intento exitoso de traducción conservando medida y rima, pero era una coplilla mucho más fácil [www.infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1402190158-oh-feliz-culpa-a-la-inglesa#c368711].
Ofrezco hoy una traducción en verso libre de "The Burning Babe", más literal y que intenta reproducir razonablemente los hipérbatos, para dar una sensación parecida al lector español. Pero, como dice Bruno, "traducir poesía es una de las tareas más arduas que se conocen", aunque sea en verso libre y como aficionado. Y, si el poema tiene cuatro siglos, más.
El original, de aquí:
www.poetryfoundation.org/poems/45183/the-burning-babe
'El niño ardiente'
Cuando en blanca noche invernal yo tiritaba en la nieve,
me sorprendió un calor súbito que encendió mi corazón;
y alzando un ojo medroso por ver qué fuego había cerca,
un guapo niño inflamado en el aire apareció brillante;
quien, abrasado por un calor excesivo, tales torrentes de lágrimas lloraba
que su caudal podría apagar las llamas que de sus lágrimas se alimentaban.
"¡Ay!", dijo él, "aunque recién nacido, en ardientes calores me quemo,
¡mas nadie se acerca para caldear su corazón o sentir mi fuego, sino yo!
Mi pecho inocente el horno es; la leña, espinas hirientes;
el amor es el fuego; y suspiros, el humo; las cenizas, deshonra y burlas;
La Justicia puso la leña, y la Misericordia sopla las ascuas;
el metal que este horno fragua son las almas corrompidas de los hombres,
por las cuales, como ahora incendiado estoy para moldearlas por su bien,
me fundiré y seré un baño para lavarlas con mi sangre".
Con esto desapareció de mi vista y raudo se alejó.
Y al punto recordé que era el día de Navidad.
--
Quiero señalar que el 8º verso indica claramente que ese fuego ("mi fuego") es el amor de "todo" Dios (de la Santísima Trinidad) y que el propio Niño ardiente se calienta en él. Se queja de ser el único en hacerlo; como dice Juan 1:11-12 "Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron. Mas a los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hijos de Dios".
"A Child My Choice", original en
www.poemhunter.com/poem/a-child-my-choice/
Lo mismo cabe decir de las particularidades idiomáticas de este segundo poema; he tratado de conservarlas pero no hasta el punto de complicar mucho la lectura. Eso se aplica al mismo título, que sigue la tónica de omitir el verbo, como en muchos versos; en lugar de "A Child My Choice", lo normal sería escribir "A Child Is My Choice". Pero en español resultaría abominable decir "Un Niño, mi elección" y he traducido como sigue:
'Un niño elijo'
Que la necedad alabe lo que el capricho ama, yo alabo y amo a ese Niño
cuyo corazón, lengua y mano ningún pensamiento, palabra o acto mancillaron.
Lo alabo y lo amo sobre todas las cosas, toda alabanza y amor son suyos;
Si a Él lo amo, en Él vivo, y no puedo descarriarme.
El blanco más dulce del amor, el objeto más alto de la loa, la luz más preciada del hombre:
Amarlo es vida; dejarlo, muerte; vivir en Él, deliquio.
Él es mío por gracia; yo, Suyo por deuda; así, nos debemos uno al otro;
Primer amigo fue; mejor amigo es; Él siempre fiel me será.
Aunque joven, es sabio; aunque pequeño, fuerte; aunque hombre, Él es Dios:
Como sabio, sabe; como fuerte, puede; como Dios, Él ama bendecir.
Su ciencia impera, Su fuerza ampara, Su amor ha conservado todo;
Su nacimiento es nuestra alegría, Su vida, nuestra luz; Su muerte, el fin de nuestra esclavitud.
¡Ay! Él llora, suspira, jadea, mas Sus ángeles cantan;
De Sus lágrimas, Sus suspiros y palpitaciones ha brotado una fuente gozosa.
¡Niño omnipotente, cuyos tiernos brazos pueden poner en fuga a todos los enemigos,
corrige mis faltas, preserva mi vida, guíame cuando yo muera!
www.luminarium.org/renlit/newprince.htm
Debe destacarse que el primer verso dice "seely tender babe" y no "silly tender babe", como otras versiones que se ven por ahí. Así, queda naturalmente "pobre niño tierno" y no da lugar a traducciones más forzadas. Igual que antes, he intentado conservar en lo posible los hipérbatos.
