Santo Tomás Becket. A Dios lo que es de Dios
En esta época en la que la Iglesia parece sucumbir a un ritmo acelerado ante las presiones del Estado en todo el mundo, no se me ocurre ninguna lectura mejor que aconsejar a los lectores que el último libro que ha publicado la Editorial Vita Brevis. Se trata de Santo Tomás Becket. A Dios lo que es de Dios, un libro de Robert Hugh Benson.
A mi juicio, leer esta vida de Santo Tomás de Canterbury, o Tomás Becket, resulta especialmente interesante y esperanzador para los católicos de nuestro tiempo. Quizá la mayoría de los obispos de hoy no se caractericen precisamente por su gran valentía, pero en la historia de la Iglesia tenemos grandes ejemplos de obispos sin miedo, como Santo Tomás, que supieron plantar cara a los tiranos de su época. Leyendo sus historias, se alimentará nuestra esperanza de que también hoy la gracia de Dios haga milagros entre nosotros.
Conviene tener en cuenta que el enfrentamiento entre Enrique II Plantagenet de Inglaterra y Santo Tomás Becket no fue simplemente un desencuentro personal entre dos personajes, sino algo más profundo. Se trató de una de las primeras manifestaciones de la gran disputa entre la Iglesia y el Estado, ocasionada por las pretensiones de este último de obtener el control absoluto de la sociedad. De hecho, a grandes rasgos se podría contar la historia de los siglos posteriores a la Edad Media como la victoria progresiva del Estado en su lucha por suplantar a Dios y hacerse omnipotente en la vida de los hombres.
En esta pugna contra el dominio creciente del Estado, la Iglesia ha ido retrocediendo cada vez más, por desgracia, hasta encontrarse hoy en día acomplejada en un rincón. Dentro de esa sucesión de derrotas, la historia de Santo Tomás de Canterbury nos revela una de las grandes victorias de la Iglesia. Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, se enfrentó al poder del rey y defendió los “derechos de Dios” con el único apoyo de un puñado de monjes, el pueblo que lo veneraba y la confianza absoluta en Dios. El drama de aquella lucha desigual es mucho más emocionante que una novela.
Contra todo pronóstico, la historia termina con el rey postrado en el suelo y recibiendo azotes en penitencia por sus pecados. Tomás, sin embargo, venció a través de su debilidad, entregando su vida y muriendo víctima de las espadas de los hombres del rey, junto a un altar de su propia catedral. El rey acabó con su vida terrena, pero al final tuvo que doblegarse ante la fuerza de Dios, que brilla en sus mártires, cuando la cristiandad entera se horrorizó ante su crimen y consideró a Becket un santo y un mártir.
Resulta especialmente interesante el libro por quién lo escribió. En efecto, el autor fue un gran literato y converso inglés. Robert Hugh Benson era hijo del arzobispo anglicano de Canterbury y fue pastor anglicano, antes de convertirse por la vía del anglocatolicismo y ser ordenado sacerdote. También escribió la famosa novela apocalíptica Señor del mundo, además de otras obras preciosas, como La amistad de Cristo, Confesiones de un converso o ¡Venga el potro de tortura! ¡Venga la horca! Todos sus libros son buenos. Hasta las historias de fantasmas, que escribía con su hermano y a las que era muy aficionado.
Por otra parte, merecería la pena leer el libro solo para fastidiar a Enrique VIII, que ordenó destruir las imágenes de Santo Tomás en toda Inglaterra, para no tener que soportar el rostro acusador del santo, que le echaba en cara sus pecados, recordándole al otro Tomás al que había hecho ejecutar. Por eso, la mayoría de las imágenes que se han conservado de Becket en Inglaterra están desfiguradas, con el rostro destruido por los secuaces del rey.
Conociendo al buen Enrique, no creo que sorprenda a nadie si cuento que, además de ordenar la damnatio memoriae del santo, saqueó su tumba y santuario y se llevó todas las ofrendas y joyas dejadas por los peregrinos. Incluido un diamante ofrecido siglos antes por un rey de Francia, que terminó en un anillo para el pulgar del propio Enrique.
En fin, recomiendo encarecidamente la lectura de Santo Tomás Becket. A Dios lo que es de Dios como sencilla lectura veraniega. O la lectura de cualquier otra vida del santo, qué más da. Estoy seguro de que disfrutarán de este libro. Y no voy a recomendar que los lectores compren una copia extra y se la envíen a sus propios obispos, porque eso ya sería una maldad por mi parte. Pero sin duda pueden rezar por ellos por intercesión del santo arzobispo mártir y estoy seguro de que les vendrá muy bien.
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El libro se puede adquirir en la Editorial Vita Brevis, Amazon.es, Amazon.com, etc., al módico precio de 9,99 € en formato papel y 3,99 € en formato electrónico.
10 comentarios
Se trata de una serie dedicada a niños de 8 a 13 años, para que diviertan y se acostumbren a leer. El primer libro, Momias radioactivas, tuvo una muy buena acogida entre los lectores y esperamos que el segundo les guste todavía más.
Al principio cuesta y no tendremos la suficiente confianza de creer que lo estamos haciendo bien. Sin embargo, con un poco de paciencia y usando la táctica de ir leyendo cada vez un poquito más, sin duda despertaremos ese interés.
Pon amor dónde no hay amor y tendrás AMOR.
Es una crisis profundísima, abisal, destructora, apocalíptica, que nos introduce de lleno en la apostasía final profetizada por San Pablo.
Lecturas como esta son muy necesarias.
Muchas gracias por tan buenas recomendaciones.
Je, je. La de Burton está basada en la obra de teatro Becket o el Honor de Dios, de Anouilh. Es una obra de teatro deliciosa, de lo mejor que he leído en ese género, y la recomiendo vivamente. Es difícil de encontrar en español. Quizá pueda comprarse en este enlace.
Leyendo Santo Tomás Becket. A Dios lo que es de Dios, sin embargo, se nota enseguida que la obra de teatro (y la película) añadieron una buena dosis de imaginación a la realidad.
Mis hijos pudieron leer el segundo libro del Comando Relámpago con antelación y les gustó mucho. Quizá más que el primero.
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