¿Incomparable? Esa palabra no significa lo que tú crees que significa
Una de las desventajas de tener un blog en el que se discuten multitud de temas es que uno se encuentra con una gran cantidad de sofismas, es decir, de argumentos que aparentemente son correctos, pero en realidad adolecen de un vicio oculto que los inutiliza y los lleva a conclusiones erróneas.
Algunos de estos sofismas son muy frecuentes, hasta tal punto de que uno se cansa de refutarlos una y otra vez. Cuando acabas de clarificarle por enésima vez a un comentarista por qué eso que dice es un sofisma típico, consistente en tales y cuales errores de la argumentación, llega otro comentarista que cae en el mismo sofisma y exige que le expliques de nuevo todo desde el principio, en una especie de perpetuo día de la marmota. Para evitar tener que repetir tantas veces lo mismo, voy a tratar de describir brevemente uno de los sofismas más comunes, el de la incomparabilidad. Y, para hacerlo más interesante, traeremos al blog a un invitado de prestigio, el cardenal Schönborn, que podrá ayudarnos a comprender mejor el tema.
Al hablar de un tema complicado, suele resultar muy útil dar ejemplos sencillos de situaciones diferentes que pueden arrojar luz sobre ese tema. Nuestro Señor lo hacía constantemente con sus parábolas. Esos ejemplos ayudan si se tratan de cosas que el interlocutor conoce mejor o tiene más claras, de manera que luego se le puede señalar como el mismo principio se aplica al tema complejo tratado.
No obstante, cuando la conclusión no es del agrado del interlocutor, es muy posible que, simplemente, se niegue a aceptar el ejemplo, diciendo algo así como “¡No puedes comparar esas dos cosas tan diferentes! ¡Son incomparables!”.
Para entender el valor de esta objeción, hay que entender primero lo que significa “incomparable". En general, se dice que dos cosas son incomparables cuando son tan diferentes que no se pueden comparar. En el mismo sentido, comparable significa “semejante", “similar” o al menos “suficientemente similar como para que se pueda comparar”.
En ese contexto y bien usada, la objeción de que se están comparando dos cosas que no son comparables tiene su valor. Un puñal y una bomba nuclear son incomparables en cuanto a su poder destructor. Si un país acusara a otro de amenazarle con armas nucleares, sería ridículo que el segundo le reprochara al primero el disponer de un afilado puñal, porque ambas cosas son incomparables. Si un ratoncillo pretendiera ser comparable en tamaño a un elefante y le exigiera dividir a partes iguales el espacio entre ambos, el elefante barritaría de indignación ante lo absurdo de la propuesta del roedor.
Esto tan sensato es lo que indican o, mejor dicho, lo que creen indicar los que caen en el sofisma de la incomparabilidad. El error que cometen es no darse cuenta de una parte fundamental de lo que hemos dicho en el párrafo anterior. Me refiero a “incomparables en cuanto a su poder destructor” o “comparable en tamaño“.
La comparabilidad y la incomparabilidad, en el sentido de semejanza o gran diferencia, siempre se refieren a una característica concreta en particular. El ratón y el elefante son incomparables en tamaño, pero son perfectamente comparables en cuanto a otras características, como su carácter de mamíferos, y en ese sentido se pueden usar sin problemas como ejemplo, diciendo algo así como “el ratón, al igual que el elefante, amamanta a sus crías". En este caso, el sofisma sería decir: “Ese ejemplo no vale, porque un ratón y un elefante son incomparables". Y la respuesta sería que un ratón y un elefante son perfectamente comparables en cuanto a su carácter de mamíferos, del mismo modo que un puñal y una bomba nuclear son comparables en cuanto a su carácter de armas, aunque no lo sean en cuanto a su poder destructivo.
En el ejemplo del ratón y el elefante, es muy poco probable que alguien vaya a caer en el sofisma de la falsa incomparabilidad, porque resulta demasiado evidente, pero en otras cuestiones más emocionales el sofisma aparece una y otra vez, oculto en la aparente indignación del sofista (un ingrediente esencial para que el sofisma funcione). El otro día, por ejemplo, el Cardenal Schönborn de Viena reprendió públicamente a Monseñor Andreas Laun, obispo auxiliar emérito de Salzburgo, que había osado criticar a los obispos alemanes favorables a bendecir a las parejas homosexuales. Veamos lo que le reprochaba el cardenal al pobre obispo jubilado:
“Ciertamente, no es aceptable mencionar el valor de las relaciones entre personas del mismo sexo, al mismo tiempo que se menciona a la mafia o los campos de concentración, como ahora lamentablemente ha sucedido. Estas cosas no deben ser comparadas. Hablar así es inaceptable”.
Algo similar dijo el Arzobispo Franz Lackner de Salzburgo, Vicepresidente de la conferencia episcopal austríaca:
“La declaración del Obispo Auxiliar Laun retirado es entristecedora. La elección de las palabras y la comparación son totalmente inapropiadas. Es y sigue siendo incomprensible cómo uno podría hacer de alguna manera una conexión entre los crímenes sistemáticos contra la humanidad con las formas de vida del mismo sexo”.
¿Dónde está el sofisma? Los astutos lectores de este blog lo habrán detectado enseguida. Las maldades de la mafia y los actos homosexuales son incomparables… en cuanto al carácter delictivo, a la violencia física, a su dimensión económica y a muchas otras características de las primeras, pero son perfectamente comparables en cuanto a su carácter de pecados mortales. Como enseña la moral católica, ambas cosas son pecados mortales, destruyen por completo la vida de la gracia, ofenden gravemente a Dios y, por su propia naturaleza, llevan al infierno a quienes los cometen, ¡que es lo que debería interesarle a un obispo! Lo mismo se puede decir del maltrato de prisioneros en campos de concentración, que sin duda es comparable con los actos homosexuales en su calidad de pecado mortal.
La objeción de los arzobispos de Viena y Salzburgo, por lo tanto, no tiene ningún valor, por muy arzobispos que sean. Su argumentación es un sofisma de libro y la razón asiste por completo al pobre Monseñor Laun, reprendido públicamente, que se había limitado a recordar la doctrina católica sobre el tema.
Desgraciadamente, no parece que se trate de un error cometido por ignorancia o por falta de habilidad en la argumentación. Al contrario, se podría decir que el reproche del cardenal es una objeción muy reveladora. En efecto, el cardenal Schönborn, al utilizar ese sofisma, está revelando que hay algunos pecados mortales, como los actos homosexuales, que, en realidad no le parecen verdaderamente malos, que no son mortales-mortales, sino solo teórica o formalmente mortales y no llevan de verdad al infierno. Por eso le parecen incomparables con otros que sí considera verdaderamente malos, como las actividades mafiosas o la crueldad de los campos de concentración.
Esa es la auténtica base de su objeción y es una base que, hasta donde puedo ver, comparte con los demás partidarios de la propuesta de dar la comunión a los divorciados en una nueva unión. Para ellos, el pecado parece limitarse a lo que le sigue pareciendo inmoral al mundo: ser un mafioso, oprimir a prisioneros, el engaño, los malos tratos, etc. Sin embargo, lo que al mundo le parece bien, como “rehacer la vida” después de un “fracaso matrimonial” o formar una pareja del mismo sexo, a ellos también les parece bien. Quizá esos comportamientos no sean el “ideal”, pero tampoco son verdaderamente malos. Como tantas veces hemos señalado, han dejado de considerar el adulterio, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y otros pecados como intrínsecamente malos.
Esta postura, que quizá sea inconsciente e incluso de buena fe, se trasluce en todo lo que dicen. No importa cuánto se envuelva en el oropel del discernimiento, la gradualidad, el ideal, el acompañamiento y la misericordia: inmediatamente resulta evidente que se ha sustituido el criterio moral por el criterio mundano de lo políticamente correcto. Ser un mafioso o un maltratador de prisioneros no es políticamente correcto, de manera que es un pecado mortal. Acostarse con alguien del mismo sexo o adulterar son conductas políticamente correctas, luego tienen que ser moralmente incomparables con las anteriores. No es extraño que este abandono de la moral católica esté unido a los sofismas, porque Cristo es la Verdad y no hay mayor sofista que el Padre de la Mentira.
Quizá lo más triste de todo esto sea que, no contentos con abandonar la moral y rendirse ante las ideologías mundanas, el cardenal Schönborn y otros obispos austriacos han dado un espectáculo bochornoso al actuar como policía política del Mundo. Sin ningún rubor, han amedrentado públicamente al pobre obispo anciano y jubilado, asegurándose así de que a ningún católico se le ocurra ni siquiera sugerir la verdadera doctrina católica en temas que chocan con la mentalidad de nuestra época.
Resulta irónico que reprocharan a Mons. Laus que mencionara los campos de concentración. A fin de cuentas y salvando la debida reverencia, la conducta de estos católicos al servicio de la ideología del Mundo recuerda poderosamente a la de aquellos kapos de los campos de concentración que, siendo prisioneros, se encargaban de vigilar y atemorizar a los demás presos para que obedecieran dócilmente a sus carceleros. La ironía, como la verdad, aparece donde menos se la espera y tiene la virtud de destruir los sofismas más elaborados.
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De todas formas, me parece que poner de manifiesto el carácter de sofisma, que nadie pone en duda (otra cosa es que sirva de algo), no es el desmontaje más contundente contra lo que han argumentado los arzobispos. Sea como sea, el mal de fondo existe, y no se está haciendo con él la gestión más adecuada. Y lo vamos a ver cómo sale a relucir cada vez con más frecuencia, queráis o no queráis aceptar que hay o no hay un cambio de paradigmas o como queráis llamarlos o no llamarlos. Ahí está el debate y cada vez es más difícil hacer valer las mismas posturas. La vida es otra y siempre ha sido otra, y cualquiera sabe cómo será varios siglos más tarde. Déjales tú escritas unas normas y consejos a los de varios siglos más tarde, que seguro que sabes ya mejor que ellos lo que les va a hacer falta. Diles que no problem, que lo que les dices es intemporal.
Pues esta situación de comparar lo incomparable, y hasta de consensuar si lo puede ser o no y en qué términos o cualidades, no es ni más ni menos que lo que algunos venimos reprochando contra algunas intervenciones que suelen meter en el mismo saco a todo bicho viviente, como alguna vez hemos dicho. Cuando no solo no se nos ha ahorrado una terminología violenta "porque es la que hay", sino que se nos ha equiparado con mafiosos, con promiscuos, con asesinos y con ladrones, tener encima el cuajo de consolarnos con que "la comparación es puramente en términos de pecado mortal", se esperará entonces que hasta tengamos que dar las gracias, y cuidado no parezca sofisma lo que respondamos, que entonces no vale. Anda que...
Entiendo que a usted le guste el sofisma, porque le lleva a donde quiere ir. Pero como comprenderá, volver a repetir varias veces el mismo sofisma ("meter en el mismo saco a todo bicho viviente", "se nos ha equiparado con mafiosos, con promiscuos, con asesinos y con ladrones") no lo hace más verdadero.
¿No se ha preguntado nunca por qué me empeño en mostrarle que todas las justificaciones que da son contradictorias consigo mismas? Porque tengo la esperanza de que eso le muestre que lo que defiende es indefendible. Si tiene que defenderlo a base de sofismas, chantaje emocional, victimismo y contradicciones, quizá emplearía mejor su tiempo volviéndose a la verdad, en lugar de negarla porque no le gusta. Sé que aceptar la verdad suena absurdo, pero nunca se sabe. Quizá sea eso lo que quiere sin saberlo.
También por eso le deseo siempre (y sinceramente) mucho ánimo: produce usted la impresión de que ese esfuerzo de retorcer la realidad para que coincida con sus ganas resulta muy fatigoso e insatisfactorio.
En fin, ¡animo! Dios hace milagros.
Pero es igualmente cierto que cuando un obispo (y para más INRI alemán o austríaco ) compara bendecir una pareja estable gay con bendecir un campo de concentración, no solamente está insultando a los homosexuales (ellos mismos víctimas del nazismo, como muchos curas) sino que está siendo desproporcionado y además se le nota cierto regustillo como de odio, y de no tener las cosas claras.
La homosexualidad o mejor dicho los actos homosexuales son un pecado.
El genocidio además de pecado es un delito de lesa humanidad.