Nuevo príncipe, nuevo esplendor
Mirad, un débil niño tierno
en gélida noche invernal
en humilde pesebre temblando yace,
¡Ay! ¡Qué lástima da verlo!
Las posadas están llenas y ningún hombre quiere ceder
el lecho a este menudo peregrino,
solo a la fuerza está él con pobres bestias
en el pesebre para que le cubran [=amortajen] la cabeza.
No lo desprecies por yacer allí,
primero, qué es él pregunta
(Una perla de oriente suele encontrarse
en lo profundo de un sucio lodazal).
No repares en su pesebre, su escudilla de madera,
ni en las bestias que junto a él comen,
no repares en el pobre vestido de su madre
ni en la sencilla ropa de José.
Este establo es la corte de un príncipe,
este pesebre es su trono principesco,
las bestias son parte de su esplendor;
la escudilla de madera, su plato;
las personas vestidas tan pobremente
su librea real visten;
El propio principe ha venido del cielo:
Este esplendor es precioso allí.
Gozoso acércate, oh, criatura cristiana,
rinde homenaje a tu rey;
y aprecia en mucho este humilde esplendor
que él del cielo ha traído.
El comienzo del poema quedaría así:
A nuevo príncipe, nuevo esplendor
Mirad, un pobre niño tierno...
(por cierto, me acuerdo de Rocky Marciano porque en aquel entonces los periódicos no estaban polarizados por la política y tenían a bien informarnos de los principales boxeadores, los ajedrecistas y los toreros. O temporas, O mores!)
Como los textos ya se han publicado aquí bajo pseudónimo, te sugiero que me llames 'RockyMarciano' todo junto y expliques que es alguien que desea conservar su anonimato. O directamente como un colaborador espontáneo y anónimo.
De todas formas, soy anónimo solo a estos efectos; Bruno me conoce.
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Respecto al tema del post y algunos comentarios, el amor no es un concepto unívoco. Me viene a la mente el libro de C.S, Lewis Los cuatro amores. Si no recuerdo mal, eran: afecto, amistad, eros, caridad.
Benedicto XVI habló también de ello en su primera encíclica, Deus caristas est. Decía (no es cita exacta) que solo la caridad permite al eros dar lo que promete; lo que significa que esa felicidad que ofrece el objeto del eros (amor de deseo) no se puede lograr sin que haya caridad (amor que busca el bien del otro).
También decía Benedicto XVI que se puede hablar de "un cierto eros" de Dios por el hombre, un "eros" que es totalmente caridad. En rigor, Dios no necesita nada y nada puede hacerlo más pleno y más perfecto. Pero, como dice el Catecismo citando a la Lumen Gentium,
"De todas las criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador" (GS 12,3); es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma" (GS 24,3); sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios" Catecismo de la Iglesia Católica, 355).
Como conclusión, Bruno acierta con el post resumidísimo. Sin embargo, es lástima que en la Iglesia empleemos tan a menudo conceptos que tienen varios sentidos refiriéndonos a uno de ellos únicamente y digamos que está muy bien así, porque ese es el "verdadero".
Sí, la caridad es el "verdadero" amor; pero los otros que menciona Lewis (afecto, amistad, eros) también lo son, aunque menos perfectos. Por eso pueden oponerse a la caridad y no ser ya "veradero amor".
Lo mismo ocurre con la libertad. Cuando muchas veces en la Iglesia se habla de "verdadera" libertad, nos referimos no a la 'libertad de' (ausencia de coacción), sino a la 'libertad para' (ausencia de esclavitud moral, para elegir el bien). Naturalmente, la 'libertad de' es tan real, buena y necesaria que está presente en la liturgia de la Iglesia. A quien va a bautizarse con uso de razón se le pregunta si va "libre y voluntariamente"; lo mismo, a quien va a contraer matrimonio. Como es lógico, esto se refiere a la ausencia de coacción.
Y luego nos quejamos de que no nos entienden...
Vuelvo a mi retiro de boxeador espectral. Quedad en la paz de Cristo.
De todas maneras es bueno hablar de todas las formas de amor, desde las humanas al Amor a Dios, porque esta palabra ha sido muy bastardeada y reducida al amor erótico casi exclusivamente. Y cuando oímos hablar con obsesión del término casi siempre es para utilizarlo como el Bálsamo de Fierabrás, que curaba todas las dolencias, en el caso del amor que disculpa todos los pecados carnales.
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