Solo un vaso de agua
Ayer tuve que traducir un texto en el que aparecía el subjuntivo del verbo satisfacer y me vino a la memoria, imparable como las magdalenas de Proust, el recuerdo de cuándo aprendí a conjugar ese verbo. Me acordé del día en que sucedió y del profesor que me enseñó a hacerlo, hace casi treinta años, explicándonos pacientemente que satisfacer provenía del verbo hacer (satis facere, hacer lo suficiente) y, por lo tanto, se conjugaba como él: haga, hiciera > satisfaga, satisficiera.
Es un detalle pequeño y podría decirse que insignificante, pero ha hecho que me quedara pensando en lo incalculables que son el bien y la verdad, en su fecundidad insospechada. Un sencillo bien hecho a una persona o la enseñanza de una pequeña verdad, quizá con la sensación de que no sirven de nada porque nadie los aprecia o nadie está prestando atención, pueden dar fruto un cuarto de siglo después.
Por supuesto, dejé la traducción que estaba haciendo y recé un avemaría por aquel profesor, cuyo nombre ni siquiera recuerdo (el pobre había sido crucificado con un mote tan apropiado que ha borrado en mi memoria su verdadero nombre de bautismo). La virtud de la piedad, tan olvidada hoy, incluye rezar de forma especial por los que nos han transmitido la Verdad (cualquier verdad) y especialmente la Fe.
Es fantástico pensar en cuantísimas personas ha querido Dios que participaran en nuestra historia, cuantísimos bienes nos ha dado a través de gente a la que quizá no recordemos o incluso no hayamos conocido nunca. Solo en el cielo nos enteraremos y daremos gloria a Dios por todo ello.
Por asociación de ideas, me he acordado de un modesto cartel hecho a mano, con preciosa caligrafía, que vi en cierta ocasión junto a una carretera, en los alrededores de un pueblo perdido de Norteamérica, y que decía, simplemente: God listens to prayers. Dios escucha las plegarias. Nada más. Una frase de alguien que, claramente, hablaba por propia experiencia y daba testimonio de lo que había visto con sus propios ojos. ¿Quién habría colocado el cartel y que esperaría conseguir? Esperara lo que esperase, en cualquier caso sabría con certeza que él nunca se enteraría de los buenos efectos que pudiera tener su cartel, nunca sabría quién lo había leído, si es que alguien lo hacía. Supongo que confiaba en que el mismo Dios se ocupara, si así le placía, de hacer que el mensaje llegase a quien más lo necesitara.
Pensando en algo similar, dijo George Eliot de la protagonista de Middlemarch, “el efecto que ejerció sobre aquellos que la rodearon fue incalculablemente extenso, pues la expansión de la bondad sobre el mundo depende en parte de actos no históricos, y el hecho de que las cosas no sean tan malas para ti y para mí como podrían haber sido, se debe en gran parte a un número de personas que vivieron con gran fe una vida desconocida y que descansan en tumbas no visitadas".
A veces pienso que los pequeños actos de bondad oculta, como le gusta a mi padre llamarlos, serán los que más peso tengan el Día del Juicio. A fin de cuentas, a Dios le encanta lo pequeño y su Hijo pasó treinta años de vida oculta en Nazaret. Y Él mismo nos prometió solemnemente que ni un solo vaso de agua que se diera en su nombre quedaría sin recompensa.
38 comentarios
:)
Nemo dat quod non habet es la ley de hierro de maestros, profesores y obispos.
La memoria es una fuente de poesía inigualable. A veces me pregunto si es que el recuerdo da una luz sepia especial a los acontecimientos pasados que los hace más bellos o, más bien, es solo el acicate que consigue que despertemos y veamos esos acontecimientos como realmente fueron: transidos de la presencia y la belleza de Dios.
Nos contó a los alumnos que un profesor suyo le había enseñado a memorizar las características de la calcopirita, con una cancioncita. Nos la cantó y creo que lo único que nunca olvidaré del Bachillerato es eso: "calcopirita, sulfuro de cobre y hierro, que cristaliza en el sistema tetragonal...etc"
Nunca se me había ocurrido rezar por mis antiguos profesores y a partir de ahora lo voy a hacer.
Por si te sirve, hace tiempo compuse una oración para rezar por los antiguos maestros y profesores.
Rezo para que el Señor la haya acogido en su seno y por todos mis profesores, los de mi otro colegio,mi instituto y finalmente los de la universidad porque todos ellos han dejado de una forma u otra su impronta en mi vida.
Espero que yo, ahora que soy profesora también pueda tener algún pequeño rinconcito en los recuerdos de mis alumnos.
