Estrella del mar
Ayer, 28 de abril, la Iglesia celebraba la memoria de San Luis María Grignion de Montfort. Es un santo que siempre me ha caído simpático, porque, cuando se fue al seminario de París para ser sacerdote, quiso hacer a pie los trescientos kilómetros y entregó por el camino a los pobres todo el dinero que tenía y su propio traje, que cambió por los harapos de un mendigo. No está mal para empezar.
San Luis era particularmente devoto de la Virgen y un amable lector me envió ayer una imagen de Nuestra Señora con una frase del santo. Como me gustó especialmente, la traigo aquí al blog para bien de los lectores, honor de la Reina del Cielo y confusión de los demonios.
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Me ha parecido una frase poética y afortunada: “Dios Padre creó un depósito de todas las aguas y lo llamó mar. Creó un depósito de todas las gracias y lo llamó María”. Le hace a uno soñar con la creación, con las aguas de debajo de la tierra y las de encima de la tierra como dice el Génesis, con el Espíritu que volaba sobre las aguas, con el diluvio y, sobre todo, con la Stella Maris, patrona de las gentes del mar (como el lector que me envió la foto).
Es, además, una frase profundamente bíblica, que nos habla de la κεχαριτωμένη, de la llena de gracia, la inmaculada, la agraciada y muy favorecida, la bendita por todas las naciones, la medianera, la sierva convertida en Señora, la pequeña doncella por la que el Señor hizo cosas grandes, la mujer vestida de sol con la luna por pedestal y una corona de doce estrellas. Nos habla, en fin, de mi Madre.
Χαίρε Μαρία, κεχαριτωμένη, ο Κύριος μετά Σου.
6 comentarios
Cien años después, los descendientes de la gente que evangelizó fueron a la guerra contra la revolución anticristiana con los estandartes del Sagrado Corazón de María.
Pero si hay un título de Nuestra Señora que me sigue conmoviendo es el de "refugio de pecadores".
Efectivamente, sólo su Hijo nos salva, pero qué dulzura ser salvados cuando lo somos por el Hijo tras la inefable compasión mediadora de la madre.
El caso es que estaba apenas hace un rato recopilando ciertos poemas y comprobando que en nuestra tradición literaria hay una sobreabundancia de poemas a la Virgen en los que se la llama (entre otros piropos y advocaciones, o no) Stella maris o Estrela del mar. Casi formarían un subgénero literario, de tanto como abundan.
Poetas de todas las épocas, sintiéndose "naves perdidas" (el tópico del hombre como barca a la deriva es frecuente también)que buscan quién reconduzca sus vidas a buen puerto, recurren a la Virgen como Estrella que guía.
Agur, Jesusen Ama, Birjina maitea,
agur, itsasoko izar distiratzailea,
agur, zeruko eguzki pozkidaz betea,
agur, pekatarien kaia ta estalpea.
En castellano sería:
Salve, Madre de Jesús, Virgen querida,
salve, estrella brillante del mar,
salve, sol del cielo llena de gozo,
salve, puerto y refugio de pecadores.
Y con música, en youtube, simplemente poniendo "agur jesusen ama".
Es el Santo que en su precioso tratado sobre la devoción a la Santisima Virgén, dice que los últimos tiempos son Marianos,evidentemente, tantas apariciones de la Virgén, aprobadas por la Iglesia, lo confirmán.
Es el Santo que predico en Francia, en la zona que existierón los Martires de la Vendée.
Estoy consagrado gracias a un familiar Dominico a Ella, es muy importante, para vivir la Santisima Misa.
Otro grande!!!!!estos son SANTOS, precioso tratado sobre Amigos de la Cruz.
Adelante, simepre adelante, hasta el Cielo.Totalmente de acuerdo con el comentario de Luis.Será el que yo pienso???
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