Polémicas matrimoniales (VI): la Iglesia tentadora
Uno de los aspectos que personalmente menos me gustan de la propuesta del Cardenal Kasper de dar la comunión a los divorciados en nuevas uniones es el papel en el que, sin darse cuenta, coloca a la Iglesia.
El cardenal Kasper propone, como ya hemos visto, que, después de contraer una unión civil adúltera “irreversible” y tras un período de penitencia, se admita a los divorciados a la comunión, a pesar de que el matrimonio inicial sigue considerándose válido. Para el cardenal, esa forma de actuar por parte de la Iglesia sería misericordiosa y compasiva. A mi entender, en cuanto se examina un poco la cuestión sin eufemismos, lo que estaría sucediendo es que la Iglesia, de Maestra pasaría a tentadora y de Madre a cómplice, es decir, exactamente lo contrario de lo que pretendía el Cardenal Kasper. Veamos por qué.
La propuesta del cardenal, en sustancia, equivale a decir que el pecado inicial de adulterio, si rompe de forma suficientemente significativa la convivencia inicial y si se hace de forma pública y con intención de permanencia, termina por llegar a un punto en que la Iglesia asumirá que no se puede hacer nada, que la situación es irreversible, y que pastoralmente conviene aceptar esa nueva unión y considerar que esa situación no impide el acceso a la comunión eucarística.
Todo eso, que dicho con tantos eufemismos no suena mal, hablando en plata equivale a decir que la Iglesia estaría contribuyendo a tentar a quien siente el deseo de dejar a su cónyuge para irse con otro. En la práctica, la Iglesia le estaría diciendo: no te aconsejo que lo hagas, pero si lo haces, entonces antes o después todo cambiará y podrás mantener ese pecado, como querías, porque dejará de ser pecado. Si tomas ese camino, llegará un momento en que el adulterio, mágicamente, dejará de ser adulterio y podrás disfrutar de él con mi aprobación y la conciencia tranquila.
Y la Iglesia no sólo estaría tentando de adulterio, sino que animaría a hacer permanente y más grave ese pecado. En efecto, si se tratase de un simple pecado de adulterio ocasional, oculto, sin abandono del cónyuge y con arrepentimiento inmediato, no se conseguiría el premio del “pecado despecatizado”, así que, en la práctica, esta disciplina recomendada por el Cardenal estaría animando a que el pecado fuese mucho peor. Se animaría a que ese pecado fuese público, con el consiguiente escándalo; a que se abandonase al cónyuge, con el terrible pecado que eso conlleva contra la justicia, y a que no hubiese arrepentimiento hasta que se llegase al punto en el que supuestamente no hay marcha atrás. Todo eso convierte objetivamente el pecado en mucho más grave y, sin embargo, la propuesta lo pone como condición para conseguir mantener el adulterio y, a la vez, poder comulgar, algo que, paradójicamente, está vedado a los que cometen pecados de menor gravedad.
Por lo tanto, en lugar de recompensar la virtud, el resultado es que lo que se recompensa es el pecado, siempre que sea lo suficientemente grave y estable. De alguna forma, se quieren presentar como positivos tres aspectos de la segunda unión (formalización, permanencia y fidelidad a la nueva pareja), cuyos verdaderos nombres son escándalo público, ausencia de propósito de la enmienda y abandono del verdadero cónyuge. Es decir, tres características que hacen el pecado más grave y duradero, no menos.
Es como si la Iglesia dijera: robar es pecado, pero si robas mucho, mucho, mucho, entonces llegas a un punto en que robar ya no es pecado. Si robas un bolso, cometes un pecado y debes confesarte y proponerte no volverlo a hacer, pero si has robado tanto y durante tanto tiempo que ya te has organizado la vida con fundamento en lo robado, porque la casa en la que viven tus hijos es robada, porque el dinero de su colegio es robado, porque tu mujer sólo te aguanta porque le regalas joyas (también robadas), porque haces muchas buenas obras con el dinero robado y porque usas el dinero robado para pagar la deuda que contrajiste con un prestamista para comprarte un chalé en la sierra… entonces ya no pasa nada y puedes quedarte con lo robado y seguir robando con la conciencia tranquila. Es un despropósito.
En fin, si hay que buscar términos que califiquen esa forma de actuar propuesta para la Iglesia, no se me ocurren otros más apropiados que “tentadora” y “cómplice”, la verdad. En ningún caso misericordiosa.