Se le ha escapado en su traducción un adjetivo muy reconfortante para los judíos de la época en Mat.10, 42:
"y el que diere de beber un vaso a estos pequeños sólo un vaso de agua FRESCA..."
Y la memoria no es una fuente de poesía, es el alambique donde transmutamos nuestros recuerdos en poesía, como tan bien hizo el degenerado de Proust, que nos enseñó a escribir mejor y a quien le deseo que Dios lo tenga, purificado, en su Santa Gloria.
El nombre es importante, Bruno, si se llamaba D. Daniel deseo que esté con D. Manuel allí en la Casa del Padre, en el rinconcito reservado a los buenos maestros. Yo no me di cuenta de lo que significaba ser maestra porque fue, no lo que yo elegí, sino lo que pude conseguir, pero nunca me consideré profesora porque maestra tenía un peso que, a través de muchas generaciones, llegaba cargado de significado. No pude hacer estudios superiores y esa me parecía ser la barrera que distinguía al maestro del profesor. Entonces pensaba eso, pero ahora creo que, lo que define al educador del mero transmisor de conocimiento, es si se considera profesor o maestro. Recuerdo a Hellen Keller dibujando en la mano de Anne Sullivan la palabra "maestra".
Ahora me acaba de llegar el libro de John Senior "La muerte de la cultura cristiana" y, dado lo que Senior supuso para sus discípulos, creo que fue un maestro.
Que necesario tu post de hoy, Bruno. Jamas se me habia (este teclado no tiene acentos) ocurrido orar asi.
Acabo de hacerlo por un sacerdote, un anciano salesiano ya fallecido, quien al no absolverme y mostrarme una verdad que desconocia, me hizo buscar a Dios y regresar a la Fe.
Dios lo tenga en Su Reino.
Bendito sea Dios.
A menudo me acuerdo de rezar por mis antiguos profesores, espero que mis alumnos se acuerden de rezar por mi también.
Los profesores solemos ser los grandes olvidados, pero en un rinconcito de mi corazón pienso que quizá alguien, en alguna parte, por un segundo...recordará mi nombre envuelto en una dulce niñez perdida.
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No me cabe la menor duda de que sí la recuerdan. <3
Bruno: Gracias por la oración. :-)
"FRESCA"
Mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa.
"Y la memoria no es una fuente de poesía, es el alambique donde transmutamos nuestros recuerdos en poesía"
Lo que planteaba, precisamente, era que quizás no haya transmutación. Quizás lo que sucedió ya era poesía, pero no lo veíamos cegados por la rutina, y la memoria lo único que hace es ayudarnos a ver lo que ya estaba allí.
"a quien le deseo que Dios lo tenga, purificado, en su Santa Gloria"
Amén.
En efecto, era D. Daniel, pero me sorprende la unanimidad. ¿Es porque recordáis que D. Daniel os enseñara eso mismo (cuando lo explicó en mi clase, dudo que hubiera más de un par de alumnos escuchando)? ¿O por otras razones?
P.S.: Me alegro mucho de saludarte, Borja.
"el efecto que ejerció sobre aquellos que la rodearon fue incalculablemente extenso, pues la expansión de la bondad sobre el mundo depende en parte de actos no históricos, y el hecho de que las cosas no sean tan malas para ti y para mí como podrían haber sido, se debe en gran parte a un número de personas que vivieron con gran fe una vida desconocida y que descansan en tumbas no visitadas".
Voy a añadirlo al cuerpo del artículo.
Pero esas personas no pueden comunicar a los demás sus razones para ser felices porque, si la percepción del otro es que tiene una vida monótona, no le comprenderán. Así me pasó a mi los 10 años que estuve cuidando a mi madre, que todas mis amigas creían tener mayor libertad que yo cuando, en realidad, yo amaba la vida que llevaba y, por lo tanto, aunque no me moviera, tenía libertad. ¿Cómo explicarlo? ¿Cómo decirles que tenía la cabeza llena de proyectos, de imágenes y que mi madre me suministraba todo el amor que necesitaba? A ellas les habían enseñado que el INSERSO es el que te ayuda a buscar alicientes, a mi me enseñaron a mirar el vuelo de las palomas, el cambio de color del cielo, a gozar de un buen libro o a hacer trabajos históricos, que aburrirían a un caballo, como traducir todas las leyes británicas contra católicos y hacerme un libro con eso. Uno de los periodos más ricos de mi vida sin moverme de un pueblo.
