Algunas objeciones a la declaración de fidelidad
Como ya habrán visto los lectores, hoy se ha publicado una declaración de fidelidad a la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio, firmada por ochenta clérigos y seglares y abierta a la firma de todo el que lo desee. Supongo que no sorprenderé a nadie al decir que me parece un texto excelente, no tanto por sí mismo como por el hecho de que recoge la doctrina milenaria de la Iglesia sobre el matrimonio, que es magnífica y refleja el maravilloso plan de Dios para los esposos.
El objetivo de la declaración es bastante modesto: un acto público de amor y fidelidad a la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio. A mí, como norma general, no me agradan las recogidas de firmas en temas eclesiales, pero desgraciadamente esta es necesaria, por los terribles ataques que sufre la fe sobre el matrimonio en nuestro tiempo, tanto desde el exterior como desde el interior de la Iglesia. El testimonio público sobre la verdad de la fe, especialmente cuando esa verdad es atacada, forma parte de la vocación de todo católico. Estad prontos para dar razones de vuestra esperanza, dice San Pedro.
Por supuesto, el tema del matrimonio es tan amplio que podrían llenarse libros y libros sobre las cuestiones tratadas en la declaración, de modo que solo voy a analizar brevemente algo que me ha parecido curioso: las objeciones que ya se empiezan a plantear contra la misma.
He comenzado a leer con interés los comentarios de los lectores a la declaración en InfoCatólica. Es evidente que la declaración es un texto perfectible. Yo mismo habría cambiado varias cosas, por ejemplo en cuanto a su traducción al español, aunque se trate de elementos que no modificarían la sustancia del texto. En ese sentido, me interesaba ver qué puntos mejorables o defectos señalaban los lectores. Desafortunadamente, hasta el momento las críticas han sido poco aprovechables, aunque muy reveladoras de la crisis en la que estamos inmersos.
Un lector, por ejemplo, dice: “‘Nosotros declaramos’… Hablan como si fueran sumos pontífices”. Es una objeción válida… o lo sería si la declaración dijera eso en algún momento. Parece que el comentarista no se haya molestado en leerla, porque la frase que entrecomilla no aparece en ningún lugar del texto. Lo que se dice una y otra vez es “Nosotros reiteramos”, es decir, se limita a repetir la enseñanza de la Iglesia sobre el tema y la fidelidad a ella. El verbo “declarar” ("afirmar” en el texto inglés e italiano) aparece una sola vez en nosecuántas páginas y, evidentemente, está ahí para evitar poner dos veces “reiterar”. Por si hubiera alguna duda, debajo de cada punto se cita textualmente lo que la Iglesia enseña al respecto.
El mismo lector continúa quejándose de que los autores “presentan sus propias interpretaciones del Magisterio (que posee diversos niveles) como si fueran dogmas de fe”. De nuevo, uno está tentado de pensar que ha leído un documento distinto o que no ha leído nada en absoluto, porque sólo en una ocasión se habla de que una enseñanza concreta es irreformable, que es lo más parecido a presentar algo como dogma de fe. Se trata de la enseñanza sobre la maldad intrínseca de los anticonceptivos artificiales, que la propia Iglesia (no simplemente la declaración) considera irreformable.
Por ejemplo, el Vademécum para los confesores acerca de algunas cuestiones sobre moral conyugal, dice claramente que “Esta enseñanza debe ser considerada como doctrina definitiva e irreformable. La contracepción se opone gravemente a la castidad matrimonial, es contraria al bien de la transmisión de la vida (aspecto procreativo) y a la donación recíproca de los cónyuges (aspecto unitivo del matrimonio), lesiona el verdadero amor y niega el papel soberano de Dios en la transmisión de la vida humana” (Vad. 2.4). También Juan Pablo II lo dejó muy claro: “No se trata, efectivamente, de una doctrina inventada por el hombre: ha sido inscrita por la mano creadora de Dios en la misma naturaleza de la persona humana y ha sido confirmada por Él en la Revelación. Ponerla en discusión, por tanto, equivale a refutar a Dios mismo la obediencia de nuestra inteligencia. Equivale a preferir el resplandor de nuestra razón a la luz de la Sabiduría Divina, cayendo, así, en la oscuridad del error y acabando por hacer mella en otros puntos fundamentales de la doctrina cristiana” (Discurso a los participantes del II Congreso Internacional de teología moral, 12 de noviembre de 1988).
Finalmente, el mismo lector termina diciendo “Eso no aclara sino que complica”. ¿En qué sentido “complica” recordar la enseñanza de la Iglesia sobre un tema? Después de pensar un rato, solo se me ocurre que “complica” los deseos que evidentemente tienen algunos de cambiar esa enseñanza por algo diferente. Ojalá sea así y les resulte un poco más complicado.
Otro lector crítico dice: “Desde fuera se ve como una reacción bastante exagerada y desproporcionada, de unos señores que de pronto se ponen solemnes y se lanzan a cazar herejes por el pasillo de su casa”. El lector, por supuesto, no explica en qué sentido es “exagerada” o “desproporcionada” una afirmación de fidelidad a la enseñanza de la Iglesia. Tampoco explica dónde está la “caza de herejes” en recordar la doctrina sobre el matrimonio. De nuevo, uno tiende a pensar que lo que molesta solo puede ser que se esté recordando esa doctrina, que es lo que verdaderamente resulta incómodo.
El mismo lector confirma esto en su frase siguiente: “Nadie ha negado ninguno de esos puntos doctrinales; de hecho si en algo se ha insistido por parte de Roma es en que la doctrina no cambia”. ¿Si nadie ha negado ninguno de esos puntos doctrinales, por qué molesta que se recuerden? ¿A alguien le molestaría que recordásemos, por ejemplo, que hay un solo Dios? SI molesta que se repita esta enseñanza, me temo que lo que molesta es la enseñanza en sí.