En todo hay grados y jerarquías.
Y cualquiera entiende que en la homosexualidad hay tantas incógnitas biológicas y psicológicas, que es injusto castigar con la misma severidad ciertos comportamientos que el asesinato de miles de inocentes por puro odio.
Esto me recuerda también a las declaraciones del anterior portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Martinez Camino, que hace una década dijo literalmente que el matrimonio homosexual era "el hecho más grave que se había encontrado la Iglesia Católica en dos mil años".
Vamos, que resulta que porque los estados aprueben en sus legislaciones civiles que una minoría de personas puedan llamar a lo suyo "matrimonio", eso ya era peor que el Islam, el comunismo, el nazismo, los cismas, las persecuciones romanas, los papas guerreros y lujuriosos del Renacimiento, el cesaropapismo, , la simonia, etc.
¿Pelín exagerado,no?. Y bastante injusto.
Yo no se bajó qué condiciones se van a bendecir las uniones gay, si se va a exigir que dos hombres vivan juntos pero castamente, igual que un divorciado puede convivir con una nueva pareja, y entonces no habría demasiado problema, o bien ahora se va a considerar que el sexo si no es promiscuo y está dentro de una pareja estable pero "irregular" es un pecadillo benial.
Tampoco me quita el sueño.
Pero un obispo que se oponga puede claramente decir que la fornicación es pecado y que no se puede bendecir un pecado, sin necesidad de recurrir a la hipérbole ni insultar a nadie.
Porque los homosexuales pueden ser pecadores, pero no criminales.
Lo mismo podríamos decir de las buenas acciones, teniendo en cuenta que muchos santos han puesto el listón tan alto las pequeñas buenas acciones que hagamos tampoco deberían ser tenidas en cuenta. Como yo no me puedo comparar con San Maximilian Kolbe (máximo exponente de la Caridad) cualquier visita que haga a los enfermos, cualquier muestra de humildad, cualquier afecto sentido por personas que no me quieren, es una tontería que nadie debería tener en cuenta de manera que la única manera que tengo de agradar a Dios es hacer lo mismo que San Maximilian y la única que tengo de ofenderle es hacer lo mismo que un terrorista del DAESH. Absurdo.
Allá aquel que encuentra consuelo en sus propios errores.
Ay, que sería de Infocatólica sin Gringo y sus paranoias...
Y no se si lo has hecho a posta, pero al leer la frase de título del post, me ha venido a la mente un tal Vizzini.....
Se pasa a justificar una red de extorsión y asesinato por estar constituida por homosexuales o un poder totalitario y genocida por serlo por los caciques del pueblo. Si lo sabrá Monseñor Andreas Laun, obispo auxiliar emérito de Salzburgo, que ha vivido y convivido con los despojos de aquél régimen.
No hay nada de bueno en las relaciones homosexuales como tampoco lo hay en la estafa, en la blasfemia, en el adulterio o cualquier otro pecado de los considerados mortales. Si se tipifican así es por su capacidad destructiva del individuo y de quienes le rodean. Lo mismo puede decirse de la promoción de relaciones sexuales entre niños, pedofilia, para justificar la violación de esos mismos niños por adultos.
Me preocupas, últimamente te veo muy concernido por el tema gay. ¿Nos estar preparando para alguna salida inminente.
GUILLERMO PF
Ya eres mayorcito, y se supone que sabes leer.
Es que lo tuyo no es sofisma, que mas quisieras, es que es niñería, por decirlo de algún modo muy suave, para que no le den sofocos a ninguno.
Tu reclamas tu libertad de hacer lo que te da la gana. Bueno, bien. Y decides vivir como gay activo. Bien. Lo que te sitúa por completo fuera de la Iglesia. Es que hasta un tonto lo entiende, menos tu.
Que si que no eres mala persona, según tu, que luego eso habría que comprobarlo, que aquí todos somos buenos, que no matas a nadie ni robas, bien, vale, nosotros tampoco. Pero eso no significa que seas católico. TU has elegido dejar de serlo.
Eso si casi todos los días comentas que la Iglesia va a cambiar y va a aceptar pulpo por animal de compañía. Ya se que hay prelados que lo pretenden, pero es que son cínicos e idiotas. Veras, tu dices creer en Jesucristo. Si Cristo e Dios, y vive Dios que lo es, y ha venido a la tierra, y nos ha dejado sus enseñanzas en el evangelio, entonces ¿Qué pretendes enmendarle la plana?
Asi que llevamos 2000 años siguiendo las enseñanzas de Cristo a la luz de San Pablo, Santo Tomas, San Agustín, y de otros gigantes, y ahora tu y el Kasper, el Trucho, y unos cuanto mas, nos decis que Cristo no sabía lo que decía, o que lo decía tenía fecha de caducidad. Vosotros sabeis mas que Dios.
¿No te das cuenta de lo estúpido que es?
Si lo haces por cinismo vale, aunque es muy muy pobre, pero si te lo crees, es que eres bobo de remate.
Tu haz lo que quieras, pero no te engañes, por que no te va a servir de nada. Disfruta algo al menos, porque eso es lo que te vas a llevar.
Y nadie te hace una injusticia al comparar la homosexualidad con otras formas de pecado. Nadie te acusa de nada. Ese tema mientras sea privado tuyo y no corrompas a nadie es un tema entre tu y Dios. Nadie te juzga, se juzga la conducta según las enseñanzas de Cristo y de San Pablo, no al que la comete.
Y tu dices que eres buena persona, y no no puedo dudarlo, pero ¿les dirías eso a tus hijos después de haber abandonado a su madre para irte con otro señor que te atrae mucho? Y no solo porque sea un señor, si fuese una señora la pregunta sería la misma. No es cuestión de tendencia, sino de hijos.
Como le digo al GRINGO, pásate al software libre. Pásate al lado claro.
Que por eso, precisamente, se llama "mortal", ya que el infierno es llamado la "muerte segunda".
La eternidad de las penas infernales, por tanto, hace sumamente comparables a todos los pecados mortales, más aún, los vuele prácticamente idénticos.
Saludos cordiales.
Como dice Pieper, de las cuatro virtudes cardinales sólo una, la justicia, tiene que ver con terceros; las otras tres afectan sólo al que las posee...o eso parece, pero resulta que el que tiene la virtud de la templanza, por poseerla, no va por ahí tocando lo que no debe porque, si lo hiciera, no sería templado y el el prudente no levanta falsos testimonios. Es decir que no hay virtudes ni pecados que no se manifiesten de alguna manera en el prójimo.
El mal o daño que a sí mismo se inflige un homosexual ejerciente en su alma si es comparable al que se inflige el mafioso o asesino. Y eso de que hay actos pecaminosos que sólo me afectan a mi y no irradian un mal al resto habría que verlo.
De la misma manera es tan grave el pecado de asesinato como el de inducir, fomentar y ejecutar quirúrgicamente el transexualismo en la infancia; de la misma manera, el mismo acto no deja de ser comparado también con un suicido en la edad adulta. Son actos intrínsecamente malos si científicamente-,genéticamente, no hay una razón plausible que lo justifique. La naturaleza tiene errores, pero no tantos. Si no, la raza humana sería un adefesio.
Tampoco.
Dentro de los pecados también hay gradación.
Y una de las maneras de establecer esos grados son las consecuencias del pecado, el dolor o el mal que producen.
Y lo siento, no es comparable un divorcio con un asesinato, o un hurto de una manzana con el robo de 80 millones a la Hacienda Pública.
Esa es una de las novedades de la Amoris Laetitia, que no pone a todos los pecados al mismo nivel.
Y ya era hora.
Me parece muy bien lo que uds crean sobre el pecado mortal.
Sólo que hay personas a las que le cuesta creer que de verdad se castigue igualmente con una eternidad de sufrimiento unos pecados y otros.
Como si fuera un chiste, llega uno al infierno y se encuentra a Hitler:
-Hola, por qué está ud aquí
- Maté a seis millones de judíos, tres millones de polacos, veinte millones de soviéticos, soy uno de los grandes genocida de la historia. ¿Y ud?.
-Besé a un maromo.
gringo: no me seas sofista, que besar a un maromo lleve a la condenación eterna no es cosa que la Iglesia afirme, por si acaso el del chistecito no ha llegado a más para que se vea la incongruencia. ¿Y si hubiera dicho que estaba allí por continuas orgías? entonces ya no sería un chiste ¿verdad?
"¿No se ha preguntado nunca por qué me empeño en mostrarle que todas las justificaciones que da son contradictorias consigo mismas?" Pues la verdad, honestamente, no me lo he preguntado nunca por la sencilla razón de que me pilla usted ya en el punto de la película en el que, como León Felipe, me sé ya todos los cuentos. ¿Se ha preguntado usted si ese “empeño en mostrarme” sea recibido con atención, aprecio incluso?, ¿o no se ha preguntado más bien por qué será que ni remotamente me voy a dar cuenta de una buena vez de que no suelto más que "contradicciones en sí mismas"?
Sofismas o dogmas, sinceridades o falacias, llega un punto en el que ya da igual la solidez del mensaje, pero lo que no se puede negar es la elocuente maestría con que construye usted la forma de sus argumentaciones, alguna vez incluso el fondo también. Nunca dejará de llamarme la atención cómo es que el episcopado, tan acusado de silencio cuando no complicidad, se está perdiendo retórica como la que usted le proporcionaría (si es que realmente alguien está pensando que es eso lo que está haciendo falta).
Le vuelvo a exponer que lo que yo defienda no me preocupa que sea defendible o indefendible para unos ni para otros, yo no hago lobby de mi vida privada, allá quien se gana la vida con eso. Yo es lo que tengo y con eso tengo que vivir. En un post anterior suyo le he explicado lo que significaría para mí eso de “volver a la verdad”, que primero tendría que ser verdad para mí puesto que para usted ya lo es; y segundo, tendría que ser algo más creíble y consistente que montarme con mi obispo en un autobús a vociferar contra la gente que decide vivir tan a gusto en su casa. Si eso era la "verdad"... bye darling...!
Se lo aseguro: no tengo realidad que retorcer. Ya no.
Aquí tienes, traducidos, los párrafos importantes:
"Pero ahora, con respecto a la pregunta del Cardenal Marx y no pocos sacerdotes, la respuesta es sencilla: uno puede pedir la bendición de Dios para los pecadores, pero no para el pecado. Es decir, uno no puede consagrar un burdel y no puede bendecir un campo de concentración o armas que no estén dedicadas expresamente a la caza o a la legítima defensa. Por lo tanto, está claro que no se puede bendecir una relación pecaminosa; la mafia; no se pueden bendecir organizaciones o instituciones que promuevan o realicen abortos o que propaguen ideologías contra la fe, contenidos antisemitas u otras formas de ideología racista.
Si uno considera y pondera este asunto, se da cuenta de que no puede bendecir una unión de dos hombres homosexuales o mujeres lesbianas. Por supuesto, sí que puede bendecir a dos hombres o mujeres que, de hecho, sean homosexuales y esto es lo que sucede en cada Santa Misa a la que asisten. Esta bendición, que no está relacionada con sus acciones, es recibida también por los demás pecadores y la Iglesia, por medio de ella, espera que se conviertan bajo la influencia de la gracia de Dios".
Puedes encontrar el resto, en inglés, aquí: Obispo austriaco rechaza con fuerza la idea de los obispos alemanes de bendecir uniones homosexuales.
Como de costumbre, no ha entendido nada. Pero no se desanime, que con unos años de esfuerzo quizá lo consiga.
"Dentro de los pecados también hay gradación"
Nadie ha negado eso. Igual que entre los mamíferos también hay gradación de tamaño. Pero eso no quita que tan mamífero sea el ratón como el elefante.
En los pecados hay gradaciones cuantitativas y cualitativas. La más importante es la cualitativa, entre pecados mortales y veniales, porque es de la que depende estar en gracia o no, separarse de Dios por completo o no, ir al infierno o al cielo.
"Esa es una de las novedades de la Amoris Laetitia, que no pone a todos los pecados al mismo nivel"
Sinceramente, admiro la humildad que tiene. Veo que no le importa en absoluto exhibir su ignorancia en público. ¡Cuánto tenemos que aprender de usted!
Saludos.
