El cardenal Schönborn y las leyes injustas
Hace años, tenía buenas referencias del cardenal Schönborn, tanto indirectas (se decía que era uno de los principales redactores del Catecismo) como directas, por algún amigo que residía en su diócesis y hablaba muy bien de él. Por ello, cuando el cardenal Schönborn defendió las interpretaciones de Amoris Laetitia más claramente contrarias a la enseñanza perenne de la Iglesia y del Catecismo, me sorprendí bastante. Cuando lo hizo con la desfachatez de apelar a Santo Tomás de Aquino (que enseña precisamente lo contrario), paradójicamente ya no me sorprendí tanto. Cuando se mostró partidario de echar por la borda la doctrina tradicional de la Iglesia sobre la pena de muerte, o de ordenar diaconisas casi no me sorprendió. Y ahora, que acaba de realizar declaraciones contrarias a los principios más básicos de la moral católica y de la enseñanza de Santo Tomás, desgraciadamente no me ha sorprendido nada.
En unas declaraciones a la revista alemana Stern publicadas hace una semana, el cardenal Schönborn recuerda acertadamente que el matrimonio se celebra entre un hombre y una mujer, pero, en relación con el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, afirma que “hace mucho que aceptamos” que el Estado permite otra forma de matrimonio. Si una mayoría parlamentaria lo quiere, el Estado debe hacerlo de esa manera”.
Estas declaraciones, aparentemente anodinas, son en realidad un torpedo dirigido a la línea de flotación de la moral católica, como tantos otros que el propio cardenal y diversos obispos y teólogos llevan años lanzando contra ella. Quizá sea útil para entenderlo consultar a Santo Tomás y ese Catecismo que el cardenal ayudó a redactar, aunque, desde entonces, parezca empeñado en cambiar todos y cada uno de sus artículos.
En el artículo 1902 del Catecismo, se cita a Santo Tomás, que dice:
“La legislación humana sólo posee carácter de ley cuando se conforma a la justa razón; lo cual significa que su obligatoriedad procede de la ley eterna. En la medida en que ella se apartase de la razón, sería preciso declararla injusta, pues no verificaría la noción de ley; sería más bien una forma de violencia” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1-2, q. 93, a. 3 ad 2).
De esto se pueden sacar muchas conclusiones, pero la más clara, evidente y básica es que unos obispos católicos no pueden “aceptar” una ley que, lejos de conformarse a la justa razón y la ley eterna, es frontalmente contraria a ella. Esa ley no es ley, sino violencia contra los ciudadanos que la sufren como una tiranía.
El hecho de que el cardenal Schönborn nos asegure que los obispos ya han aceptado la ley de matrimonio de personas del mismo sexo de su país indica o bien que no conoce los principios fundamentales de la moral católica y la enseñanza de Santo Tomás, lo que sería muy triste, o que los conoce pero, entre esos principios y la ideología mundana, elige la ideología mundana, lo que sería aún más triste. Toda autoridad viene de Dios y, por lo tanto, ningún Estado tiene poder para aprobar una ley contraria a la ley divina. Si lo hace, los católicos (y, a fortiori, los obispos) deben ver esa ley como nula en sí misma. Su deber de luchar contra ella es evidente y, además, no termina por el hecho de que hayan pasado “muchos años” (del mismo modo que el pecado de adulterio no deja de serlo porque los interesados hayan pasado años adulterando).
No se trata simplemente que la Iglesia defienda su derecho a tener otra “opinión”. Eso es lo que sucede en cuestiones prudenciales, en las que todo el mundo puede equivocarse, incluida la Iglesia. En cambio, en casos como este, en que la oposición a la ley moral es completa, la Iglesia debe dejar claro que esa ley injusta es ilegítima e inmoral, que constituye una imposición tiránica, que el Estado no tiene derecho a aprobarla y que aunque lo haga los católicos la consideran nula e inexistente. Si no lo hace, está faltando a su deber de proclamar la verdad en una materia importantísima, confundiendo a los fieles y dejando a las ovejas a merced de los lobos.
¿Qué decir, entonces, de la afirmación del cardenal de que “si una mayoría parlamentaria lo quiere”, entonces el “Estado debería hacerlo así”? De nuevo, es frontalmente contraria a lo que enseñan el Catecismo, Santo Tomás y toda la moral de la Iglesia.
En su artículo 1903, el Catecismo enseña:
“La autoridad sólo se ejerce legítimamente si busca el bien común del grupo en cuestión y si, para alcanzarlo, emplea medios moralmente lícitos. Si los dirigentes proclamasen leyes injustas o tomasen medidas contrarias al orden moral, estas disposiciones no pueden obligar en conciencia. “En semejante situación, la propia autoridad se desmorona por completo y se origina una iniquidad espantosa” (PT 51)”.
Por lo tanto, aprobar leyes frontalmente “contrarias al orden moral” no solo no es lo que “debe hacer” el Estado, como pretende el cardenal, sino que es un ejercicio ilegítimo de su poder y supone que la “propia autoridad se desmorona por completo y se origina una iniquidad espantosa”. Todas las mayorías del mundo no pueden hacer buena una ley injusta y la tiranía de las mayorías es tan tiránica, o quizá más, que la tiranía de un solo hombre.
Santo Tomás era un hombre tranquilo, pero si hubiera escuchado a uno de sus discípulos afirmar lo que ha afirmado este cardenal dominico, habría dado un puñetazo en la mesa suficiente para partirla en dos. Desgraciadamente, la confusión desatada por Amoris Laetitia en torno al matrimonio no es un hecho puntual: ya entonces me vi obligado a advertir que esa confusión se extendería a la velocidad del rayo al resto de la moral católica. Y así ha sido.
La situación de la Iglesia no deja de agravarse. Como dice el benemérito Mons. Conley, obispo de Lincoln, “en la Iglesia parece haber ciertas voces, algunas de muy alto nivel, que están poniendo en cuestión algunas verdades fundamentales sobre el ser humano”. Quieren que la sal cristiana se vuelva sosa, por el extraño convencimiento de que, si su sal deja de ser salada, el mundo la aceptará con los brazos abiertos. No solo parecen haber perdido la fe, sino también la razón y el sentido común.
Sed non praevalebunt.
82 comentarios
"espero que a Conley le falte mucho para la edad de jubilarlo"
Aún le falta una década para jubilarse.
