Qué me importan los dogmas (San Atanasio)
Hoy se celebra la memoria litúrgica de San Atanasio y, en honor de este gran santo, doctor de la Iglesia y defensor infatigable de los dogmas definidos en Nicea, recupero este artículo que escribí hace casi diez años, titulado “Qué me importan los dogmas".
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Desde que escribo en este blog, he recibido multitud de comentarios que, más que negar un dogma u otro, lo que hacen es prescindir enteramente de los dogmas. Se afirma que lo único importante es querer a los demás o, como mucho, que basta con saber que Dios es nuestro Padre y que nos quiere. Lo demás, se dice, son “barroquismos”, “cosas de teólogos”, “antiguallas” que alejan el cristianismo de la gente y que no tienen ni ninguna importancia.
Mi primera impresión ante todo esto es que resulta curiosísimo que, en dos mil años de historia de la Iglesia, sólo ahora nos hayamos dado cuenta de que todo eso de los dogmas no tenía ninguna importancia. ¿A nadie le sorprende que, generación tras generación, la Iglesia haya vivido pendiente de los dogmas como algo que afecta al núcleo de la vida cristiana y, de repente, ahora descubramos que era irrelevante? La Iglesia de todas las épocas, incluida la primera Iglesia de los Apóstoles, ha considerado que el que no profesaba la fe de la Iglesia se separaba de ella:
“Todo el que se extravía y no permanece en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la doctrina, ése tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros y no lleva esa doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis, pues el que le saluda comunica en sus malas obras” (2Jn 9-11).
La insufrible arrogancia de nuestra época considera con desprecio a la Iglesia de los milenios anteriores, prescinde frívolamente de Concilios y Papas, mira por encima del hombro a San Atanasio, San Agustín, Santo Tomás, San Cirilo de Alejandría, San Buenaventura, San Ambrosio, San Hipólito, San Juan Crisóstomo, San Gregorio Nacianceno, San Basilio, San Ireneo y multitud de otros santos y Padres de la Iglesia que consideraron los dogmas como algo esencial para la vida cristiana.
Estoy convencido de que la actitud de “lo que importa es ser buenos y querer a los demás” es, generalmente, una resurgencia del pelagianismo. Esta herejía pensaba que nosotros podíamos “ser buenos” y alcanzar el cielo por nuestras propias fuerzas. Para Pelagio la gracia de Dios no era necesaria, con el compromiso humano bastaba. Jesús sólo había venido a la tierra para ser un ejemplo para nosotros.
Es totalmente cierto que lo más importante es el amor que tengamos. Al atardecer de la vida, nos examinarán del amor, como decía San Juan de la Cruz. Pero es que ese amor no puede ser cualquier amor, tiene que ser el amor de Jesucristo, que es la caridad cristiana. La fe y la gracia son necesarias para vivir el amor de Jesucristo. Sin la fe vivimos, en el mejor de los casos, un amor superficial, sensiblero, birriosillo, meramente humano, propio del que ama solamente a los que le aman, como hacen también los paganos.
Cristo nos mandó: amaos unos a otros como yo os he amado. Es decir, con su mismo amor, aceptando a los demás como son, poniéndonos por debajo de ellos como el que sirve, amando a los enemigos, dando la vida entera por los demás. Eso está más allá de nuestras fuerzas. Somos totalmente incapaces de hacerlo. Sólo con la fe y la gracia de Dios se hace posible. Para poder amar así, tenemos que saber cómo nos ha amado Jesucristo, experimentar ese amor, conocerlo, saborearlo y contemplarlo. Sólo mediante la fe alcanzamos ese amor. Si no, seremos incapaces de amar a los demás de esa forma.
Los dogmas, en esencia, sirven para evitar errores sobre ese amor, para impedir que nos conformemos con otros amores que no son el de Dios. Pondré un ejemplo muy claro: el credo proclama que Jesucristo no es una criatura, sino que es Hijo de Dios y Dios verdadero, engendrado por el Padre desde la eternidad (…Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre). Creer eso no es algo secundario. Es esencial, porque el hecho de creer realmente en el amor de Jesús depende de que creamos en que él era verdaderamente Dios. Es totalmente distinto sentirse amado por el Dios eterno que lo ha creado todo y tiene mi vida en la palma de sus manos que simplemente sentirse amado por un señor como otro cualquiera que vivió hace dos mil años. La “fe” del que cree que Jesucristo era un simple ser humano como lo demás no trae la salvación, porque lo que transforma la vida es que sea el mismo Dios el que, por amor a ti, se ha hecho hombre y ha dado la vida por ti, siendo tú un pecador y sin merecértelo en absoluto.
