Cristianos tristes como el demonio
Las peores tentaciones son aquellas que ni siquiera notamos. Cuando sabemos que estamos tentados, podemos luchar por evitar caer en la tentación, pero cuando somos incapaces de reconocer el mal como mal, estamos perdidos. Ni siquiera nos daremos cuenta de que estamos haciendo mal, con lo cual será muy difícil o incluso imposible que consigamos evitarlo.
Hoy traigo al blog unas líneas de un doctor de la Iglesia que me han llamado la atención en ese sentido. San Francisco de Sales habla de dos tentaciones. Una de ellas es bastante común y los cristianos la conocemos bien. Caemos en ella, pero cuando lo hacemos, sabemos que estamos cayendo en la tentación y, con la gracia de Dios nos arrepentimos. La otra tentación es más sutil, menos evidente, y en eso reside su fuerza.
“El demonio aprovecha la tristeza para tentar a los buenos, intentando hacer que estén tristes en la virtud, igual que intenta que los malos se alegren de sus pecados. Del mismo modo que sólo puede tentarnos para que hagamos el mal consiguiendo que ese mal parezca atractivo, solo puede tentarnos para que nos apartemos del bien consiguiendo que ese bien carezca de atractivo. Le encanta vernos tristes y desesperanzados, porque él está triste y desesperanzado por toda la eternidad y querría que todo el mundo fuese como él”.
San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota
La primera tentación, que es hacer que el mal parezca atractivo, resulta familiar para todos. Es más, como Santo Tomás explicó muy bien, es la única forma de conseguir que alguien haga el mal. Nadie elige el mal por sí mismo. Somos incapaces de hacerlo, porque hemos sido creados por Dios y nuestra voluntad sólo reacciona ante el bien: Omnis autem appetitus non est nisi boni (1). Por eso, cuando hacemos el mal es siempre sub specie boni. Es decir, fijándonos en el bien inmediato que vamos a conseguir con ese pecado. Cuando uno hace el mal, siempre está buscando un bien para sí mismo, ya sea disfrutar del coche robado, de la joven secretaria o del agridulce desahogo de la venganza.
La tentación, en estos casos, consiste en hacer que sólo tengamos ojos para el placer inmediato que proporcionará el pecado, mientras “olvidamos” intencionadamente del mal que va a sufrir el vecino o incluso el que sufriremos nosotros más tarde. Es algo que todos conocemos muy bien, porque nos confesamos de cosas así siempre que acudimos al confesionario.
La segunda tentación, en cambio, es mucho más sutil. No solemos pensar que la tristeza en el bien sea una tentación. El mismo nombre del pecado al que nos incita resulta extraño y desconocido para la mayoría de los cristianos de hoy: la acedia. No es extraño, pues, que caigamos constantemente en esa tentación que se presenta “de incógnito”, con resultados desoladores.
La acedia es el componente espiritual (y principal) de la pereza. Es la desgana por las cosas de Dios, por la virtud, por la oración, por el bien, por la santidad y por hacer la Voluntad de Dios. Está ligada directamente a la falta de esperanza (la cual, precisamente, es la virtud teologal que menos entendemos y practicamos).
La acedia es, por ejemplo, el terrible engaño que consigue que, ante la maravilla de las maravillas que es la Eucaristía, el Sacrificio de la Misa, la Pascua de Nuestra Salvación, el Banquete del Señor, el centro y culmen de la vida cristiana, que se une a la liturgia del Cielo y que hace presente ante nuestros ojos la muerte de Cristo en la Cruz y su resurrección… nuestra reacción no sea la admiración, sino la desgana y, en el mejor de los casos, el cumplimiento de un precepto a modo de simple trámite. Es la vocecilla que te dice: “Buf, seguir a Cristo, ser santo, qué pereza… yo con ir tirando tengo suficiente” Es la reducción de la impresionante aventura de la vida cristiana a un intento mezquino y agobiante de cumplir unas pocas normas para que Dios moleste lo menos posible. Es, en definitiva, la explicación del famoso soneto:
Cuántas veces el ángel me decía:
“Alma, asómate ahora a la ventana,
Verás con cuánto amor llamar porfía”.
Y cuántas, hermosura soberana,
“Mañana le abriremos”, respondía,
para lo mismo responder mañana.
La acedia, pues, está muy relacionada con la envidia. Si la envidia es la tristeza por el bien ajeno (o alegría por su mal), la acedia es tristeza ante el bien de la gracia, ya sea en sí o incluso en uno mismo. Por eso, hace que uno se entristezca de las cosas que suelen alegrar y entusiasmar a los que aman a Dios, como la vocación a la santidad, la consagración a Dios, la liturgia, las virtudes, la doctrina de la Iglesia, la vida de los santos, la conversión…
El pecado de acedia no sólo tiene efectos terribles sobre el que lo comete, sino que también es, probablemente, el mayor obstáculo para la evangelización. Un amigo mío sacerdote habla, muy acertadamente, de los “cristianos con cara de acelga”, que son, en realidad, los cristianos con cara de acedia. Es decir, aquellos para quienes la vida cristiana es una terrible carga, una especie de renuncia a todo lo bueno que puede haber en la vida. La acedia hace que tu cristianismo parezca una repugnante enfermedad que nadie quiere arriesgarse a coger. También es la verdadera explicación de la falta de vocaciones de algunas congregaciones religiosas o seminarios. ¿Quién va a querer ser cristiano como tú, si no haces más que quejarte, si da la impresión de que Dios te ha fastidiado al concederte la fe? ¿Quién va a querer ser cristiano, si los únicos cristianos que conoce tienen cara de acelga? Como señala San Francisco de Sales, ¿quién va a querer parecerse a ti, si más que parecerte a Cristo, te pareces al demonio y siempre estás triste como él? ¿Quién va a querer ser fraile de la congregación de San Cucufato, si los frailes de San Cucufato están obsesionados por que no se note que son frailes y lo que quieren es ser como los demás? La acedia convierte la vida cristiana o la vocación a la vida consagrada en algo insípido, pesado, desagradable, soso y aburrido… y los demás lo notan enseguida.
Baudelaire decía que el gran logro del demonio ha sido convencer a la gente de que no existe. Visto el éxito de esta táctica, ha empleado las mismas mañas para ocultarnos a los cristianos la misma existencia del pecado de acedia y las terribles consecuencias que tiene la desgana por las cosas de Dios. Y, desgraciadamente, también ha tenido mucho éxito. Por mil personas que se confiesan de lujuria o de ira, habrá una que se confiese de acedia (2). Y me atrevería a decir que la acedia es, de suyo, mucho más peligrosa que aquellas, porque convierte en cenizas en nuestra boca el vino nuevo de la salvación. Es un pecado de estúpidos, porque, a diferencia de los otros pecados, ni siquiera nos proporciona un placer, aunque sea fugaz y tengamos que pagarlo caro, sino que, al contrario, destruye la felicidad que Dios nos regala abundantemente.
Todos sabemos que hay que luchar contra la falta de caridad. También suele aceptarse que la fe es esencial para un cristiano. Sin embargo, en paralelo con el olvido de la acedia, apenas habrá quien luche decididamente contra la desesperanza, a pesar de que es el pecado contra el que Jesús advirtió con las palabras más duras de todo el Evangelio: “No será perdonado ni en esta vida ni en la otra”.
¿Qué podemos hacer contra la acedia? En el Catecismo que mandó imprimir San Juan de Ribera para los moros conversos, se explicaba, con gran sencillez: “Contra acedia, el fervor de la Caridad y la virtud de la esperanza viva, con la cual emprendemos animosamente los medios que son menester para alcanzar las promesas de los bienes eternos de Dios”. Por supuesto, la caridad y la esperanza son dones gratuitos de Dios. Superan infinitamente nuestras fuerzas y lo único que podemos hacer es pedirlos con humildad.
Por otra parte, para alimentar esos dones gratuitos de lo alto una vez que los hemos recibido, podemos y debemos luchar por abrir el corazón aún más a la acción de Dios, avivando la llama que él mismo ha encendido en nuestras almas. Para ello conviene, por ejemplo, leer vidas de santos, que siempre despiertan en nosotros la sana envidia por tener lo que ellos tuvieron. La conversación con personas buenas y que aman a Dios. La Misa diaria, que es la fuente misma del fervor de la Caridad y puede ablandar el corazón más endurecido. Las jaculatorias repetidas a menudo, como la oración del corazón: Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí, que soy un pecador. La acción de gracias a Dios, recordando uno por uno los miles de regalos que nos ha conseguido…
Finalmente, para luchar contra este pecado tan poco conocido, mi consejo personal es rezar a la Persona más olvidada y desconocida de la Santísima Trinidad: el Espíritu Santo. Invocarle a menudo. Celebrar con alegría el día de nuestro bautismo y de nuestra confirmación. Rezar frecuentemente o mejor aún cantar los grandes himnos de la Iglesia al Espíritu Santo: el Veni Creator Spiritus y el Veni Sancte Spiritus. Ven, Espíritu creador… Agua viva, fuego, caridad… Infunde amor en los corazones… Ven, luz de los corazones… Consolador buenísimo, dulce huésped del alma, dulce refrigerio. Descanso en el trabajo… Danos el gozo que dura para siempre.
