La Cenicienta en tierras de Virginia
Hace poco estuve viajando por el estado norteamericano de Virginia. Es una zona muy bonita del país y en ella abundan los lugares históricos y campos de batalla, pero lo que más llamó mi atención fue una de las cosas más pequeñas que vi durante mi estancia: una Lamium amplexicaule.
El nombre científico suena a serpiente pitón o a algún bicho igualmente feroz, pero en realidad se trata de una inofensiva plantita que recuerdo con cariño de los paseos de mi niñez, en los campos de la sierra toledana. Aunque sus flores son muy bellas y de una gran delicadeza, suelen pasar inadvertidas, porque también son minúsculas, de poco más de un centímetro. En consonancia con su belleza y su pequeñez, en español la planta recibe un nombre a la vez humilde y nobilissimus: zapatitos de la Virgen. Las flores tienen cierta semejanza con unos zapatos de fiesta femeninos, así que la piedad popular, a menudo más sabia que los teólogos, se los atribuyó a Nuestra Señora.
Confieso que me hizo mucha ilusión encontrar los zapatitos de la Virgen en los prados del Sur de los Estados Unidos, quizá llevados a aquellos lejanos parajes por los jesuitas españoles que los exploraron por primera vez. Me hicieron pensar que la Reina del Cielo también gusta de pasear por aquel rincón de la tierra y, en ocasiones, deja sus zapatos olvidados entre las flores, como una cenicienta celestial, para que los mortales nos acordemos de Ella y de su Hijo. Al verlos, sentí una gran ternura y, sabiendo que nada ocurre por casualidad en esta vida, puse en manos de nuestra Madre a varios familiares y amigos fallecidos, enfermos o en peligro de perder su trabajo.
Puede que los zapatitos de la Virgen no aparezcan en muchos libros de apologética o teodicea, pero para mí son una señal de que Dios deja pistas de su presencia por todas partes y utiliza el más mínimo detalle para hablarnos. Nada sucede ni existe por casualidad. Cada grano de arena, brizna de hierba o átomo de este mundo están cuajados de sentido, porque fueron creados por un Amor infinito.
Si tuviéramos el corazón limpio, contemplar una diminuta flor o una mota de polvo bastaría para elevarnos a las mayores alturas de la mística. El problema no es que Dios esté ausente, sino que tenemos la vista fija en nuestro ombligo, en nuestras apetencias y nuestros vicios, y no somos capaces de ver que absolutamente todo lo que hay a nuestro alrededor es un reflejo de la belleza de Cristo. El problema no es que Dios guarde silencio, sino que nos habla tanto que nos hemos cansado de escuchar y nos tapamos los oídos.
Del mismo modo que Dios nos promete un corazón nuevo y un espíritu nuevo por boca del profeta, el fruto del pecado es un corazón viejo y un espíritu agotado. Por una ley de hierro inexorable, el pecado siempre conlleva la condena del aburrimiento: a fuerza de pecar, terminamos por tener un corazón envejecido, hastiado de vivir e incapaz de sorprenderse por nada. El bien, la verdad y la belleza nos dejan fríos. A fin de cuentas, si ni siquiera nos sorprende encontrar los zapatos de la Virgen entre la hierba cuando caminamos por el campo, ¿qué podrá ya sorprendernos?
Que la Doncella concebida sin pecado alcance de nosotros la gracia de un corazón limpio. Que su Hijo nos conceda ojos de fe para verle en todas las cosas. Que el Espíritu se derrame abundantemente sobre nosotros y purifique nuestros corazones del polvo del pecado. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
33 comentarios
¿Conoces la "Flor del Espíritu Santo", que es la orquídea emblemática de Panamá? ¿Y la "Monja Blanca" guatemalteca?
Cuando tenía jardín escribía poesía, tengo una dedicada a la rosa y a su trayectoria-de Oriente a Occidente-hasta llegar al Mar del Sur y convertirse en Rosa de Lima, pasando por los caballeros medievales que juraban "sub rosa"-símbolo del secreto-y que también aparece tallada en algunos confesionarios. Si alguna vez la encuentro prometo que te la enviaré.
Ayer, por ejemplo, fui a buscar al huerto de un tío mío, ya fallecido, unas ramas verdes de un seto para poner de relleno en un ramo de claveles que quería llevar a la Iglesia hoy, y me encantó ver que había nacido en medio del huerto, sin que nadie la sembrara, una planta de narcisos, que estaban florecidos, como están todos en estas fechas, y otra en los alrededores de la que fue su casa y por donde él iba a menudo. A mi tío le gustaba mucho la jardinería y siempre andaba plantando cosas, que casi siempre prendían y crecían con fuerza. No sé, pero me pareció que de alguna manera, Dios con estas flores que brotaban "solas", estaba bendiciendo su memoria.