Es importante recordar que los cristianos no creemos propiamente en los dogmas, sino más bien en las realidades que designan los dogmas. De hecho, se puede decir que el único dogma (la “enseñanza” fundamental de Dios y de la Iglesia para el mundo) es Jesucristo y de que todos los dogmas particulares lo son por referencia a él. Los dogmas no son más que humildes ayudas al servicio del encuentro con Cristo. Son señales en el camino que, de vez en cuando, te dicen: no sigas por ahí, que ahí no está Cristo.
Los dogmas nos indican quién es Dios verdaderamente y cuáles han sido sus acciones. A menudo, la resistencia a los dogmas y a la moral de la Iglesia es señal de que no aceptamos a Dios como es. Estamos apegados a un dios de pega que hemos construido a nuestra propia imagen. Quien vive en adulterio y no quiere dejarlo se imagina un Dios que “no se preocupa de esas cosas”. El que piensa que la religión es algo puramente íntimo que no tiene que afectar a la vida social rechaza instintivamente que Cristo se encarnase “en tiempos de Poncio Pilato”, es decir, que Dios haya entrado en la Historia humana, de manera que absolutamente todo lo que hacemos tiene que ver con Dios. Los que creen que los elegidos de Dios no deben sufrir nunca, sino ir de triunfo en triunfo, como les sucede a los musulmanes, rechazan que Jesucristo muriera realmente en la cruz. Podríamos seguir así con todos los dogmas.
Lo que importa no es cómo nos gustaría que fuera Dios, sino cómo es realmente. La salvación no viene de nuestras ideas, sino del Dios verdadero y eterno. Consciente de nuestra debilidad, Jesucristo fundó la Iglesia y dejó en ella, como don suyo, el Espíritu Santo para que la guíe a la verdad. El Catecismo, utilizando una preciosa comparación, afirma: como una madre que enseña a sus hijos a hablar y con ello a comprender y a comunicar, la Iglesia, nuestra Madre, nos enseña el lenguaje de la fe para introducirnos en la inteligencia y la vida de la fe.
El credo es la expresión solemne de nuestra fe, de más precio que el oro, porque a través de ella recibimos el amor de Dios, que supera todo conocimiento. ¿Qué me importan los dogmas? Esa pregunta ya se responde en el bautismo de adultos, en el cual el sacerdote pregunta al catecúmeno: “¿Qué pides a la Iglesia de Dios?” Y la respuesta es: “La fe". El sacerdote pregunta de nuevo: “¿Y qué te da la fe?” La respuesta del catecúmeno es muy sencilla: “La vida eterna".
41 comentarios
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Título: San Atanasio contra el mundo
Autor: F. A. Forbes
Páginas: 92
Colección Santos, Nº 6
Editorial Vita Brevis
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Pues ésa es justamente la GRAN HEREJÍA ACTUAL de una buena parte de la Iglesia, la "Iglesia Claudicante", opuesta de manera absolutamente contradictoria a la "Iglesia Militante".
Se trata de conservar la Doctrina... ¡pero en la práctica no hacerle ni caso!
Esta gran herejía actual, de nueva no tiene nada. Contra ella nos prevenía NSJC cuando decía, refiriéndose a los fariseos: "Haced, pues, y guardad lo que os digan, pero no los imitéis en las obras, porque ellos dicen y no hacen." Mt 23,3
La actualidad de este pasaje del Evangelio es tremenda. En los versículos vecinos vemos retratados a tanto gran bonete actual queriendo consagrarse con el mundo "ensanchando sus filacterias". Al punto que se puede asimilar a la Iglesia Claudicante con la Iglesia Farisaica Moderna.
Pecan pues, de una ingenuidad (que no inocencia) inadmisibles quienes se contentan con el remanido lugar común de que "no se ha tocado la Doctrina". Eso no alcanza pues la herejía destruye por otro lado: apela a la "reinterpretación" de la Palabra y a la "ambigüedad" de las proposiciones como armas arrojadizas contra el Magisterio, la Tradición y la Revelación.
Hoy, Cristo podría decir, "no hagáis ni lo que hacen ni lo que predican". La actitud farisaica es la misma: creerse mejores que los "dogmáticos" esclavos de la verdad, incluso creerse mejores que la Iglesia bimilenaria y que la misma Escritura, enseñándole misericordia a todos: Cristo, los Padres, los Concilios, los Papas.