Por otra parte, después de haber leído durante meses las declaraciones de cardenales, obispos y teólogos que defendían el divorcio, la comunión sin propósito de la enmienda de los pecados graves, los anticonceptivos, el matrimonio entre parejas del mismo sexo, el aborto, que el fin justifica los medios, la convivencia extramatrimonial, el pecado como un acercamiento a Dios y un sinfín de disparates más públicamente y sin que nadie les corrija, decir que “nadie ha negado ninguno de esos puntos doctrinales” es de risa.
A continuación, el lector dice que la declaración “está demasiado basada en una lógica iusnaturalista y le falta la necesaria perspectiva antropológica integral que proporciona el personalismo, y que protege frente a rigideces que no llevan a ningún sitio”. Es una objeción perfecta, al menos si la consideramos como exponente del espíritu de la época y no como argumento. En efecto, no tiene ningún contenido, prescinde de la cuestión de la verdad o el error y desliza la discusión hacia lo moderno o antiguo, que son las categorías del pensamiento débil actual. La declaración, en cambio, muy acertadamente habla constantemente de la verdad (la palabra se repite 60 veces en el texto), que es lo que nos interesa y lo que salva. Las modas puede quedárselas el lector. Como decía un antiguo anglicano, con bastante sentido común, “el que se casa con el espíritu de esta época, se encontrará viudo cuando llegue la siguiente”.
Un tercer lector objetaba: “Qué pereza! Obsesionados con ‘rescatar la doctrina’ según unos y no la de otros… cuando el mundo agoniza por falta de humanidad… cómo se ve que no tienen preocupaciones serias…” También me ha parecido un comentario muy revelador, porque muestra cuál es el problema de fondo de esta crisis sobre el matrimonio: la falta de fe. Que un católico piense que el mundo agoniza por falta de humanidad es como si un médico pensara que su paciente se muere porque no ha visitado al curandero o a la bruja del pueblo. Ambos deberían replantearse su vocación. Es triste tener que recordar que, si el mundo se muere, es por falta de Dios, que la felicidad del ser humano sólo la puede dar Dios. Es triste que tantos católicos hayan olvidar que la “humanidad” no salva a nadie, sino que es Dios hecho hombre el que tiene la vida eterna.
Lo mismo indica la idea de que preocuparse por la fe no es una “preocupación seria”: cualquier parecido con el catolicismo es mera coincidencia. Que se lo digan a los mártires que dan la vida por esa fe. Que se lo digan a los monjes que lo dejan todo por ella. Que se lo digan a San Pedro, que nos transmitió la fe que vale más que el oro. Sin fe es imposible agradar a Dios, se nos enseña en la Carta a los Hebreos. Que se lo digan a nuestro Señor, que no se anduvo por las ramas cuando habló de la fe: El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.
En fin, no quiero cansar a nadie. Bastan estas objeciones para reflejar la gran crisis que sufre la Iglesia, que se ha manifestado ahora en el ámbito del matrimonio y la moral sexual, pero que afecta a absolutamente todo lo que es el catolicismo. Es una crisis en la que multitud de católicos, incluidos clérigos, se avergüenzan de la fe católica y se escandalizan de ella, porque han experimentado lo que anunció Cristo, el mundo os odia porque no sois del mundo, y no pueden soportarlo. Desgraciadamente, su “solución” no es pedir a Dios su gracia que todo lo puede, sino sustituir el catolicismo por la ideología pseudohumanista y relativista en boga en la sociedad posmoderna. Es decir, la apostasía, aunque en muchos casos sea una apostasía lenta y gradual, que cuesta menos.
Yo diría, pues, que reafirmar la fidelidad a esa fe que tantos abandonan resulta bastante oportuno.
70 comentarios
Yo solo quiero decirles GRACIAS!!! Gracias por la valentía (porque hoy hay que ser muy valiente para poner tu nombre y apellido enfrentando a una parte, bastante importante al parecer, de la jerarquía que tiene una "fe" que no es católica) de poner la cara por Jesús. Y siento un gran respeto y admiracion. Creo que actuan como la Veronica, enjugando el rostro sucio de Nuestro Amado Salvador.
Dios los bendiga, proteja y les de fortaleza. Gracias!, gracias!, gracias!
Y entonces, ahí estamos. En la Iglesia fundada por Cristo faltaba una perspectiva antropológica más amplia, cosa que felizmente se vino a subsanar 20 siglos después gracias a la introducción de un misterioso "personalismo" cuyas únicas señales concretas conocidas son el ataque a la noción de "naturaleza humana" y a la enseñanza de Santo Tomás al respecto, debido todo ello a la evidente influencia del existencialismo.
Es una suerte que los acólitos de Sartre hayan podido remediar de ese modo las insuficiencias patentes de la Revelación divina y de la Iglesia divinamente instituida.
Y al final citamos a Masiá, en fin, cerrá y vamos.
Saludos cordiales.