"A ningún católico homosexual se le obliga a casarse."
Si lo piensa un poco, verá que eso es tan absurdo como proponer que regalen el título de ingeniero en las bolsas de patatas fritas y, cuando un ingeniero de verdad proteste por ese despropósito, decirle que no tiene derecho a protestar porque quien lo desee puede seguir estudiando cinco años para sacarse el título. Si se da el título al que no lo ha ganado, el valor de ese título desaparece. Si se considera legalmente matrimonio lo que no lo es, la figura civil del matrimonio se destruye para todos. Si todo es matrimonio, nada es matrimonio.
A eso se une que, como pueden atestiguar multitud de colegios, pasteleros, hoteleros y otros muchos cristianos, esas leyes siempre terminan machacando al que no está de acuerdo con ellas. A otro perro con ese hueso, que no somos tontos.
Por otro lado, como se dice en el artículo, una ley injusta es intrínsecamente tiránica, al margen de las obligaciones que imponga.
Que el Espíritu Santo te siga iluminando, para que seas una lámpara encendida en medio de tanta oscuridad.
a los católicos homosexuales s casarse, pero obliga ,por ejemplo, a un juez católico a casar dos homosexuales. Si no lo hace , si no tiene permitido objetar puede perder su trabajo o ir a la cárcel. De todas maneras, es como bien dice Bruno , se está equiparando esa aberración contra natura, con el matrimonio verdadero. En cuanto al cardenal austriaco... Qué se puede esperar?? No vieron cómo celebra la misa?? Si comete abusos en el Santo Sacrificio, qué le importará lo del matrimonio?
Por un lado, tienes toda la razón. Pero por otro ¿ qué opción tenemos ? Debemos seguir apelando al instrumento que Dios nos dió, la razón, para conocer la Verdad ¿ no ? Pienso en Benedicto hablando una y otra vez contra el relativismo ¿ convenció a todo el mundo ? Claro que no. ¿ Fué inútil su esfuerzo ? De ninguna manera. Estoy seguro que todos los que leen Infocatólica hemos aprendido muchísimo de él y se lo agradecemos.
Yo no apoyo incluirlas en el Sacramento.
Pero quizás una union canonica sea pertinente.
Y asimismo hay que defender el matrimonio homosexual civil, básicamente para que la ultraderecha friki se quede sola con sus ensoñaciones nacionalcatolicas.
La democracia liberal está diseñada como instrumento de la usura internacional para someter y conducir hacia la disolución en una gobernanza mundial masónica a todas las naciones que tenemos la desgracia de no haber podido conservar un sistema de gobierno fundamentado en la ley de Dios, que procura que las leyes que rigen sobre la nación sean acordes a la ley natural y la ley divina y que, en definitiva, permite la meta última de todo pueblo: vivir en el futuro, apuntalando los elementos que aseguran la continuidad de su vida, como la fe católica y la tradición en el caso de España e Hispanoamérica. La democracia liberal será desterrada o nos destruirá, no existen atajos ni caminos alternativos: o el Occidente cristiano vuelve a un sistema de gobierno sometido a la ley divina o está condenado a desaparecer. Podemos aceptar esta realidad por las buenas o por las malas, pero al final se impondrá porque ningún pueblo se deja llevar al matadero. ¡Gloria a Dios!
"Si los homosexuales van a mantener relaciones sexuales es mejor que lo hagan bajo un compromiso"
Claro. Y si alguien va a robar un banco, es mejor que el Ministerio del Interior le dé licencia de armas para hacerlo. Eso no tiene ni pies ni cabeza.
"Yo no apoyo incluirlas en el Sacramento. Pero quizás una union canonica sea pertinente"
Claro. Y también una ceremonia religiosa para celebrar el adulterio, que es igualmente un pecado mortal. Tampoco tiene ningún sentido.
"Y asimismo hay que defender el matrimonio homosexual civil, básicamente para que la ultraderecha friki se quede sola con sus ensoñaciones nacionalcatolicas"
Como se puede leer en el artículo (o en el Catecismo) las leyes que contradicen las normas morales son injustas, tiránicas, ilegítimas y nulas, así que los católicos no las pueden defender.
Bruno: Esto me recuerda que cuando se preparaba la legalización del matrimonio entre homosexuales, la Iglesia española organizó una manifestación en Madrid a la que asistí con un grupo de amigos. Pues bien, sin tener nada que ver con nosotros, dos chicas que iban delante portaban una pancarta que decía simplemente: "NO ES LO MISMO". Enseguida nos identificamos con ellas y rompimos el silencio coreando el eslogan "no-es-lomismo". Corrió como la pólvora, pero hete aquí que por la otra parte de la calzada ascendía un grupo numeroso de jóvenes con instrumentos de hacer ruido y ahogaron nuestras voces (aunque creíamos que habían acudido a participar en la misma, luego pensé que a lo que habían venido en realidad era a reventarla).
Y es que la batalla del léxico tiene su importancia, a veces trascendental:
¿por qué tenían ese interés en denominarlo igual?. No me creo que fuese por simple pereza mental.
Como ya le hemos señalado en más de una ocasión, lo que haga la "abrumadora mayoría" de los católicos no es criterio de nada. La abrumadora mayoría de los católicos peca de vez en cuando y llevan dos mil años haciéndolo, pero eso no hace que pecar sea bueno.
El divorcio sigue siendo tan moralmente malo como lo era hace cincuenta años o cien o mil. Nada tiene que ver con estas cosas la libertad de culto, que en la práctica es una cuestión de grado o prudencial. La Iglesia nunca ha aceptado que se obligue a alguien a convertirse, pero tampoco acepta que el Estado apruebe que las personas puedan hacer lo que les venga en gana por el hecho de que se lo diga su religión (falsa), ni que se pretenda que todas las religiones son iguales. Entre esos dos extremos, cuál el punto adecuado en unas circunstancias determinadas suele ser una cuestión prudencial.
"Desde cuándo la Iglesia le importa lo que pasa bajo unas sábanas?"
Desde los mandamientos. Para presentarse usted como católica está bastante poco informada.
"o el Occidente cristiano vuelve a un sistema de gobierno sometido a la ley divina o está condenado a desaparecer"
Lleva años desapareciendo. O mejor dicho, suicidándose a marchas forzadas. Y cuanto peor van las cosas, más insisten en seguir en la misma dirección, pero más rápido.