Su oración es sencilla: "Padre, te doy gracias porque no soy como esos hipócritas doctores de la ley que enfatizan la doctrina y la ley y cierran las puertas a las sorpresas del Espíritu"
Desecharlo en el anterior sacramento, no solo es aspirar un "bien pasajero ocultando la corrupcion e idolatria a las pasiones" como lo pinten, si no es mas bien "tomar el pan y enseguida y se le mete el demonio"como a Judas..ya dispuesto a traisionarlo totalmente. Creyendo que junto a los secuestradores del verdadero amor creen emboscar a Jesus. Pero al negador y renegador simon le dice: no ves que tengo 12 legiones de angeles?.. que no puede hacer El? Quien creemos hizo cambiar la historia del amor? Un simple hombre? No lo hizo un verdadero Dios verdadero hombre..y por tanto el reclamara al trabajador en su tiempo que ha hecho... Ya veran? Ya veremos quien es el dueño ademas nadie es mas que el maestro!!! Ni pensar..tampoco pensar que oueden corromper el cuerpo de cristo y el en su Inmaculada santidad absorberla, sin que ella lo desapruebe. Los dogmas garantizan la ouresa de Jesus en la iglesia caminante, y el intento simple intento de burlar el deposito de la Fe, ese atrevimiento de abrir una puerta por la ventana.. tendra en el tiempo medio tiempo sus resultado. Mirar atras quedace mirando y seguirlo adulando, hace convertir en estatua de sal y piedra.. asi como la muker de lot. Ya veran amigos ya veremos! "Todo es para bien oara los que aman al Señor"
Y solo Dios, el Señor de la verdadera vida puede hacernos resucitar.
"Se trata de conservar la Doctrina... ¡pero en la práctica no hacerle ni caso!"
Es lo que podríamos llamar la vía anglicana... hacia la desaparición.
"hablan como que nada inspiro a estos dogmas que es un supuesto espiritu actual al que debemos someternos"
Lo que no parece entender es que, si el Espíritu Santo pudiera decir cualquier cosa, contradiciendo lo que dijo antes, resultaría imposible distinguir las acciones del Espíritu Santo de las acciones del demonio.
Precisamente la fe de la Iglesia nos permite discernir si algo viene del Espíritu Santo o no. Lo que es contrario a la fe de la Iglesia no puede venir del Espíritu Santo ni ser una "sorpresa" suya.
Pero ahora que lo dices, lo entiendo perfectamente. Esa seudoiglesia fue siempre funcional a la Masonería, a la Burguesía y a sus gerentes, los políticos. Como no podía ser de otra manera siendo que fue fundada no por Jesucristo sino por el Rey Sifilítico, lo que la hizo raigalmente obsecuente a todo aquéllo que eclesialmente se denomina el "mundo". De hecho muchos de sus jerarcas y ministro fueron y son masones.
De ahí a la hipocresía más descarada hay un paso. Pero paso obligado, no opcional, pues dadas las condiciones de su "fundación", otra alternativa no tenían. Ni tienen.
¿Y ahora quieren que en la Iglesia fundada por Jesucristo imitemos ese fatal derrotero de obscena hipocresía?
Los que quieren que la Iglesia desaparezca creerán que han elegido bien, pues está probada su eficacia en una "iglesia" fundada por hombres, como la anglicana. Pero se equivocan en un punto: Cristo no permitirá que eso le pase a Su Esposa.
Cosa en lo que no creen los herejes, por lo cual seguirán "impasible el ademán".
Hasta que Dios haga tronar el escarmiento.
ES ASI
Lo contrario es estar fuera de la iglesia, como dice el Catecismo, estamos con el cuerpo pero no con el alma y nos condenamos, que palabra suave NO!!!!
Que Dios te bendiga y bendiga a la Iglesia.
La Iglesia Anglicana era cómoda-eso lo dicen todos-profundizaba poco, estaba integrada en el paisaje de la "querida Inglaterra", permitía un pensamiento libre que se integraba en la High Church, en la Low Church o en cualquier otra, no incomodaba con revisiones históricas difíciles de
explicar (primero mató a Thomas More y, con el paso de los años, lo consideró santo sin demasiadas explicaciones), etc...
Unas familias rompieron sus relaciones con los conversos al Catolicismo pero otras se lo tomaron muy bien.
La Iglesia Anglicana representaba una forma de ser inglés como el cricket o el té de las 5 y hacerse papista una excentricidad entre las muchas que los ingleses educadamente toleraban.