Muchas gracias por elogiar al P. Juan Masiá SJ. Con ello confirma todo lo dicho en el artículo. El P. Masiá, como es sabido, niega la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí), las parejas del mismo sexo (y aquí y aquí y aquí, aquí, aquí y aquí y aquí y aquí), los milagros de Cristo (viuda de Naín, bodas de caná (y aquí), Emaús, la resurrección de Lázaro, Pentecostés), las religiones no cristianas, el catolicismo y las religiones no cristianas (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí), los evangelios de la infancia, la inmaculada concepción (y aquí y aquí), la concepción virginal de Cristo (y aquí y aquí y aquí), la indisolubilidad del matrimonio (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí), la Trinidad y la divinidad de Cristo (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí), el sacerdocio reservado a los varones (y aquí y aquí y aquí y aquí), la virginidad perpetua de la Virgen (y aquí y aquí), la resurrección corporal de Cristo (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí), la asunción de nuestra Señora (y aquí), la eutanasia (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí), el aborto (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí), la fornicación, la existencia de actos intrínsecamente malos, la Escritura (y aquí y aquí), los dogmas (y aquí y aquí y aquí), la Redención (y aquí y aquí), el infierno (y aquí), la transubstanciación eucarística (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí), el primado de Pedro, la fecundación in vitro (y aquí y aquí y aquí), la investigación con embriones humanos, la cirugía de cambio de sexo, los ángeles, el pecado original y aquí, el juicio final (y aquí), la creación directa del alma por Dios, la autoridad de la Iglesia en materia moral (y aquí y aquí), la necesidad de estar bautizado para recibir la comunión, el descenso de Cristo a los infiernos y un larguísimo etcétera.
Por resumir, se podría decir que el P. Masiá no cree en nada.
"La infalibilidad, por tanto, pertenece con propiedad a toda la iglesia: existe una especie de fe infalible en la Iglesia universal, según la cual esta Iglesia universal no puede ser conducida al error en su totalidad como iglesia.
Esta es la parte que los laicos tienen en la infalibilidad. QUE ESTA PARTE HA TOMADO, ALGUNAS VECES, UN PAPEL MUY ACTIVO, LO PODEMOS VER EN LA CRISIS ARRIANA, CUANDO, EN CIERTOS MOMENTOS, PARECÍA QUE TODA LA JERARQUÍA HUBIESE CAÍDO PRESA DE LAS TENDENCIAS DE MEDIACIÓN ARRIANAS Y SOLAMENTE LA FIRME ACTITUD DE LOS FIELES ASEGURÓ LA VICTORIA DE LA FE EN NICEA"
(JOSEPH RATZINGER, El nuevo Pueblo de Dios, Queriniana).
Así, si yo le digo:
- Bruno, eres un heresiarca, yo estoy adherido al Documento de Declaración Solemne de Fé Arriana, en conciencia sincera y libre, informada y consentida, como todos los obispos, sacerdotes, religiosos y teólogos, junto con todos los laicos más representativos de todas las parroquias. Tú, estás equivocado, no puede ser que todos estemos errados, eres un dogmático y doctrinario, hablas como un Pontífice en nombre de la Iglesia, tú no estás consagrado ni eres teólogo, eres un rescatador de una anticuada teología iusnaturalista y tridentina, eres un exagerado y complicador. Puedes matarme mil veces, pero la Verdad es ésta: "No hay tres personas en Dios sino una sola persona, Dios Padre. Y Jesucristo no es Dios, sino que ha sido creado por Dios de la nada para su Plan salvífico". Amén, Amén, Amén.
Una respuesta puede ser:
- Jordi, la Verdad es la Verdad, aunque esté en contra de la estadística y la fuerza de la opinión demoscópica, por muy unánime que sea, por muchas autoridades eclesiales que tenga (incluido el Papa) y por muy creída que esté en la validez de sus proposiciones. Se pueden criticar, es más, es necesario en la fe de la Iglesia universal, todos aquellos pronunciamientos papales y episcopales en que les falta la cobertura de la Escritura y el Credo. Dichas proposiciones no son ni obligatorias ni vinculantes, y carecen de legitimidad alguna, porque formalmente les falta estas dos condiciones indispensables: Palabra y Credo. En este caso, como dijo Heráclito, uno vale más que diez mil si es óptimo. Uno vale más que mil millones si todos estos están equivocados, incluso si entre ellos hay pontífices, mitrados y prelados de alta jerarquía.
[Joseph Ratzinger, Fede, ragione, verità e amore, pág. 400, Lindau 2009]
Para mí, pues, estuvo muy oportuna, e incluso parece que en esto difiero de ti, Bruno, no veo qué se pueda mejorar, ya que de todo lo que leí --y tal vez gracias a todo eso que ya había leído--, me pareció el texto que mejor aclara la situación, tomando los textos más relevantes y pertinentes del magisterio, para leerlos en un solo lugar, y para respaldar, cada uno, alguna premisa enunciada con precisión. Más aún, debo reconocer que no sólo me aclaró, como también provocó una cierta conversión en mí, aunque tal vez esa sea siempre la consecuencia de aclarar alguna verdad.
Lamentablemente no pude firmar, no me aceptaba el test del captcha.
Veo que niega la Palabra de Dios y la llama gnóstica. Usted sabrá, pero por ahí no se va a ningún lado.
Repitamos las palabras de Cristo: "El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará". La fe nos da la vida eterna, por eso es necesario "perseverar en ella hasta el fin".
Por la fe, hacemos nuestra la salvación de Cristo y de su sangre derramada en la Cruz. Esa fe, como dice el Catecismo 150, "es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado".
Contraponer la redención y la fe es quizás lo menos católico que he oído nunca (y mira que he oído burradas).
Una forma de pensar así simplemente no es católica.
Saludos cordiales.
Claro, hombre, usted siga haciendo teología ficción, inventándose lo que seguro que piensa Benedicto XVI porque usted lo sabe y aunque sea exactamente lo contrario de lo que Benedicto XVI de hecho enseñó innumerables veces siendo Papa y cardenal PRefecto de la CDF.
Hay que tener narices para decir algo así.