"Y eso de que hay actos pecaminosos que sólo me afectan a mi y no irradian un mal al resto habría que verlo"
En efecto, eso no existe. Todos los pecados ofenden a Dios, son causa de la muerte de Cristo en la cruz, contristan al Espíritu Santo, privan a los demás cristianos del bien debido a través de la comunión de los santos, dañan a la Iglesia, producen otros males a través del ejemplo y el escándalo, introducen el mal en la única parcela de la creación que está sometida a nuestra exclusiva responsabilidad (la propia alma) y un largo etcétera.
Y si no, que se lo digan a Adán y Eva.
Claro, en todo caso se trata de condenación y penas eternas, así que la ganancia no es ciertamente como para arrendarla.
Saludos cordiales.
Por supuesto. Es la gradación cuantitativa. Y en la confesión el confesor debe preguntar "¿cuántas veces?", porque la penitencia no es la misma.
Sin embargo, para lo que señaló el obispo jubilado, todo eso era irrelevante. No se puede bendecir el pecado, sea el que sea. Y la reacción lo que muestra, sin ninguna duda, es que muchos "católicos", incluidos obispos, no creen que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo sean pecado.
Sí, hay que ser astutos como serpientes.
Sin embargo, en este caso es providencial, porque una vez más queda patente que los promotores del "cambio de paradigma", en realidad niegan una enorme parte de la doctrina moral de la Iglesia. Y es bueno que eso quede de manifiesto.
Todos sus comentarios se resumen en dos argumentos:
- Me gusta mi pecado
- Me da igual cuál sea la verdad y lo que digan Dios y la Iglesia sobre ese pecado
Y yo comprendo perfectamente esos dos argumentos y simpatizo con ellos. Cada vez que peco, y lo hago frecuentemente por desgracia, digo exactamente lo mismo.
Lo que no tiene sentido es que los envuelva en sentimentalismos sin fin, acusaciones contra unos y otros, victimismos, relativismos morales, antiintelectualismos, rencorcillos, etc. Al menos conserve la dignidad del pecador, que peca y admite que peca, sin engañarse a sí mismo ni buscar justificaciones que no justifican nada.
Todos entendemos que peque. No hay ni uno solo aquí que no lo haga. Yo soy soberbio, impaciente, perezoso, lujurioso, egoísta y vanidoso. Pero esa obsesión por negarlo y echarle barro a la Iglesia para taparlo no puede llevar a nada bueno. Mis pecados son míos y la culpa no la tiene la Iglesia por ser muy pesada con eso de la humildad o por no haber actualizado aún el noveno mandamiento.
¡Ánimo, hombre! (o "campeón", si lo prefiere)
"Es un sofisma pero de un tipo muy grosero pues esconde una especie Dr argumento ad hominem qué es en realidad algo así : este viejito está diciendo estupideces"
Estoy de acuerdo. Los sofismas y la condescendencia suelen ir unidos, porque los sofistas tienden a creerse más listos que nadie.
"Consolarse considerando que nuestro pecado mortal es del montón y no tiene nada de particular es una necedad"
Es que eso es casi lo peor. Hasta en nuestros pecados somos tibios y así mantenemos la ilusión de que no son tan malos y de que, en realidad, no necesitamos convertirnos. Por algo dijo el Señor que a los tibios los vomitaría de su boca.
"Y no se si lo has hecho a posta, pero al leer la frase de título del post, me ha venido a la mente un tal Vizzini....."
Por supuesto que sí. Hace poco vimos la peli con los niños. Les gustó mucho. Últimamente, en vez de ver la tele normal, vemos películas o dibujos animados de Netflix o de la biblioteca y así no tenemos que perder el tiempo con programas infumables o inadecuados y podemos concentrarnos en cosas buenas y agradables.
Soy consciente de que Bruno y el citado sacerdote tuvieron en el pasado un intercambio de pareceres sobre temas matrimoniales y doctrina católica, y eso ha creado un clima de sospecha sobre él entre los lectores de este blog. Esto cumple una curiosa propiedad en cuanto a la opinión que nos formamos sobre otras personas: si no estamos de acuerdo con otro en un tema concreto, extendemos esto automáticamente y sin un mínimo análisis a todos los demás ámbitos.
Me parece justo señalar por tanto que en su blog, el padre Fortea suscribe y explica bastante bien lo que dijo el Monseñor Andreas Laun a través de dos breves posts el 17 y 18 de febrero.
No había leído esos artículos del P. Fortea. Ahora lo he hecho. Esos artículos empiezan bien y terminan muy mal. Dice el P. Fortea:
"Pero de ninguna manera pienso que el Padre de todos y que ama a todos haga recaer castigos sobre una pareja homosexual que se quiere y se guarda fidelidad durante toda una vida. Esa pareja vivirá en sus vidas la existencia de la desarmonía que implica una unión que no entra en el perfecto y saludable plan divino respecto al sexo y el amor. Ellos vivirán las repercusiones de esa situación, pero estoy seguro de que Dios no añadirá castigos extrínsecos a los protagonistas de esa unión"
Con todo el respeto a D. José Antonio, eso es una barbaridad, que aparentemente niega la doctrina moral católica de que los actos homosexuales son pecados mortales, con todas sus consecuencias.
El P. Fortea lleva un tiempo coqueteando con ideologías que nada tienen que ver con la fe. Sin duda con buena intención. Pero inevitablemente esas ideologías llevan a enfrentarse con la doctrina de la Iglesia. Como en este caso.
Es exactamente lo mismo que hace el Cardenal Schönborn: hay pecados mortales verdaderamente malos (como los de Hitler, en el caso del post del padre Fortea) y otros que no son malos-malos, no apartan verdaderamente de Dios, simplemente no son el ideal pero no llevan al infierno. Por eso, en vez de hablar de empecinamiento en el pecado grave, los dos hablan de "fidelidad".
Lo siento, pero esa no es la fe católica que me enseñaron y a la que, Deo volente, espero ser fiel toda mi vida.
Quizás era eso a lo que se refería el primer comentarista.
"Y la reacción lo que muestra, sin ninguna duda, es que muchos "católicos", incluidos obispos, no creen que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo sean pecado"
A mi lo que me tiene tremendamente asombrado es que haya tanta gente en la Iglesia coqueteando con esta idea. ¿Pero en serio alguno de todo éstos mantiene que introducir el pene en el ano de otro hombre con el fin de eyacularle en el recto tiene algo de positivo? ¿en serio creen que dos personas que se tratan así pueden sacar de semejante guarrada de relación elementos positivos de fidelidad y de amor? ¿en serio creen que ese acto bochornoso y perverso no contamina a ambos sujetos en modo tal que no se puede hablar ni de verdadero amor ni de verdadera amistad ni de verdadera fidelidad en ellos? ¿es posible que no entiendan que ese vicio nefando nubla la razón de los que tienen la desgracia de caer en él y por lo tanto dejan de ser libres y conscientes al 100% de sus actos en modo tal que, sin libertad, ya no pueden amar (al igual que pasa con cualquier otro pecado)?
Yo es que creo que no se paran mucho a pensar de lo que hablan. Estos no se paran a pensar en lo que consiste la relación que mantienen estas personas. Éstos se quedan con la imagen de flores y chicos y chicas cogiditos de la mano en un día soleado sin pararse a pensar en que el veradero rostro de la homosexualidad (como pecado, no hablo de personas) es la zafiedad que se ve en las marchas del orgullo gay.
tienes toda la razón. El último párrafo del segundo artículo no hay por donde cogerlo. Parece insinuar que las repercusiones del pecado propio pudieran quedar compensadas en vida en una suerte de teoría del karma.
Fortea es capaz de explicar muy bien algunas cosas "Se puede bendecir a los masones, a los homosexuales, a los comunistas: es decir, se puede bendecir a las personas. Pero no se puede bendecir ni a la logia ni a una unión ilícita ni a un partido contrario a la fe de la Iglesia.", porque tiene el don de la palabra, pero se desliza en ocasiones hacia este tipo de conceptos.
No obstante, este sacerdote tiene una cualidad que permite un sano diálogo: respeto al otro y capacidad de diálogo sincero. Me pareció muy bueno el intercambio de posts que tuviste en su día con él, y me pareció mucho más provechoso que tantos comentarios de lectores que opinan todos lo mismo. Y los que a veces discrepan lo hacen desde posiciones tan antagónicas o pobres que no me aportan demasiado.
Quizás deberías fomentar este tipo de diálogos inter-blog con personas de pensar diferente pero con voluntad de diálogo y sincera voluntad de ser fieles a la Iglesia.
"Quizás deberías fomentar este tipo de diálogos inter-blog con personas de pensar diferente pero con voluntad de diálogo y sincera voluntad de ser fieles a la Iglesia"
Bueno, todo el mundo es libre de comentar lo que yo escribo en sus blogs, igual que yo comento muchas veces lo que otros dicen. Ese es el diálogo apropiado para el formato blog. La disputatio generalmente es más apropiada en formato presencial.
Por cierto, hace casi un año ya que no escribes en tu blog. Es una pena.
No se ha atrevido a decir que se aman, a no ser que haya caído en la trampa sofista de equiparar el querer al amar intencionadamente. En todo caso esto tendría que aclararlo el mismo, por que es cierto que a menudo hablamos de Amor entre las parejas homosexuales, por ejemplo, cuando deberíamos decir querer y viceversa. Lo digo para evitar así que también se manipule, se tergiverse y se confunda el término Amor y caigamos en ese sofisma.
Al menos en España, querer y amar son sinónimos. De hecho, es mucho más probable que un esposo le diga a su esposa que la quiere.
En cualquier caso, claramente el P. Fortea lo plantea como una variante del amor conyugal. No está hablando de una amistad.
Si todo pecado mortal nos aparta de Dios y nos conduce, por ello, al infierno, hay que decir que no basta solamente que haya materia grave para afirmar que es pecado mortal, sino pleno conocimiento y deliberado consentimiento. Y como eso es interno, es muy dificil discernir en el fuero interno el pleno conocimiento y el deliberado consentimiento. Por ello, la Iglesia juzga la gravedad de la materia, y un más o menos asentimiento voluntario a ello (para no dar la comunión, para no dar bendiciones a algo que puede ser pecado, para, como antiguamente, no sepultar en tierra sagrada a un suicida, etc). No juzga si por ese pecado la persona se condenará, pues ese juicio esta reservado a Dios (la Iglesia proclama santos, no condenados).
Yo supongo que Dios contará la gravedad del pecado, y verá la intención del corazón, para ver si condena o salva. Asi que (y esto es suposición mía también) a lo mejor cuenta más para la condenación de alguien haber asesinado a un millón de personas que haberse acostado con otro hombre. Pero eso, igual, se lo dejo a Dios.
Dicho esto, paso a mi segundo comentario, que lo hago aparte.
No es tema para este momento, pero es grave identificar como sinónimo el amor entre los esposos con el querer de otras relaciones.
Entre los pecados que claman al cielo figura el carnal contra natura, ¿puede haber Amor en ello? ¿Se dan cuenta estos pastores de lo que dicen al identificar Amor con querencia? Si nosotros identificamos ambos conceptos como sinónimos estamos argumentando a favor del mal empleado también termino de Matrimonio Homosexual.
La cuestión es que, si empezamos a suavizar un pecado porque hay otros más graves, la pendiente no tiene fin.
Y esto no depende de la sociedad de hoy o de ayer, porque Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, y lo malo para el hombre es lo malo para Dios, y Dios es el mismo ayer, hoy y siempre.
Querer y amar a una persona es parecido pero no igual; pues querer es desear, que en el caso de los cónyuges es normal; y amar es en espíritu darse a, ambos a la vez, sin parar.
Me parece que ha mezclado un poco dos ámbitos distintos, el objetivo y el subjetivo, sin terminar de distinguirlos bien.
"Yo supongo que Dios contará la gravedad del pecado, y verá la intención del corazón, para ver si condena o salva. Asi que (y esto es suposición mía también) a lo mejor cuenta más para la condenación de alguien haber asesinado a un millón de personas que haberse acostado con otro hombre. Pero eso, igual, se lo dejo a Dios."