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(1) Summa Theologiae Ia IIae 8.1.
(2) Advertencia legal: El blog Espada de doble filo no acepta ninguna responsabilidad si un lector decide confesarse de acedia y el sacerdote le responde: “¿Hacequé?” Vivimos tiempos recios, como decía Santa Teresa.
106 comentarios
Pienso en María, y la llamo como madre. Parece como si el corazón despertase y me diera las vitaminas que me faltan para entrar, con amor, confianza y alegría, en el misterio de su Hijo. Entonces sí que me sale del alma esa preciosa invocación: "Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad".
Quizá no ha leído bien el post. La acedia no es cualquier tristeza, sino es la tristeza en el bien. Es normal y bueno sentir tristeza, por ejemplo, ante la muerte de un ser querido (siempre que esa tristeza no sea exagerada y olvide en la práctica la esperanza cristiana). Sin embargo, la desgana ante la oración, la tibieza, el desagrado por las cosas de Dios, la tristeza ante las acciones de Dios, el rechazo por la vocación, la vivencia triste y apesadumbrada en general de la vida cristiana son claras tentaciones de acedia.
En ese sentido, la acedia está muy relacionada con la envidia, que es la tristeza por el bien ajeno. En la acedia, se siente tristeza o indiferencia ante el bien propio o incluso el bien en sí.
Por supuesto, como sucede con todas las tentaciones, lo pecaminoso no es la sensación, sino el consentimiento voluntario que uno puede prestar a esa sensación.
Saludos.
En realidad, esa tristeza debería tratarse como todas las tristezas (enfermedad que a nadie gusta tener) con un reenfoque cognitivo y un redescubrimiento de la alegría de vivir. La culpabilización no la mejorará gran cosa, sino todo lo contrario.
Pero rebuscar pecados, perseguir la perfección, fingir una alegría falsa por obligación, todo eso no lleva a ninguna parte.
Más vale abandonarse en el amor de Dios y olvidarse de uno mismo en sus manos. Con amor, humildad y moderación,la acedia desaparecerá como ha venido tarde o temprano, si no haces caso ni haces cambios guiado por los sentimientos del momento bajo. Con perfeccionismo y culpabilización sólo se obtienen acelgas, por mucho que se disfracen de otra cosa.
"Pienso en María, y la llamo como madre"
Je, je. Eso es lo que decía de "la conversación con personas buenas y que aman a Dios", pero elevado a la máxima potencia.
Creo que mezclas todo, como te ocurre a veces, y el resultado es algo confuso.
Dices que no crees que esos consejos funcionen. Pero curiosamente los "consejos" son hablar con personas que aman a Dios (algo que tú misma has repetido), rezar (cosa que tú también has repetido), la Misa (que dudo que quieras criticar), las jaculatorias (que son pequeñas oraciones constantes) y las vidas de santos (se entiende, las buenas, claro). ¿Con cuál de esos consejos no estás de acuerdo?
Dices: "En realidad, esa tristeza debería tratarse como todas las tristezas (enfermedad que a nadie gusta tener) con un reenfoque cognitivo y un redescubrimiento de la alegría de vivir"
Bueno, dicho así, eso no es verdad. Al menos no es lo que enseña la Iglesia sobre el asunto. Como ya le explicaba a otro comentarista y como sucede con todas las tentaciones, lo pecaminoso no es la sensación, sino el consentimiento voluntario que uno puede prestar a esa sensación.
Dices: "Más vale abandonarse en el amor de Dios y olvidarse de uno mismo en sus manos"
Pues sí, eso es válido siempre. Pero no veo en qué contradice nada de lo que he escrito, la verdad.
Dices: "Pero rebuscar pecados, perseguir la perfección, fingir una alegría falsa por obligación, todo eso no lleva a ninguna parte."
Bueno, no sé a lo que te refieres exactamente. Pero yo entiendo que intentar iluminar los propios pecados para arrepentirse de ellos es, simplemente, el examen de conciencia que es parte de lo que todo cristiano debe hacer frecuentemente. Perseguir la perfección nos lo mandó Cristo explícitamente: "Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto". En lo de fingir una alegría falsa estoy totalmente de acuerdo, pero por supuesto yo no he dicho nada de eso. Luchar contra la acedia nada tiene que ver con fingir alegría.
Saludos.
Por si no ha quedado claro, quiero resaltar que lo que has dicho de "abandonarse en el amor de Dios y olvidarse de uno mismo en sus manos" está muy bien. De hecho, esos consejos de los que hablabas no son más que formas concretas de acercarse al amor de Dios y ponerse en sus manos.
Saludos de nuevo.
1. Ser triste por creer, sinceramente no creo que le ocurra a nadie.
2. No encontrar utilidad a ciertos usos religiosos por anacrónicos. No es que me aburra rezar el Rosario, no es que me aburran las procesiones, no es que me aburra la confesión, las letanías y todo un largo etcétera.
Simplemente considero que su tiempo histórico ha pasado y por ello entiendo que haya personas a las que les cueste seguir modos de vida que establecieron personas que ya están muertas y que vivieron en otros periodos históricos.
No creo que haya una influencia demoniaca, es simplemente la modernización.
3. En esto, he de reconocer que los protestantes nos llevan ventaja. Creo que Lutero, Calvino, Zwinglio y demás reformadores acertaron al proponer una Fe intimista, subjetiva, silenciosa y sobre todo ausente de actividades.
En una sociedad en donde el trabajo lo es todo, lo ultimo que le apetece a uno es ponerse a rezar, creo que es mas humano pensar que uno cree y punto.
De ahí el acierto de la Reforma, que no olvidemos que es una religion que nace en mentes de asalariados que vivían en ciudades, justo lo que somos la mayoría de españoles.
Para mi esto es la lucha entre el campo y la ciudad.
En relación con lo que has dicho, me atrevo a hacer un par de breves sugerencias.
1) Desde un punto de vista lógico, el catolicismo puede ser revelación de Dios o puede ser mera invención humana. En el segundo caso, probablemente lo mejor fuera rechazarlo por ser falsa su pretensión principal. En ese caso, tendría poco sentido hablar de cómo hay que cambiarlo, ya que lo que está viciado de raíz no se reforma, sino que se sustituye por otra cosa. En el primero de los casos, en cambio, probablemente habría que plantear la cuestión al revés que tú: no se trata de cómo adaptar el catolicismo para que coincida con tu forma de ser, sino de adaptar tu forma de ser para que coincida con el catolicismo.
2) Una "Fe intimista, subjetiva, silenciosa y sobre todo ausente de actividades" es lo que normalmente conocemos como una mera "opinión". La Fe se puede aceptar o no, pero evidentemente es mucho más que eso.
Saludos.
La historia de la religion es una historia de secularización e inmanentismo partiendo de la religiosidad y la transcendentalidad. En donde el Cristianismo ha jugado un rol destacado a la hora de crear una individualidad y secularizar el espacio publico.
Lo que diferencia al hombre antiguo de nosotros, es que para el todo era sacro. Incluidas sus labores profesionales, que por lo general eran agrarias, en ese contexto se montan unos ritos y a medida que avanza la historia el carácter sacral de la realidad va desapareciendo.
Y el Cristianismo ha participado activamente en esa desacralizacion, "Dad al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios" es un torpedo en la línea de flotación de las religiones antiguas, para las que su Rey era Dios.
Y ese proceso de desacralizacion se acelera con la Revolucion Industrial. Que no me parece mal que haya ritos, pero no ritos agrarios, porque soy una persona de ciudad.
Si el catolicismo es Verdad, uno se adhiere en conciencia como hacemos con el resto de actividades. Por cierto en las sociedades antiguas, absolutamente todo estaba ritualizado, echa sino un vista al Derecho Privado romano y comparalo con el de ahora.
No es la acedía la que lleva a rechazar el rito es el contexto histórico. Y de la acedia no se libra de nadie. Empezando por el Cristianismo que ha sido el principal motor de desacralizacion, individualismo e inmanetismo de la historia.
Quizá el post no está del todo bien escrito, o quizá de fondo, como sugiere 'últimas palabras', transmite cierto voluntarismo que hace infructuosa su lectura.
Qué curiosa mezcla.
"Aceptar el Deposito de la Fe no tiene porque ir acompañado de ritos, moral o comportamientos".
No sé de qué estas hablando, pero desde luego no del cristianismo, que está indisolublemente unido a ritos, moral y comportamientos. ¿Es que no has leído los evangelios, el resto de la Biblia, los escritos de los Padres o los textos del magisterio, que están repletos de ritos, moral y comportamientos. Nunca, nunca, nunca se da en el cristianismo esa disociación de la que hablas.
"De ahí la radicalidad de la Reforma al separar Fe y obras".
Veo que tampoco conoces lo que es el protestantismo, que no separa la fe y las obras, sino que piensa que la justificación se da por la sola fe (en lugar de por la sola gracia, que es lo correcto), pero no rechaza en absoluto la existencia de una moral cristiana. Puedes encontrar miles de páginas de todos los reformadores hablando de moral.
