Dos parroquianos ilustres

PobresPor razones que no vienen al caso, la parroquia a la que suelo ir a misa por las mañanas está en un barrio de oficinas y tiendas de alto nivel. La mayoría de los que asisten van elegantemente vestidos, con buenos trajes, zapatos caros y aspecto de directivos. Es la misa de ocho, así que muchos aprovechan para ir allí antes de empezar a trabajar.

En ese entorno elegante y distinguido, llaman la atención dos parroquianos especialmente ilustres.

Se trata de dos locos indigentes que van a la parroquia a la primera misa de la mañana. Quizá haya un asilo cercano, no lo sé. En cualquier caso, siempre están allí a las ocho. No acuden a pedir, sino a participar en la misa, como los demás.

Uno de ellos es alto, extremadamente delgado y de tez bastante oscura. Yo le llamo el “Greco”. Cambia muy a menudo de ropa, pero siempre está hecha un asco. Sus manos y su cara están tan sucias que no resulta fácil distinguir si es la piel la que es oscura o sólo lo parece por efecto de la mugre. Lo peor son las uñas, que más parecen de bestia que de hombre. Además, exhala un aroma sustancioso y, por decirlo de forma eufemística, poco agradable.

El otro también es bastante alto, pero no tan delgado. Las gruesas gafas, unas cejas muy pobladas, el pelo que le llega hasta los hombros y su larga barba gris le dan un aspecto imponente. Suele llevar ropa vieja, pero inmaculadamente limpia. En la mano tiene siempre un grueso libro y un cuaderno en el que, de vez en cuando, se dedica a escribir garabatos sin sentido. En mi mente, es el “Profeta”.

Entiendo que estos dos parroquianos serán un dolor de cabeza para los sacerdotes de la parroquia. A menudo se pasean por la nave de la Iglesia durante la misa y claramente oyen voces, a las que responden airadamente. El Profeta es un buen vecino de banco, pero confieso que suelo intentar no sentarme muy cerca del Greco, porque al mismo San Damián de Molokai le resultaría difícil darle la paz (aunque me alegro de poder decir que otros asistentes, mejores que yo, le estrechan amablemente la mano; Dios se lo tendrá en cuenta el día del Juicio). En una ocasión, el Greco amenazó de muerte a grandes voces a otro mendigo durante la homilía, sin hacer caso a las reconvenciones del pobre sacerdote, hasta que acudió un acólito para reducirlo al orden.

Aun así, me encanta verlos allí, acudiendo fielmente cada día al encuentro de su Señor. De alguna forma, nos resulta más fácil comprender y aceptar la pobreza que la locura, pero Cristo vino para todos, incluidas las personas que no están bien de la cabeza, y tiene un plan para todos, incluidas las personas que no están bien de la cabeza. Me atrevo a decir que el Padre los contempla a los dos con una ternura especial, como parte del pueblo de pobres, ciegos y cojos que contempló Isaías.

Durante el padrenuestro, el Profeta alza las manos al cielo en oración. Siempre me recuerda a Moisés en la batalla contra los amalecitas y, ¿por qué no?, quizá su oración esté impidiendo la derrota de la Iglesia en alguna de las batallas que hoy se libran contra los espíritus de las tinieblas. Mucho puede la oración fervorosa del justo. El libro que lleva bajo el brazo es una Biblia y, cuando se pone a garabatear signos incomprensibles en el cuaderno, no puedo evitar pensar en las lenguas de los ángeles de las que habla San Pablo.

Durante la consagración, el Greco se pone de rodillas, baja la cabeza, junta las manos y parece que todo se detenga en una quietud completa, hasta que él y su Señor están solos en el mundo. Stat Crux dum volvitur orbis. Quizás así se comprendan mejor aquellas amenazas de muerte que propinó a grandes voces a otro mendigo en la Iglesia, por el imperdonable crimen de “no respetar ese lugar sagrado”.

Sí, están locos, pero ¿quién se atreverá a decir que la Providencia no tiene un plan para el Greco y el Profeta? Que Dios me conceda sentarme a los pies de uno o del otro en la Jerusalén del cielo.

8 comentarios

  
últ
Yo también espero que sea cierto que "el Padre los contempla a los dos con una ternura especial"
Pero estando en donde estamos no puedo dejar de preguntarme si a ellos también les dan la comunión y, en ese caso, si no habrá quien lo considere irreverente.
Y es que muchas veces me he preguntado qué tipo de pastoral hay para los enfermos mentales.
19/07/14 7:46 PM
  
María-Ar
Me encantó Bruno, que le hayas dedicado tu pluma a ellos,me emocionó el final del relato.
Gracias en nombre de "Greco" y "Profeta"

Bendiciones!
19/07/14 8:05 PM
  
Bruno
Últ:

Los dos reciben habitualmente la comunión.