Uno de los fines de tales procesos es evitar el adulterio, declarando, según ciertas causales, que los esposos nunca estuvieron realmente casados y, por lo tanto, fue inválido su matrimonio previo. Este tema es algo tangencial, pero me parece también algo pertinente, considerando que últimamente se ha hablado mucho de algunas relaciones adúlteras que, a raíz de la exhortación AL, venían comulgando el Cuerpo de Cristo.
"Si los homosexuales van a mantener relaciones sexuales es mejor que lo hagan bajo un compromiso."
La sodomía mata, le roba a quien la ejerce entre 10 y 20 años de vida. La solución es muy simple, no tener relaciones. Michael Voris, ex-gay, es un claro ejemplo de lo que la religión católica puede hacer por los sodomitas.
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Es verdad Bruno, se puede sentir con una intensidad que estremece, al menos a mí me pasa. Muchas veces pienso que Occidente (sobre todo Europa y EEUU) ha sobrepasado el punto de no retorno, que este nivel de degradación moral ya no tiene marcha atrás y que esto sólo puede arreglarlo la Parusía; pero al mismo tiempo siento que Dios quiere que Sus soldados luchen por cambiar lo que parece irreversible, siento que el Señor ya está poniendo fin al reinado del anticristo pero quiere que luchemos con Él. No sé cuántos años, cuántas décadas puede llevar que Occidente termine de caer en el abismo y vuelva la mirada al Señor Jesús, quizás solamente a través de acontecimientos sumamente dolorosos pueda completarse la destrucción de las estructuras de poder del Nuevo Orden Mundial y ese viraje hacia Dios por parte de Occidente que hoy nos parece imposible... Que sea como Dios disponga, lo importante es que quienes van a quedar serán del Señor:
"¡Despierta, espada, contra mi pastor, y contra el hombre de mi compañía!, oráculo de Yahveh Sebaot. ¡Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeños! Y sucederá en toda esta tierra – oráculo de Yahveh – que dos tercios serán en ella exterminados (perecerán) y el otro tercio quedará en ella. Yo meteré en el fuego este tercio: los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre y yo le responderé; diré: «¡Él es mi pueblo!» y él dirá: «¡Yahveh es mi Dios!»"
Za 13,7-9
Un abrazo Bruno.
Hasta las religiones se desnaturalizan perdiendo su esencia para recrear una de pensamiento único adaptada al mundo. El principio universal es que el ser humano pierda su dimensión sobrenatural, y claro, para recrear el mundo hay que recrear primero al mismísimo Dios, querer lo que El no quiso, y hacer lo que El no hizo. Paz y Fraternidad a costa de lo que sea.
Es el NOM quien está marcando la pauta de todo lo que tenemos que pensar, creer, aceptar... este es el nuevo dios que se le ofrece al mundo.
Si alguien preguntara, dado que los alcohólicos se van a emborrachar, ¿no sería mejor que se les dejara que lo hicieran con determinado tipo de bebidas? La respuesta es no, la solución no es administrar las bebidas, sino dejar de emborracharse. Eso es lo único que puede evitar que aceleren su muerte. Pues lo mismo con los sodomitas: lo único que los puede salvar es dejar de realizar las prácticas que llevan al cementerio.
El partido comunista afirma falsamente que habla a nombre del pueblo. El lobby gay afirma, igual falazmente, que lo hace por los homosexuales. Ambos grupos son tratados como enemigos mortales de quienes afirman ser sus "representantes".
¿Tiene Iglesia católica hospitales para atender a enfermos del SIDA? Por supuesto, es el principal proveedor para dichos servicios a los enfermos.¿Y el lobby gay? No, ninguno, no les interesa. ¿Por que el lobby no tiene hospitales sabiendo que 82 % de los nuevos contagios son sodomitas.? Porque si los tuviera, estaría aceptando lo que niega, que la sodomía mata.
- Pienso que es mucho más fácil conseguir reconocer que seis sacramentos son de orden estrictamente espiritual y el séptimo es sencillamente una consagración particular de una institución CIVIL previa y, por tanto, a veces sí, a veces no, sujeta a legislaciones, costumbres, mentalidades, pactos, conveniencias, y luego independientemente mandamientos para quien así libremente quiera planteárselo de esa manera y pro domo sua.
En ese sentido, es verdad que ningún católico está obligado a contraer matrimonio no canónico, como tampoco a ningún agnóstico vamos a entusiasmarle si le decimos que su matrimonio alcanzaría más plenitud si lo elevase a rango espiritual. A cada cual le sirve lo que le sirve, si es que le sirve.
Y ya que estamos invocando la razón y el sentido común, lo mejor es que no caigamos en el chiste rápido, e insultante, de tomar por "ingenieros de bolsa de paratas fritas" a respetables ciudadanos que no tienen más maldad que querer pasar acompañados, tranquilos y libres por este valle de lágrimas. Y si la legislación de su país les comprende y no les persigue ni les niega hasta la herencia, pues dichosos.
desde el punto de vista de la ética natural, la que todos tenemos inscrita en el corazón, el matrimonio es la institución que protege la maternidad la maternidad, de ahí viene su nombre. Ojo, no de "matriz", como falsamente se afirma en ciertos círculos, de hecho, matriz toma su nombre de maternidad. Nadie puede negar que la realidad de ser madre fue mucho antes de descubrir que las mujeres tienen útero o matriz.
Los homosexuales no pueden crear vida o maternidad, en consecuencia, no es matrimonio.
No es que sea una cuestión de cristianos y no cristianos, sacramentos y no sacramentos sino de sentido común.
Cuando empezaron a "salir" textos de sus actuaciones, me quedé muy perplejo y pensaba que era problema mío porque no acertaba a comprender lo que quería decir.
Ahora veo que no era "mi problema"; a otros les ha sucedido lo mismo. ¡Qué pena hacerse "mayores" para sacar los pies del tiesto al final de sus días.
Cuando empezaron a "salir" textos de sus actuaciones, me quedé muy perplejo y pensaba que era problema mío porque no acertaba a comprender lo que quería decir.
Ahora veo que no era "mi problema"; a otros les ha sucedido lo mismo. ¡Qué pena hacerse "mayores" para sacar los pies del tiesto al final de sus días!.