"La historia de la religion es una historia de secularización e inmanentismo"
Casi me caigo de la silla de la risa. Eso no es la historia de la religión, es la historia (parcial) de los dos últimos siglos en Occidente. Confundir eso con la historia de la humanidad es, simplemente, ridículo.
"Y el Cristianismo ha participado activamente en esa desacralizacion, "Dad al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios" es un torpedo en la línea de flotación de las religiones antiguas, para las que su Rey era Dios"
El rey nunca fue un dios en Israel. Pero eso no quiere decir en absoluto que la autoridad nada tenga que ver con Dios. Eso es, francamente, una estupidez procedente de la Ilustración. Pero el hecho de que sea moderna no hace que una estupidez sea menos estúpida.
"Si el catolicismo es Verdad, uno se adhiere en conciencia como hacemos con el resto de actividades"
No se qué quieres decir con el "resto de actividades". En cualquier caso, como el catolicismo lleva aparejadas una moral y una liturgia, lo que dices se contradice con lo que decías antes.
"Empezando por el Cristianismo que ha sido el principal motor de desacralización, individualismo e inmanentismo de la historia"
Hombre, yo podría decir que el blog Espada de Doble Filo es la principal razón de que en España hoy brille el sol, pero el hecho de que lo diga no prueba nada. Lo mismo sucede con tu afirmación, que, hasta donde puedo ver, resulta bastante absurda, la verdad. Una Iglesia, por su propia naturaleza, es lo contrario del individualismo. Una religión, por su propia naturaleza, es lo contrario de la desacralización. Y un Dios trascedente es, por su propia naturaleza, lo contrario del inmanentismo.
Saludos.
El Rosario, como se puede comprobar estudiando las apariciones Marianas del siglo XX, se nos propone de una manera permanente (machacona diría yo) como un instrumento eficacísimo de oración y protección del cristiano, más aún en los tiempos sombríos en los que vivimos. Lo mínimo que se espera de un católico -aunque no esté obligado a creer en estas apariciones que advera de la Iglesia- es respetar esta devoción y no hacer calificativos irrespetuosos como "anacrónico"
Y por cierto, la fe intimista sin obras, ya la propuso Lutero y sus resultados pueden comprobarse tanteando el número de ateos en los países luteranos. Porque es una fe muerta que lleva al ateísmo.
Sin duda, lo que he escrito se puede escribir mejor. Es evidente. Pero como parece que usted no ha captado la parte fundamental de lo que está escrito, algo que no se dice una sola vez sino que se repite con total claridad una docena de veces, sólo puedo deducir que no ha leído bien el post. Si en el post se escribe: "tristes en la virtud", "la tristeza en el bien", "consiguiendo que ese bien carezca de atractivo", "desgana por las cosas de Dios", "aquellos para quienes la vida cristiana es una terrible carga", "desesperanza", "desgana por las cosas de Dios"... y usted en lugar de la tristeza en el bien me habla de la tristeza en general, sólo puedo deducir que no ha leído bien el post o, quizá, que sólo ha leído parte del post.
Entenderá también que la acusación de voluntarismo, sin dar ningún argumento, carece de valor. Si da argumentos, estaré encantado de considerarlos y, en su caso, contestarlos, pero la mera autoridad de su opinión no me basta. Máxime cuando se dedica a criticar de forma anónima, dando un falso correo electrónico.
Saludos.
1. Yo no te hablo del Cristianismo a secas, te lo comparo con las religiones paganas de la Antigüedad. De ahí a que diga que ha sido motor de desacralizacion, el paganismo era mucho mas sagrado que el Cristianismo, y no por ello el primero es mas Verdad que el segundo.
De ahí que un catolico alejado de los ritos no tiene porque ser menos catolicos de uno que los cumple a rajatabla.
2. De todas formas, veo que he divagado en mi ultimo comentario. Simplemente quiero decir, que un alejamiento de los ritos no es una influencia demoniaca, es simplemente historia.
Y que puestos a quejarnos de la desacralizacion y el abandono de los ritos por parte del hombre contemporáneo no olvidemos el papel de la Iglesia.
Es muy arriesgado hablar de las "religiones paganas de la Antigüedad" así, en general, porque en realidad se está hablando de miles de religiones distintas, con características muy diversas. Las religiones, desde luego, no responden a ese simplista esquema de más moderno/menos ritos. El judaísmo ortodoxo moderno, por ejemplo, tiene un número incomparablemente mayor de ritos que el judaísmo de cuatro siglos antes de Cristo. Por otra parte, el cristianismo no desacralizó el mundo, lo que hizo fue explicar verdaderamente en qué consistía su sacralidad.
"De ahí que un catolico alejado de los ritos no tiene porque ser menos catolicos de uno que los cumple a rajatabla."
Esto es una barbaridad. El catolicismo es esencialmente ritual. El mínimo de la misa dominical, por ejemplo, es absolutamente necesario para un católico. Prescindir del mismo es un pecado grave. Lo mismo se puede decir de la confesión al menos una vez al año. Y sin bautismo-confirmación directamente no hay cristianismo. Incluso la parte de la liturgia que no son sacramentos forma parte en conjunto de la Tradición de la Iglesia y, por lo tanto, es parte esencial del catolicismo.
Como parece ser que "como siempre" no me entiendes y como una vez más en tu "como siempre" descalificatorio me culpas a mí de tu pereza para comprender el lenguaje de las personas normales, te lo explicaré más claro, a ver si a tu intelectualidad sublime le llega algo de mi mensaje a pesar de no estar suficientemente robotizado y no usar el latín de rigor en tu blog.
Repito que no creo que tus consejos funcionen, así tal cual, y además lo confirma la respuesta que me das. La primera al menos, en la segunda parece que empiezas a vislumbrar un poco de luz -milagro.
1- He dicho que el único consejo válido de los que das es la ORACIÓN, que es previa y tendrá que iluminar todas los demás "remedios" para que no sea peor el remedio que la enfermedad (y en "oración" no incluyo sin más matices los demás remedios que apuntas -ni las jaculatorias mecánicas no enraizadas en la oración profunda, ni la misa con mentalidad anselminiana que no extraña que produzca acedia etc)
Oración es abandonarse con confianza en las manos de un Dios amoroso también en la noche oscura de la tristeza.
Y lo mismo digo de tus santos y tus personas buenas que aman a Dios. Yo he dicho PERSONAS DE DIOS ALEGRES, que dicho sea de paso no comprende a las personas que discuten la pecaminosidad de quien está triste y le riñen por no ser como los santos ¿qué santos, porque los hay para todos los gustos, y la mayoría de ellos contribuirían más a la acedia que a eliminarla.
2- Digo: "En realidad, esa tristeza debería tratarse como todas las tristezas (enfermedad que a nadie gusta tener) con un reenfoque cognitivo y un redescubrimiento de la alegría de vivir"
Tu respuesta me resulta incomprensible, porque
-¿En dónde dice la Iglesia que no haya que hacer eso para combatir la tristeza?
-¿Desde cuando la tristeza -según tú "un pecado estúpido" se combate negando el sentimiento en vez de buscando sus causas (además de orar, naturalmente)?
-"Como siempre" lo importante para ti no es que desaparezca la tristeza sino esta "solución estúpida" para "un pecado estúpido": "como sucede con todas las tentaciones, lo pecaminoso no es la sensación, sino el consentimiento voluntario que uno puede prestar a esa sensación."
Como si alguien se apuntara voluntariamente a estar triste.
Aunque está claro que si la preocupación es la pecaminosidad de la tristeza, pues tranqui, no hay pecaminosidad si no eres masoquista y no te dedicas a estar triste porque te gusta.
3- Partiendo de que A NADIE LE GUSTA ESTAR TRISTE, va a ser que sí necesitan repensar por qué lo están y encontrar razones para la alegría de la fe. A lo mejor están de culpabilidades y perfeccionismos hasta el gorro y un encuentro personal en la oración con el Dios vivo es lo que necesitan para revitalizar todo lo demás
En vez de rebuscar culpas en busca de la perfección, en vez de perseguir la felicidad mientras están tristes sin saber por qué, si se abandonan en Dios, olvidándose de sí mismos, de sus culpas, de sus afanes perfeccionistas, de sus deseos de ser felices, seguro que en medio de la oscuridad surge la luz.
Y añadí que no aconsejaba que se hicieran cambios cuando se sufra tristeza espiritual. Simplemente a las prácticas que ya tuvieran les deberían añadir el espíritu de abandono en Dios, olvidándose de pecados y virtudes etc Y plantearse el único cambio necesario en la dirección de encontrar y amar a Dios en el prójimo y en la vida.
Y si no me entiendes, lo siento, sólo espero que haya por ahí algún acédico que sí lo entienda :D
Paz y bien
Rómulo mató a su hermano Remo ( o lo mató Céler, que para el caso es lo mismo ), porque éste cometió un error durante el trazado de las murallas de Roma, al cruzar el surco que Rómulo dibujaba con el arado. Esta infracción suponía que el enemigo podría traspasar fácilmente las murallas; la forma de conjurarla era matar al infractor. Pero el rito católico creo más bien que tiene consecuencias prácticas inmediatas: sentirse parte de una misma Iglesia, en comunión con el pasado y el presente de la misma.