Imagino que preconciliar se refiere al Concilio Vaticano II. Cual seria exactamente el problema de sostener una idea preconciliar? Ha sido abrogado acaso el magisterio previo al CVII? Porque si llevamo el criterio al extremo, habria que abrogar hasta los mismos Evangelios, por "preconciliares". Los modernistas cuanto más hablan, más la embarran.
Bruno: "Veo que niega la Palabra de Dios y la llama gnóstica."
Querido Bruno, Joaquín no se refiere a la palabra de Dios, sino a la tuya. Parece que te cuesta distinguir la una de la otra.
No entiendo bien por qué ese afán de comentar sobre un tema que no conoces bien.
Quien dice que la fe nos salva en multitud de ocasiones es la Palabra de Dios, no yo (o sí, yo también lo digo porque lo dice la Palabra de Dios). Cuando Joaquín lo niega y llama a eso gnóstico, está negando la Palabra de Dios y llamando gnóstica a la Palabra de Dios.
Creo que está claro.
EL chistecillo final es gracioso, hay que reconocerlo.
Luego lo he leído tranquilamente en español y ciertamente no me arrepiento de haberlo firmado, porque me parece un texto que reitera lo que los cristianos llevamos creyendo desde siempre. Nada nuevo. Sólido y bello como un diamante.
Y es llamativo que quizás sea San Juan Pablo II el autor más citado doctrinalmente porque no hablamos de un Papa del siglo XIX sino alguien cuyo pontificado fue muy cercano temporalmente al actual.
"Creo que actuan como la Veronica, enjugando el rostro sucio de Nuestro Amado Salvador".
Qué comparación tan hermosa. Muchas gracias.
Sí, al final sólo hay dos alternativas para el ser humano: Cristo o la idolatría. No hay más.
Je, je. Me di cuenta después de escribirlo, pero lo dejé pensando que así resultaría más intrigante, como debe ser un buen titular.
2.- Luis Cecilio Perales Rodas, no está usted muy atinado con los ejemplos; De Masiá a Rupnik, vamos de Guatepeor a Guatemala; ya sólo le falta nuestro (los lectores de este blog ya lo tenemos por alguien nuestro) insigne Higinio Fernández y su señora esposa.
P.D. Bruno, yo también me "asusté" con el título :-)
"Escucha, mujer, escucha, que mi voz no viene desde fuera, sino desde dentro de tí, cuando estás ya en Mí resucitada..."
¿No se da cuenta esta gente que demuele el fundamento de la fe cristiana? Justamente hace dos semanas, dialogando en el combox de un blog con un judío, le hacía notar que su objeción a la posibilidad de que el Mesías cambie la Torá pierde entidad si Dios mismo, a través de un milagro que sólo Él puede hacer, como es la resurrección de un muerto, muestra que ese Mesías tiene su "sello de aprobación". Pero ahora viene Masiá con su interpretación puramente espiritual de las resurrecciones y echa por tierra mi argumento...
De paso, si conservás el interés por la física puede interesarte echar una ojeada a ese blog, que es de un PhD en física:
www.wall.org/~aron/blog/
Solo le pongo una pega: repites demasiado la frase "los orcos de Mordor no se pueden casar" (cito textualmente). Un poquito fascista, no crees?
Aunque debo confesar que no solo no leí el post entero, como lo alterné con la lectura del Señor de los Anillos. Puede que le haya pasado lo mismo a algún de los comentaristas que citas... jejejeje
Por lo demás, que un católico de a pie como yo, a estas alturas, me vea en la tesitura de que me propongan firmar un documento que ratifica la doctrina de la Iglesia, da que pensar. ¡Qué tiempos nos ha tocado vivir! El Señor sabrá... Hágase su voluntad.
Es decir, las antípodas de la fe católica.
"¿Ya no nos salva Cristo por medio de su Sangre derramada en la cruz en su pasión? ¿Ahora nos salva una Verdad abstracta?"
da pie a una reflexión que voy a compartir porque puede ser útil.
1. La fuente del mérito del trabajo expiatorio de Cristo no fue el sufrimiento o el derramamiento de sangre en sí mismo, sino su amor y obediencia, o amor obediente, al Padre que fue expresado en ese sufrimiento. Esto lo dicen los dos doctores de la Iglesia del siglo XIII, S. Tomás de Aquino y S. Buenaventura de Bagnoregio, en (ST III, q. 47, a. 2; ST III, q. 47, a. 4, ad 2) y (III Sent. d. 18, a. 1, q. 3) respectivamente.
2. El mandato del Padre que Jesús obedeció para nuestra justificación - mandato que debía ser adicional a los 10 mandamientos que Jesús estaba obligado a obedecer como hombre y a la Ley de Moisés que estaba obligado a obedecer como israelita - fue que proclamara sin diplomacia ni rodeos su mesianidad y divinidad y que luego, ante la condena consecuente del Sanhedrín, no hiciera uso de su derecho y poder de defenderse, sino permitiese que lo maltrataran y mataran. Esto lo dice Jesús explícitamente:
"«Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.»" (Jn 10,17-18)
3. La causa directa de la condena a muerte de Jesús fue su respuesta a la pregunta del Sumo Sacerdote "¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?". En vez de dar un rodeo y decir por ej. "gente, calmémosnos un poco y no apliquemos una hermenéutica descontextualizada", respondió: "Yo Soy, y veréis al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Poder...". A lo que voy a añadir una hipótesis personal: a esa pregunta, que al igual que todo el diálogo fue en arameo, Jesús respondió diciendo "Yo Soy" en hebreo, en referencia inequívoca, para cualquiera familiarizado con la Torah, al "Yo Soy" que Dios dio como su nombre propio en Ex 3,14. Por lo tanto, la primera parte de la obediencia hasta la muerte de Jesús al Padre, obediencia por la que "todos serán constituidos justos" (Rom 5,19), fue proclamar frontalmente la verdad de su mesianidad y divinidad, donde lo segundo, si mi hipótesis es correcta, fue hecho del modo más directo e inequívoco posible.