Esto, por ejemplo, dicho así, es erróneo. Es el mismo error del P. Fortea y del cardenal, porque supone que hay materia grave que es de por sí realmente grave y otra que en realidad no lo es. Y eso es falso. Es el Mundo hablando por nuestra boca, que hace que los pecados que están de moda no nos parezcan verdaderamente graves.
Digámoslo con claridad: de por sí, tanto uno de esos pecados como el otro llevan al infierno. Los dos. Nunca podemos oscurecer esa verdad. Por supuesto, dentro del infierno hay grados y cuantitativamente uno de esos pecados, de nuevo de por sí, es todavía más grave y conlleva una culpa mayor y por lo tanto una pena mayor. Pero cualitativamente son iguales: de por sí, son pecados que llevan al infierno.
El conocimiento y el consentimiento son variables que no aportan distinción para el tema del que estamos hablando, porque puede haber falta de conocimiento tanto en un pecado como en el otro y lo mismo con la carencia de consentimiento. Por lo tanto, si incluimos esas variables para distinguir ambos pecados, estamos partiendo de fundamentos viciados, poniendo el dedo en uno de los platos de la balánza.
Por supuesto que no podemos juzgar el interior de nadie como para saber si se condenará, pero eso se aplica en los casos de personas concretas y nadie aquí ha hablado de ninguno. De lo que hablábamos, porque de eso sí que puede hablar la Iglesia, es de sí un pecado en sí mismo mata la vida de la gracia en el alma o solo la hiere.
Con todo esto hay siempre un problema de vocabulario: mortal y venial son características digitales, al igual que materia grave y materia parva. El problema es que "grave" es analógico, porque algo puede ser poco grave, muy grave, gravísimo, etc. Entonces, cuando hablamos de pecados graves podemos estar refiriéndonos a dos cosas muy diferentes: pecados en materia grave (categoría digital) o pecados graves en comparación con los un poco más graves, los muy graves, los gravísimos, etc. (categoría analógica). Por eso he hablado de "pecados mortales", porque ahí está claro para todo el mundo que estamos hablando de una categoría digital (no hay pecados muy mortales o poco mortales), como una forma de referirme, de manera que se entienda, a los "pecados en materia grave" (digitales).
Estoy de acuerdo con lo que dice en el segundo comentario, pero recordando de nuevo que no se trata de una simple pendiente continua (analógica), sino de dos tipos de pecados diferentes: unos que de por sí bastan para llevar al infierno y otros que no. Dentro de cada una de esas categorías hay una pendiente incremental, pero entre ambas hay una brecha.
El ejemplo, muy apropiado, de una violación y doscientas, muestra esa pendiente a uno de los lados de la brecha, pero no debe olvidársenos nunca que hay una brecha.
Saludos.
Al parecer, están deleitando de alguna sustancia que no cae mal precísamente al cuerpo.
La gravedad a la que se refiere el Monseñor Andreas Laun, va creo yo, por el lado del escándalo, más que por la grave falta individual, he allí su ulterior disculpa por alguna ofensa en lo dicho.
El escándalo (y aberración) que significa la legislación del matrimonio (civil) entre parejas del mismo sexo; pero sobre todo el hiper-escándalo que significa que obispos y cardenales estén tentados a bendecirlos.
El matrimonio civil entre parejas del mismo sexo, como política de Estado, es totalmente comparable con los campos de concentración. La mafia, aunque no goza de una legislación positiva expresa (todavía), se soporta en la regulación débil e incompleta existente, y sobre todo, en la mediocre actitud (cómplice muchas veces) de los responsables de combatirla.
Discutir con Guillero PF o con el Gringo, sobre la gravedad de la legislación respecto del matrimonio entre parejas del mismo sexo, es probablemente esperar textos largos y retóricos, pero sin argumento alguno.
"El matrimonio Civil entre parejas del mismo sexo como política de Estado es totalmente comparable con los campos de concentración". (Jorge )
Claro. Y luego se trata solamente de defender la doctrina católica. No se trata de homofobia, para nada.
Primera: "Como enseña la moral católica, los actos homosexuales son pecados mortales."
Donde se dice que son pecados mortales?
El Catecismo de la Iglesia Catolica en el punto 2357 dice que los actos homosexuales son "depravaciones graves e intrínsecamente desordenados." No dice que sean pecados mortales. Son las depravaciones y los desórdenes graves pecados mortales?
Segunda: Si la respuesta a mi primera pregunta es si, son pecados mortales, quedan por aclarar las circunstancias.
Si no me equivoco para que haya un pecado mortal se deben reunir a la vez 3 factores: materia grave, plena advertencia y el libre consentimiento.
1. Materia grave. El Catecismo lo dice claramente. Hay materia y es grave.
2. Plena advertencia. Un joven puede crecer en un ambiente donde continuamente se le dice que eso es normal. Puede no estar advertido del tema. Puede estar incluso escandalizado, dando el mal por el bien por la culpa de los pastores que bendicen uniones gays o directamente hacen apología lgtb. Ya lo estamos viendo.
3. Libre consentimiento. Una persona puede estar tan esclavizada por el vicio que hace los actos de forma compulsiva sin un asentimiento formal de la razón recononociendolo como buenos. Puede incluso querer no hacerlos, pero no tiene voluntad suficiente por la falta de libertad interior.
A mi no me queda claro que los actos homosexuales sean siempre pecados mortales y tampoco veo donde dice la Iglesia que lo sean. Pero dejo la posibilidad de que esté equivocado.
Ya se lo he explicado a un lector en un comentario más arriba:
Con todo esto hay siempre un problema de vocabulario: mortal y venial son características digitales, al igual que materia grave y materia parva. El problema es que "grave" es analógico, porque algo puede ser poco grave, muy grave, gravísimo, etc. Entonces, cuando hablamos de pecados graves podemos estar refiriéndonos a dos cosas muy diferentes: pecados en materia grave (categoría digital) o pecados graves en comparación con los un poco más graves, los muy graves, los gravísimos, etc. (categoría analógica). Esa ambigüedad casi siempre lía a la gente. Por eso he hablado de "pecados mortales", porque ahí está claro para todo el mundo que estamos hablando de una categoría digital (no hay pecados muy mortales o poco mortales), como una forma de referirme, de manera que se entienda, a los "pecados en materia grave" (digitales).
Si se fija, los pecados en materia grave son aquellos que, si hay consentimiento y conocimiento, son mortales. Por eso, supuesto que se cumplen esas dos condiciones, no hay problema en usarlos como sinónimos, que es lo que se suele hacer. En cambio, los pecados en materia parva, supuestos igualmente el consentimiento y el conocimiento, son veniales. La correspondencia es biunívoca.
Esto vale para hablar de los pecados en sí mismos. En cambio, cuando hablamos de la culpa de una persona en concreto, es entonces cuando ya no se pueden dar por supuestos el conocimiento y el consentimiento y hay que distinguir.
Pero si lo prefiere, ponga usted en todo el artículo "pecados en materia grave" (que es una categoría técnica teológica) en vez de "pecados mortales" (que es algo que entiende todo el mundo) y ya está. No cambia absolutamente nada.
A mí no "me gustan mis pecados", Bruno. Ni usted cuando peca dice "exactamente lo mismo que yo", ni que nadie. De sobra sabe alguien como usted que la conciencia de cada criatura del Señor es personal, delicada, en mayor o menor grado susceptible o dúctil y (nunca mejor dicho) ¡incomparable! "Estamos llamados a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas", dice preciosamente el Santo Padre en Amoris Laetitia.
Verá, hay quien pone su mano en el fuego afirmando que comulgar de pie y en la mano es una monstruosidad que jamás quedará impune a la ira divina. Pues de manera análoga, y le aseguro que sin ánimo por mi parte de necesitar justificación como también muy bien sabe ya, es tan comprensible como inevitable que lo que para alguien es nada menos que una certeza revelada, pudiera ser que haya gente que no haya terminado de verlo más que como... las cosas de la vida misma, por decirlo de alguna manera. ¿Entonces es que estamos trivializando "lo que dice Dios" y relativizando la aberración del pecado?, pues qué quiere que le pueda aportar alguien como yo al respecto...
No me tiene que repetir "lo que dice Dios y la Iglesia sobre ese pecado". Al dedillo me enseñaron desde la adolescencia (*) todas las citas veterotestamentarias y paulinas (evangélica es que no hay) acerca del "pecado nefando". Yo tampoco me repito más. Yo ya caí en el triste error de acabar fingiendo un matrimonio estándar pero eso sí muy decoroso, y con ser a mí al que me parezca una mentira como una catedral, incompatible con mi verdadera y definitiva naturaleza, bastante hay. No "me da igual cuál sea la verdad". Es que ni tengo otra posible ni nadie ha sabido darme la suya, por algo será.
(*) Hacía años que no volvía a escuchar cosas como que "los pecados de unos privan a los demás cristianos del bien debido a través de la comunión de los santos". Lo que a mí me atormentaba aquel tipo de declaraciones, hay que ver...
Yo digo:
El matrimonio Civil entre parejas del mismo sexo como política de Estado es totalmente comparable con los campos de concentración.
Y tú:
"Claro. Y luego se trata solamente de defender la doctrina católica. No se trata de homofobia, para nada."
Bueno, si intentas hablar entre líneas, no se te escucha.
Si consideras que cada cual elabora su propia verdad, cada cual crea su propia moral... no hay discusión posible. Solamente nos queda el silencio. Cada uno hace "su verdad", contraria a la "verdad" del vecino. Habría tantas morales como personas....
El problema que tendrás es que podrán robarte, violarte, matarte... realizando un bien según "su moral".
Algunos admitimos verdades morales que todos conocemos, verdades morales que un ser humano no puede no saber y sobre las que la biblia no hace más que reforzar y dar luz. La naturaleza con la que hemos sido creados nos brinda una norma inequívoca sobre las relaciones sexuales.
A las "marchas del orgullo" yo es que no voy, pero igual le hago caso y hasta me podrían servir de reajuste de alguna manera, cualquiera sabe.
Rastri: "Y todo esto, entendiendo que la violencia inter sexual animal tiene su sentido que es la multiplicación de la especie. Mientras que las relaciones sexuales de los homosexuales, a mi juicio, son pura deficiencia mental de animal". No termino de comprender lo que dice, pero su razón llevará para usted mismo. Si acaso, le puedo aportar que no todo el mundo quiere o sabe orientar su vida afectiva hacia la multiplicación de la especie. Existen más motivaciones, alguna incluso instintiva y natural, como usted mismo bien apunta. Pero también alguna altamente intelectual. Ya somos homo sapiens sapiens.
Jorge: "Discutir con Guillermo PF sobre la gravedad de la legislación respecto del matrimonio entre parejas del mismo sexo, es probablemente esperar textos largos y retóricos, pero sin argumento alguno". Sin argumento alguno que a usted le parezca correcto, me permito completarle. No se interese al respecto, mucho menos se aburra, y aquí paz y después gloria.
Palas Atenea, ya le digo, me angustiaban mucho aquellas explicaciones, entre tantas como me enumeraban, pero hasta ahí llegó mi dedicación y allí quedó. Tampoco nunca me exigieron mucho más desarrollo que la mera memorización, la verdad sea dicha. No verían entonces demasiado provechosa su asimilación.
Pues doble felicitación: por la inspiración del título, y por la elección con tus hijos. Hoy por hoy tenemos en nuestras manos una inmensidad de material donde elegir, y con criterio. En estas circunstancias, tener que tragarnos esas "moscas" (que en muchos casos son tábanos incandescentes y rabiosos) es imperdonable.
Un consejo: ahora, leeros en conjunto la novela original de la Princesa Prometida. La adaptación cinematográfica es buena, pero la novela es mucho mejor.
A otros perros con ese güeso (si, con g y ü, porque por no ser, no es ni hueso; ni huevo, vaya).
La literalidad del lenguaje bíblico en nada niega la historicidad de Adán y Eva: para nada son una metáfora. Por mucho que ud. nunca haya encontrado un sacerdote (no especifica de qué religión, claro) que se haya leído, por ejemplo, los puntos 390, 374-375 o los 404-406 del Catecismo de la Iglesia Católica.
Y para los realmente interesados en el tema, estos post de Infocatólica:
infocatolica.com/blog/esferacruz.php/1006290546-title
infocatolica.com/blog/apologeticamundo.php/1211240453-sobre-la-doctrina-catolica-de
La validez de sus argumentos no estará en que a mi parezcan correctos, sino en cuan formalmente lógico y coherente los construyas.