Efectivamente, creo que los signos externos son importantísimos, por varias razones: nos señalan como seguidores de Jesús al confesarle públicamente ( a esto da el propio Jesús la máxima importancia en el Evangelio); también dan un testimonio de fe y de cohesión a los alejados.
Vale
No entiendo por qué comprendes los comentarios como un combate, en lugar de como una conversación, la verdad. Cosas como "tu intelectualidad sublime" "a pesar de no estar suficientemente robotizado", "no usar el latín de rigor en tu blog", "empiezas a vislumbrar un poco de luz -milagro", etc. sobran y estropean el ambiente. Si sigues por ese camino, borraré tus comentarios, ya lo sabes.
Responderé brevemente, porque ese estado de ánimo que muestras hace muy difícil que pueda servir de algo la respuesta y no tengo tiempo para perderlo en un diálogo de sordos.
Lo de la enfermedad que decías no adecuado, porque estamos hablando de un pecado, que no es una enfermedad, sino que conlleva una acción de la voluntad.
Dices: "se combate negando el sentimiento en vez de buscando sus causas (además de orar, naturalmente)"
No veo qué tiene que ver lo de negar el sentimiento. Una cosa es negar el sentimiento y otra luchar contra él. Igual que una cosa es negar que uno siente ganas de dar una torta al vecino y otra cosa es luchar contra ese sentimiento y no permitir que el mismo guíe tu a actuación.
"Como si alguien se apuntara voluntariamente a estar triste"
Uno se apunta voluntariamente a dejarse guiar por esa tristeza, en lugar de resistir contra ella. Una vez más, no lo digo yo, es lo que enseña la Iglesia sobre la acedia. Puedes encontrar varias referencias a ella en el Catecismo, por ejemplo.
"¿qué santos, porque los hay para todos los gustos, y la mayoría de ellos contribuirían más a la acedia que a eliminarla."
Esto, francamente, es una barbaridad. Los santos son, precisamente, los modelos que nos da la Iglesia. Si tú crees que la mayoría de los modelos que nos da la iglesia contribuyen a la acedia, es que algo falla en la Iglesia o en tu comprensión de la acedia.
Saludos.
La tristeza de Cristo en Getsemaní no es una tristeza por las cosas buenas, sino tristeza por las cosas horribles que le iban a pasar. Es decir, algo normal, como ya le dije en mi primera respuesta. Ciertamente no era una tristeza en el bien ni en la virtud.
Lo que nadie se puede imaginar es a Cristo con desgana por la oración, viviendo su relación con el Padre de forma triste, harto de oír hablar de Dios, hastiado de las cosas de su Padre o avergonzado de ellas, etc. Eso sí que sería acedia o tristeza en el bien y, evidentemente, estaba totalmente ausente de Cristo.
Saludos.
Tu nick viene bien al caso -y no veo ninguna mala voluntad en tus comentarios.
Me parece interesante destacar:
"La tristeza no es incompatible con la Esperanza. Ambas pueden convivir, como en Getsemaní, sabiendo siempre que la última palabra la tiene la Esperanza."
Cierto que no se refiere específicamente a la tristeza-pereza llamada acedia. Pero es válido para todas las tristezas.
Lo resalto porque creo que recordar a Jesús en Getsemaní diciendo "me muero de tristeza" es un alivio para cualquier tipo de tristeza del que no se pueda salir. Si la oración termina en "hágase en mí tu voluntad" sentir tristeza no es el problema, aunque se siga sintiendo -no es cuestión de voluntarismo, efectivamente.
Para las noches oscuras en general hay otro pasaje del evangelio que considero imprescindible y es el grito de Jesús en la cruz "Dios mío por qué me has abandonado" y acabando con "en tus manos encomiendo mi espíritu"
El problema de la acedia es que más que tristeza profunda parece una mezcla de tristeza superficial y pereza. Quizás ahondando en las causas se puede llegar al fondo de la tristeza y de ahí al abandono en Dios, con confianza.
Digo yo -que no soy teóloga ni psicóloga, pero creo que el sentido común también vale en estos casos.
Saludo cordial.
Jesús asume el dolor, la pena y el miedo que supone el Sacrificio. Ahí, una vez más, no nos deja solos y se hermana con nosotros.
Creo modestamente que contra la acedia la mejor respuesta no es "ejercitar" la fe, la Caridad, etc. Ésto lo lo vería más como la consecuencia de la verdadera medicina contra la desesperanza: recordar el Paraíso eterno que Dios nos ha preparado. De hecho, en el Evangelio Cristo recuerda siempre la recompensa que nos espera, un mundo inimaginablemente mejor que éste ("ni ojo vió ni oído oyó..."). Sí, se habla de la Esperanza, pero ¿en qué? Jesús, que nos conoce mejor que nosotros mismos, no habla de la Esperanza en abstracto, sino en concreto, por eso menciona con frecuencia el Reino al que estamos llamados, y que hace que todo sacrificio en este vida valga la pena.
Me alegro de que comprendas lo que digo y que opines que sirve de algo.
Bruno, mi comentario no iba de eso, aparte de que olvidas que yo no te he acusado de odio "se diría que....pero." Simplemente me preguntaba el qué y el porqué.
Pero ya lo repetiré de otro modo.
Si creo necesario aclarar desde ya, que no hay nada que no sea católico cien por cien en mis comentarios anteriores.
Hasta luego
Sactamente . Subrayo lo de olvidándose de sí mismos. Hay determinadas formas de religiosidad mal entendida que son un monumento al egocentrismo. La búsqueda de la perfección por la perfección como meta personal y no como darse, como buscar el Reino de Dios y su justicia es un ejemplo. Cuando Cristo nos dice que seamos perfectos no dice que nos miremos en un espejo en busca de la perfección sino que nos olvidemos de nosotros mismos y nos demos. El que quiera ganar su vida la perderá.
La depresión es una enfermedad, también distintos tipos de abulia. A veces no es tan difícil distinguirla de la acedia. Lo último que necesita un depresivo es cargarle con la culpa del pecado.
PD: Debo de ser de ese marginal grupo que te entiende perfectamente últimas palabras, y que te considero muy lúcida. Es cierto que no te cortas un pelo. Y cuando el pobre Bruno te lanza un directo, le lanzas un gancho al hígado que ni te cuento. ;). Sé qué no serías tú, pero a lo mejor sin el gancho de izquierda podrías decir lo mismo y no nos arriesgamos a que la censura nos prive de tus sabias palabras.
Que nics tan bonitos que teneis, ultimas palabras, todopasa ... jejejeje hasta tenia como ganas de cambiarme el mio para que hiciera juego ...
supongo que como observadora se me permite comentar algo ya que la entrada me ha parecido interesante, aparte de aprender una palabra nueva, la acedia.
A mi desde el principio me ha parecido entender perfectamente lo que quiere decir Bruno y con ello no es mi deseo que una no-creyente comprenda mejor que los propios parroquianos. Recuerdo que hace poco, con el guitarrista de mi grupo que mas que ateo es antiReligioso me comentaba el "catholic taste" lleno de pesimismo y negrura, como el cuervo Moses de "Rebelion en la granja" y yo le dije que no tenia porque ser necesariamente asi, y en ese momento en el portatil le mostre el blog de Pedro, aqui mismo en iC y le dije "este xico es un hombre triste? le iba traduciendo algunas cosas que no acababa de entender y que me sorprendia que el, como futuro doctor en antropologia se dejara atrapar por topicos. Ahora pienso que tambien le podia haber mostrado tu blog, Bruno.
Mas cosas, veo que esto de la acedia es como una suerte de envidia, y aqui si no lo acabo de entender a lo mejor es que depende de la(s) sensibilidad(es), para mi la envidia no es tristeza, cuando estoy envidiosa mas que nada estoy como rabiosa, xd, eso si, siempre procuro alejar ese sentimiento, si una compi aprueba un examen y yo no, es que simplemente no he estudiado demasiado, pero vamos ese momentito en que cedes a la tentacion, mas que nada es como rabia mezclada con fastidio!!! xd
Una pregunta, que es una "misa con mentalidad anselminiana"? la misa no es una y unica?
otra cosilla, se puede hacer una pregunta acerca de un bautizo como un poco raro? o al menos no usual?
buen debate!
PS: ultimas, hay que ver lo cañera que eres jejeje, gracias por responder ampliamente en el otro hilo si no te conteste, es que no entro cada dia a iC y ahora .. ya han pasado no solo los dias, sino las entradas del blog de Bruno.
Interesantes comentarios los últimos que me gustaría meditar más despacio.
A Josafat le diría que por supuesto, si él no cree en la presencia real de Cristo en los sacramentos y en las palabras de la mismísima Virgen que una y otra vez en sus apariciones recomienda vivamente el rezo del rosario es normal que el protestantismo le parezca más atractivo que el catolicismo pues su fe es protestante.
Hay una presencia real y efectiva de Cristo en la Eucaristía y quienes por acedia en ocasiones perdemos el gusto y las ganas de esforzarnos por ir a misa a diario notamos inmediatamente las consecuencias en un curioso aumento de esa acedia. Cuando, por el contrario, pedimos la gracia de perseverar en acudir a Cristo en los sacramentos (pedimos esa gracia previamente para no ser voluntaristas, claro; a nadie, más que al demonio, le gusta que seamos voluntaristas) y Él y solamente Él nos devuelve la fuerza necesaria para acudir a acoger su abrazo sacramental esa desgana por lo Suyo se va desvaneciendo. Curioso.