4. Los méritos de Cristo nos son aplicados por nuestra unión a Él en su amor obediente al Padre, unión que realiza Dios mismo en el bautismo pero que requiere de nuestra colaboración, si tenemos uso de razón. Y esa colaboración comienza por aceptar y proclamar la verdad, comenzando por la verdad fundamental: "si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo" (Rom 10,9).
Termino con textos de S. Juan que responden la pregunta de Joaquín.
Sobre la necesidad de aceptar y proclamar la verdar, reiterando el texto citado de Rom: "Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios;" (1 Jn 5,1); "Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios." (1 Jn 4,15).
Sobre la necesidad de vivir según la verdad para que los méritos de Jesús nos sean aplicados, cerrando así el tema: "Si decimos que estamos en comunión con Él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. Pero si caminamos en la luz, como Él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado." (1 Jn 1,6-7).
El pecado contra el Espiritu Santo, reducirlo a un ideal, a un humanismo esteril y egocentrico reducir el E.S. a alguin incapaz de renovar a la familia rota, a dar fuerza para cumplir el voto de fidelidad en el matrimonio, falsear el pecado para encararce como santo eente lo sagrado y misterio es pretender imitar a lo Santo, y es no solo falsearlo sino atentar contra El. Estos amigos que defienden lo inddfendible a esta alturam lo siento.. con tanta explicacion ya no meeecen nuestra oracion.... de verdax hay mucha gente que si la necesita.. gente que no edfa cerrada.. saludos Bruno y oro por ti y todo el equipo..
No soy teólogo, pero, Sr.Higinio Fernández, leo esto y me parece todo lo contrario a la fe católica y al mensaje de Cristo y del evangelio: "Es necesario que yo disminuya para que Él crezca" (Jn 3,30). "No se enciende la lámpara y se pone debajo de un celemín" (Mt 5,15). "Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8,12).
- Una, la formada por estos que señala Bruno:
Por otra parte, después de haber leído durante meses las declaraciones de cardenales, obispos y teólogos que defendían el divorcio, la comunión sin propósito de la enmienda de los pecados graves, los anticonceptivos, el matrimonio entre parejas del mismo sexo, el aborto, que el fin justifica los medios, la convivencia extramatrimonial, el pecado como un acercamiento a Dios y un sinfín de disparates más públicamente y sin que nadie les corrija, decir que “nadie ha negado ninguno de esos puntos doctrinales” es de risa.
- Otra, la de los que son fieles a la doctrina.
- Una tercera, la de los que, aun siendo en teoría fieles a la doctrina, no mueven un solo dedo para defenderla de forma activa y son cómplices de la primera corriente.
La primera corriente es minoritaria pero fuerte. La segunda es muy minoritaria, casi testimonial, pero firme. La tercera, mayoritaria, acabará siendo vomitada por Cristo, tal y como enseña el libro del Apocalipsis.
La "Declaración de Fidelidad..." simplemente expone la doctrina católica y se adhiere a ella. No veo por qué habría de molestar a quienes dicen que no quieren cambiar esa doctrina... a menos que sí quieran cambiarla.
Eso que dice usted no es lo que enseña la Iglesia.
El Código de Derecho Canónico, en el canon 212 § 3, establece que los fieles "tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles..."
Y el mismo Santo Tomás de Aquino lo dejó muy claro, diciendo que "en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos" (S. Th., II-II, 33, 4).
Usted mismo reconoce que hay peligro para la fe, luego lo que aconseja el Aquinate y manda el Código de Derecho Canónico es manifestar públicamente esa preocupación y proclamar la enseñanza de la Iglesia sobre el tema.
"el depósito de la fe no se lo pone al cuidado de los seglares"
El depósito de la fe también está al cuidado de los seglares, que por el Bautismo tenemos la vocación de proclamar la fe católica. El Catecismo de la Iglesia Católica lo dice con total claridad:
"'El depósito' (cf. 1 Tm 6,20; 2 Tm 1,12-14) de la fe (depositum fidei), contenido en la sagrada Tradición y en la sagrada Escritura fue confiado por los Apóstoles al conjunto de la Iglesia. 'Fiel a dicho depósito, todo el pueblo santo, unido a sus pastores, persevera constantemente en la doctrina de los Apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones, de modo que se cree una particular concordia entre pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida' (DV 10)" (Catecismo de la Iglesia Católica 84).
Por otra parte, la declaración de fidelidad está firmada por varios obispos, así que sus quejas no tienen ningún fundamento.
"una especie de colegio apostólico de emergencia con sus declaraciones pastorales y todo"
No sé de dónde saca estas afirmaciones. No hay ninguna "declaración pastoral" ni ningún "colegio apostólico de emergencia", sino una adhesión al magisterio de la Iglesia en este tema, como las de tantísimos santos y simples cristianos a lo largo de la historia de la Iglesia.
"Hay que ir al Sagrario"
Muy cierto. Hay que orar siempre sin desfallecer y más en tiempos difíciles. Pero de ahí no se sigue que no haya que hacer nada más.
Saludos cordiales.