Respecto de "la relación entre cualquier pareja de personas va mucho más allá de la escenificación que usted reproduce con tanto detalle como exclusividad y carencia de imaginación"....intuyo una ligera obsesión con las relaciones de pareja.
Sin embargo, esperaría que su valoración de la riqueza de las relaciones humanas fuera mucho más allá de la que sólo aquella que se da entre parejas de personas.
Obsesión con las relaciones de pareja, por mi parte ninguna. Ahora que menosprecio tampoco. Pero obsesión hasta el morbo, la del aludido por mí en el comentario. Es la demostración palpable de lo que muchos no quieren reconocer que se reduce a puro y simple ASCO. Prejuicio atávico destilado en asco. Y de ese asco derivan tooooda una antropología, con su correspondiente derivada moral, ni que decir tiene.
Kairós, yo no sostengo que cada cual elabore su propia moral, bastante tiene con construir su propia mentalidad, que muchas veces es en realidad la confusión que nos traemos entre manos. Desde luego que con una mínima moral común nos tenemos que manejar, precisamente para neutralizar a quien venga confiado a "robarte, violarte, matarte..." Extremos evidentemente más acuciantes, como llevamos viendo en todo este post, que otros más subjetivos y puramente domésticos (igualmente pecados o no yo no voy a volver a discutirlo).
Precisamente en éstos (y será o no será por la parte que me toca, qué más dará) es donde me parece inviable pretender -universalmente- que lo que muchas veces no es más que mero cambio de mentalidad quiera ser elevado a la categoría de amenazante intento de "cambio de paradigma", como andan algunos denunciando. No pensamos como nuestros abuelos, ni nuestros nietos pensarán como nosotros. Y además es buena señal que así sea, me parece a mí. Entre mismos coetáneos, nunca ha dejado de ser patente el eterno conflicto generacional. Precisamente por este tipo de discusiones. ¿Significa eso entonces que el hombre lleva, de generación en generación, trastocando criterios morales? No puede haber tantos, ¿no?
Pablo VI condena en 1970 la incipiente práctica del nudismo. No suscitó polémica alguna, ni tan siquiera trascendió de la esquina de cuatro periódicos. Pero era una cuestión peliaguda, a la que el Papa vio oportuno anticiparse, por impredecible y por desafío moral. Medio siglo después, y sin una voz más alta que otra entre medias, ya nadie plantearía controversia alguna al respecto. Y eso que el trasfondo moral de uno y otro momento son diametralmente contrarios. Por lo tanto, incomparables. Las cabezas cambian. Incluida la del que no quiere que cambien.
En primer lugar le rogaría q deje de atribuir a mi comentario pensamientos y sentimientos q yo no he reflejado. Es muy maleducado por su parte.
Me alegro de que la descripción absolutamente aséptica que he hecho del encuentro carnal entre dos hombres le resulte grosera. Ciertamente como acto es de los más groseros que se me pueden ocurrir.
Me acusa de describir sin imaginación la guarrería que suponen los contactos homosexuales. Me halaga. Se ve que, con simplemente describir en qué consisten se consigue eliminar toda esa poesía imaginativa de novela de folletín a la que ciertos colectivos nos tienen acostumbrados y que edulcora una realidad que es abominable. Ve cómo si uno se pone a pensar en lo que hacen las cosas ya no son tan encantadoras? Esto no se trata de dos hipster cultos y fibrosos, profesores de filosofía que comparten mesa y mantel en un restaurante de lujo, rodeados de gente interesante y snob mientras ayudan a salir de la pobreza a un niño subsahariano. Se trata de personas que han caído en un vicio terrible a las que debemos ayudar, diciéndoles la verdad y anunciándole el amor de Dios.
De lo que son las relaciones humanas creo que no he dicho ni mu.
He apuntado que no se puede encontrar virtud en una relación que gira entorno a un pecado nefando. Y mantengo mi postura que no precisa de argumentos porque resulta una obviedad.
Sobre el resto de relaciones humanas no he opinado. Ni lo voy a hacer.
Resumiendo. No me he dirigido a usted. Paso de discusiones, paso de sus argumentos ad hominem e histéricos, paso de sus sofismas, paso de su actitud escandalizada y escandalosa.
No volveré a contestarle. Le ruego por favor que no lo haga usted
Precisamente en éstos (y será o no será por la parte que me toca, qué más dará) es donde me parece inviable pretender -universalmente- que lo que muchas veces no es más que mero cambio de mentalidad quiera ser elevado a la categoría de amenazante intento de "cambio de paradigma", como andan algunos denunciando"
Un cambio de mentalidad de ese calibre es cambio de paradigma porque es decir blanco dónde se dijo negro. ¿Una mínima moral? ¿cómo de mínima? ¿reducida a no matar porque ninguno de nosotros ha asesinado a nadie y nos parece fácil cumplir ese mandamiento? ¿diez mandamientos convertidos en uno? ¿Siete pecados capitales en uno?
Aquí sólo hay dos pecados que nos indignan porque difícilmente los vamos a cometer: la violencia (naturalmente sólo física) y oprimir a los pobres. Así que el tipo que mata a su mujer y el que estafa a sus semejantes son el rehús de todos nosotros a los que debemos apedrear, porque si nosotros no hemos cometido sus pecados odiosos ¡es que somos santos!
¿Cuáles son los principios morales mínimos?
¿Los pones tu? ¿Los pongo yo?
¿Hay principios morales mínimos porque lo dices tú, porque nos conviene a unos pocos, o porque no podemos no saberlos, pues están inscritos en nuestra naturaleza?
¿Convendría al asesino un principio moral mínimo de no matar al inocente? Quizá solo requiera un cambio de mentalidad para considerarlo como bueno. Si a mí me estimulan los muñones en las extremidades.... podría solicitar al médico que me amputara un brazo para sentirme bien y él no podría negarse.
¿Adaptamos los principios morales mínimos a la debilidad o inclinación que cada uno tenemos?
Creo que vuelves a justificar la posibilidad de que cada cual debe "crear" su mentalidad=moral=su verdad, negando con ello la existencia de unos principios UNIVERSALES válidos para todos, independientemente de que nos convengan o no.
Dice "El conocimiento y el consentimiento son variables que no aportan distinción para el tema del que estamos hablando, porque puede haber falta de conocimiento tanto en un pecado como en el otro y lo mismo con la carencia de consentimiento. Por lo tanto, si incluimos esas variables para distinguir ambos pecados, estamos partiendo de fundamentos viciados, poniendo el dedo en uno de los platos de la balanza."
Discúlpeme, pero el tema del que yo hablaba es del pecado mortal, el que, si no hay arrepentimiento y muero con él, voy al infierno. Y para este pecado mortal, dice el catecismo de la Iglesia católica (no ChemaV ni Bruno ni el cardenal Schönborn ni el Papa): "Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones: “Es pecado mortal lo que tiene como objeto una materia grave y que, además, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento." Asi que, según la Iglesia católica, se necesita que el pecado sea en materia grave y, además, con pleno conocimiento y deliberado consentimiento. ¿Cómo no aportan estas variables distinción en el tema del pecado mortal, si la Iglesia dice que son necesarias para que haya pecado mortal? Este punto del catecismo (1857) es muy claro y conciso. Y lo remarca un par de números después: "El pecado mortal requiere plena conciencia y entero consentimiento." (1859). Y aunque es cierto que la materia grave es materia grave, (lo que yo no niego, porque asi lo afirma la Iglesia) dice el mismo catecismo: "Sin embargo, aunque podamos juzgar que un acto es en sí una falta grave, el juicio sobre las personas debemos confiarlo a la justicia y a la misericordia de Dios." (1861) ¿Cual es ese juicio que hay que confiar a Dios, sino del que esta hablando una frase antes "El pecado mortal [...] Si no es rescatado por el arrepentimiento y el perdón de Dios, causa la exclusión del Reino de Cristo y la muerte eterna del infierno"?
Yo no puedo aceptar la bendición de parejas homosexuales, porque estoy bendiciendo la posibilidad muy pausible de un pecado en materia grave. Ni aunque fuera un pecadillo venial en materia muy leve yo lo puedo bendecir. Por tanto, no me sirve comparar pecados para aceptar algunos como "menos malos" y asi "bendecirlos", que es de lo que yo pienso que ud. hablaba. Ahora, hay pecados más graves y menos graves, que serán mortales o no, dependiendo de su gravedad, conocimiento y consentimiento. ("La gravedad de los pecados es mayor o menor: un asesinato es más grave que un robo. La cualidad de las personas lesionadas cuenta también: la violencia ejercida contra los padres es más grave que la ejercida contra un extraño." CIC 1858)
Saludos
Inmoral era destruir la carrera de un genio matemático como Alan Turing, que ayudó a derrotar a los nazis descifrando las claves alemanas de la máquina Enigma, y en agradecimiento su país le condenó a la castración química por ser homosexual y probablemente le empujaron al suicidio.
Y ahora resulta que abandonar a tu pareja "puede hacer un daño similar al del asesinato".
¿Pero alguien puede darle al ON de la máquina de la moderación y el sentido común? .
El adulterio es una cosa.
La homosexualidad es otra.
El asesinato es otra.
Y el genocidio y los campos de concentración son otra.
Y por cierto "diez mandamientos convertidos en uno" no hay, sí hay diez mandamientos convertidos en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
Amar no es ser condescendiente con el pecado, el cristianismo puede decirle al homosexual "cuidado que estás pecando", pero otra cosa es decirle "eres un enfermo y que te cases con otro hombre es tan dañino a la sociedad como los campos de concentración nazi ".
Eso desde luego no demuestra mucho amor.
Les decía que no pecaran más pero no los comparaba con asesinos, no los encarcelaba, no los machacaba, no le daban asco...
En este foro, muy pocos recuerdan aquello de tirar la primera piedra. Pero desde luego es claro que si los gays pecan por realizar actos homosexuales, en cambio, muchos de los participantes en este foro pecan de soberbia porque se erigen en jueces por encima de Dios. Les recuerdo que Dios es omnipotente, condenará a quien crea necesario, cuando lo crea necesario y también, como lo crea necesario. Aquí todo el mundo hace de Dios sus palabras y opiniones propias desde la moral a la política. Y no vengan ahora con Tradición y Magisterio pues tan sacerdotes son los que opinan lo contrario como los que siguen sus ideas. Ahora bien, todo el que no piensa como Vds. no es católico. Dan el carné de catolicidad cuando les conviene. No lo da Cristo. Lo dan los sesudos participantes del blog, elaborando piruetas dialécticas que para los que tenemos un mínimo de cultura filosófica nos generan una sonrisa triste por la falta de una mínima coherencia.
Probablemente me responderá Bruno con argumentos bien elaborados y por lo menos con una actitud medianamente cariñosa. Al menos ese es su talante. Porque ciertamente, hay algunos comentaristas que demuestran su "caridad" cristiana con una formas que rozan el odio. Cálmense.Necesitan paz. Recen un poco.
Por cierto, no soy gay ni me va nada en este asunto, pero he visto y veo tantos gays machacados por gente con estas ideas que cuando oigo hablar del lobby gay me pregunto si sabrán lo que pasa en ciertos sitios con adolescentes amanerados cuyo único problema es haber nacido con la tendencia homosexual la que por cierto, no es pecado en si misma.
Si hay conciencia de pecado las comparaciones no sirven de sedación espiritual y necesitamos el perdón y la gracia de Dios como el aire que respiramos.
Y por supuesto que hallarnos en pecado o en gracia de Dios afecta al conjunto de las almas. No solo creo en la Comunión de los santos (como en todo lo que enseña la Santa Madre Iglesia) sino que me parece una maravilla extraordinaria.
el mensaje de Jesús es la plenitud de la revelación (corregir, aumentar y explicar) la Primera Alianza o Antiguo testamento. No es un "compendio". Por ejemplo, corrige el entendimiento del descanso sabático, alimentos impuros, divorcio.... etc.
Pero efectivamente no existe una abolición del Antiguo testamento
el que sea Dios omnipontente no implica que haya sinsentidos: no puede crear un ser mas perfecto que Él. Así que, no es verdad que Dios condena... el infierno es la ausencia de Dios. Si alguien decide darle la espalda a Dios, lo respeta.