Es una cuestión muy importante y mucho más común de lo que pudiera parecer. Añadiría a los consejos que nos da Bruno que es imprescindible contar con un director espiritual.
Gracias otra vez.
Cuando uno ha tomado el hábito de rezar el Rosario cada mañana, de pronto encontrarse en la "necesidad" de pelearse con Dios, de decirle "tu no existes" "no creo en ti" se vuelve algo casi imposible.
Lo intento, pero no puedo. Necesito hablar con El para decirle "Ya No Te Quiero", y hablándole, no puedo hacerlo. Si alguna vez alababa la virtud del ignorante, ahora añoro la ignorancia del ateo. Sería tan fácil la vida si dijera "no me importa el prójimo" y "que se mueran los feos", y a cambio de eso solo "muero porque no muero".
Un buen consejo: Si eres ateo, quédate ateo. Eso de amar al que ama hasta el infinito es como sumergirse en el sol y pretender salir tan fresco como de una piscina.
¿Y eso qué tiene que ver con el tema, se preguntan?
Que pasa exactamente lo mismo al revés. Una vez abrazado al Abrasador, la vida cambia tanto, que ya ni queriendo se puede volver.
Creo que la acedia,es un pecado contrario al Don de sabiduria.Ataca al gusto por las cosas de Dios,congelando en nuestro corazon,su buen sabor.Trata de desconectarnos del Amor de Dios,y afirmarnos en el orgullo,pecado capital de capitales.Solo desde el padre orgullo y la madre ignorancia,nace la envidia ,¡que tristeza de hija! ,cuando se hermana con su hermana la soberbia ,¡que pereza! ,¡que acedia! ,¡que falta de humildad! ,Don y virtud capital ,que cree,espera y ama a Dios,porque sabe,a que sabe SU Amor,y mas que nada,quiere daselo a probar a los demas.
La Paz de Crsito.
Algún día lo he cantado a grito pelao, en versión no sacra y en español, y... ¡¡funciona!!
VENI, SANCTE SPIRITUS!!
Raul,
Sin duda tu santidad no tiene nada que envidiar a la de Bruno. Ahora bien, si crees que tienes acedia, consulta a tu director espiritual y pon remedio. En esto no puedo ayudarte, al parecer, pero te tendré presente en mis oraciones.
Antonio,
Me alegra coincidir contigo.
Es importante tener en cuenta que la acedia, lo mismo que otras formas de tristeza es difícil de distinguir de la abulia y la depresión, como tú mismo indicaste.
Sonia,
No he echado de menos ninguna respuesta tuya en ninguna parte.
Respecto a este post, teniendo en cuenta que Bruno te basta, no te contentes con menos. A él le basta también con comentarios como el tuyo.
Y a mí me basta y me sobra con escuchar vuestra amena conversación.
Bruno,
Gracias por poner un link y creo que le echaré un vistazo antes de continuar, pero desde luego quiero aclarar algunas cosas que dije antes, aunque por supuesto ni tienes que contestarme pacientemente ni nadie tiene por qué leerme si no quiere.
Sigo recomendando a Martín Descalzo y añado al Padre Larrañaga -católicos ortodoxísimos ambos.
Y por supuesto me parece estupende el recurso de Luis López a María.
Es cierto que,a veces el viento soplara mas,y otras habra que remar,en cualquier caso,vamos en la barca de Cristo a pescar...aunque sea de Pedro el material.
Cuando no sopla el viento,tenemos que acudir al esfuerzo.Dicen por ahi,que lo que cuesta,mejor sabe,no creo que sea asi en orden a Dios,porque el Amor no cuesta nada,y es lo que sabe mejor.
A lo que voy,la acedia suele venir cuando se va el Don. Es cuestion de crecimiento en el Espiritu y de maduracion; la virtud de la perseverancia en buscar el Reino de Dios,tambien es un Don,haya Luz o no.Pues igual que hay tristeza,segun Dios,tambien hay oscuridad,que todo es para nuestro aprovechamiento y crecimiento.
¿Quien,habiendo gustado el indecible Amor de Dios,va a despreciarlo? ,mas bien,se muere buscandolo. Y esto es lo que Dios quiere,que cuando caiga la Luz,estemos continuamente pendientes,para ver el nuevo amanecer.
"Velad y orad(continuamente) para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil."(Mateo;26;41).
Edificante e inteligente comentario,DavidQ.
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-Yo diría que más que un componente de la pereza; la acedia es un componente, muy personal, de falta de fe por lo que Dios quiere de cada cual.
-Y aquí el dilema del "Veni Creator Spiritus y el Veni Sancte Spiritus... "
-O en razón de ese aforismo que dice: cómo "el hombre es templo del Espíritu Santo", llamar y provocarle para que, Él, siempre atento a la sinceridad de quien en justicia lo reclama, desde lo más profundo de la intimidad personal, aflore al exterior y se haga ver y oír.
-"Ven, Espíritu creador… Agua viva,..." -Sal fuera...
-El ejemplo en forma y manera de ver y oír al Espíritu Santo lo encontramos en cómo, B>en tiempo de verbo presente y través del ángel de cada cual, Él, se manifiesta a las Siete Iglesias de Asía (Ap.2,1-29;3,1-13). Y cómo de estas Iglesias solo dos- Esmirna y Filadelfia- permanecen fieles al exhorto.
-Muy personal, ciertamente que sí este exhorto.
Le recomiendo a usted y a sus lectores los escritos del Padre H. Bojorge s.j., un apóstol que combate y da a conocer las distintas formas del vicio de la acedia.
Los escritos y conferencias de este sacerdote los pueden encontrar en el siguiente blog: www.santoybuenamor.com
Un abarzo
También la idea del amigo de Bruno con licencia para cambiar de nicks es excelente: recordar que la vida sigue igual y como decía otro nick, todo pasa.
Pero el amor de Dios permanece.
"El demonio del mediodía.- Una vez esta pasión se ha apoderado del corazón del monje, al punto le causan horror y enfado el lugar y la misma celda donde vive.
No muestra más que desdén y desprecio para con los hermanos, tanto los que viven con él como los que viven a distancia, tildándolos de negligentes y poco espirituales. Todo el trabajo que debe hacer en el recinto de su celda, cúmplelo con desidia y flojedad. Es incapaz de permanecer en ella y aplicarse a la lectura.
Se queja constantemente de que no aprovecha en la virtud estando tanto tiempo en la celda; suspira, murmura y se duele, diciendo que, mientras viva en compañía de tales monjes, no sacará fruto alguno. Se tiene por persona de consideración, que podría gobernar a otros y aprovechar a muchas almas, y no le ha sido posible todavía formar a nadie o ganarlo para sí con su doctrina.
Alaba en demasía a los monasterios distantes o que están en parajes lejanos. Dice que esos lugares ofrecen mayores ventajas para el progreso espiritual e inclusive son más idóneoas para la salud…No queda pues, otro remedio que salir cuanto antes e irse a otra parte.
Pero no está en esto todo; sigue aún un cortejo de desgracias e inquietudes. Ha llegado por ejemplo, la hora quinta, la hora sexta del día. La pereza suscita en todos sus miembros una laxitud inmensa, acompañada de un hambre terrible. Tanto es así, que le parece que está extenuado, rendido, cual si hubiera realizado un largo camino o un trabajo ímprobo, o como si hubiera ayunado dos o tres días consecutivos.
Ansioso, dirige la mirada en todas direcciones y comprueba desmoralizado que no se observa un solo hermano en el horizonte. Nadie viene a verle. Y suspira despechado. Sale, entra, deambula por una y otra parte, mira una vez más el tiempo que hace y el correr del sol. Se impacienta al ver lo despacio que va este hacia el ocaso.
La confusión se cierne sobre su espíritu y diríase envuelto en una calígine tenebrosa. Se siente vacío, carente de toda vida espiritual. En tal situación, ante este asalto formidable, no ve otro remedio que esta disyuntiva: o hacer una visita a un hermano o consolarse a sí mismo conciliando el sueño.
Añádase a esto que la misma dolencia le sugiere, so color de necesidades aparentes o de cortesía, visitar a ciertos hermanos enfermos. No importa que vivan lejos; cuanto más, mejor. Esa misma enfermedad le dicta ciertos deberes de piedad y religión.
Así, pongo por caso, se cree en la obligación de favorecer y proteger a sus familiares y parientes… existe tal mujer piadosa consagrada a Dios, desprovista de la ayuda y socorro de sus padres; ni que decir tiene que es de su incumbencia visitarla…
Instituta 10, 1-3
Juan Casiano
Ed. Neblis, 1983
* Este síntoma a sido llamado también acedía, anxietas o taedium cordis; su identificación con el mediodía es porque dicen los monjes antiguos que asalta al monje hacia la mitad de la jornada y ha sido considerada por algunos estudiosos (Por ej. A. Guillaumont) la tentación por excelencia del solitario. Podría traducirse también como torpor, pereza, desaliento, disgusto, tristeza. En “De octo spiritibus malitiae” es Nilo de Ancira quién la llama atonía psichés: flojedad del alma.