"E de ti, ó Roma, o que será? Roma ingrata, ROMA EFEMINADA, Roma soberba! Tu chegaste a tal ponto que já não buscas outra coisa nem admiras no teu Soberano senão o luxo, esquecendo que a glória tua e dele está no Gólgota. Agora ele está velho, caindo, inerte, espoliado, e no entanto, com sua palavra escrava faz tremer o mundo todo."
Roma!… eu voltarei quatro vezes para ti!
Na primeira, sacudirei tuas terras e os que nela habitam.
Na segunda, levarei a destruição e o extermínio até aos teus muros.
E tu ainda não abre os olhos?
Voltarei pela terceira vez, abaterei as defesas e os defensores, e ao comando do Pai entrará o reino do terror, do susto e da DESOLAÇÃO.
Mas os meus sábios fugirão e a minha lei continua até agora pisada, e por isso farei a quarta visita. AI DE TI SE A MINHA LEI FOR AINDA UM NOME VAZIO PARA TI! ACONTECERÃO PREVARICAÇÕES ENTRE OS SÁBIOS E ENTRE OS IGNORANTES. O teu sangue e o sangue dos teus filhos lavarão as manchas que tu produziste na lei do teu Deus."
Não vamos obscurecer propositalmente nossa inteligência. O ABOMINÁVEL DA DESOLAÇÃO JÁ ESTÁ NO LOCAL SANTO. Estamos próximos do Anticristo e da segunda vinda de Cristo.
Basta que lea el artículo (recomiendo siempre que se haga antes de comentar) para ver que lo que he dicho no es más que doctrina de la Iglesia. Toda ley radicalmente contraria a la ley moral es, por su propia naturaleza, ilegítima, tiránica, violenta e inaceptable. Lea el Catecismo, que así lo dice.
Pretender que un católico deba "respetar" esas leyes es no conocer lo más básico de la moral católica. Lo inmoral, ilegítimo y tiránico no se respeta.
No es cierto que la moral de la Iglesia Católica sólo concierna a los que son parte de ella. La moral de la Iglesia es expresión de la ley natural, que es obligatoria para todo ser humano creado por Dios, por su propia naturaleza de criatura. No existe la menor duda de que la ley tratada en el artículo es radicalmente contraria a la ley natural. Es algo muy básico.
"Esa ley que mencionas trata sobre un contrato civil entre personas y se supone, salvo que se pruebe lo contario, que no afecta la vida y derechos de otras personas"
Eso es contrario a la experiencia más evidente. Los pasteleros, hoteleros, agencias de adopción y colegios cristianos que han tenido que sufrir multas o cerrar sus negocios, los jueces y otros funcionarios que han tenido que cambiar de empleo, los padres que tienen que sufrir que a sus hijos se les adoctrine inmoralmente en colegios públicos, las asociaciones como Hazte Oír que sufren ataques implacables del gobierno y todos los que no pueden expresar la verdad por las leyes mordaza y otros muchísimos han experimentado en sus propias carnes la falsedad de esa afirmación. Todo lo que hace el Estado afecta a la vida y los derechos de las personas. A otro perro con ese hueso.
"Sobre esto, algunos me considerarán retrógrado, me parece muy bien que se imponga el celibato (abstinencia carnal) a todos los sacerdotes con tendencia o experiencia homosexuales"
De nuevo, no entiende usted de lo que está hablando, a pesar de que también es algo muy básico. El celibato es la promesa de no casarse, no la promesa de guardar la castidad perfecta o la "abstinencia carnal", como dice usted. Eso es obligación moral de todos los seres humanos fuera del matrimonio y no propia de los sacerdotes, sean del tipo que sean.
"De acuerdo en que es doctrina de la Iglesia. Lo que sostengo es que la ley natural (la que todo hombre creado esta preparado para recibir como "éticas eternas") es parte de la moral de la Iglesia Católica"
Acaba usted de afirmar lo contrario en el comentario anterior: "La ley natural nos comprende a todos y la moral de la Iglesia Católica a quienes son parte de ella".
"Tu comentario sobre el celibato, en principio, no se ve que coincida con la definición como don por san Paulo VI"
Esta afirmación, hasta donde puedo ver, no tiene sentido. ¿Por qué no va a ser un don el hecho de renunciar al matrimonio por el Reino de los cielos?
La respetabilidad también es un concepto civil, el ladrón no es respetable si le cogen con las manos en la masa, si no es así es respetabilísimo. Las legislaciones de los países siempre "comprenden" más y mejor que Dios, por eso existen las leyes injustas mientras que Dios siempre es Justo. "Ley injusta" no es un oxímoron porque la Ley y la Justicia no son el mismo concepto.
"Digo que la moral de la Iglesia Católica "excede" la ley natural"
Eso es incorrecto, al menos en cuanto a las obligaciones morales, que es de lo que estamos hablando: las obligaciones morales son morales porque son naturales.
Quizá usted confunde la moral con los preceptos rituales, como no comer carne los viernes de cuaresma, ayunar en miércoles de ceniza y antes de comulgar, o ir a Misa los domingos y fiestas de guardar, confesarse una vez al año, etc. Esos preceptos no son propiamente morales y por eso se pueden dispensar. Los preceptos morales no son dispensables y son comunes a todos los hombres, aunque por supuesto su cumplimiento práctico dependa de las circunstancias.
En cualquier caso, no hay la más mínima duda de que la inmoralidad de las relaciones entre personas del mismo sexo es un precepto de ley natural. Por eso, como le indicaba, su postura es indefendible.
"Y sobre el celibato, formar pareja sexual no es renunciar al matrimonio"
Formar pareja sexual no tiene nada que ver con el matrimonio. No es ni renunciar al matrimonio ni no renunciar a él. Son cosas diferentes. Como le digo, tener relaciones sexuales (excepto en el matrimonio) y más aún relaciones de tipo homosexual está prohibido por la moral para todos los católicos. El celibato es otra cosa. Luego no tiene sentido decir que impondría el celibato a los sacerdotes homosexuales, que ya están obligados a no tener relaciones homosexuales al margen del celibato.
Saludos.