Todo es comparable a todo, simplemente con que tenga punto de comparacion.
Es una rebuscada falacia de falsa analogia pero al reves.
En la falacia falsa analogia se concluye lo que no de sigue (se hace non sequitur) partiendo del punto de comparacion. Asi que el caardenal ha "usado" la critica como si en esta hubiera una falacia de falsa analogia (cosa que no sucede) y dándolo por cierto ha refutado lo no alegado.
El argumento originario contra bendiciones de parejas gays, es simplemente razonamiento analogico. No concluye de donde no debe , luego no es falaz.
Efestivy wonder, era pa aclaráh la coza.
"Bruno, has nombrado a Adán y Eva. Hasta donde yo sé no sé consideran literalmente esas dos figuras. Nunca encontré un sacerdote que así lo hiciera. Por otra parte sabemos demasiado de historia y de la Biblia como para andar con estas cosas de serpientes habladoras y manzanas pecaminosas. El pecado original es inamovible en la doctrina católica, no así la literalidad del relato del Génesis"
Como ya han señalado más arriba, la Iglesia enseña que el relato de Adán y Eva habla de algo que efectivamente ocurrió: "un hecho que tuvo lugar al comienzo de la historia del hombre", como dice el Catecismo. Otra cosa es la forma de contarlo, que obviamente no es el acta de una reunión. Pero sin duda Adán y Eva son figuras históricas, que en efecto existieron, pecaron y nos legaron el pecado original.
"No sé, y a mi que me parece cuando leo los Evangelios que Jesús estuvo siempre con los marginados, discriminados, con los pecadores... Les decía que no pecaran más pero no los comparaba con asesinos, no los encarcelaba, no los machacaba, no le daban asco..."
Bueno, esa imagen edulcorada de Jesús no es correcta: nidos de víboras, sepulcros blanqueados, quien mira a una mujer deseándola comete adulterio, quien llama a su hermano renegado es reo de muerte, quien escandaliza a un pequeño más le valdría que le ataran una piedra de molino al cuello y lo tiraran al mar, zorra (a Herodes), satanás (a Pedro), a los tibios los vomitaré de mi boca, vuestro padre es el diablo, generación malvada y adúltera, si no os convertís todos moriréis del mismo modo y un largo etcétera.
A Jesús sin duda le daba asco el pecado, al igual que le sucede al comentarista al que te estás refiriendo. Y una parte fundamental de su amor por los pecadores es su odio al pecado que destruye a esos pecadores.
"En este foro, muy pocos recuerdan aquello de tirar la primera piedra. Pero desde luego es claro que si los gays pecan por realizar actos homosexuales, en cambio, muchos de los participantes en este foro pecan de soberbia porque se erigen en jueces por encima de Dios"
Sin ánimo de ofender, cuando uno critica a los demás por juzgar y tirar la primera piedra y, en la misma frase, los juzga como soberbios, hay algo que falla.
"Les recuerdo que Dios es omnipotente, condenará a quien crea necesario, cuando lo crea necesario y también, como lo crea necesario"
Pero no arbitrariamente, sino según los criterios que Él mismo ha dado en su revelación. Y de esos criterios, como por ejemplo el relativo a qué cosas son pecados graves, se puede y debe hablar. Es más, si no lo hiciera, la Iglesia estaría faltando a su deber.
"Y no vengan ahora con Tradición y Magisterio pues tan sacerdotes son los que opinan lo contrario como los que siguen sus ideas."
Hasta donde puedo ver, no importa nada de quién sea una idea o una opinión. Lo que importa es si esa idea o esa opinión son acordes con la Revelación y, por lo tanto, con la verdad. Que es de lo que se discute en este blog.
"Ahora bien, todo el que no piensa como Vds. no es católico. Dan el carné de catolicidad cuando les conviene. No lo da Cristo. Lo dan los sesudos participantes del blog, elaborando piruetas dialécticas que para los que tenemos un mínimo de cultura filosófica nos generan una sonrisa triste por la falta de una mínima coherencia"
Dejando a un lado la suficiencia de esa última parte de la frase, que me atrevo a sugerirte que no es muy apropiada, ser católico implica necesariamente considerar que hay cosas que no son católicas. Criticar eso no tiene sentido. Si no somos capaces de decir que hay personas que no están actuando como católicas o que hay opiniones que no son católicas es que no sabemos lo que es católico y lo que no, y, por lo tanto, no somos católicos en ningún sentido de la palabra.
"Por cierto, no soy gay ni me va nada en este asunto, pero he visto y veo tantos gays machacados por gente con estas ideas que cuando oigo hablar del lobby gay me pregunto si sabrán lo que pasa en ciertos sitios con adolescentes amanerados cuyo único problema es haber nacido con la tendencia homosexual la que por cierto, no es pecado en si misma."
Francamente, en casi diez años de blog, podría contar con los dedos de una mano los casos en los que se ha machacado a los que sienten atracción por el mismo sexo por razón de esa atracción (y me sobrarían dos o tres dedos). Lo que se critica es el pecado y, más aún, la justificación y la apología del pecado. Como debe hacer todo católico.
Celebro y comparto que resaltes la importancia de amar a las personas que tienen esa tendencia, como a hijos amados de nuestro Padre, pero dar a entender que los demás comentaristas no lo hacen está fuera de lugar.
Saludos.
Muy buen resumen.
Sin embargo, es difícil no pensar que las palabras del Cardenal incluyen también un cierto ad hominem, porque se niega a tomarse en serio al obispo (al que, por cierto, ha prohibido participar en algún acto provida en su diócesis). No analiza sus afirmaciones, sino que directamente las desprecia llamándolas inaceptables, como si su opinión personal, por ser él quien es, valiese más que la de un obispillo auxiliar jubilado.
No sé si será el caso del Card. Schönborn, pero la mundanidad casi siempre lleva consigo una mirada de desprecio a los que no son mundanos, como "poco sofisticados". Y si no, que se lo digan al Cardenal Kasper, que despreció a sus hermanos obispos negros de África como primitivos y atrasados (y luego lo negó y luego tuvo que tragarse sus palabras porque le habían grabado).
la ley mosaica tiene 613 preceptos, en ellos están incluidos los mencionados por mi. Jesús habla de TODA la ley y los PROFETAS cuando estable sus dos mandamientos. En Mateo 22 se indica
37 Jesús le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
38 Este es el gran mandamiento, el primero.
39 Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.»
Los 10 mandamientos son solo "mínimos" a cumplir, lo que dice Jesús es el pleno de la revelación, el supera, amplía,explica lo explicado en la Primera Alianza, válida, pero rota desde la apostasía hebrea antes de la cautividad en Babilonia.
Respecto a los homosexuales, ojalá se les hablara con palabras tan duras y dulces a la vez como las que les dedicaba San Pedro Damián:
www.catolicosalerta.com.ar/varios/sodomia.html
No se discute si un obispo puede bendecir a una pareja homosexual (supuestamente activa). La respuesta es no. No puede.
Se discute si es apropiado criticar el intento de bendecir un pecado comparándolo con el intento de bendecir otro pecado, concretamente el exterminio masivo de millones de personas en campos de concentración. Más sangrante aún la comparación cuando salió de boca de un obispo alemán, pueblo que entre 1933-45 se cargó entre judíos, eslavos, gitanos, y otros colectivos (incluyendo homosexuales y sacerdotes) a más de diez millones de personas en esos campos.
Mi opinión es que aunque estrictamente hablando tanto el sexo homosexual como el genocidio sean pecado, es evidente para la inmensa mayoría de las personas con sentido común y un corazón, que es muchísimo más grave asesinar a millones de inocentes, que mantener una relación afectivo/sexual estable con otro hombre.
Que haya gente que realmente no vea la diferencia, e incluso se atrevan a decir que aprobar una ley de matrimonio gay sea equivalente a montar campos de concentración, sólo se explica por pura homofobia y unas dosis tremendas de mala leche.
¿Que es mas malo? ¿Matar un millón de personas y no arrepentirse o matar una persona y no arrepentirse? Puedes filosofar lo que quieras, pero ambas te llevan al infierno.
"Se discute si es apropiado criticar el intento de bendecir un pecado comparándolo con el intento de bendecir otro pecado, concretamente el exterminio masivo de millones de personas en campos de concentración. Más sangrante aún la comparación cuando salió de boca de un obispo alemán"
Al parecer, no has entendido nada del artículo y te limitas a exclamar (una vez más): ¡Es incomparable! ¡Un elefante es mucho mayor que un ratón! Vuelve a leer el artículo, por favor. Y si no lo entiendes, pregunta. De otro modo, tus comentarios no aportan nada y la discusión es inútil.
"Mi opinión es que aunque estrictamente hablando tanto el sexo homosexual como el genocidio sean pecado, es evidente para la inmensa mayoría de las personas con sentido común y un corazón, que es muchísimo más grave asesinar a millones de inocentes, que mantener una relación afectivo/sexual estable con otro hombre."
Nadie pone en duda eso. Hay pecados todavía más graves que otros, que también son graves. Sin embargo, eso no tiene nada que ver con tu frase anterior... como muestra, con total claridad, el artículo.
"unas dosis tremendas de mala leche"
Me permito sugerir que probablemente no seas el más indicado para hacer ese tipo de reproches.
El razonamiento por analogia, que incluye induccion es muy simple y muy veraz:
Siendo a, b, c y d, no equivalentes en gravedad, con gravedad exponencialmente en disminución con respecto al anterior:
a tienen la propiedad de ser pecado mortal: luego no se bendice.
b tiene la propiedad de ser pecado mortal: luego no se bendice.
c tiene la propiedad de ser pecado mortal: no se bendice.
d tiene la propiedad de ser pecado mortal: a no oiga, que d no es equivalente a "a".
Jarrrrr. Condemor.
"La conciencia de los pecados propios es una gracia que Dios concede y que debemos pedir con humildad"
Sabias palabras, que me han sido muy útiles y voy a poner en práctica ahora mismo. Gracias.
Todo el mundo, (al menos en publico) esta de acuerdo en que aquello fue terrible. A partir de lo que todos consideran "pecado mortal" se razona, que es imbendecible.
Es muy comun razonar asi. A mis hijos continuamente les pongo ejemplos morales evidentes más graves de la tonteria que hayan hecho, para que entiendan ciertas consecuencias. Y no.por ello establezco equivalencia entre quitarle la chuche al hermano y que un señor nos robe la casa....
Vamos! Es de cajon!
" No volveré a contestarle. Le ruego por favor que no lo haga usted". Bueno, pues aunque sea también por alusiones, y porque nos guste o no el debate se enriquece, tengo que hacerlo. Gracias de todas formas por su atención, Dios le bendiga y a sus seres queridos.
"Me alegro de que la descripción absolutamente aséptica que he hecho del encuentro carnal entre dos hombres le resulte grosera. Ciertamente como acto es de los más groseros que se me pueden ocurrir". Pues piense usted en otra cosa, se ha dicho siempre. Pero no es a mí al que me parece grosera, es usted el que no ha sabido describirla de otra manera, con otra actitud, más que la grosería y el escarnio intencionado.
Mire, no puedo entrar aquí en descripciones que le explicaría teniéndole delante y a los demás les puede parecer violento, pero le aseguro que no conoce usted -y hace bien- ni la mitad de la mitad de lo que habla. Pero da igual, a cualquiera, sin necesidad de ser asexual -que ya sería el extremo- le pueden parecer sinceramente guarrerías las cosas que se imagina de sus vecinos y vecinas. Me contestó una vez un comentarista mexicano, no recuerdo su nombre, que "los hombres naturalmente hieden", y que simplemente por esa razón la práctica homosexual repugna a cualquiera. Se cargó de un plumazo toda la afectividad femenina, de una u otra orientación.
"Se trata de personas que han caído en un vicio terrible a las que debemos ayudar, diciéndoles la verdad y anunciándole el amor de Dios". Me parece encomiable su misión, si es que la siente con sinceridad y la piensa poner en práctica fuera de internet. Es exactamente análoga a la que otros hacemos -hemos hecho alguna vez- por ejemplo en barrios desfavorecidos, seguramente con más provecho humano.