Nota de Hesiquia blog"
Te agradezco, Bruno, las recomendaciones tan extraordinarias que das al final de tu post para vencer a este pecado tan poco conocido y que puede causar estragos en el alma. Hoy, día de San Buenaventura, hace precisamente 49 años que recibí el Sacramento del Bautismo y lo estoy celebrando. Conocerás la anécdota de que San Luis IX Rey de Francia no celebraba su cumpleaños, sino solo el día que recibió las aguas bautismales porque decía, y con razón, que ese día fue en el que nació a la Gracia. Por ello, Bruno, me ha gustado mucho que recomiendes celebrar con alegría el día de nuestro bautismo.
Un saludo en el Señor
PD: Vivo en Sevilla y acedias es un pescado muy usual por aquí, así que como le diga a mi confesor que he pecado de acedia se le va a quedar la cara la mar de perpleja jejeje
El malo no deja pasar una,y sabe muy bien como enfriarnos con actividades que de suyo no son malas,pero que nos apartan el pensamiento de las cosas santas,al desordenarlas.
Por ejemplo;No es pecado ver un partido de futbol,pero como el sabe que te gusta el futbol,si te descuidas,le va a ir poniendo poco a poco en primer lugar en tu pensamiento,hasta el punto de hacerte pensar,que no tiene nada de malo ponerle en primer lugar en determinadas circunstancias,antes que a Dios. Ya has caido en idolatria. La conciencia de Dios se enfria y se pierde la comunicacion.Ya te cuesta mas elevar el espiritu,porque al dejar a un lado la gracia y darte a la voluntad carnal,te has apegado al destierro.Hay que pedir perdon al Señor,y restauracion.
La Santidad exige total abandono en Dios,continuo pensamiento en Cristo,atencion constante a las advertencias del Espiritu.
foromoral.com.ar/pagpub.asp?page=137
Y también he entendido su significado: es ese cansancio que provoca tener que estar continuamente esforzándose por creer lo increíble, por aceptar lo que repugna a la razón. Es la pereza de negar una vez más la propia duda, de volver a decirse a sí mismo, sonriendo, que eso (casi todo) es un misterio.
Creer es nadar contra corriente. Contra la corriente de la propia naturaleza. Nadar contra uno mismo. Y eso "acedia" mucho (debería existir el verbo "acediar").
Yo os aconsejo que seáis valientes y dejéis de creer todo eso que os estáis obligando a vosotros mismos a creer. Os aseguro que os sentiréis liberados y nunca más tendréis dudas. Nunca más pecaréis de acedia.
Muchos santos tuvieron 'noches oscuras', que creo difieren radicalmente de la acedia, aunque no la veo claramente. Ambas podrían ser 'pruebas' en el perfeccionamiento de nuestra vida espiritual.
En lo que admito amplia diferencia es con la depresión, enfermedad sicológica, no del espíritu. Aunque el maligno se puede valer de cualquier deficiencia, para acrecentar su poder. Medicamentos pueden subsanar la depresión, quizá terapias; pero nunca remediarán la acedia. Y SI, remediándose la acedia, la depresión desaparece.
Germán Mazuelo me envió un link para una página de San Alfonso con remedios para la acedia, pero en este momento ya no me puedo salir a buscarlo. Todos los remedios son acrecentar rezos, visitas, sacramentos, misa...; que no son anacrónicos, sino recursos correctos y viables.
Excelentes blogs Bruno. Bien fundamentados y algunos comentaristas discutidores. Gracias.
No me parece un problema que tenga que ver con la fe, sobre todo porque la fe, no supone ningún esfuerzo, es un don que se acoge con gozo y que da vida no resta energía.
Además la fe es razonable y se lleva bien con cualquier duda, que en todo caso estará para resolverla y que no supone ninguna disminución de la confianza en Dios.
Buenas noches
Lo importante no es haber conocido el término acedia, sino, conociéndolo, estar preparado, o si reconocemos acedia en nosotros, saber la manera de combatirla.
Esto, para los católicos. Para los que creen que Cristo es 'increíble', 'que repugna a la razón', que 'es negar la propia duda'; mejor ni opinar en plan de chunga.
Supongo que se referirá a lo que dijo Josafat -dejo claro que yo no los considero medios anacrónicos. Lo que he dicho al respecto es que en momentos de tristeza pueden no ser un remedio en sí mismos. Se debería mantener la constancia si se tenían una serie de practicas habituales, aunque ahora aburran o entristezcan, sin hacer caso de lo que se siente. Pero no se puede esperar que la solución venga de las prácticas aumentando el numero de rosarios o de jaculatorias, pienso yo. Lo que sí se puede hacer es profundizar en la forma de vivirlas, cuidando además de alimentar la esperanza en el futuro -lecturas de la biblia como la que nos recordó todopasa.
Pero estoy de acuerdo con Josafat en el primer punto, en contra de lo que dice Ramontxu: "Ser triste por creer, sinceramente no creo que le ocurra a nadie."
Pero en el otro punto, el del anacronismo, no estoy de acuerdo. Entre otras cosas porque hay mil modos de renovar las prácticas de siempre que se pueden realizar de muchas maneras diferentes. Y además lo principal es la renovaciòn de la persona. Nada es siempre igual, todo es siempre distinto.
De que el bien carezca de atractivo por no ver en el a Dios, trata la acedia.
De que el bien tenga su atractivo por ver en el a nosotros mismos, trata la vanagloria.
A veces de buena fe, se ha hecho un daño irreparable a determinadas personas. Mucho cuidado por tanto para saber discernirla.
Y por la misma razón, comprendo hasta cierto punto el comentario de Ramontxu, si es que él en vez de considerar fe la confianza en Dios, piensa que fe es creer todo lo que se dice en este blog como si fuera todo obligatorio e indiscutible: eso efectivamente da mucha pereza y en ocasiones en vez de atraer hacia Dios produce el efecto opuesto. Y eso sin hablar de la perplejidad que supone el modo en que se ejerce la caridad cristiana en ocasiones.
Pero concretando en el tema de la acedia, me gustaría que alguien ofreciera otra visión más actual del problema, porque Bogorge, el que se empeñan todos en recomendar, no veo que sirva de provecho para deslindar lo que es acedia y lo que es un cuadro ansioso-depresivo.
Por supuesto si en vez de hablar de "rechazar el gozo divino" para desembocar en el odio a Dios, se hablara de cosas más normalitas como tener pereza para los asuntos espirituales, entonces yo también me he confesado de "acedia" aunque no le llamara así; pero el consejo para la pereza espiritual o épocas de aspereza es el de siempre: en estos momentos no cambiar lo que se viene haciendo siempre, sin hacer caso de si tienes ganas o no las tienes, y dedicar un tiempo breve a la oración personal -del tipo que más te sirva, no del que más te cueste.
En cuanto a los santos, te podrá servir la narración de las noches oscuras en las que estuvieron sumidos algunos; pero difícilmente te va a servir de nada leer historias de santos como Simón el estilita -con todo respeto para Simón que según su idiosincrasia haría lo que debía y no dudo de que esté en el seno del Padre- pero dudo de que la idea de que lo que Dios quiere es que pasemos toda la vida en lo alto de una columna vaya a mejorar la acedia de nadie.
Paz y bien y que me perdonen si me han leido alguno de los que les produzco acedia -otra vez que no caigan en la tentación, porque yo voy a decir lo que creo que tengo que decir, en cualquier caso.
Dudo mucho que ninguno de los que aquí haya dicho verse retratado en el magnífico artículo de Bruno sienta esa extraña envidia-tristeza ¿o sí?
Otra cosa es que sientan pereza, desgana, aburrimiento a veces ante las cosas del espíritu. Si les dicen que lo que tienen que hacer es imitar a Simon el estilita, yo no creo que se sientan menos desganados.
Precisamente por algo será la acedia propia de los monjes, según dicen.
Más aconsejable sería que les recomendaran una actividad tipo Teresa de Calcuta, que por lo visto vivió con aspereza su fe la mayor parte de la vida, pero sin pereza y haciendo el bien. Empezando por orar ante el santísimo, con sequedad o sin ella, para seguir poniéndose al servicio de los más necesitados, sin más rollos.
Gracias por la recomendación. Unos cuantos comentarios más arriba recomendé, precisamente, un resumen del P. Bojorge sobre la acedia.
Pongo un trozo del prólogo a "Razones para la alegría", sacado de catholic net:
"......Al llegar a casa me he encontrado de pronto como vacío. ¿Me ponía a llorar? ¿Me dedicaba a compadecerme? Me ha parecido más lógico intentar hacer algo. Pero ¿cómo escribir un prólogo sobre la alegría cuando acaba de derrumbársete un trozo de alma, cuando aún estás intentando tragarte la noticia de que en lo que te resta de vida permanecerás cinco horas, un día sí y otro no, atado a una máquina?