26 comentarios
Polémicas matrimoniales (I): la comunión como premio
Polémicas matrimoniales (II): la comunión espiritual
Polémicas matrimoniales (III): Domingo de Pascua
Polémicas matrimoniales (IV): un tema doctrinal
Polémicas matrimoniales (V): el perro verde y una brecha en la muralla
Hace unos pocos días, un sacerdote trataba de convencer a una pesona, en el mismo confesionario, de que su pecado no era tal, ni podía serlo, porque "si hay amor no hay pecado" (sic). Invocan la misericordia, negándose a reconocer la miseria, lo cual no es sino una burla a la conciencia lúcida del pecador. Y así la van empañando...
Otro sacerdote conocido suele cambiar el texto de la Misa "no tengas en cuenta nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia..." por "no tengas en cuenta nuestros errores..."
_______________
De locos, mira yo casi ni puedo seguir esta serie porque se me revuelven las entraña.
Con todo, todo este escándalo se puede reducir a: si la doctrina de 2000 años y claramente anclada en las mismísimas palabras de Nuestro Señor, ya no vale... ninguna otra cosa tiene por qué valer.
Y si se aplicara la solución Kasper vendría el reclamo de los pecadores ocasionales que se sentirían discriminados: "¿cómo es posible que a mí, que ocasionalmente voy de p., me exigen confesión con propósito de enmienda antes de comulgar, y a Fulano, que convive establemente con quien no es su esposa, no se le pide lo mismo? ¡Discriminación!"
Saludos.
Sea aquí: tanto para el divorcio como para el aborto entre otros: Cuando el pecado es tan grande lo mejor para el pecador presente o futuro, como así para el legislador aparece la solución como disculpa: Primero tolerar, mirar hacia otro lado el pecado y pecador; después minimizarlos; para más tarde legalizarlos porque dadas las circunstancias de calidad y cantidad, Dios que es misericordioso así lo quiere.
Y mató a su prójimo, la primera vez, y sintiendo miedo se dijo a sí mismo que no fue su intención;
Y mató a su prójimo, la segunda vez, y se excusó diciendo que no fue por culpa suya;
Y mató a su prójimo, la tercera vez, y se dijo que no tenía otro remedio;
Y mató a su prójimo, la cuarta vez, y se dijo que así era él y que así debía de ser porque no podía cambiar
Y mató a su prójimo, la quinta vez, y se dijo a sí mismo que así lo quería Dios; que esta era la ley de Dios.
En este, me gusta de manera especial el penúltimo párrafo.
Y por cierto, lo que cuenta Mª Virginia me parece gravísimo. A ver si en ciertos temas ya no podemos confiar ni en los consejos de un confesor...
Vivimos tiempos muy recios. Repasemos los puntos 675-677 del Catecismo.
Y Cristo clavado en la cruz, Cordero sacrificado. Pero no olvidemos que es también el León de Judá. Y el Vencedor supremo. Ánimo, paz interior, mantengamos la cabeza fría y el corazón firme.
A propósito: buen comentario de rastri.
Se da vuelta, el lado vacío se va llenando -estabilidad de la nueva relación, fidelidad en la misma, hijos- de lo del otro lado y con el tiempo el lado lleno ya no existe más.
Desde un punto de vista natural se comprendería, no creyendo ni lo sobrenatural ni en el sacramento.
El sacramento, que no se ve, en el que se debe creer, no pasa de un lado al otro, no está encerrado en el recipiente de cristal de nuestras decisiones, lo trasciende. Así lo abandonamos, no hay forma que lo arrastremos.
Gran misterio es que Dios, haya querido confiar a la fragilidad y debilidad que puede tener el matrimonio entre un hombre y una mujer, el signo de la eterna fidelidad entre Cristo y la Iglesia.
A esa lógica, la misma por la que Dios eligió ser un bebé indefenso si le faltara cariño y protección, la misma por la que salvo el pecado transitó por nuestras debilidades y fatigas, y por la que culminó sufriendo en su carne la tortura y la muerte en la Cruz, a esa lógica o economía de la salvación, solo se puede responder con un amor humano que mira y se sostiene en el divino Amor de los Amores.
Saludos.
Saludos.
Al final... bueno, el que no la haya visto, que la vea.
" Los obispos católicos de Inglaterra y Gales han dado su respaldo explícito a ley de uniones civiles entre personas del mismo sexo vigente en ese país ante la posibilidad de que esta figura legal acabe por suprimirse y quede solo el matrimonio. Todo ello ocurre al mismo tiempo que desde otros lugares llegan indicios de que persisten las actitudes de rechazo o incluso se refuerzan"
Más información en The Tablet.
Saludos.
Tarde o temprano, lógicamente, vendría pronto la desaparición de la Misa como auténtico Sacrificio de Cristo. Demos un vistazo a algunas profecías, y reconozcamos que la puerta está abierta.
Vigilancia, sacrificio y oración.
¿Esto no roza la difamación? El card. Kasper, al que no tengo ninguna simpatía, no dijo esto.
