Oh feliz culpa, a la inglesa
La aclamación “oh feliz culpa” del Pregón Pascual es una de las más claras indicaciones de que la liturgia de la Iglesia está repleta de poesía. Sólo un poeta podría haber unido, con sublime desfachatez, esos antónimos: feliz y culpa, que remiten respectivamente al cielo y al infierno, a la misericordia de Dios y al pecado del hombre. Es una expresión poética maravillosa, que refleja los versos creadores y redentores del gran Poeta, el Señor del universo, que es el único que puede sacar bien del mal y dicha de la culpa.
Precisamente por eso, el “oh feliz culpa” es una frase excepcional, el culmen de la admiración por los milagros de Dios, y no es una consideración habitual en la liturgia ni en la teología. Es más, es prácticamente única y siempre se cita al Pregón pascual como ejemplo al hablar de ello. De ahí mi alegría cuando, hace unos días, encontré otro ejemplo de “Oh feliz culpa” en una canción medieval inglesa, escrita en Middle English.
La canción, conservada en la Biblioteca Británica, se llama Adam lay i-bowndyn (Adán permaneció cautivo) y probablemente sea obra de un trovador de los siglos XIII o XIV. Es muy sencilla, pero está repleta de teología, alegría y un romanticismo caballeresco muy propio de la Edad Media.
Empieza con una enseñanza de la Iglesia muy poco recordada hoy en día: el descenso a los infiernos de Cristo, proclamado en el credo. En la canción, se presenta a Adán cautivo en los infiernos o el limbo de los justos desde el momento de su muerte hasta la resurrección de Jesucristo. Sin la redención de Cristo, las puertas del cielo estaban cerradas para los hombres por el pecado de nuestros primeros padres, así que tanto Adán como Abraham y los demás patriarcas, profetas y justos del Antiguo Testamento permanecieron cautivos en espera del nacimiento del Mesías. Tras su muerte, Cristo rompió la prisión de todos los hombres encadenados por el pecado, descendiendo a los infiernos para liberar a los cautivos, y les abrió las puertas del cielo. Multitud de cuadros e iconos tradicionales cristianos reflejan esta enseñanza, mostrando a Cristo sacando del infierno a Adán y Eva.
En la canción, se habla de que Adán permaneció cautivo durante “cuatro mil inviernos”. Esos cuatro mil años se referían al cálculo que se hacía en la época del tiempo transcurrido entre la muerte de Adán y la resurrección de Cristo. Con cierta gracia, el trovador indica que esos milenios no le parecieron demasiado largos al pobre Adán, consciente de que el salario del pecado es la muerte eterna, de no ser por la misericordia de Dios.
En efecto, la causa de su cautiverio había sido el pecado original, cuando cogió la “manzana” del árbol del bien y del mal, buscando convertirse en dios, como los “clérigos encuentran escrito en su Libro”, que es la Biblia.
Después de esa introducción, llega el “feliz culpa”, pero con un matiz medieval muy especial: la caballerosidad. En lugar de tratar el tema teológicamente, lo hace como un caballero que rinde cortésmente homenaje a su dama, que en este caso es la Virgen María. Así se alegra el trovador de que Adán cogiera esa manzana, porque de otro modo no habría habido redención y Nuestra Señora no se habría convertido en la Reina del Cielo. Es un piropo verdaderamente elegante y caballeresco.
Como el poeta del Pregón pascual, el trovador se atreve a bendecir aquella ocasión del pecado de Adán, que Dios ha convertido en el gran bien para el ser humano de la Encarnación de Cristo en el seno de Nuestra Señora. El pecado es horrible y lleva a la muerte, pero el amor inagotable y creador de Dios ha sacado bien del mal y ha hecho que donde abundó el pecado sobreabundara la gracia. Por eso, dice la canción, por aquella “manzana” de Adán, hoy podemos cantar el Deo gratias, en agradecimiento a Dios por el gran Milagro de la Redención.
Para beneficio de los lectores, me he permitido traducirla en verso, en unas coplillas que transmiten bien, en mi opinión, la sencillez de la canción original.
