Rezar la liturgia de las horas con la Iglesia
“Cierro los ojos y, mientras mis labios murmuran las palabras del breviario que conozco de memoria, abandono su sentido literal para sentir que estoy en el vasto páramo que recorre la Iglesia peregrina y militante, caminando hacia la tierra prometida.
Durante el día, respiro con la Iglesia en su misma luz; durante la noche, en su misma oscuridad. Contemplo por todas partes las huestes del mal que la acechan o la asaltan. Estoy en medio de sus batallas y sus victorias, sus plegarias de angustia y sus cantos triunfales, la opresión de los prisioneros, los gemidos de los moribundos y la exultación de los ejércitos y los capitanes victoriosos. Estoy en medio, pero no como un espectador pasivo, sino como un actor cuya vigilancia, destreza, fuerza y valentía pueden tener una influencia decisiva en el desenlace de la lucha entre el bien y el mal y en el destino eterno de cada persona y de la multitud".
Beato Ildefonso Schuster, arzobispo de Milán
13 comentarios
Con esto no digo que desmerezca, por favor, es oración altamente recomendable, que la Iglesia y muchos laicos llevan a cabo diariamente, he usado muchos años los salterios, salmos y lecturas, etc. pero Bruno, podríamos decir que es oración vocal,
es así??
"oración muy por debajo de la oración mental que es la que más agrada al Señor [...] podríamos decir que es oración vocal, es así??"
Yo diría que no está bien planteada la cuestión. Más que distinguir entre oración mental y vocal, habría que distinguir entre oración personal y pública.
La Liturgia de las Horas es la oración pública de toda la Iglesia. Toda. Es la que la Iglesia presenta como Iglesia a Dios. Al rezarla, nos unimos a la "Iglesia extendida por toda la tierra" y también a la Virgen, los santos y los bienaventurados que alaban a Dios en el cielo. Y como Cristo es cabeza de la Iglesia, el rezo de las Horas es "la voz de la misma Esposa que habla al Esposo; más aún: es la oración de Cristo, con su Cuerpo, al Padre". Al rezar la Liturgia de las Horas, alabamos a Dios y nos ponemos "ante su trono en nombre de la madre Iglesia". Se trata, pues, de una oración poderosísima, porque en ella es la Iglesia entera, capitaneada por Cristo, la que acude al Padre.
El Oficio Divino es tan importante que, para un sacerdote, no es obligatorio hacer oración mental ni tampoco celebrar la Misa, pero sí es obligatorio rezar completa la Liturgia de las Horas. La Liturgia de las Horas, además, cumple un mandato del mismo Cristo: "Es necesario orar siempre y no desfallecer" (Lc 18,l). Con el rezo de laudes, vísperas y las demás horas, santificamos el día y todo lo que hacemos en él, poniéndolo en manos de Dios. Así se cumple en nosotros la Escritura: Todo lo que hagáis, sea de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias al Dios y Padre por medio de Él.
Por último, hay que decir que la Liturgia de las Horas es oración vocal, pero no debe ser meramente vocal. Alabamos a Dios con nuestros labios y también con nuestra mente, con nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas.
Todo esto no le quita nada de importancia a la oración personal, que tiene su propio lugar. De hecho, la experiencia me dice que la Liturgia de las Horas alimenta la oración personal y viceversa.
Dios no regatea.
«Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí; inútilmente me rinden culto mientras que enseñan doctrinas que son preceptos humanos» (Mt 15-8-9),
«Pero llega la hora, y es ésta, en la que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque así son los adoradores que el Padre busca. Dios es Espíritu, y los que le adoran deben adorar en espíritu y en verdad.» (Jn 4, 23-24).
Hoy, 16 de septiembre, fiesta de San Cipriano, entre sus enseñanzas nos encontramos sobre la unidad de la Iglesia, y nosotros rezamos en esta misma unidad, con la Liturgia de las Horas o el Breviario. San Cipriano escribió un tratado del Padre Nuestro, recomiendo que se medite su lectura.
Y es que necesitamos pertenecer a los verdaderos adoradores, no sea luego que por rezar mal, el Señor no nos conozca. Pero si llevamos la vida de Jesús en nuestra vida, salimos ganando.
va apreciando lo que se expresa, queda en habladuría.
Pero si nos concentramos en ella, sobre todo en el Salterio, inspirado por el mismo Espíritu Santo, orado por el propio Jesús, María y grandes santos, sostengo que no hay mejor plegaria y escala espiritual, para
elevarnos a Dios. Por otro lado fue "oral" y vaya hasta qué punto la trágica plegaria de Jesús en Getsemaní: "El dirigió en su vida terrena súplicas y plegarias, CON FUERTES GRITOS y lágrimas a aquel que
podía salvarlo de la muerte" (Hebr 5, 7).
Lo "vocal" no se opone a lo "interior" y , si es seria intención de conectarse con Dio, pareciera que la conjunción es más rica, siempre que haya armonía sinfónica entre lo silencioso interno y lo sonoro externo.
A mí me bastó este argumento para convencerme.
Eso es: "armonía sinfónica".
Como decía Pío XII en Mediator Dei: "A la excelsa dignidad de esta Oración de la Iglesia debe corresponder la intensa devoción de nuestra alma. Y puesto que la voz del orante repite los cánticos escritos por inspiración del Espíritu Santo, que proclaman y exaltan la perfectísima grandeza de Dios, es también necesario que a esta voz acompane el movimiento interior de nuestro espíritu para hacer nuestros aquellos sentimientos con que nos elevamos al Cielo, adoramos a la Santísima Trinidad y le rendimos las alabanzas y acciones de gracias debidas. «Debemos cantar los Salmos de manera que nuestra mente concuerde con nuestra voz». No se trata, pues, de una simple recitación ni de un canto que, aunque perfectísimo segun las leyes del arte musical y las normas de los Sagrados Ritos, llegue tan solo al oído, sino que se trata sobre todo de una elevación de nuestra mente y de nuestra alma a Dios, a fin de que nos consagremos nosotros mismos y todas nuestras acciones a Él, unidos con Jesucristo".
Y es a traves del concilio vaticano II que kla iglesia le da a la liturgia de las horas la estructura que tiene hoy y alli se oficializó que la liturgia que tanto laicos como el clero pueden y deben rezarla.
Sabemos bien que esta oración es desconocida para muchos, pero tiene una gran riqueza espiritual.
Y es a traves del concilio vaticano II que kla iglesia le da a la liturgia de las horas la estructura que tiene hoy y alli se oficializó que la liturgia que tanto laicos como el clero pueden y deben rezarla.
Sabemos bien que esta oración es desconocida para muchos, pero tiene una gran riqueza espiritual.
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