Ya digo, yo a lo mejor me paso, pero gracias nuevamente por el post, es hermoso, y es una alabanza al que Hermoso de verdad "Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia"-Salmo 44-, y a su Madre la mas bella.
Nada sucede por casualidad. En el cielo nos daremos cuenta de los incontables milagros y maravillas que Dios hizo a nuestro alrededor sin que nos diésemos cuenta. Muchos de esos milagros son pequeños, tiernos, cariñosos e "innecesarios" a los ojos de los inteligentes, porque Dios no nos quiere en general, sino de forma concreta y real, como a verdaderos hijos suyos.
Se hable de lo que se hable, uno siempre encuentra que Chesterton ya lo dijo antes. Y lo dijo mejor.
Quizá exagero, ma non troppo.
"Un amigo me comentaba hace unos días que le cuesta mucho trabajo creer que exista Dios con todo el mal que hay en el mundo. A mí, sin embargo, me cuesta mucho trabajo pensar que no exista con todo lo bueno que hay"
Por eso es tan importante que la Iglesia promueva una sana filosofía con base tomista: el mal no es más que un defecto, una carencia de bien. Esa carencia puede ser terrible, pero siempre, siempre, siempre es insignificante en comparación con el bien. El ser, en sí, es bueno.
"Yo tuve un jardín escondido en mi vieja casa (ahora tengo una nueva pero sin jardín y nadie entiende mi nostalgia porque la casa es mucho mejor)" y "Cuando tenía jardín escribía poesía"
Creo que el Espíritu Santo lo entendería perfectamente. Por algo habla de ello en sus propios poemas: Eres un jardín cerrado, hermana mía, esposa mía (Ct 4,14).
"¿Conoces la "Flor del Espíritu Santo", que es la orquídea emblemática de Panamá? ¿Y la "Monja Blanca" guatemalteca?"
No las conocía. Recuerdo con cariño la "Sangre de Cristo", también de los campos de Castilla. Y la "Cuna del Niño Jesús".
"tengo una dedicada a la rosa y a su trayectoria-de Oriente a Occidente-hasta llegar al Mar del Sur y convertirse en Rosa de Lima, pasando por los caballeros medievales que juraban "sub rosa"-símbolo del secreto-y que también aparece tallada en algunos confesionarios. Si alguna vez la encuentro prometo que te la enviaré"
Sí, por favor. Le dedicaremos un post.
Encomendamos a su hermano y a los médicos que van a operarle a la Virgen del Perpetuo Socorro.
¡Qué bonito !
¿Se imaginan llamando así a una flor a alguien siendo protestante o cura modernista?
Por cierto: Me informan mis Servicios Secretos que el hermano de Palas Atenea es un crack de una erudición filosófica y teológica rara de encontrar en España; entreverada además de un sentido del humor delicioso. Así que mañana, todos a dedicarle un rato de oración.
Yo recuerdo de los paseos de mi infancia los "mantos de la Virgen" que después, en mi edad adulta y, para los demás, se hacían llamar "calas".
Me acordaré en mi oración del hermano de Palas Atenea. Y esperaré paciente sus noticias y su poesía.
Soco y Carlos Gómez Aviña.
Rezamos. Que Cristo Resucitado, vencedor del pecado, del sufrimiento y de la muerte, le dé el don de la salud si es para su bien. Que nuestra Madre le tenga en sus brazos durante la operación.
Os pongo ante el Señor en mi turno de Adoración ahora.
Una pequeña oración como unos zapatitos de la Virgen en medio de un prado....
Bruno: de una simplicidad y belleza exquisita tu artículo! Me recordó a mi madre amada que me enseñó este nombre para la Calceolaria, de preciosas flores amarillas y parecida a la de la foto, salvo el color. Esta flor azul para Argentina sería Digitalia, la que , según acabo de leer en Wikipedia, recibe entre otros nombres... "Guante de Nuestra Señora" !
Hablando de Dios entre las flores, conoces la Pasionaria (o Mburucuyá ), con los signos de la Pasión? O la Corona de Cristo, de pequeñas flores rojas y terribles espinas? Y las diminutas y etéreas "Lágrimas de la Virgen"?
Te recomiendo el poema de mi compatriota Baldomero Fernández Moreno "Setenta balcones y ninguna flor" : lo vas a disfrutar!
Gracias por tu artículo, es para meditarlo una y otra vez!
Aprendí de mi madre el amor por las plantas y por la vida; ella no desechaba ninguna semilla : nos decía que no la quería dejar secar. Las regalaba o las plantaba.
Siempre me ocupé de mi jardín, y ¡ es el lugar que más me inspira a rezar !
Gracias, Bruno !
Ojalá pueda plantar flores tan bellas en el jardín de mi alma. Gracias, Bruno, por tus inspiradoras palabras.
Palas, me entero ahora de la operación de tu hermano. Espero que se vaya recuperando. Oro por él y por tí.
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