Cuatro mil inviernos
Cuatro mil inviernos
Cautivo quedó
Adán nuestro padre
Y pronto pasó.
Por una manzana
Que un día cogió,
Cual leen en su Libro
Los hombres de Dios.
Si aquella manzana
No hubiera cogido
Nunca mi Señora
Reina habría sido.
¡Bendita ocasión,
bendita manzana!
Pues hoy Deo gratias
Por ella se canta.
Y luego, poniéndome mi sombrero de trovador, le puesto una melodía, ya que son versos hechos para ser cantados.
El original en Middle-English, con la ortografía creativa propia de la época, para los expertos del blog:
Adam lay i-bowndyn,
bowndyn in a bond,
Fowre thowsand wynter
thowt he not to long.
And al was for an appil,
an appil that he tok.
As clerkes fyndyn wretyn
in here book.
Ne hadde the appil take ben,
the appil taken ben,
Ne hadde never our lady
a ben hevene quen.
Blyssid be the tyme
that appil take was!
Therefore we mown syngyn
Deo gratias!
Por si a alguien le interesa, aquí está la partitura de la canción (pulsando, las imagines se hacen más grandes):
27 comentarios
Adán permaneció cautivo,
En cadenas cautivo,
Durante cuatro mil inviernos
Y no lo consideró demasiado tiempo.
Y todo por una manzana,
Una manzana que cogió,
Como encuentran los clérigos
Escrito en su Libro.
Si no se hubiera
Cogido la manzana,
Nuestra Señora no habría sido
Reina del cielo.
¡Bendita la ocasión
En que se cogió la manzana!
Por eso podemos cantar
Deo gratias.
Por cierto, a nivel teológico, sugeriría que Abraham, al menos, no estaría en el infierno cuando Cristo bajó a liberar a los cautivos. Como mucho en el limbo de los justos, porque sino tenemos problemas con la parábola de Lázaro y Epulón (Lc 16, 19-31).
En realidad, es lo mismo. Limbo significa "límite" o "extremo", ya que originalmente se concebía como el límite del infierno, un lugar dentro del infierno (puesto que eran almas que no habían sido salvadas del pecado original), pero en el extremo del mismo, en el que era posible una felicidad natural. Basta que mires el cuadro que he puesto en el post o los que hay en el video y verás que muestran a Adán y Eva en el infierno.
En cualquier caso, el infierno al que se refiere el credo es ese limbo de los justos o seno de abraham, ya se conciba como una region del infierno o como un "lugar" aparte. Si no fuera así, los justos, que estaban tan necesitados de la salvación como cualquiera, no habrían podido ir al cielo.
En Oriente, incluso el purgatorio se concibe como una estancia en el infierno, con la diferencia de que es temporal y no permanente.
Toda esta indefinición está muy ligada al hecho de que purgatorio, infierno, limbo de los justos, etc. no son lugares en el sentido habitual del término. Como es lógico, más allá de los puntos principales de doctrina, la Iglesia no toma partido en todas estas especulaciones de los teólogos sobre realidades sobrenaturales escatológicas de las que apenas sabemos nada.
633 La Escritura llama infiernos, sheol, o hades a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto, porque los que se encontraban allí estaban privados de la visión de Dios. Tal era, en efecto, a la espera del Redentor, el estado de todos los muertos, malos o justos, lo que no quiere decir que su suerte sea idéntica como lo enseña Jesús en la parábola del pobre Lázaro recibido en el "seno de Abraham". "Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos". Jesús no bajó a los infiernos para liberar a los condenados ni para destruir el infierno de la condenación sino para liberar a los justos que le habían precedido.
[He quitado las citas y referencias para mayor claridad]
En la Wiki inglesa hay un artículo sobre la canción,
en.wikipedia.org/wiki/Adam_lay_ybounden
que cita varias adaptaciones musicales rivales de la tuya (la melocía original se perdió completamente).
Parece que la versión más conocida es la de Boris Oed:
www.youtube.com/watch?v=gTKKRpqtKiw&feature=kp
Independientemente de la música y, puesto que el texto medieval tiene un claro tono de humor popular, he hecho una versión española que acentúa ese aspecto:
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Cuatro mil inviernos
sujeto en un lazo,
pensó el padre Adán:
"No es tan largo plazo".