El articulista afirma que esta declaración es "un torpedo dirigido a la línea de flotación de la moral católica" y citando a santo Tomás expresa que una legislación disconforme a la justa razón es injusta y violenta. Por tanto, inaceptable. El mal llamado 'matrimonio homosexual' no puede ser aceptado por ningún cardenal y choca con la afirmación "hace mucho que aceptamos". El articulista declara respecto a la calificación del mal llamado 'matrimonio homosexual' que no hay alternativa moralmente legítima que lo justifique. El redactor del artículo recuerda el artículo 1903 del CIC (Catecismo de la Iglesia Católica) que recoge el juicio tomista arriba señalado. Concluye, tomando prestadas las palabras del Obispo de Lincoln que "en la Iglesia parece haber ciertas voces, algunas de muy alto nivel, que están poniendo en cuestión algunas verdades fundamentales sobre el ser humano".
Me gustaría hacer algunas puntualizaciones previas a este artículo:
1. Al igual que el hombre cuando cayó en el pecado original no dejó de ser hombre, la ley que cae en el pecado no deja de ser ley. Hombre y leyes empecatados, sí, pero hombres y leyes, al fin y al cabo.
2. En los momentos de persecución religiosa de los primeros siglos, los cristianos no dejaron de someterse al Estado. Sólo en los momentos en que la vida y el anuncio cristiano requería obedecer a Dios antes que a los hombres, los fieles cristianos eran capaces de anteponerse a las propias leyes del Estado.
3. Hoy, al igual que en los primeros siglos de la era cristiana y como los israelitas en Babilonia u otras minorías cristianas en Estados no cristianos, vivimos en una sociedad en donde el Estado no es cristiano, cuando no persecutor. Cuanto antes asumamos esto, mejor.
De estos tres puntos se deduce que el cristiano debe saber desarrollar su actividad evangelizadora con independencia de que el ambiente sea favorable o no y que, el hecho de que el Estado no siga una inspiración cristiana, es más, el hecho de que el Estado incurra en un estado de injusticia, no le deslegitima. El orden social, al igual que el orden natural, mantiene una autonomía permitida y deseada por Dios. La introducción del pecado en las leyes que regulan esta autonomía (que no soberanía) no las deslegitima ni invalida. A lo sumo las desautoriza. Pero como se enseña en derecho, una cosa es la validez y otra la licitud. La libertad del Estado, al igual que en el hombre, le dirige a Dios, no al pecado; sin embargo, la concupiscencia está ahí, y puede llevar, tanto al Estado como al hombre a caer en el influjo de Satán. Concluyo estas puntualizaciones previas señalando que los cristianos debemos saber dónde estamos para actuar en consecuencia y llevar el poder salvador de Cristo a este mundo. Somos ovejas en medio de lobos, y el Estado siempre ha formado parte del mundo, aún en la Cristiandad. Y el mundo, como bien sabemos, es uno de los tres enemigos del hombre.
Dicho esto, es necesario recordar que un sistema democrático es, por naturaleza, relativista. He aquí el primer gran error del articulista, y de muchos, que han acabado divinizando la democracia como si fuera el mejor de los sistemas. Personalmente, creo que un sistema lo hace bueno el corazón del gobernante, pero esa es otra historia. Las leyes son dictadas en estos sistemas por el Poder Legislativo, llevadas a cabo por el Poder Ejecutivo e interpretadas por el Poder Judicial. Si una ley injusta es aprobada, ésta es legítima, nos guste o no.
El segundo gran error del articulista está en someter al cristiano al Estado. Si bien el cristiano debe someterse al Estado con el fin de llevar a cabo una convivencia y orden social, no le debe obediencia sino a Dios. Si el Estado tiene legitimidad para aprobar y regirse por leyes injustas, la legitimidad del cristiano es mayor aún para obedecer antes a Dios. En estos casos, el Estado mantiene su legitimidad, pero ha perdido su autoridad y, en el caso del martirio, incluso el poder. Es la lógica de la Cruz.
En medio de un falso juicio, amañado, decidido desde el principio, con falsos testigos, Cristo no abrió la boca para defenderse. Asumió las leyes del Estado para morir como Jesús Nazareno, Rey de los Judíos. Se sometió a las autoridades palestinas. Pero fue su victoria sobre el demonio, el mundo y la carne la que mostró con solemnidad y dignidad que ese silencio era la manifestación de su Soberanía sobre el Estado. Cristo es libre.
Os equivocáis si pensáis que la salvación vendrá del Estado. El Estado pertenecerá al orden del mundo hasta la venida del Salvador. Y esto es lo que está indicando el cardenal. Gran parte de la Iglesia está cayendo en la trampa del democratismo y del pseudomesianimo. Si el Estado quiere negar a Dios, es su problema; y si nos dirigimos a una GM3, pues per para todos... pero el verdadero y único Soberano es Dios, ni los reyes, ni los príncipes de este mundo, ni los pueblos.
Es que usted no conoce cosas básicas de la moral cristiana. Por eso se hace constantemente un lío y resulta muy difícil entenderle. No lo digo para ofenderle, sino para que comprenda dónde está el problema.
"pero eso de que naturalmente sea inmoral, contradice que la homosexualidad lamentablemente para gente con mis gustos, es sin duda propia de la naturaleza"
Por ejemplo, no entiende lo que significa naturaleza. La naturaleza no son los instintos. La naturaleza del ser humano es su esencia, creada por Dios. Es natural lo que se ajusta a la voluntad de Dios para el hombre, a lo que verdaderamente le lleva a la plenitud humana. Y el hombre no ha sido creado para tener relaciones homosexuales (ni para el adulterio, el bestialismo, la necrofilia, etc., aunque haya personas a las que les apetezca hacer esas cosas). En ese sentido, cuando a uno le apetece hacer algo contrario a la ley divina, lo natural es someter esa apetencia a la razón y no dejarse llevar por ella.
Pienso que es mucho más fácil conseguir reconocer que seis sacramentos son de orden estrictamente espiritual y el séptimo es sencillamente una consagración particular de una institución CIVIL previa...¿Institución civil previa? Veo que olvidaste lo dicho por Dios en el Génesis a Adán y Eva (Génesis 2,24). ¿Qué institución civil existía previa a esas palabras de Dios? Y no solo olvidaste el Génesis sino también a las palabras del Señor cuando se refirió precisamente a ese pasaje para señalar la indisolubilidad del matrimonio (Mateo 19:5-6).
En ese sentido, es verdad que ningún católico está obligado a contraer matrimonio no canónico, como tampoco a ningún agnóstico vamos a entusiasmarle si le decimos que su matrimonio alcanzaría más plenitud si lo elevase a rango espiritual.Seguro, a este último le será más provechoso vivir en adulterio y condenar su alma por toda la eternidad. Que el agnóstico no crea en Dios no lo va a liberar de su juicio particular ante el Creador ante el que deberá responder por todas sus conductas contrarias a los mandamientos. Y si tú tuvieras caridad, le dirías tales cosas.