En primer lugar, me permito recomendarle menos humos, que está en casa ajena y además escribiendo de forma anónima, introduciendo un correo electrónico falso. Sólo eso ya indica que sus palabras tienen poquísimo peso, pero si además asume aires de superioridad a la vez que demuestra que no entiende bien lo que escribe, la cosa ya toma tintes ridículos.
Si no se comporta con un mínimo respeto, borraré sus comentarios, como quizás debería haber hecho desde el principio.
"Su forma de argumentar es, sin embargo demagógica"
Afirmación gratuita, sin argumentos, y por lo tanto sin ningún valor.
"Está feo sacar de contexto el CDC a Santo Tomás y al Catecismo para justificar lo que de hecho es muy imprudente"
De nuevo, afirmación gratuita, sin argumentos, y por lo tanto sin ningún valor. CUando se afirma algo así, se muestra ese supuesto contexto que falta y que modifica la cuestión. Porque, de lo contrario, es una afirmación maliciosa.
"lo queremos romano o al menos italiano"
Como cualquier persona sensata sabe, lo malo no era que esos romanos prefirieran un papa italiano y así lo dijeran, sino que se introdujeran en el Vaticano, bebidos, para atemorizar a los cardenales. ¿Tiene eso algo que ver con lo que estamos hablando? Nada (a no ser que pretenda usted que estoy borracho o amenazando a alguien). Luego es un argumento malicioso, que desvía la cuestión en lugar de centrarla.
"Desafortunado, Sr. Bruno, desafortunado."
De nuevo, afirmación gratuita, sin valor, y, en este caso, me temo, bastante pretenciosa.
"sin tener que poner texto sacados de contexto"
Otra vez afirmación gratuita y sin valor.
Cita después usted un texto de San Pío X que yo asumo plenamente. ¿Dice en algún momento que los fieles no deban adherirse públicamente a la doctrina de la Iglesia, que es lo que hace la declaración? Ni lo dice ni puede decirlo. Luego nada tiene que ver con la cuestión que nos ocupa.
Por otra parte, claramente no entiende usted de lo que habla, porque lo que dice San Pío X es que el Papa y los Obispos son los que enseñan con la autoridad de la Iglesia. No que sean los únicos que enseñan. De otro modo, estaría defendiendo el absurdo de que doctores de la Iglesia como el propio Santo Tomás, que no era obispo (o San Bernardo o San Efrén, que ni siquiera era sacerdote), no podían enseñar nada.
"Dudo que quiera comprender que los seglares - entre los que Vd. está - no tienen ningún derecho de desautorizar al Papa y ponerse en su lugar para enseñar al pueblo de Dios"
El absurdo alcanza aquí cotas inimaginables. Yo no estoy desautorizando a nadie ni poniéndome en el lugar de nadie. Estoy adhiriéndome al magisterio de la Iglesia, como puede ver cualquiera que lea la declaración. Otra cosa es lo que usted imagine en su cabeza, pero no puede hacerme responsable de ello.
"Por supuesto que cuidar el depósito de la fe es tarea de todos, pero cada uno según su estado"
Hombre, eso lo dice ahora que he demostrado que lo que dijo era falso. En estos casos, conviene más bien reconocer que se ha metido la pata y ya está.
Es misión de los seglares, como dice el Catecismo "conservar, practicar y profesar la fe recibida". Pues eso hace la declaración, profesar públicamente la fe recibida.
Si a usted no le gusta, mala suerte.
"Y si, también está firmada por algunos obispos y cardenales. Por eso es imprudente, porque en materia de enseñanza se pone al mismo nivel la firma de un obispo que la de un seglar, por muy director que sea"
Esto es el colmo de lo ridículo. ¿Cuando las actas de un Concilio las firman el Papa y los obispos, por ejemplo, se está poniendo al mismo nivel al Papa que los obispos? No. Luego su deducción se la ha sacado usted de la manga y es completamente ilógica.
Es usted muy dueño de tener las opiniones que prefiera, por muy disparatadas que sean, pero no intente imponérnoslas a los demás y menos con esas ínfulas y como si fueran enseñanza de la Iglesia, cuando no hay nada más lejos de la realidad.
Un saludo.
Muy bueno. La coherencia no basta para determinar que algo es verdadero, pero cuando una afirmación es contradictoria consigo misma, podemos desecharla sin más.
Si comparamos el número de vocaciones que suscitan quienes se tienen por renovadores de la Iglesia y los que muestran aceptación de la ortodoxia, no sé yo quien va desapareciendo. También hay quienes se adaptan al Mundo para tener los colegios llenos y el favor del poder. Esos en cuanto a vocaciones están muy cerca del cero y producen sobre todo agnósticos y ateos en sus aulas, aunque al oírlos hablar parezca que han inventado el agua, la pólvora y la tabla de multiplicar.
Saludos cordiales.
En efecto, lo que importa es lo que se dice, no quién lo dice... Por eso resultan absurdas esas formas prepotentes que usted usa en casa ajena, siendo así que ni siquiera es capaz de dar su nombre. No hay nada más absurdo que la prepotencia anónima.
Si usted diera educadamente argumentos, no habría problema con ese anonimato, pero como ha visto, la mayor parte de lo que decía eran afirmaciones gratuitas, sin argumentar y con malos modos. Y ha sido incapaz de reconocer todos aquellos puntos en los que le he mostrado con claridad que lo que decía era errado. Por otra parte, la reacción pasivo-agresiva ("usted es mucho mejor", etc.) no tiene sentido cuando nadie ha hablado de eso y menos yo, porque es irrelevante.