Como quiera que está en el cielo y ya es beato, tendremos que decir:
John Henry Newman, ora pro nobis.
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Dios es la infinita dimensión cubo esférica de infinita luz iluminada y de infinita vida poblada.
Dios se deja ver y comprender sí, mas no se le puede medir ni se le puede definir otro que lo que Él es en su infinita morada.
Antes de que existiera este nuestro limitado espacio tiempo Universo solo existía el infinito Espacio como morada donde Dios, el que fue, es y será mora en su infinita morada. Y tanto es Dios en su infinita morada como así Dios es la infinita morada donde Él mora.
Dios fuera de este nuestro limitado tiempo Universo es infinita Luz e infinita Vida morando en su infinito Espacio.
Dios es el infinito principio medio y fin de todo lo que fue es y será como infinita Luz e infinita Vida que es y será.
Dios es la infinita unidad cubo esférica de Luz y de Vida; donde así como el principio de todo principio es un infinito foco de Luz esférico -Dios Padre-; así el fin de todo fin es un infinito foco de Luz esférico -Dios Hijo-. Así donde ambos morando en esta su única infinita morada, de resultas de esta su infinita función copulativa; donde tanto es el Dios Padre como así es el Dios Hijo , y viceversa, generan una siempre nueva e infinita dimensión cúbica de Vida -Dios Espiritu Santo.
Y aquí el infinito y único Dios en Trinidad como infinita unidad que es; y no cabe que pueda haber otro igual: El infinito Dios que sin dejar de ser Unidad en Trinidad es dualidad como infinita Luz e infinita Vida que es y será;
Y aquí el infinito Dios que sin dejar de ser Unidad es Dualidad como Luz y Vida que es y será; Y como infinito principio de todo principio, -Dios Padre Luz que es y será; Y como infinito fin de todo fin -Dios Hijo Luz que es; Y como infinito medio de todo medio -el Dios Espiritu Santo Vida que es y será el Dios en Trinidad,
De la infinita función copulativa de entre el Dios Padre y el Dios Hijo como infinito foco de Luz que es, es generado, procede, la infinita Vida cubica que es el Espiritu Santo.
El Espiritu Santo que es un todo infinito Dios; es un todo de infinitas partes - luminarias vivientes- perfectamente jerarquizadas donde, siempre, así como el mayor en grado y categoría de éstas luminarias vivientes es el doble que su inmediato inferior; así el menor de estas siendo la mitad que su inmediato superior; tanto el superior ama a su inmediato inferior como así éste admira a su superior.
En el infinito Espacio donde el Dios en Trinidad mora, la Luz que es el Dios padre y el Dios Hijo es el alimento que hace brillar la Vida que es el Dios Espiritu Santo.
Nosotros en nuestra limitada dimensión vemos a Dios dentro de nuestras limitadas dimensiones como a un Dios Padre, un Dios Hijo y un Dios Espíritu Santo; Éste que podemos llegar a sentirlo, pero difícilmente podemos definirlo como vida nuestra que es, morando en el todo de nuestra humana limitación.
El cuerpo del Hombre como morada es al alma del mismo, lo que el alma de éste como morada es al Espíritu Santo que razón de vida al cuerpo y al alma del Hombre.
Fueron golondrinas que no hicieron primavera, ciertamente, pero marcaron el comienzo del fin de una construcción seudo religiosa que ya está dando sus postreros estertores.
Santa Teresa.Es de notar que este Catecismo al final trae mucho sobre esta vida, la lucha interior, para que nos Salvemos, Dios quiere eso, sin,dudas.Es fascinante como dice Maricruz!!!!!
Que Dios te bendiga y lo haga con la Iglesia.
Que Dios te bendiga y lo haga con la iglesia, y seguimos sumisos, la unica felicidad que encuentro aca en la tierra!!!!!!Saludos a los niños.
El Sagrario!!!!!Dios ilumina el entendimento nunca la sensibilidad.
El Examén de conciencia hacerlo si es posible frente a EL.
El RE SANTO SACRIFICIO!!!!!!!que ayudas tenemos no!!!!!!!!!
La Consagración a la Virgén, por San Luis Maria Grignont de Monfort, hay otros metodos, pero es vivir la Misa y Todo con la Santisima Virgén,Madre de la Iglesia y Madre Nuestra, que belleza!!!!!NO!!!!!