Me detengo. Y pienso que hoy es el día EXACTO para hablar de la alegría. Porque el gozo que van a pregonar estas páginas que siguen no es el que se experimenta porque las cosas vayan bien, sino el que no cesa de brotar "a pesar de que" las cosas vayan cuesta arriba. (No quiero decir mal.) Este es, me parece, el sentido de la bienaventuranza cristiana: no se promete en ella la felicidad a los pobres porque vayan a dejar de serlo, ni a los que tienen hambre porque ya está llegando alguien con un bocadillo. El gozo que allí se promete es aquel en el que las razones para la alegría son más fuertes que las razones para la tristeza, no el gozo que proporcionan la morfina o la siesta.
A esa alegría -os lo juro- no estoy dispuesto a renunciar. Bastaría la acogida que estas cosillas mías están teniendo para sostenerme. ¿Sabéis? Es asombroso cuánto amor gira sobre el mundo sin que los tontos lo percibamos, cuánta gente nos quiere sin que lo descubramos, en qué misteriosos lugares puede germinar nuestra palabra sin que lleguemos a enterarnos.
Hace tres años ya empecé este "cuaderno de apuntes" en A B C, y desde entonces no he cesado de sentirme acompañado en mi aventura. Razones para la esperanza, que recogió la primera parte de estas notas, tuvo un éxito -para mí asombroso- que le hace andar ya por su tercera edición en pocos meses. Este segundo hermano prolonga mi testimonio de fe en la vida. En la vida con minúscula y en la gran Vida con mayúscula. Ojalá sea útil para alguien. Ojalá caliente algún corazón. Ojalá ayude a alguno a recuperar la fe en su propia alegría.
...."
A mí me estimula a mejorar mi vida espiritual, más que leer sobre la acidia, y supongo que a otras personas les ocurrirá lo mismo, es cuestión de "probarlo todo y quedaros con lo bueno".
Josafat, a ver si entendi lo que dijiste al principio.¿Asi que para el cristiano casi nada es sagrado?¿Estas seguro?
-La misa es sagrada por ser la cena del Señor.
-El cuerpo es Templo del Espiritu Santo.
-El trabajo es sagrado porque dignifica.
-El matrimonio es sagrado
Y la lista sigue.
Franco, me parece que Ramontxu no se refiere a ir contraCorriente de lo que llamais "mundo" y sus modas y tendencias y todo eso, sino a que para ser catolico hay que admitir asuntos como milagros, apariciones y otros de naturaleza sobrenatural.
Por cierto y hoy que no tengo muchas ganas de trabajar he leido en la hora de sobremesa el larguiiisimo hilo anterior a este, me entero que Ramontxu fue creyente y entiendo o a lo mejor puedo comprender mejor tu "beligerancia" y no puedo dejar de pensar aquello de la fe del converso aunque a la inversa, aun admitiendo que tal circunstancia fuera solo un lugar comun y por tanto, no-aplicable.
ultimas (palabras) tus comentarios me parecen muy interesantes seguro que hablar contigo debe ser muy buena experiencia.
ah! Bruno, jejeje, mi "grupo" es solo de fines de semana, no tenemos material propio, al menos que valga la pena publicar (i wish!!!) pero bueno, prometido sino por Utube si por otro sitio con algun que otro cover.
;-)
Me lo leeré con mas detenimiento pues parece que ha sacado los mas íntimos sentimientos de cada uno.
Ánimo Bruno, creo que has hecho bien.
Julián
Si la vivencia de Dios, no es un encuentro amoroso, puede resultar un acoso de normas, ritos y creencias, de las que debe huirse.
Para el creyente, la acedia es la tristeza indebida donde debe haber gozo de Dios.
Para el no creyente, la acedia, al no entenderla, es la fatiga inevitable por entregarse a lo que no tiene sustento y debe continuamente edificarse desde uno hacia lo que no existe, y no existirá por más esfuerzo que se acumule.
Hablamos de Dios siempre analógicamente y la mejor forma de aproximarnos a Dios es decir que es tres "personas" siendo un solo Dios, porque Dios es Relación Padre Hijo (Padre e Hijo son las formas más aproximadas de comprender la relación de amor de la que todo procede y a donde todo va) Es transcendente, inmanente, y encarnado (Dios-con-nosotros)
Si lo comprendiéramos totalmente, no sería Dios.
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Son cosas de la metafísica cuántica (o de la teología cuántica).
Vaya, de nuevo el viejo problema de san Agustín; y la anécdota del niño metiendo el agua del mar en un hoyo.
Ya lo dijo san Agustín (Sermo 43,7,9: PL 38, 258), «creo para comprender y comprendo para creer mejor»
¿Ves como apenas conoces el cristianismo?
Primero infórmate. Por favor, lee este post que escribí hace tiempo.
Sonia, no es mi intencion ser beligerante, pero me molesta que alguien se crea superior y se haga el valiente por no haber podido ser mas humilde y aceptar un misterio.
Esto no es lo que era. :)
Un saludo cordial
He leído el artículo del que me has dado el link, con la esperanza de aprender algo nuevo, lo mismo que he aprendido el significado de "acedia", pero me ha decepcionado. Hay una frase, especialmente, que resume el artículo y que a mi me daría vergüenza decir. Es más, si tuviera que aceptarla, me produciría un ataque agudo de acedia. Es ésta: "...si bien no es contradictorio, sin duda supera nuestro limitado intelecto...". Si supera tu intelecto, Bruno, ¿cómo sabes que no es contradictorio?. Por la fe, por supuesto. ¿Ves? Lo mío no es ignorancia, sino escepticismo y lo tuyo no es conocimiento, sino fe. (Y no me digas que soy un ignorante por no saber que la fe es la forma más alta de conocimiento porque ya sé que los creyentes decís eso. Lo que ocurre es que no es verdad)
Hay otra frase también muy buena: "...es razonable que la forma de ser de Dios, por su propia naturaleza, no quepa en nuestra inteligencia..." Si la palabra "razonable" tuviera derechos, te denunciaría por difamación.
En definitiva, lo que ocurre es que para aceptar sin pestañear el dogma de la Trinidad, hay que ser "...capaces de ver a Dios en todo...". Pero eso no tiene nada que ver con lo "razonable". Ser capaz de ver a Dios en todo (yo lo expresaría como empeñarse en ver a Dios en todo), no es una virtud, sino un defecto.
Y de nuevo, la acedia es vuestra naturaleza racional clamando contra las piedras de molino que le hacéis tragar continuamente.
No salgo de mi asombro ante lo que dice de la depresión. No sólo demuestra ignorancia sino poca misericordia y menos tacto.
Por supuesto que nuestros abuelos también tenían depresión, como tendrían cáncer. Cierto que son enfermedades más propias de nuestra época, pero no tienen nada que ver con demonios sino con las circunstancias.
Sólo falta que demonice vd la falta de litio o de serotonina.
Ramontxu,
No puedes estar más equivocado en tu último comentario. En todo.
Te doy la razón en que es cuestión de fe creer en Dios o no creer. Pero no la tienes al decir que es contradictorio que Dios sea un misterio pues no podría ser de otra forma.
Te equivocas al pensar que la fe tiene que hacer un esfuerzo para acomodarse a dogmas que te parecen absurdos.
En mi caso, por ejemplo, si creo en Dios es porque creo en el misterio trinitario, no veo otra forma lógica de acercarse al misterio que es Dios.
Y no lo digo partiendo del dogma, sino al revés: partiendo del ateísmo, apostar por el sentido y por la bondad como fundamento del universo, sólo es posible desde la fe en Dios-con-nosotros, creador y redentor que se solidariza con nosotros y nos da su propia vida.
No lo sé explicar mejor
Buenas noches
Ramontxu, la palabra "razonable" tiene derechos, y uno de ellos es el derecho a no ser apropiada por unos ateuchos de morondanga. Otro derecho es a no ser puesta en el altar y considerarla un dios.
Claro que la afirmación de Dios se hace por la fe, pero no es cuestión de fe afirmar que lo que se dice de Dios no es contradictorio. Queda demostrado que no lo es (se corresponda con la realidad o no),puesto que no está diciendo que Dios sea tres personas y sea una persona -como también dije yo antes- sino tres "personas" con una sola naturaleza.
¿En dónde está la contradicción? En primer lugar por "persona" no se está expresando lo mismo que cuando digo que tú eres una persona y para decir que la naturaleza divina es contradictoria con la posibilidad de ser tres "personas" tendrías que demostrar por qué lo es.
En el caso de las contradicciones es evidente que son ellas las que se tienen que demostrar, y mientras no se demuestre que hay contradicción, no la hay.
En Dios se creerá por la fe, pero no se trata de una fe absurda, sino una fe razonable, hasta donde se puede comprender lo que nos transciende, una razón que comprende también sus propios límites.
Que se crea o no se crea en Dios es otra cuestión distinta a la afirmación de que Dios debería ser completamente comprensible por la mente humana.
¿Acaso no demostró Gödel, aunque fuera en el terreno de la lógica-matemática, que la verdad va más allá de la demostrabilidad?
Y la Física cuántica desafía también la percepción normal de las cosas.
¿Cómo va a poderse comprender completamente a Dios desde la lógica humana, siendo transcendente a la creación?
Se podría decir entonces que más vale no hablar de Dios, del fundamento de lo que es y del origen y sentido de nuestras vidas, pero resulta que está en nuestra naturaleza preguntarnos por estas cosas, y una explicación razonable es que somos imagen de Dios y hemos sido creados para la transcendencia.