"De lo que son las relaciones humanas creo que no he dicho ni mu". Y cree bien. Ha sido Jorge, y es a él a quién me he dirigido al respecto.
"He apuntado que no se puede encontrar virtud en una relación que gira entorno a un pecado nefando. Y mantengo mi postura que no precisa de argumentos porque resulta una obviedad". Amén. Usted no argumente, total ¿qué falta le hace? Como dice Serrat, "bienaventurados los que lo tienen claro porque de ellos es el reino de los ciegos".
Palas Atenea:
"Aquí sólo hay dos pecados que nos indignan porque difícilmente los vamos a cometer: la violencia (naturalmente sólo física) y oprimir a los pobres". Excusatio non petita, accusatio manifesta. ¿Es por eso entonces que a usted le indigna además el que estamos tratando?
"La persona que abandona a su cónyuge porque dice que ya no le ama puede estar haciendo un daño similar al del asesinato si la persona abandonada queda destruida. En este mundo tan sensiblero se pide a la gente, con una cara de cemento, que aguante lo que le echen y hay quién aguanta y hay quién no y, sin embargo, de eso no nos hacemos responsables". ¡Me deja usted de piedra, Palas! ¿Habremos debatido aquí veces y veces la cuestión de los cónyuges abandonados injustamente, y su posterior ostracismo más injusto todavía? ¿Ha suplantado alguien su alias?
Kairós, estoy seguro de que conoce usted como conozco yo cuál es esa "mínima moral común con la que nos tenemos que manejar". Esa por cierto ha sido mi expresión literal, no unos "principios morales mínimos" que por lo tanto yo tendría que pasar a enumerar y describir. Y ni los tengo ni por supuesto me atrevería a planteárselos a nadie como los óptimos y recomendables, porque yo haya llegado a una ardua conclusión con ellos.
"Creo que vuelves a justificar la posibilidad de que cada cual debe "crear" su mentalidad=moral=su verdad, negando con ello la existencia de unos principios UNIVERSALES válidos para todos". No le digo yo que no lleve razón. Como mucho puedo constatar que usted tiene unos principios muy asentados. Principios que yo pues no he llegado a poder compartir, y menos a tener por universales, ¿qué podemos hacer? Pues por lo pronto, quedarnos con esa "mínima moral común" que, reconozcámoslo, compartimos. La que no genera polémicas (porque cuando las genera digo yo que por algo será). Que habrá quien la llame "moral natural", "ley natural", "principios escritos en el corazón de todo hombre de bien"... y ya por tanto le mete ahí todo lo que él quiere considerar natural y "de bien", siempre que sea lo suyo pero no lo de "algunos otros". Polémica servida.
Esto lo escribe Jorge.
Y Bruno dice que nadie pone en duda que sea muchísimo más grave un genocidio que el emparejamiento de los homosexuales.
Pues para mí que Jorge sí lo hace.
Vamos está bien claro. No dice qué ambas cosas sean pecado mortal. Se refiere a ambas como política de Estado. Que es lo mismo aprobar el matrimonio gay que mandar millones de personas a campos de concentración. Vamos que Zapatero era como Stalin (para no hablar siempre del otro).
Está clarito lo que ha dicho Jorge.
"Que es lo mismo aprobar el matrimonio gay que mandar millones de personas a campos de concentración. Vamos que Zapatero era como Stalin (para no hablar siempre del otro)"
O te lees el artículo o, por favor, deja de comentar. "Comparable" no es sinónimo de "lo mismo". Como mucho, significa "semejante en algo".
¿En qué le parece similar a Jorge? Él sabrá. Pero sin duda hay cosas en las que es comparable. Así que pregúntale, en vez de cometer el mismo sofisma del cardenal, y luego podrás discutir.
Observo que no has contestado a las correcciones sustanciales que te he hecho y, como siempre, solo te dedicas a acusar a los demás. Para eso es mejor que no comentes. Los desahogos, mejor en tu casa que en la mía.
Saludos.
1 Co 6,18-20
Huid de la inmoralidad. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca contra su propio cuerpo. ¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros y habéis recibido de Dios? Y no os pertenecéis,
pues habéis sido comprados a buen precio. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
Bueno, no siento comunicarlo. Al revés. Me complace hacerlo.
Bruno ya que tú también afirmas "pero sin duda hay cosas en las que es comparable" ¿Me aclaras tú en qué cosas?.
Si quieres discutimos en ese otro blog.
Respecto a lo demás yo nunca he puesto como ejemplo un Estado donde sean legales la eutanasia, la eugenesia y el aborto.
De lo contrario trae la cita. Yo me tomo la molestia de entrecomillar.
La eutanasia yo la apruebo con reparos, la eugenesia la rechazo y el aborto casi lo prohibiría.
1 Tim 1,8-10
Sabemos que la ley es buena siempre que se use legítimamente, teniendo claro que no ha sido formulada para el justo, sino para los que viven sin normas o no se someten a ellas; para los impíos y los pecadores; para los irreligiosos y los profanos; para los parricidas y los matricidas; para los asesinos, los fornicarios, los invertidos, los traficantes de personas, los mentirosos, los perjuros y para todo lo demás que se oponga a la sana doctrina
¿Significa eso que el apóstol cree que todos esos pecados o delitos son absolutamente equiparables?
Pues solo en el sentido de las consecuencias eternas que provocan para el que los comete.
Curiosamente habla de que a esos pecados se les puede aplicar la ley. No tengo claro si se refiere a la ley mosaica.
Ah, y el último de la lista es... la herejía.
"Bruno ya que tú también afirmas "pero sin duda hay cosas en las que es comparable" ¿Me aclaras tú en qué cosas?"
Por ejemplo, son comparables en cuanto políticas de reingeniería social, en cuanto a que su objeto es inmoral según la moral católica (probablemente por donde vayan los tiros de Jorge), en cuanto a ser contrarias a la ley natural, en cuanto a ser obra de gobiernos poscristianos, en cuanto a ser efímeras (ojalá), en cuanto a pertenecer a un siglo que empieza por X, en cuanto a ser rupturistas con el consenso anterior, en cuanto a coincidencia de buena parte de las izquierdas y derechas de la época, en cuanto a la pretensión de ser el camino del futuro y del progreso, etcétera.
"el aborto casi lo prohibiría"
En eso has ido haciéndote cada vez más coherente y hay que reconocerlo y quitarse el sombrero.
"Guillermo: Ni tú sabes cuál es la "mínima moral común" porque si la supieras la dirías y nunca la dices. No hables tanto de ella y defínela". Cuando usted a su vez sea paralelamente capaz de exponernos, con irrebatible contundencia teórica, en qué consiste en términos generales la afectividad humana y sus diferentes manifestaciones; pero ojo, hasta el momento previo a su proyección bajo cualquier prisma confesional. Con metodología de criminólogo, usted ya me entiende.
Las posteriores citas paulinas son tan transparentes que qué pena no las hubiese pronunciado el propio Cristo. Suele haber un pequeño contratiempo: para quien francamente tiene conciencia de haber transgredido el 6º (y no se nos olvide el 9º), ¿se da también el preceptivo arrepentimiento y dolor de corazón? O yo es que vivo sin vivir en mí o mucho me temo que ni las parejas más comprometidas con nuestra vida parroquial llegan al "día grande" excesivamente contritos del último viajecito a Mallorca. Asumámoslo, hay episodios de nuestras vidas prácticamente "inarrepentibles". Si de verdad quieres a tu cónyuge, la quieres hasta decir basta, no te arrepientes de haberte colado queriéndola. Vale, ya, hay que pedir la gracia, sí.
Viene al caso lo siguiente porque tiene que ver con esta cuestión de lo comparable o incomparable en relación a discrepancias que están suponiendo un conflicto de mentalidades o de paradigmas. Me gustaría plantearles un caso sobre el que he pensado esta tarde, leyendo un artículo de temática muy diferente. Yo le he asociado la idea que aquí debatimos sobre el inevitable -y sano- cambio de mentalidad entre generaciones, no digamos entre edades históricas. ¿Hay alguien que no se acuerde de aquel memorable gag de Martes y Trece en el que salía una señora con el ojo morado gimoteando "Bi barido be peggga"? Qué gracia nos hizo, ¿verdad? Entonces no había ni feministas que se encadenasen a TVE. ¿Probamos a ponerlo 30 años después, a ver qué tal? Pues eso. Nos vamos a pelear ahora nosotros por las prevenciones morales que atormentaban in illo tempore a... sabe Dios quién.
En relación a tus comentarios respectos de los míos.
Creo que el asco y cualquier cosa vinculada a sensaciones hedonistas no vienen al caso. Dudo que la opinión del Monseñor Andreas Laun se haya debido a alguna sensación de asco.
Quiero entender las declaraciones del citado Monseñor, y para ello no me es más oportuno recurrir sino al capítulo 19 del Evangelio de Mateo, el capítulo íntegro, sin extractos que puedan manipularse para "concluir" con interpretaciones que con consciencia son muchas veces mal intencionadas.
Y ese capítulo es tan completo que Cristo enseña (y manda) sobre la unión esponsal entre el hombre y la mujer, sobre la gravedad del divorcio (dada la unión efectuada por Dios), la condena de una nueva unión (adulterio), y los eunucos que se hicieron así mismos por causa del reino de los cielos (hoy el orden sacerdotal).
Por ello, no se me ocurre que sustento el Cardenal Marx haya encontrado en la Revelación para responder en la entrevista:
¿Entonces realmente pueden imaginarse que podría haber una manera de bendecir a las parejas homosexuales en la Iglesia Católica?
- No hay soluciones generales y creo que eso no sería correcto, porque estamos hablando de una pastoral para casos individuales -la cual también se aplica a otras áreas- que no podemos regular, donde no tenemos un conjunto de reglas.
Habrá que pedirle que lea el capítulo 19 de Mateo, y responda luego si no se tiene un conjunto de reglas.
Tal vez se corrija.
El matrimonio civil entre parejas del mismo sexo como política de Estado es pefectamente comparable con los campos de concentración.
Sí, lo uno y lo otro son políticas de Estado, el segundo, evidente por sí mismo, contra la población judía principalmente.
Respecto del primero, no logras ver cuales son sus víctimas?.
Bueno, habrá que decirlo.
Son los niños, en concreto. Los inocentes niños.
Luego, la familia.
Con una política de Estado de ese tipo se destruye la familia,; peor aun que lo que hacían los nazis al separar familias en los campos de concentración.
La familia no se construye con leyes, ni se ensambla como un Lego comprado por capricho.
La familia se constituye.
Y los hijos no se piden, se reciben.
Un cambio de sensibilidad con respecto a algo no tiene que ver con el pecado, cuando la gente cantaba "El preso nº 9"-especialmente Joan Báez, tan progre ella-ya todos sabíamos que las bravatas de aquél le llevaban a la condenación eterna por muy macho que pareciera. No cuestionábamos la canción, ni pedíamos que la prohibieran pero alguna vez me he santiguado al oírle decir:
"Padre, no me arrepiento
ni me da miedo la eternidad,
voy a seguir sus pasos,
voy a buscarlos al Más Allá"
Todos y cada uno de esos pecados llevan al infierno.
También la soberbia de querer ser como Dios y alterar lo escrito en el "árbol del bien y del mal", tergiversar la ley moral natural y hacer "bueno" lo que daña, lastima, destruye, mata, enferma. Que se enteren los prelados.
La ciencia es terminante: la homosexualidad disminuye la esperanza de vida igual o mas que el alcoholismo, uso de marihuana..... o cualquier otra droga legal. Si mata....¿será buena?
El trillado argumento que no mata la homosexualidad, sino las enfermedades de las que se contagia..... consideren que, en ese caso, tampoco mata el alcoholismo, sino la cirrosis que produce.
Padre, no me arrepiento
ni me da miedo la Eternidad,
Yo sé que Allá en el Cielo
el Juez Supremo me ha de juzgar,
voy a seguir sus pasos,
voy a buscarlos al Más Allá".
La Soberbia luceferina y el odio insaciable de alguien que sabe que Dios existe y le desafía de tal modo no importaba entonces, lo tremendo ahora es que matara a su mujer y al amante de ésta. Sin embargo, hacer tal cosa es un pecado mortal pero no lleva a la condena eterna si hay arrepentimiento y confesión, lo que llevó al Infierno a ese irredento fue su soberbia, pecado capital de segunda clase para algunos porque para ellos es cosa natural desafiar a Dios. Liberanos, Dómine!