El comentario de Néstor no era sarcasmo, sino que le mostraba a usted su contradicción interna: nosotros no podemos "enseñar" sobre lo que debe hacer un cristiano (mostrando el magisterio), pero usted sí puede enseñarnos a nosotros lo que debemos hacer (basado en sus elucubraciones); dice que lo que hay que hacer es únicamente rezar ante el Sagrario, pero aquí está dándonos lecciones en lugar de rezar. Eso quita toda la fuerza a sus argumentos, porque muestra que ni siquiera usted mismo se los cree.
"Admitan al menos la duda de su conveniencia, y que haya gente que discrepe"
De nuevo, una acusación gratuita. ¿Cuándo he negado a nadie el derecho de discrepar? Lo que he negado son sus acusaciones gratuitas.
Por supuesto que sobre la conveniencia de algo así caben diferentes opiniones prudenciales.
"que parece ser una especie de alternativa o aclaratoria a AL"
Ya está otra vez inventándose cosas. Se inventa algo sacándolo de la chistera y luego nos acusa de ello una y otra vez. ¿Podría dejar de hacerlo? Llevo escribiendo sobre estos temas años. Y escribí una serie sobre ellos mucho tiempo antes de que se escribiera la exhortación AL.
"Es decir, como el Papa no les hizo caso..."
Y otra vez se inventa sus historias.
"lo que no tengo tan seguro es si Vd. es capaz de admitir que esta discrepancia es legítima"
Discrepe usted de lo que quiera, pero si viene a casa ajena y con máscara, al menos discrepe con cortesía, buena educación y sin prepotencia. Es usted quien ha dicho: "Punto", "La cuestión es simple. Muy simple", "formar un lobby de presión que destroza la estructura jerárquica legítima que otras veces tanto nos gusta", "en la Iglesia las cosas NO se deben hacer así", "todos juntos y revueltos", "crear una especie de colegio apostólico de emergencia", "querer enmendar la plana al Papa", "ni comunicados, ni firmas, ni gaitas", que no nos creemos que la solución esté en Cristo, "demagógica", "Está feo sacar de contexto", "Desafortunado, Sr. Bruno, desafortunado", "Dudo que quiera comprender", "no tienen ningún derecho", "desautorizar al Papa y ponerse en su lugar", "se autocolocan en el puesto del maestro que enseña", "imprudente", "alcanzar la relevancia que no les otorga Dios".
El que insulta repetidas veces y pretende dictarnos lo que tenemos que hacer es usted. Y termina diciendo que no tiene correo electrónico, cuando lo que sucede es que escribe uno falso.
Los argumentos se agradecen, a los que actúan como trolls se les borra.
"Quienes hemos estado apartados de la doctrina de la Iglesia y por gracia de Dios la hemos descubierto, sabemos por experiencia propia que los inmisericordes no son los que no nos daban la razón cuando estábamos errados sino los que nos reían las gracias para hacerse los buenos y comprensivos."
Esa frase habría que enmarcarla.
Si quisieras escribir unos párrafos desarrollando el tema, podríamos publicarlos como artículo en el blog. Sería interesantísimo.
Que yo sepa, ninguna de ellas fue papa, obispo o sacerdote.
Echo mano del Catecismo De La Iglesia Catolica y tan tan, como decimos en mi pueblo.
Y todo ello por declarar y defender que los que están en situación objetiva de pecado de adulterio no deben comulgar. !Que requetemalos e inmisericordes somos los católicos retrógados y cavernicolas, mira que decir que no se puede comulgar en situación objetiva de pecado mortal¡
Un ejemplo: Alejandro VI, mediante una carta -publicada por el historiador Picotti- ordenó a su concubina retornar al lecho bajo amenaza de excomunión. ¿Debemos decir que tal mandato no debió ser juzgado por la mujer en virtud del principio Prima Sedes? ¡Absurdo! La mujer debió analizar la orden, juzgarla como inmoral –la fornicación y el sacrilegio son pecados graves-, considerar absolutamente nula la excomunión amenazada y resistir el mandato pontificio.
La República de Venecia tuvo dificultades con la Santa Sede. Se reunieron los teólogos de dicha República y emitieron varias proposiciones. De éstas, la proposición n. 10 decía: La obediencia al Papa no es absoluta. Esta no se extiende a los actos donde sería pecado obedecerle. Estas proposiciones fueron sometidas al examen de san Roberto Bellarmino. He aquí la respuesta el Santo: “No hay nada que decir contra la proposición diez, pues está contenida expresamente en la Sagrada Escritura”.
Termino con dos citas:
San Roberto Belarmino: “Es lícito resistir al Pontífice que intentase destruir a la Iglesia. Digo que es lícito resistirle no haciendo lo que ordena e impidiendo la ejecución de su voluntad” (De Romano Pontifice, Lib.II, c.29).
Suárez: “Si el Papa promulgase una orden contraria a las buenas costumbres, no se le ha de obedecer; si intentase hacer algo manifiestamente opuesto a la justicia y al bien común, será lícito hacerle frente” (De fide, dist. X, sect.VI, n.16).
(Los tres primeros párrafos fueron tomados del blog de un comentarista habitual de este sitio, quien supongo no tendrá problemas con eso.)
Con esto sólo se muestra la hilacha: "Respecto a lo del correo falso, si, es verdad, como la inmensa mayoría de los correos de los comentaristas de todo el mundo".
A mí también me encantó lo que puso Roblete:
"Quienes hemos estado apartados de la doctrina de la Iglesia y por gracia de Dios la hemos descubierto, sabemos por experiencia propia que los inmisericordes no son los que no nos daban la razón cuando estábamos errados sino los que nos reían las gracias para hacerse los buenos y comprensivos.".
Bendiciones.
El que no reconoce eso tiene un muy serio problema de percepción de la realidad, no ya de fe.