Y ya que estamos invocando la razón y el sentido común, lo mejor es que no caigamos en el chiste rápido, e insultante, de tomar por "ingenieros de bolsa de paratas fritas" a respetables ciudadanos que no tienen más maldad que querer pasar acompañados, tranquilos y libres por este valle de lágrimas. Y si la legislación de su país les comprende y no les persigue ni les niega hasta la herencia, pues dichosos.Si tú piensas así, de verdad que tu alma está en peligro. "De que le vale al hombre ganar el mundo y perder su alma". Sí, menuda ganancia el pasar por este valle de lágrimas acompañados, tranquilos y libres y pasar el resto de su existencia entre llantos y crujir de dientes. El cuerpo lo es todo, el espíritu no aprovecha para nada. ¿O era al revés? Pero lo peor de tu afirmación es que llamas "dichosos" a los que se encaminan hacia una condenación segura. Y no solo porque hacen práctica de aquello a lo que Dios mismo llamó "abominación", sino porque con su ejemplo escandalizan, incitan al pecado a otros. Como lo estás haciendo tú al hacer apología de una conducta reprobada por el Altísimo.
Gracias por su comentario.
"Al igual que el hombre cuando cayó en el pecado original no dejó de ser hombre, la ley que cae en el pecado no deja de ser ley. Hombre y leyes empecatados, sí, pero hombres y leyes, al fin y al cabo"
Las leyes no son personas, así que no pueden caer en pecado. Lo que pueden es ser justas e injustas. Y una ley injusta, como ya hemos señalado, no es ley.
"El orden social, al igual que el orden natural, mantiene una autonomía permitida y deseada por Dios. La introducción del pecado en las leyes que regulan esta autonomía (que no soberanía) no las deslegitima ni invalida. A lo sumo las desautoriza. Pero como se enseña en derecho, una cosa es la validez y otra la licitud."
Me temo que no es eso lo que creemos los católicos. Lea el Catecismo (especialmente en su caso, es importante que se forme bien sobre este tema): “La legislación humana sólo posee carácter de ley cuando se conforma a la justa razón; lo cual significa que su obligatoriedad procede de la ley eterna" (Catecismo 1902).
Una ley injusta no es válida ni tampoco lícita. De hecho, como acaba de leer, no obliga y ni siquiera tiene carácter de ley. No es ley.
En cuanto a la autonomía del orden social, como enseña la Iglesia, es una autonomía "de la esfera civil y política de la esfera religiosa y eclesiástica – nunca de la esfera moral" (Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, CDF 2002), que es precisamente de lo que estamos hablando. No existe una autonomía del orden social respecto de la moral, porque la ley moral es universal.
"Somos ovejas en medio de lobos"
Sin duda.
"y el Estado siempre ha formado parte del mundo, aún en la Cristiandad. Y el mundo, como bien sabemos, es uno de los tres enemigos del hombre."
Eso no es cierto. El Estado es una parte naturalmente legítima y querida por Dios para la sociedad humana, luego no se puede afirmar que siempre forme parte del mundo en el sentido teológico del término.
"Dicho esto, es necesario recordar que un sistema democrático es, por naturaleza, relativista"
Eso tampoco es cierto. Un sistema demagógico es, por naturaleza, relativista (al igual que un sistema tiránico o uno oligárquico). En cambio, los sistemas democráticos, monárquicos o aristocráticos, en el buen sentido de esas palabras, no tienen por qué ser relativistas y pueden ser perfectamente adecuados para la sociedad humana y cristiana.
"He aquí el primer gran error del articulista, y de muchos, que han acabado divinizando la democracia como si fuera el mejor de los sistemas"
Je, je. Nada más lejos de mi pensamiento, la verdad. No sé de dónde ha podido sacar esa idea. Me han acusado varias veces de lo contrario, pero nunca de divinizar la democracia. En fin, para todo hay una primera vez.
"Si una ley injusta es aprobada, ésta es legítima, nos guste o no"
Como le digo, eso es positivismo jurídico y no es lo que enseña la Iglesia, sino más bien lo contrario. Una ley injusta no es ley, no tiene ninguna obligatoriedad.
"El segundo gran error del articulista está en someter al cristiano al Estado"
De nuevo no tiene nada que ver con nada que haya dicho yo.
"Si bien el cristiano debe someterse al Estado con el fin de llevar a cabo una convivencia y orden social, no le debe obediencia sino a Dios"
Esto, una vez más, no es lo que creemos los católicos. Basta que consulte el Catecismo, en concreto los artículos 1897 en adelante. La obediencia a las autoridades legitimas es una obligación moral derivada del cuarto mandamiento. Ciertamente, no es una obediencia absoluta, pero sí real y moralmente necesaria.
"Si el Estado tiene legitimidad para aprobar y regirse por leyes injustas, la legitimidad del cristiano es mayor aún para obedecer antes a Dios. En estos casos, el Estado mantiene su legitimidad, pero ha perdido su autoridad y, en el caso del martirio, incluso el poder. Es la lógica de la Cruz."
Es que, como ya le he dicho, el Estado no tiene esa legitimidad para aprobar leyes injustas, que no sería más que aparente. Otra cosa muy diferente, que es lo que parece confundirle, es que una ley o decisión injustas del Estado (y por lo tanto nulas) no hacen necesariamente que el Estado en sí sea ilegítimo. Por eso los cristianos han rezado por el Emperador aunque algunas de sus decisiones fueran injustas (y, por lo tanto, nulas).
"Os equivocáis si pensáis que la salvación vendrá del Estado"
Hasta donde puedo ver, nadie ha afirmado eso. Ni yo ni ningún comentarista.
"El Estado pertenecerá al orden del mundo hasta la venida del Salvador."
De nuevo, esto no es católico. El Estado en sí mismo (o mejor dicho, la autoridad civil) es una realidad buena y querida por Dios que puede y debe ejercerse de acuerdo con la voluntad de Dios. Es toda la doctrina sobre el reinado social de Cristo, que sería bueno conocer.
"Si el Estado quiere negar a Dios, es su problema"
Es su problema y nuestro, ya que es la autoridad temporal sobre nuestra sociedad. Y tenemos el derecho y el deber de denunciar las leyes injustas para el bien de los hombres.