Ese es el único pecado imperdonable, según la Iglesia Católica, y abarca desde la pérdida de la esperanza (creer que Dios no nos puede salvar) hasta el desafío a Dios (caso de la cancioncilla de marras), el resto de los pecados capitales alcanzan el perdón de Dios si hay contrición y deseo de salvarse.
La secuencia de Pentecostés del "Veni creator Spiritus" dice:
Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén.
Sólo el que busca salvarse se salvará.
Vaya, pues sinceramente yo soy padre de familia, y creo que porque mis vecinos Manolo y Ramón estén casados, ni mi familia se rompe, ni me quitan a mis hijas, ni se vulneran mis derechos.
Igual soy muy corto de entendederas, pero no veo la similitud con que llegue la policía, pegue la patada en la puerta, nos lleven a un campo de concentración, nos separen, mi mujer acabe gaseada, mis hijas sean víctimas de experimentos médicos, y a mí me pongan a picar piedra.
Igual es que está ya muy manido eso de compararlo todo con los nazis. Y sinceramente si comparar es buscar similitudes, las barbaridades que hicieron los nazis son tan grandes que cualquier comparación acaba siendo ridícula.
Si a lo que se refiere Jorge es a la adopción por parte de homosexuales, que yo sepa cuando se adopta a un niño es porque no tiene familia, no se le quita a nadie para dárselo a los gais.
Entiendo que cuando empezó la ley hubiera dudas sobre cómo se criarían esos niños en familias homosexuales, recuerdo que muchos decían "pobres niños que los van a abusar" como si ser gay implicara necesariamente pero ser pederasta, o se temía por la burlas que sufrirían en la escuela (curioso los homófobos temían por las burlas que sufrirían los niños a cuyos padres ellos mismos atacaban), pero han pasado ya trece años de aquello y en general no ha habido ningún problema, no creo que haya más abusos quee en hogares heterosexuales y la integración en las escuelas es total.
Los nazis apuntaban a exterminar un pueblo, y tenían sus propias justificaciones para ello, incluso leyes antisemitas, que algunos religiosamente las cumplían sin ningún escrúpulo.
El matrimonio homosexual por su parte, a la familia.
Que con ello vayas a entender que la familias vecinas de un matrimonio homosexual no se vean afectadas y por ello no haya comparación con el régimen nazi, bueno, no es directamente a las familias vecinas, sino a las familias que dejan de constituirse, dado el matrimonio homosexual.
El matrimonio antes de la leyes de la mal llamada igualdad de género, quierase o no, está invitada a la constituir una familia, es una vocación, no un derecho, ni menos una demanda exigible.
Los niños, hijos, llegan, no se compran.
Y no hay familia perfecta.
Todo ello, se desmorona con el matrimonio homosexual. Simplemente se anula, o en términos estadísticos, disminuye significativamente la probabilidad de ocurrencia.
Así, cada vez se tienen menos familias, menos papás y menos mamás, y por lo tanto menos hijos.
Ahora, no aprecias la similitud? Con la legislación del matrimonio homosexual, se tiene con una violencia silenciosa, cada vez menos familias, por otro lado, con la legislación antisemita, y el subsecuente y ya conocido exterminio, menos judíos.
Como para compararlos no?
"No sé a qué viene tanto escándalo porque los homosexuales se casen, llevan siglos yendo al altar y haciendo muy felices a sus mujeres".
Esto lo cuento por lo que dices de "familias que dejan de constituirse".
¿Pero tú que quieres, que pase lo de siempre, que un homosexual se case con una mujer a la que no ama por el qué dirán, y llevando una doble vida?.
Mira, en España como en cualquier país los homosexuales aunque sumen todas las siglas de Lesbianas, Gais , Transexuales, Bisexuales, etc.no llegan al 5% de la población.
Y de ellos sólo una parte se casa.
Hoy en día el problema del descenso de matrimonios hetero, y el descenso de la población no la tienen los gais, sino que el sueldo medio está empezando a ser mileurista y que incluso las parejas que se definen como "católicas" prefieren "arrejuntarse".
No hay ninguna conspiración judeo-masónica para exterminar la raza Ibérica.
Dejad de echarle las culpas a los gais de querer vivir a su aire.
Estáis obsesionados por unas pocas bodas gais al año, y olvidais el dramático descenso de bodas por la Iglesia.
Es lo que pasa cuando espias la casa del vecino y descuidas la tuya.
Tratar de ver similitudes entre los gais y una de las ideologías más asesinas de la historia, que también mató a miles de homosexuales, es un insulto.
Los nazis perseguían a la gente para matarlos. ¿A ti que te han hecho objetivamente los homosexuales? .
No te digo cómo los valoras o cómo te sientes subjetivamente. Te pregunto si te buscan para matarte. Si te encarcelan. Si te torturan. Porque eso hacían los nazis. Por eso las comparaciones son tan desafortunadas y ridículas.
Reconocer derechos a otros no me quita derechos.
Porque Ramón y Manolo formen una familia, no dejo yo de tener la mía.
Y efectivamente los niños no se compran, y creo que ya no existen esas mafias de monjas, médicos y funcionarios que en décadas pasadas robaban hijos a sus madres para venderlos a "familias bien".
Los hijos se paren o se adoptan legalmente. Yo soy hetero y tengo dos hijas adaptadas. Una amiga mía es lesbiana y ha parido la suya. Así es la vida.
"Creo que el asco y cualquier cosa vinculada a sensaciones hedonistas no vienen al caso. Dudo que la opinión del Monseñor Andreas Laun se haya debido a alguna sensación de asco". Si no asco, llámelo usted escrúpulo, prevención, mentalidad enquistada, pudor ajeno, horror a terminar comprendiendo lo que se tiene por inamovible, se me ocurren un montón de páginas del mismo libro para definir una realidad que ahí está y que claramente es polémica, quiere hacerse polémica.
En cuanto a Mateo 19, tendríamos para rato, de hecho siempre estamos a vueltas, no voy a repetirme hoy. ¿Cómo descifrar el "salvo porneia"? ¿Qué traduccioNES tiene "eunuco"? ¿Dónde ha encontrado alguien la restricción también a la repudiada? Si es que a fin de cuentas hasta los discípulos se resignan a los versículos 10-11.
A ver qué le parece este "trasplante" conceptual: "La denegación del matrimonio CIVIL a personas iguales que todas como POLÍTICA de Iglesia es perfectamente comparable con los autos de fe. Ambos suponen una violación de la libertad de conciencia además de una intromisión en la separación de poderes (o de grupos de poder) por no decir un lavado de manos por la vía rápida".
"¿cuáles son sus víctimas? Bueno, habrá que decirlo. Son los niños, en concreto. Los inocentes niños". Qué niños. ¿Los futuribles niños adoptados, con ese modelo familiar tan abyecto que van a conocer ¡y hasta a reproducir!? ¿Los niños que nunca van a tener porque sean de los que siempre pensaron que si de algo se podían "librar" era por lo menos de tener que criar niños? ¿Los niños de las familias estándar, que les va a suponer escándalo y sería mejor ahorrarles eso como posibilidad social? Qué niños.
"Luego, la familia. Con una política de Estado de ese tipo se destruye la familia". Qué familia. Claro, la familia como ustedes únicamente quieren entenderla. La familia productiva con obligada finalidad demográfica, de la que se exceptúan los del lavado de manos. La familia que excluye a todas las que no sigan su misma configuración oficialista. Que encima no son ni muchas... pero para que así sigan siendo poquitas, mejor.
Palas Atenea:
"pero diga algo claro que sirva a alguien". A alguien supongo que quiere decir a usted, ¿pero es que encima tengo que conseguir que le sirva a usted?, ¿a la humanidad por usted apadrinada? Pues como le vuelvo a repetir, yo ni lo tengo ni si lo tuviera se lo sermonearía a nadie, así que por eso, vamos con los latinajos, y sin ánimo de que me dé las gracias por ellos (pero no dirá, ¿eh?): "Honeste vivere, neminem laedere, suum cuique tribuere". Como comienzo pienso que no está nada mal. Lástima que se le ocurriera a un pagano, y no a Santo Tomás, mecachis. O a San Pedro Damián.
No reprima usted la transgresión artística, mujer, que eso siempre nos ha terminado dando preciosos frutos estéticos. No se tenga usted que santiguar por el contenido sacrílego del Preso nº 9, aunque sea por el poder moralizador que pueda tener para alguien. O recuerde si no la Flauta Mágica, que con la tontería de la masonería los buenos ratos que terminó dándonos. ¿Y con el canalla del cura de La Regenta, en medio de ese moooonumento de la literatura? ¿Y con el derroche cutáneo de la Capilla Sixtina, qué hacemos? ¿Y el contenido tan sórdido de Ojos Verdes, que se acordaba mi abuela de cómo en su parroquia se decretó confesarlo a quien la escuchara por la radio? Qué cosas.
Gringo:
"que pase lo de siempre, que un homosexual se case con una mujer a la que no ama por el qué dirán, y llevando una doble vida?" Peor aún en no pocos casos: que sí la ame, con pasión incluso, hasta el punto de respetarla sin buscarse esa doble vida, pero no dejando por ello de significar una mentira espantosa, un capricho pseudosobrenatural y una incalificable injusticia.
"¿Dónde ha encontrado alguien la restricción también a la repudiada?"
¿Lo dice en serio? No sé qué más quiere: "Y si la mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio" Mc 10,11; "y el que se casa con la repudiada, adultera" Mt 19,9
"Claro, la familia como ustedes únicamente quieren entenderla."
Esto es una deformación. Se dice "la familia tal como la entiende la Iglesia Católica y tal como aparece en la Revelación de Dios en su Palabra". Se puede no estar de acuerdo con esa forma de entender la familia, pero, por favor, seamos claros al hablar. Engañar no conduce a nada.
Y todo lo demás igual. Confieso que no entiendo ese gusto por retorcer las cosas (de forma tan transparente, además) en comentarios kilométricos que no convencen a nadie y se dirían dirigidos a convencer al propio autor. Como podría haber dicho Gracián (pero no lo hizo): lo erróneo, si breve... al menos es breve.
Claro que yo no me caracterizo precisamente por la brevedad, así que alguien podría replicarme: dime de qué presumes y te daré una patada en la boca.
Oremus pro invicem.
¿Propaganda cultural estadounidense? ¡No, gracias! Más globalismo nooo.
A cualquier cosa se le llama totalitarismo. Que el Ayuntamiento te sube la tasa del alcantarillado, totalitarismo.
Que no te gusta alguien, es un nazi.
Se usan esos términos por comodidad, porque son como la bomba atómica con la cual pretendes acabar la guerra. Si al otro lo haces pasar por nazi o totalitario sabes que ya queda descalificado para cualquier argumentación.
Cuando se compara el matrimonio gay con el nazismo o los campos de concentración, que no nos cuenten milongas, lo único que se pretende es apelar al instinto, buscar una reacción primaria y no complicarse la vida argumentando: "esto es malo, es caca, es como los nazis, ¿nene lo entiende? Marica = nazi".
Y yo comprendo que cuando unos alemanes ven esas comparaciones, especialmente de labios de uno de los suyos, tomen aire y piensen "ya estamos otra vez...".
El pueblo que aupó a Hitler y llevó a cabo sus crímenes sabe la carga moral que soporta, y no gusta de frivolidades.
Y yo lo entiendo.
Porque por muy filosóficos que se pongan buscando similitudes entre el matrimonio gay y los campos de concentración, cuando leo las biografías de las presas españolas en Ravensbrück y lo que pasaron y vieron, como que a sus hijos de tres años los mataran a golpes y luego echaran a los perros para despedazarlos delante de ellas, pienso "similitudes, sí claro...".
Yo les invito a leer los testimonios de estas mujeres, personas reales, con sus nombres y apellidos, Neus Catalá, Conchita Ramos y tantas otras. Y que intenten imaginar lo que pensarían si ahora les dijeran que el matrimonio gay o nuestra sociedad democrática tiene "similitudes" con los campos de concentración.
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