El Código de Derecho Canónico no trata específicamente el asunto, pero la norma general es que "Los ministros sagrados no pueden negar los sacramentos a quienes los pidan de modo oportuno, estén bien dispuestos y no les sea prohibido por el derecho recibirlos" (Canon 843, 1)

Más específicamente, dice la exhortación apostólica Sacramentum Caritatis, en su número 54, que "Se ha de dar también la Comunión eucarística, cuando sea posible, a los discapacitados mentales, bautizados y confirmados: ellos reciben la Eucaristía también en la fe de la familia o de la comunidad que los acompaña".

En alguna ocasión he oído que suele hacerse una analogía con el canon 913,2, y se pide que sean "capaces de distinguir el Cuerpo de Cristo del alimento común y de recibir la comunión con reverencia".

Por otra parte, en las Iglesias de oriente es habitual que los bebés recién bautizados reciban ya la comunión, así que en principio esas condiciones no son intrínsecamente necesarias.

P.S. Conviene que seas consciente de que expresiones como "pero estando en donde estamos" resultan inapropiadas y faltas de cortesía.
19/07/14 8:34 PM
  
Bruno
María-Ar:

Me alegro de que te haya gustado.

Gracias a ellos, que son para mí un ejemplo de fe.
19/07/14 8:37 PM
  
M.Sanfelix
Bruno, yo si me atrevo a decir que la Providencia tiene un plan para "El Greco" y para "El Profeta".
Mientras leía su escrito he pensado con qué ternura mirará Dios,cada mañana, a estos "ilustres parroquianos".
Y he pedido que haya muchos Brunos que nos hagan valorar la dignidad de todas las personas, aunque no huelan a rosas.
Gracias por su sensibilidad. Me ha ayudado.
19/07/14 9:47 PM
  
Bruno
M. Sanfelix:

Me alegro de que le haya ayudado. Verlos a ellos por las mañanas me ayuda a mí.
20/07/14 2:48 PM
  
ult
ult
Gracias por responderme. Lo único que quería decir con lo de "estando en donde estamos" es que en este blog se tratan problemas doctrinales.
05/08/14 12:08 AM
  
ult
Es un tema el de la enfermedad mental que me parece peliagudo, especialmente en casos como el alzheimer en los que se ve como la persona que conocías parece ir desapareciendo y sin embargo la persona está ahí, porque no se reduce a su memoria y su cerebro. Pero no sé cómo podría mantener esa idea sin la fe en Dios y en el alma que se sostiene en Dios y no en unas neuronas.

Debo confesar que principio me ha chocado en el post el tratamiento de "locos" en donde yo habría dicho "enfermo mental", pero también es verdad que se puede pronunciar la palabra "loco" sin todas las connotaciones negativas que suele llevar consigo y considerándolo personas con dignidad.

Estaba reflexionando sobre el tratamiento poco digno que se daba a los enfermos mentales en la alemania nazi, cuando me he dado cuenta de la incongruencia de centrarme en esa época cuando la indignidad en su consideración ha sido una constante a través de los siglos.
Sin ir más lejos, según se dice, en la edad media aún se consideraban por lo general posesos del demonio, y el tratamiento podía ser la tortura o la hoguera, con la intención de liberar el alma del atormentado.
No me parece que sea mucho más digno que considerarlos mal material genético y objeto de una esterilización forzosa o en su caso de aborto forzoso para no transmitir la enfermedad mental que se considera en parte hereditaria. Al menos hereditaria la propensión que puede dar lugar a la enfermedad.
En favor de la Alemania Nazi algunos tienen como seudojustificación exculpatoria el hecho de que estaba prohibido el aborto de las personas consideradas aptas para engendrar; pero como no es cuestión de números ni de la supuesta calidad genética de las personas, el aborto forzoso de personas consideradas de mala calidad, desde judíos y gitanos a discapacitados mentales, me parece tan terrible que no cabe medir si es más o menos, es simplemente atroz enjuiciar la calidad de las personas y negar su dignidad a quienes no cumplen los cánones de calidad vigentes. Y eso sucede también en nuestro tiempo, que se tiende a justificar la eugenesia, en democracias y en dictaduras, en países ricos y países pobres. Y en todos los casos igualmente censurable, lejos de mí encontrar el menor motivo de justificación de un crimen.
La cuestión es que nosotros, cuando no hay censura, cuando se tiene voz y libertad de expresión podemos denunciar las injusticias. Algo imposible cuando existe la mordaza para silenciar las verdades.
En este caso, no sólo denunciar el tratamiento inhumano que se ha dispensado en el pasado a las personas con enfermedad mental, sino también el abandono que sufren en el presente, sin nadie que se ocupe de ellos, o en el mejor de los casos algún familiar que sin ayudas de ninguna clase intenta sacarlo todo adelante como puede.
Otros están simplemente están por ahí tirados, abandonados por todos.
Sí me gusta pensar que son predilectos de Dios, los que van a misa, y los que no.
05/08/14 6:03 PM

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