"el verdadero y único Soberano es Dios, ni los reyes, ni los príncipes de este mundo, ni los pueblos"
Una vez más, no es eso lo que creemos los católicos. Puede haber y de hecho hay soberanos humanos, que precisamente reciben su autoridad de Dios, como enseña la Iglesia. Dios es el Rey de Reyes, pero eso no impide que haya verdaderas autoridades humanas (sean monárquicas, democráticas o de otro tipo) queridas por Dios.
Ánimo y fórmese bien. El Catecismo es un instrumento estupendo para ello.
Saludos.
"No le dejas de decir a nadie que señale errores tuyos, que “no conoce cosas básicas de la moral cristiana; que no se le puede entender; etc. pero siempre acompañado de un dudoso “no lo digo para ofenderle”."
Es que usted no señala errores míos, porque no llega a comprender nada de lo que hablamos. Yo lo siento e insisto en que no quiero ofenderle, pero es así. Dice palabras y palabras pero no las entiende. Por eso es muy fatigoso hablar con usted. Me gustaría poder decirle otra cosa, pero no puedo.
"El hombre en su naturaleza es capaz de pecar desde su creación, ya desde antes de su caída"
Ser libre no es lo mismo que ser pecador. Son cosas completamente distintas. Dios hizo al hombre para que fuera libre, no para que pecara.
"Lo natural es lo que vemos/comprobamos del hombre. Por eso sobrenatural es la gloria eterna."
Eso no tiene nada que ver con lo que creemos los católicos. Lo natural es lo que es el hombre en sí mismo como criatura de Dios. El pecado no es algo natural en el hombre, sino precisamente lo más antinatural que existe: el daño que ha sufrido la naturaleza humana por el pecado.
Por supuesto, puede usted tener las ideas que mejor le parezca, pero conviene que entienda que todo eso que dice no tiene nada que ver con el catolicismo.
Me rindo. Sigue sin entender nada. Me gustaría ser capaz de ayudarle, pero no puedo. Lo siento mucho.
Muchas gracias por su comentario y su preocupación. Si no recuerdo mal, de las monjas de Port Royal se decía que eran puras como ángeles, porque habría sido bastante poco apropiado elogiar la belleza física de una monja, pero entiendo perfectamente lo que quiere decir. Es un tema muy interesante.
Me atrevo a señalar, sin embargo, que, para entender a quien escribe un blog, conviene haber tenido uno, porque no todo es lo que parece desde fuera. Los blogs, y más especialmente los que tratan temas polémicos, son imanes que atraen a los trolls, es decir, personas que publican de forma compulsiva mensajes irrelevantes, engañosos, insultantes, ignorantes, descorteses o para distraer, algunos de forma intencionada y otros inconsciente. A lo largo de la vida de este blog, habré recibido literalmente miles de mensajes de ese tipo. A menudo, con una dosis de rencor asombrosa y muchos, aunque no lo vean los lectores, tienen detrás un historial de mensajes insultantes, descorteses, engañosos y hasta amenazadores anteriores, como es el caso de varios de los comentaristas a los que he tenido que contestar en este mismo post. Otros simplemente no están bien del todo de la cabeza. Los trolls son como los icebergs, casi siempre hay mucho más de lo que se ve a primera vista. Como es lógico, el lector que llega in medias res no sabe eso y cree que mi respuesta es desproporcionada. Pero normalmente no es así, porque no es una respuesta a alguien que simplemente acaba de aparecer, sino al enésimo mensaje inapropiado de la misma persona.
Quizá lo que debería hacer es, simplemente, borrar sus comentarios, pero intento no hacerlo con la esperanza de que les sirva de algo venir al blog y, francamente, porque los comentarios me parecen interesantes. En algún momento, sin embargo, hay que decir basta y soy consciente de que, cuando lo hago, quedo como el malo de la película, pero eso da igual. Cuando he censurado o reprendido a alguien, yo diría que el fallo prácticamente siempre ha sido no haberlo hecho antes.
Por otra parte, cuando alguien claramente no sabe lo suficiente para intervenir en una discusión y aún así lo hace con gran seguridad e inconsciencia, mi norma es decírselo. Hasta donde puedo ver, eso no es soberbia, sino exactamente lo contrario, porque es verdad y la humildad, como decía Santa Teresa, es la verdad. No hay soberbia ninguna en reconocer el simple hecho objetivo de que hay personas que no saben prácticamente nada de los temas sobre los que tratamos y, como no son conscientes de esa ignorancia, desprecian todo lo que se les pueda explicar sobre el tema y no hacen más que confundir a todo el mundo y desviar la atención. Del mismo modo que hay gente que no está capacitada para opinar en una discusión sobre Física, hay muchas personas que no están capacitadas para opinar sobre Teología. Nada hay de raro en ello. También es norma responder con firmeza al que viene al blog, ¡a mi casa!, con prepotencia y descortesía, acusándome o insultando. Quien comienza así no puede aportar nada.
Todo eso no significa, por supuesto, que no haya soberbia en mis acciones, que habitualmente están manchadas por ese pecado, pero me da la impresión de que a veces algunos lectores encuentran soberbia donde en realidad no la hay y, en cambio, no perciben mi verdadera soberbia.
En cualquier caso, gracias otra vez por su comentario y, sobre todo, por sus oraciones.
Para apreciar el pecado de soberbia me parece que hay que vivir con esa persona o percibir en un escrito un claro desprecio del otro por ultrajes continuos, considerando como tales ofensas explícitas.
Claro que se puede dejar un blog abierto y dejarlo así sin contestar, algunos lo hacen, pero deducir de esto que el bloguero es humilde es arriesgado. Uno de los personajes más soberbios de Dickens es Urias Heep cuya untuosidad es la cáscara vacía donde se aloja su soberbia.
Desde mi pequeño aporte, como Catequista, de toda la vida, antes - en-y después del Vat II- Gracias!!!
Gracias por hacernos reflexionar, sobre la "mutación" o el cambio... de personas como ese monseñor Schörborn del que tu nos hablas: La apreciación del prelado es bien errónea y nada Católica: que " hace mucho que aceptamos”... Está muy muy equivocado!
Mejor dicho, ya no vé bien... y debe usar "colirio" como dice el Apocalipsis.