Hay otra cuestión aún más crítica que depende de si Jesús es o no consubstancial a Dios Padre, a partir de dos textos de S. Juan. En primer lugar estas palabras de Jesús en su Evangelio: "El Padre no juzga a nadie, sino que todo juicio lo ha dado al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre" (Jn 5,22-23a).
En segundo lugar la visión del Apocalipsis, en la que la liturgia celestial comienza rindiendo idéntico culto sucesivamente al Padre (Ap 4,11) y al Hijo (Ap 5,11), para seguir, convertida en liturgia cósmica por la unión a ella de todas las criaturas, rindiendo el mismo culto al Padre y al Hijo simultáneamente: "Y a toda criatura que existe en el cielo y en la tierra, por debajo de la tierra y en el mar, y a todo cuanto existe en ellos, les oí decir: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos». Y los cuatro seres vivientes respondían: «Amén». Y los ancianos se postraron y adoraron." (Ap 5,13-14).
Si el Hijo no fuese consustancial al Padre, honrarlo con el mismo culto de adoración que al Padre sería idolatría, por lo que Jesús estaría diciendo en Jn 5,23 que la voluntad del Padre es que todos cometan idolatría, y el culto de adoración que la totalidad de las criaturas tributan igualmente al Padre y al Hijo en la liturgia cósmica descripta por el Apocalipsis sería una idolatría!
Tu Dios, si es que lo tienes, es muy pequeño porque no alcanza a ser más de lo que tu puedes llegas a ver y comprender, que es muy poco.
Mi Dios es infinito y como infinito que es mora en la dimensión de un infinito espacio de Luz y de Vida iluminado y poblado -Cielo- donde no cabe la limitada dimensión temporal de oscuridad y de muerte que tu eres.
Pues bien, los mejores apologetas católicos son los ex-pastores protestantes. Con muuucha diferencia.
Y sin embargo, la Iglesia pasa hoy de ellos casi absolutamente. No nos los merecemos.
En cambio, si reducimos a Dios a una entelequia sentimental, da igual todo, porque lo que importa es si esa "creencia" me hace sentirme a gusto o no. Quien elija esta opción no debería llamarse cristiano.
Águila de Patmos: Eso si es cristianismo. Dios es una Persona Divina no una fuerza, ni una energía, ni una luz, ni esas cosas que dice la New Age.
Cuando dentro de la Iglesia se habla de "más corazón y menos normas" o cuando unos curas critican a su obispo por fomentar la piedad eucarística... lo que hay detrás es una concepción no cristiana de Dios como si fuese una idea vaga en la que cabe todo.
Y es que lo malo de esta época nuestra es que el cristianismo ha perdido la conciencia de superioridad intelectual que ha tenido a lo largo de la historia. Y con un llamativo de complejo de inferioridad se deja seducir por cualquier idea racionalista que diluye el compromiso.
Así de simple y así de trágico.
Y no es de ahora. Eso viene - por lo menos- desde la supresión de los jesuitas. Y ha ido in crescendo.
Pero bueno, eso no tiene nada que ver ni con los dogmas ni con San Atanasio, motivo de este artículo, así que ahí lo dejo.
Ahora puedo decir que rezo el Credo con unción y me voy adhiriendo a cada dogma con plena conciencia de lo que dice desde "Creo en Dios Padre Todopoderoso" hasta "La Resurrección de la carne". Me encanta rezar el Credo. Con mi madre rezaba el Credo Niceno-Constantinopolitano, es decir el de la época de San Atanasio, y además en latín: "Credo in unum Deum/Patrem Omnipoténtem/factórem caelis et terrae/visibilium óminum et invisibilium" porque a ella le encantaba la Trinidad y es un Credo Trinitario. En cambio un antiguo párroco me dijo que ya no se rezaba en la Misa porque es un tratado de Teología difícil de asimilar.
Te equivocas. No solo eso es importante. También es importante si el Dios que uno predica es digno del ser humano creado por Él.
Porque el Dios real, no puede ser indigno del ser humano.
y eso no es un criterio para juzgar a Dios, sino para juzgar aquello que creemos.
Dios es digno de nosotros, por lo que si lo que predicamos es un Dios indigno del hombre, eso significa que nuestra predicación es errónea, no que Dios se equivoque.
No hay que ser teólogo para entender esto, ni siquiera apoloJeta
"El dogma no es otra cosa ,por definición,que interpretacion de la Escritura...forjada en la fe de los siglos" Ratzinger,J.Transmision de la fe y fuentes de la fe.Scripta Theologica 15.1983
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