¡Por una manzana
mordida sin seso!,
que en su libro el fraile
nos leyó el suceso.
Pues si no la muerde
en aquella hora,
no es Reina del cielo
mi madre y Señora.
¡Bendito mordisco
que dio a la manzana!
¡Cante Deo gratias
la gente cristiana!
---
Un abrazo a todos.
Ja, ja. Muy buena version y con rima consonante, además. Me han gustado especialmente lo de "mordida sin seso" y la referencia a la "gente cristiana", que tienen un sabor muy medieval o, al menos, del siglo de Oro.
En cuanto a "adaptaciones musicales rivales", creo que está claro que la version musical de Boris Ord está en otro plano. Lo mío solo es una cancioncilla, por si algún lector quiere incluirla en su repertorio de trovador itinerante.
Saludos.
He curioseado rápidamente por Internet el tema y la única sugerencia lejanamente creíble hace referencia a la coincidencia latina entre malum (mal) y malus (manzano). En ese sentido, el árbol de la ciencia del bien y del mal (mali) tendería a sugerir la idea de un manzano. Parece un poco rebuscado.
En general, la tradición rabínica habla de una higuera.
Y a los de Rocky, animado por tu tarea.
Veo que en las imágenes más antiguas, hay multitud de tipos de frutos. En el beato de Liébana, parece ser una palmera:
En el Codex Vigilanus, del siglo X, parece tratarse de una higuera:
Incluso una seta venenosa (amanita muscaria) en la abadía de Plaincourault, en Francia:
Aunque también se pueden encontrar manzanas (o similares), como en este mosaico bizantino:
También he encontrado alguna granada. En otras muchas imágenes medievales y anteriores, no es posible identificar el fruto.
Efectivamente, lo del hongo es... alucinógeno.
Lo del hongo alucinógeno se ha sugerido literalmente. El filósofo y botánico Terence McKenna (no sé si lector de Huxley...) considera que puede referirse al Psilocybe cubensis que habría expandido la conciencia y despertado al "conocimiento" a los homínidos. Lo dice en su Food of the Gods: The Search for the Original Tree of Knowledge A Radical History of Plants, Drugs, and Human Evolution. El libro completo está en archive.org y el hongo de marras en la página 26 del PDF.
Pero puestos a flipar con el amanecer de la conciencia humana, me quedo con la escena de los monos y el monolito de 2001, Una odisea del espacio. Sintética y perturbadora, porque ¿quién hizo al monolito?
Me retiro. Que Dios bendiga a todos.
Ahora sí, me despido.
Con gozo quiero llevaros la contraria:
Oh maldita culpa que trajo la condenacion de millones de almas al infierno y que trajo inenarrables sufrimientos a Cristo y a Maria Santisima.
La redencion y la encarnacion de Cristo hubiera ocurrido de todos modos pero de manera incruenta.
Desde siempre estuvo en el plan de Dios la encarnacion de su Hijo y la magnificencia de su Madre Santisima porque de otro modo jamas hubiera creado al Hombre.
Los mejores teologos piensan de esta manera.
Decir oh feliz culpa es un error descomunal.
Por cierto Bruno no sé si tengas tiempo o ganas pero recomiendan por la web la lectura de un texto Against Heterosexuality que se puede leer aquí: www.firstthings.com/article/2014/03/against-heterosexuality
pero que difícilmente las gentes cristianas podrían tener al alcance sin intervención de mano amiga.
Hace tiempo leí un artículo en una revista que decía que el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal era un plátano, por lo que lo que comieron Adán y Eva era... una banana(los puntos suspensivos son del artículo :).
Creo, no estoy seguro, que la revista era "Muy interesante".
El tema da para varios post :)
Saludos.
Lo que digo es que antes del pecado original no habia sufrimiento ni muerte ni luto ni llanto ni dolor exactamente igual que ocurrira dentro de algunos siglos con el fin del mundo y la gloria (leete el Apocalipsis)
Despues del pecado original no hay otro camino: sufrir
Pero antes del pecado el camino era otro muy distinto.
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