Yo sigo a Bruno con mucho interés y, casi siempre coincido con sus puntos de vista. Solo, quizás un par de veces hemos diferido. Creo que, en verdad, atrae muchos tolls, y me divierten mucho las respuestas certeras que les da.
Personalmente, no soy tan paciente, así que después de la segunda necedad, yo hubiera empezado a borrar sus comentarios. Al cabo siempre vuelven, y con distintos seudónimos.
En México hemos tenido infinidad de leyes injustas, la constitución de 1917 es una agresión total y absoluta al pueblo mexicano, así que, seguimos al pie de la letra eso de "se obedece pero no se cumple".
Lamento haber utilizado una de tantas frases que carecen de sentido y haberme expresado tan mal, lo que quería decir es que la untuosidad es la máscara tras la que se esconde la soberbia de Urias Heep.
Actualmente ya no se estila ese tipo de falsa modestia, es más frecuente el disfraz de tolerancia.
"Como ha pasado algún tiempo y nadie corrige esta tontería lo hago yo misma: si la cáscara está vacía no puede alojar nada"
Je, je. No me había fijado.
La modestia y, sobre todo, la humildad son virtudes olvidadas casi por completo en la sociedad neopagana, más olvidadas incluso, creo yo, que la castidad. Probablemente porque es muy difícil o imposible ser humilde sin creer en Dios (al menos "de oídas", a través de los trascendentales del ser).
No confundir claridad y firmeza con "soberbia".
En cambio, noto un especial cultivo de la paciencia y la sencillez en Bruno.
El amor y pasión por la verdad pueden llegar a ser vehementes pero jamás "soberbios".
Aunque siempre cabe recordar que "la verdad no peca, pero incomoda". Aquél que es puesto en evidencia por la verdad expresada, regularmente se siente avergonzado y tiende a defenderse inopinadamente e incluso enconcharse en su error.
Si las democracias exigieron a aquella gente desobedecer leyes injustas ahora están cantando la palinodia. Una ley injusta no lo es porque sea producto de un totalitarismo sino por su propia esencia.
Los remordimientos de Eatherly, que destrozaron su vida, molestaron mucho a los americanos porque cuestionaban la inevitabilidad de las bombas y se pasó la vida de psiquiátrico en psiquiátrico. Es decir que del hecho de que una democracia te mande cumplir una orden no se deriva la inocuidad de ésta. Por lo tanto las democracias pueden dar órdenes, dictar leyes tan inicuas e interpelar tanto a las conciencias como como cualquier otro tipo de gobierno.
Será muy peligroso desobedecer leyes pero si los alemanes hubiesen desobedecido en bloque las de Nuremberg a lo mejor los judíos no habrían acabado en los campos de la muerte; y si olas y olas de antiabortistas inundaran las cercanías de los abortorios también es posible que se pensaran dos veces la ley del aborto. Los americanos llevaron a los alemanes a los campos de la muerte que decían no conocer, ¿nos gustaría a nosotros ver el funcionamiento de un abortorio? ¿A qué no? Pues es exactamente lo mismo.
Lo del Enola Gay entiendo que emocionalmente fuera mucho mas duro para el piloto que para el presidente; solo digo que el que hizo el mal objetivo (no el mal emocionalmente sentido, que no es muy relevante teologica o moralmente) fue el Presidente Truman, los demás debían obedecer porque en el calor de la guerra es muy difícil que pueda haber una evaluación objetiva y clara del mal de una acción que te ha sido ordenada, salvo que sean cosas evidentes como las relacionadas con el holocausto, o ejecuciones directas de civiles o prisioneros de guerra etc. Los bombardeos que no vayan directamente a objetivos militares caen bajo la doctrina del doble efecto, es decir, se puede justificar el bombardeo de un objetivo predominantemente civil si se busca un efecto militar que previsiblemente sobrepase en bien (o en mal evitado) el mal producido (en este caso el fin temprano de la guerra, que se consiguió, con sus bajas por millones probables; contra las cien mil victimas seguras e inmediatas). Juzgar eso es difícil y un piloto de guerra es muy improbable que tenga información suficiente para juzgarlo con claridad y justificar su desobediencia. El presidente Truman si tenía toda la información y si ordenó el bombardeo para evitar que la URSS entrase en el frente de Japón (por malo que eso fuese, que lo era), entonces no estaba justificado. Pero es algo que escapaba totalmente al piloto. Si lo hizo por ahorrar victimas entonces dependía, para hacer una buena evaluación, de la información que le proporcionasen sus expertos en estrategia, sus espias etc... información de la que el piloto carecía.
Lo de la anarquía lo digo porque cuando discutimos sobre estas cosas, y yo el primero, noto que es fácil deslizarse a cada uno aceptar la ley que le parezca buena. Y eso es anarquismo. Lo digo sobre todo por la cantidad de veces que he oído lo de las leyes injustas para justificar no pagar impuestos o negar que la Iglesia alemana tenga autoridad para exigir que los católicos alemanes paguen el impuesto religioso
En esto hay que ser precavidos y cuando hablamos de ley injusta, también también tenemos que saber si se refiere a la Justicia Divina o a la humana.
El conocimiento depende de los sentidos, si éstos no perciben nada lo lógico es que no pensemos en ello, por eso sintió remordimientos aquel que vio el hongo atómico y la destrucción posterior y no todos aquellos americanos que habían votado a Truman pero no vieron nada. Esa es la razón que, si percibimos alguna ley de este tipo prefiramos que nuestros sentidos no la capten. En este momento ninguno de nosotros estamos interesados, en el caso de que nos dejaran, en ver un abortorio como los alemanes del Reich tampoco estaban interesados en ver un campo de la muerte. A las noticias se puede hacer frente con muchas razonamientos, pero a los sentidos no les valen estas razones: ven, oyen, huelen...y eso es definitivo. Los alemanes cambiaron la forma de matar judíos por el coste que tenían que pagar sus tropas: locura y suicidios; los barracones con gas ziklon afectaban a muchas menos tropas y se hacían en lugares acotados. El aborto cumple con los mismos requisitos: poca gente para hacerlos y lugares cerrados a dónde no tiene acceso el grueso de la población. El dicho "ojos que no ven, corazón que no siente" es una gran verdad porque hay que tener mucha valor y empatía para luchar contra un mal sin percibirlo sensiblemente. Las noticias del Holocausto tenían que ser creídas o no por pruebas indirectas.
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