En primer lugar, ir cambiando de seudónimo es contrario a la etiqueta de Internet. Le ruego que no lo vuelva a hacer sin avisar.
En segundo lugar, quizá lo que roza la difamación es su afimación de que difamo al Cardenal atribuyéndole falsamente afirmaciones. Especialmente cuando es evidente que lo que digo es verdadero y solo hace falta el pequeñísimo esfuerzo de comprobarlo en Internet o, al menos, leyendo los artículos anteriores de esta serie.
Por ejemplo, en su entrevista a Commonweal: "En el Credo decimos que creemos en el perdón de los pecados. Si hubiera esta falta, y si existiera el arrepentimiento, ¿la absolución no sería posible? Mi pregunta pasa a través del sacramento de la penitencia, mediante el cual hemos accedido a la santa comunión. Pero la penitencia es la cosa más importante: el arrepentimiento por lo que salió mal y una nueva dirección de vida. La nueva casi familia o la nueva relación deben ser sólidas, y hay que vivir de forma cristiana. Un tiempo de nueva orientación (metanoia) sería necesario. No para castigar a las personas, sino para una nueva dirección de vida, porque el divorcio es siempre una tragedia”.
O también: "Esta posible vía no sería una solución general. No es el camino ancho de la gran multitud, sino la senda estrecha de la parte probablemente más pequeña de los divorciados vueltos a casar, los que están sinceramente interesados en los sacramentos" (Discurso del Cardenal Casper ante el consistorio del 20 de febrero de 2014).
O también: "¿No deberíamos evitar lo peor en este tema? De hecho, cuando los hijos de los divorciados no ven a sus padres acercarse a los sacramentos, normalmente tampoco ellos encuentran el camino hacia la confesión y la comunión. ¿No nos damos cuenta que también vamos a perder la próxima generación y quizá incluso la siguiente? ¿Es que nuestra práctica probada no ha demostrado ser contraproducente?"(Discurso del Cardenal Casper ante el consistorio del 20 de febrero de 2014).
O veinte citas más.
Saludos.
Vamos a ver D. B. ¿de verdad,de verdad de la buena usted cree que se ha dado cuenta de algo que se le ha pasado por alto a un cardenal de la iglesia en una propuesta semejante? Usted no puede creer eso porque sería tomar por tonto al Cardenal, aunque mas que cardenal parece un grano en salva sea la parte de la Iglesia. Yo creo que si hay una colectividad en la que se puede aplicar el dicho: aqui el mas tonto hace relojes, (aunque algun tonto lo haya), es en los cardenales. Es posible que alguno sea medio tonto o casi tonto, pero no tonto entero y menos en cuestiones doctrinales tan sencillas para alguien que lea un poco y tenga un entendimiento normal.
Este casper es muy consciente no solo de lo que propone sino de todas esas implicaciones tan graves de sus tesis, es mas, la única posibilidad racional es considerar que en realidad es lo único que busca. Ahora la pregunta es, ¿y porque el Papa le elogia? ¿Es que el Papa o quien le asesora no se ha leido en realidad los papeles y elogia a todo el mundo diga lo que diga?. También me cuesta creerlo. Me pregunto ¿es esto un globo sonda del Papa para ver como reacciona el resto de cardenales y Obispos y los fieles y luego si la cosa pinta "bien" sumarse a la propuesta?. Usted me dirá que eso es imposible porque eso significaría que el Papa entonces actúa como un politico terrenal, sin tener en cuenta su misión divina. Bueno pues si el Papa realmente esta preocupado por el relativismo moral que denunción su antecesor y por la recta doctrina, entonces ¿Porque en vez de elogiar a este individuo no le pone en su sitio doctrinalmente y le llama ad límina para amonestarle o expulsarle de su diócesis?, porque mas daño no puede hacer. Y cabe hacerse otra pregunta, ¿Que es lo que ha hecho un obispo en Paraguay para que lo destituyan fulminantemente y en comparació con Casper? El Papa si quiere ser coherente esta perdiendo el tiempo sin destituir a Casper. Y si el Papa es incoherente, ¿Porque, a que intereses sirve? ¿A la iglesia, a Dios, a las almas? Por favor que alguien me de una respuesta que no insulte mi inteligencia y que aclare estas cuestiones. Ovejas si, pero no borregos.
Supongo que en el poco tiempo que lleva Bergoglio de Papa, no ha desaparecido de repente un problema tan grave como el relativismo moral, que denunciaba su antecesor. Desde luego el que no tiene ninguna legitimidad para denunciarlo es el actual Papa, porque es el primero que lo consiente en el seno de la iglesia a la que tiene que conducir, por pastos tranquilos, y no por riscos de confusión o escandalo o sencillamente falsedad.
Dejar un comentario