Lo que nos enseñó el pobre y atormentado Proust, es que la vida como la poesía requiere dos tiempos:Uno donde se da un hecho, que ni lo entendemos correctamente ni lo apreciamos en su belleza; otro en el que leemos lo que en realidad fue. (No sé si le suena eso del juicio divino, la Nueva Jerusalén y la Resurrección de la Carne, siempre en dos capítulos, esas cosas de las que hablan los curas carcas).
Yo me declaro tonto del pueblo con aspiraciones a no serlo, y querría que cuando empiece la segunda parte del partido, me pille enmudecido.
Con el Rosario en mi muñeca y acariciando mi Biblia.
Del latin "magister", donde se ve claramente "magis"= màs. El maestro es màs que el alumno y trata de hacerle subir a su nivel.
En cuanto a "alumno", del latin "alumnus", viene de "alo", "yo alimento". Se relaciona con el que recibe su alimento, para crecer intelectualmente.
"Maestro" y "alumno" coinciden en la idea de crecimiento, de progreso indefinido hacia la Verdad absoluta
Lo que nos lleva a los dos mundos: el que tira hacia arriba y el que tira hacia abajo. Solo los realistas pueden hacer eso.
Tengo también antiguos alumnos, de 1985 incluso, von quienes mantengo el contacto.
Y hoy mi hijo menor, que termina la carrera con un enorme desencanto, me ha estado diciendo que los profes de Secundaria, en nuestro trabajo, somos infinitamente mejores que los de universidad en lo suyo. Ha glosado esa afirmación con todo tipo de datos, ejemplos y razonamientos; así como con gran desengaño. En lo que tiene de vituperio a los profesores universitarios tal vez no es del todo justo, pero el elogio encendido de sus profesores del colegio y del instituto me ha llenado de satisfacción.
¿Ez zaude lo?
Pozten nau. Ezta ni ere.
Manda narices que los más activos comentaristas de InfoCatólica seamos los pocos católicos vascos que quedamos.
Efectivamente, "magister" es de mi querido latín y significa "el que es más".
"Minister" es el que estaba por debajo, el que era menos.
Cuando constatamos hoy en día en qué se ha convertido un pobre maestro y cómo se ha ensalzado (y se le paga) al ministro me da por salir a la calle vestido de lagarterana tocando en el laúd baladas del siglo XVII.
¿Y por qué son utópicas? porque pretenden demostrar una teoría. Todos los pedadogos que me tocó estudiar tenían su origen en una filosofía: bien fuera la roussoniana, bien la fuera la que sea. Naturalmente si tú partes de un punto para que cuadre tienes que demostrar que es el punto correcto. Del pobre Pestalozzi ya no se acuerda nadie y dudo que se estudie ya ni en las escuelas de Magisterio, era un ilustrado positivista que contribuyó no poco a la alfabetización, pero es que alfabetizar se puede hacer con cualquier método porque es una técnica que, más tarde o más temprano, suele dar resultado. Es difícil que la alfabetización fracase si el alumno acude regularmente a la escuela, y en este caso lo digo con toda la autoridad del mundo porque yo he alfabetizado a muchos niños. Es descifrar un código. Otra cosa es la comprensión lectora que depende del CI y que siempre será distinta en cada alumno. Esa es la madre del cordero.
Los ilustrados, pobrecitos, creían que una vez saber leer y escribir el 100% del alumnado se iba de tirar de cabeza a la Iliada, ¡Ay, qué pena me dan! A la Iliada se podía llegar con su educación y con la de los muchos colegios de órdenes católicas que se dedicaban a la enseñanza. A la Iliada llega quién puede y desea llegar, lo mismo que al Quijote.
Yo no tuve esa suerte. 😉
..."Manda narices que los más activos comentaristas de InfoCatólica seamos los pocos católicos vascos que quedamos".
¿Acaso lo dudabas, pues?.
¿Pocos?. ¿Católicos?. ¿Vascos?...¡Revueltos!. Je, je, je (no te esfuerces, ni yo mismo sé lo que quiero decir...).
Agur laguna.
Gracias por recordarnos a todos los maestros, que un día fuimos alumnos y qué gratitud debemos a quienes nos guiaron. Agrego que yo oro siempre por quienes fueron mis alumnos... y siento la oración de mis alumnos.
De acuerdo a los carismas, yo trataba de iniciar clase con alguna canción... la cual aprendíamos desde el inicio del año, y nos quedábamos con la que más les gustara...
La música folclórica era propia, entonces. Una vez me encontré con un alumno a quien no reconocí, y me dijo: Se acuerda del Toro Barcino? Yo hice de toro! Era un grupo de sexto grado, qué alegría me dió recordarlo! Lo habíamos cantado el Día del Idioma.
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