No hay "una iniciativa docente de unos seglares" porque el documento es una compilacion de citas de textos magisteriales papales, conciliares, de la CDF, de otros dicasterios vaticanos, y patrísticos, a cuya enseñanza estos seglares manifiestan su adhesión.
AL es un atentado, en algunos de sus puntos y notas, a la Doctrina, y, efectivamente, para defender La Doctrina hay que "criticar" AL, pues si, ¿qué pasa?
Ahora va a ser que todo lo que escriba un Papa es Palabra de Dios, pues no y menos cuando lo contradice.
Para aceptar AL en su integridad como Magisterial habría que empezar a quemar varias páginas del Nuevo Testamento, Encíclicas, Exhortaciones...
¿Lo hacemos?
Gracias mil Bruno.
Porque sus últimos comentarios fueron borrados sin terminar de leerlos por ser inadecuados.Y porque lo que usted pide no tiene sentido. No tiene el más mínimo derecho a pedir que se bannee su IP o a que se borren alusiones de otros a sus comentarios. Son peticiones sin sentido. En cuanto a borrar sus comentarios, lo haré cuando tenga un rato libre.
34. Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Si tu ojo recibe la luz, toda tu persona tendrá luz; pero si tu ojo está oscurecido, toda tu persona estará en oscuridad.
35.Procura, pues, que la luz que hay dentro de ti no se vuelva oscuridad.
36.Si toda tu persona se abre a la luz Y NO QUEDA EN ELLA NINGUNA PARTE OSCURA, llegará a ser radiante como bajo los destellos de la lámpara.
Tomado del Evangelio de San Lucas 11
Biblia Latinoamericana
Saludos cordiales
Lo que no es católico, luego te puedo proporcionar decenas de citas magisteriales, es el integrísimo y el fundamentalismo.
Respecto a los firmantes del texto propongo desgarrar el velo ideológico. ¿Qué tienen todos en común desde el punto de vista ideológico? ¿Es esto causal? ¿No se trata de un texto religioso? ¿Por qué entonces esta coincidencia en algo tan mundano como la ideología?
Creo que no has entendido bien el comentario de Néstor. Está dirigido a refutar la idea de Luis Cecilio que en la Iglesia no había un enfoque antropológico adecuado hasta que llegó el personalismo. Eso es una barbaridad como una casa.
Todas las tendencias filosóficas tienen aportaciones que pueden ser interesantes, unas más y otras menos, y está muy bien reconocer esos aportes, sobre cuyo alcance se puede discrepar, pero la idea de Luis Cecilio básicamente sustituye el Evangelio por el personalismo.
Me parece muy bien que a ti te guste más el personalismo que a Néstor, pero creo que es evidente que lo de Luis Cecilio era absurdo.
En cuanto a lo que tienen todos los firmantes en común desde el punto de vista ideológico (supongo que quieres decir político, ya que pareces oponerlo al punto de vista religioso), no tengo ni idea. Y estoy seguro de que tú tampoco. Es más, apostaría a que ni siquiera conoces mis ideas políticas, mucho menos las del P.Efrem Jindráček, las del P. Antonius Maria Mamsery, las del Sr. King y tantos otros.
No comprendo que hagas este tipo de afirmaciones. Estoy seguro de que, a poco que pienses en ello, tienes que darte cuenta de que son completamente temerarias. Y, además, irrelevantes: lo que importa es lo que dice la declaración. ¿No estás de acuerdo con lo que dice? ¿Es que no son doctrinas de la Iglesia que se niegan constantemente?
No conozco al 100% de los firmantes, pero conozco (porque se han pronunciado abiertamente sobre ella) la ideología de practicamente todos los que conozco, que son mayoría.
Es más, en el caso de algunos, su ideología les ha llevado a apoyar abiertamente a grupos violentos (es decir, terroristas) de ideas dictaroriales.
"Tú mismo has sido muy claro con afirmaciones como que durante la ultima dictadura que tuvimos en España se respetaban los derechos humanos, o la libertad científica"
Me temo que esa afirmación te retrata. Confundes cuestiones de hecho con ideología política, como si porque tu ideología política es contraria al franquismo ya no se pudiera encontrar nada bueno en el mismo. Eso muestra que, para ti, en realidad no existen las cuestiones de hecho, sino que es todo ideología. No he visto a ningún comentarista más ideologizado que tú. A ninguno (y mira que el blog, en algunos sentidos, es como un zoo).
No tienes ni la más remota idea de cual es mi ideología política, entre otras cosas porque no la he manifestado en el blog. Muchísimo menos conoces las ideas políticas de la gran mayoría de los firmantes de la declaración. Que, por otra parte, son irrelevantes para la declaración en sí, pero, una vez más, muestras que lo que te importan son cuatro tonterías ideológicas y no la fe. Tú verás, pero a mí me parece una receta perfecta para el desastre.
Yo diría que la tuya es una forma de pensar asombrosamente superficial y sectaria, especialmente para alguien con tu profesión. No gano nada con decirte estas cosas, pero sigo teniendo la esperanza de que alguna vez reflexiones al leerlas, de que al menos te llamen la atención las cosas que dices, porque son muy llamativas.
Dios te bendiga abundantemente.
Antonio1, desperdicias tu talento. Me recuerdas a un profesor mío que era brillantísimo. El hombre era muy conocido y respetado en su pequeño ámbito y ganó importantes premios. No obstante, era una sombra de lo podía ser, y todo porque tenía miedo de pensar por sí mismo y jamás daba su opinión de forma clara. Y para que no haya equívocos, no hablo en absoluto del franquismo, esta persona de la que hablo era profesor de ingeniería industrial.
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