Eso es cuestión de fe -pero no es contradictorio.
Los cristianos creemos que si podemos acercarnos aproximadamente a comprender algo es porque también es inmanente y se revela en la creación, y los cristianos creemos que ha revelado su rostro humano en Jesús.
Probablemente mis razonamientos tendrán muchos fallos porque no habla una teóloga ni una física ni una matemática ni una filósofa...pero habla el sentido común de cualquier persona del mundo actual que armoniza lo que sabe del mundo y de sí misma utilizando su razón incluso cuando admite sus límites.
En todo caso, así pienso yo, y a mí me vale.
Saludos cordiales (también a todos los demás que andan por este hilo y al blogger)
Yo voy tener un día liado, así que hasta otro día.
Para decir barbaridades no es necesario usar tonos de superioridad intelectual. Siguen siendo barbaridades y el tono no hace sino agravar el problema.
No creo haberme ido por los cerros de Úbeda, pero si me he ido ha sido un agradable paseo que además contrarresta el hecho evidente de que otros como vd no van a ninguna parte.
Celebro comprobar que no es vd el Guillermo que creía, pues él siempre me ha parecido una persona inteligente, sensible, educado y poco propenso a dogmatizar sobre las cosas que no conoce.
En cuestiones metafísicas mi pensamiento, como dije, es de andar por casa -aunque humildemente he mostrado mi acuerdo con el post de la Trinidad del link de Bruno y por tanto mi respetuoso desacuerdo con lo que ha dicho Ramontxu.
La antipsiquiatría no demoniza la enfermedad, como hace vd, sino una cierta forma de tratar la enfermedad. Si Laing hubiera leido su "diagnóstico" sobre la depresión, habría hecho un diagnóstico de vd bastante más duro del que tendría para un psiquiatra tradicional.
Es evidente que no es vd profesional de la medicina psiquiátrica ni psicólogo. Ya dije que yo tampoco, pero a diferencia de vd tengo sentido común y vivo en el mundo de hoy, por lo que conozco suficientes enfermos, psicólogos y psiquiatras de distintas tendencias como para tener las ideas un poco más claras de lo que vd parece tenerlas.
Es una perogrullada que el diagnóstico influye en la enfermedad -como el observador influye en la observación. Con eso se cuenta.
Es del dominio público que la esquizofrenia a veces es muy difícil de diagnosticar, que se ha utilizado a veces como cajón de sastre en el que se metían otro tipo de enfermedades, desde psicosis de distintos tipos a neurosis esquizoides. Pero los métodos de diagnóstico son hoy día bastante exactos y los tratamientos de todo tipo, pero sobre todo los químicos hacen que consigan realizar una vida normal personas que en otros tiempos habrían sido amarradas con cadenas y diagnosticas de posesión diabólica gracias a la ignorancia generalizada.
Y conste que yo no estoy hablando para nada en estos momentos de lo que opine sobre el diablo o las posesiones o cualquier otra cosa que esté fuera de lugar, yo sé bien de lo que estoy hablando, a diferencia de vd y sí estoy hablando de enfermedades en las que está comprobado que funciona la medicación.
Aparte de eso puede vd tratar neurosis con tratamientos antipsiquiátricos del tipo que prefiera o con psicoanálisis o con terapia conductista o con la gelstat o con logoterapia o con sistémica familiar o con otra cosa o con todo junto. Lo que no aconsejo es que se dedique a convencer al enfermo de que está endemoniado.
Pero no confunda vd una esquizofrenia con un trastorno menor esquizoafectivo o una psicosis obsesiva o un trastorno bipolar o una depresión neurótica.
En cuanto a las depresiones sabrá vd que las hay endógenas y reactivas, leves o graves, puras o mezcladas con trastornos de ansiedad etc...
Y evidentemente todos hemos conocido a personas que han mejorado o curado su depresión con terapia conductiva y/o con medicamentos de distintos tipos y son los psiquiatras los que tienen que diagnosticar.
Y ninguno de ellos dictaminará que es cosa del diablo. Ni siquiera Frankl, a pesar del énfasis puesto en la neurosis por falta de sentido de la vida. Porque una cosa es la espiritualidad y otra la práctica de la demonización sistemática que algunos practican.
Y no soy ninguna entendida en la materia, sólo tengo la cultura general y los conocimientos de sentido común obtenidos en mis charlas con personas de todo tipo -porque ¿quién no tiene familiares y amigos que no se vean directamente afectados por alguna forma de enfermedad mental, como pacientes o como médicos?
Y perdone si le pareció duro mi comentario respecto a la ignorancia en este tema, pero es que me duele que quien sufre encima tenga que soportar un estigma moralista extemporáneo que no viene a cuento.
Debe de ser vd mucho más listo que yo, no lo dudo, pero no dogmatice sobre lo que no conoce, en asuntos tan delicados.
No soy la primera que lo ha dicho, ahí están las palabras de Francisco que tras felicitar a Bruno, hizo esa observación sobre el necesario discernimiento.
Pues aunque sólo sea por caridad cristiana, procure informarse mejor.
Paz y bien
Escribo deprisa y sin corrector -tengo muchas otras cosas que hacer hoy, como dije.
Pero una cosa es que no me haya expresado con la "perfección literaria" de Guillermo y otra distinta que quien quiera puede documentarse y comprobar que el contenido de lo que he dicho responde a la realidad de las cosas -a diferencia de lo que ha dicho Guillermo
¿o debo cambiarle también a él el nick por "Vil yermo" para jugar a su juego?
Ahora creo La Acedia es el andamiaje del pecado. Desde los ligeros, hasta el Odio a Dios. Se le conoció como el Octavo pecado Capital, pero se olvidó y ahora se desconoce.
El padre Bojorge lo menciona y estoy de acuerdo, vivimos la Cultura de la Acedia, que sería la Cultura de La Muerte y más. Se la ve desde El Génesis -Adán y Eva- y subsiste. Alcanza diversas intensidades: indiferencia, rechazo, hasta el odio a Dios y sus cosas (Iglesia, Papa, cleresía, sacramentos, liturgia ,etc). Nos hace llagar a pensar que el bien es mal y el mal, bien (el aborto, la homosexualidad, desobediencia y cuestionamiento a la Jerarquía,... ahora se considera bueno). Se da tanto en el laicado, como en los pastores.
Gracias Germán primero y ahora Bruno, por tocar este tema básico, aunque poco conocido actualmente.
Espero los encuentren y les sea provechoso
La paz
Mi sorpresa ha sido que vd conozca ese mundillo, al menos en su vertiente más cruda, la de los antiguos manicomios.
La brevedad, más que cortesía, es un don; pero cada uno se expresa como puede. En todo caso a buen entendedor bastarán pocas palabras, pero yo no debo serlo pues su brevedad me ha dejado algunas dudas sobre el contenido de lo que decía.
Entiendo que si su único contacto con los profesionales de la psiquiatría es un psiquiátrico su opinión sea negativa.
Pienso que lo principal para la curación es el trato humano, pero también tendrá que admitir la realidad de que el trato humano no basta cuando existe una anomalía en el funcionamiento del cerebro, por los motivos que sea.
Celebro que su colaboración desinteresada ayudara a enfermos mentales, y supongo que jamás aconsejaría a otros enfermos mentales abandonar la medicación que les permite reanudar su vida normal.
Pero no entiendo lo que dice, al despedirse, sobre la animadversión de los profesionales. Si se trata de animadversión a la fe, no niego que pueda haber algún caso, pero la profesionalidad de los que yo conozco está por encima de la ideología. De todos modos no es lo mismo un "creyente" del psicoanálisis que un especialista en farmacología o en conductismo.
Con excepción de los psicoanalistas -cuya moda creo que pasó- los psiquiatras suelen ser muy respetuosos con la libertad y la autonomía del paciente y no practican lavados de cerebro ni les pretenden inculcar sus propias ideas. Son más socráticos que freudianos. De hecho estoy segura de que la mayor parte de los enfermos de depresión no tienen ni idea de si su psiquiatra es creyente, agnóstico o ateo. La misión del médico es escuchar analizar y proporcionarles la medicina que requiera su caso, además de consejos de sentido común para llevar una vida con menos stress y más sana.
Claro que también habrá malos profesionales que jueguen a Pigmalion y tiene vd razón en estar alerta hasta cierto punto.
No confundo el antiguo psicoanálisis dogmático con el análisis que requiere cualquier terapia cognitiva, que están centradas en el paciente y no en las teorías en las que tiene que encajar lo quiera o no.
Siento mucho no saber ser breve pero necesitaba aclarar lo dicho y sobre todo sentiría mucho haberle ofendido inadvertidamente. No era mi intención.
Buenas noches
Pero de ahí a culpabilizar a nadie, de sucumbir a la tentación por tener tristeza, desánimo o incluso desesperanza, me parece que hay una diferencia notable.
En primer lugar están las enfermedades nerviosas o mentales. Fruto unas de vivencias pasadas y-o presentes, o de desajustes en el cerebro. En éstos casos no creo que el demonio tenga absolutamente nada que ver.
Qué mas quisiera todo el mundo que tener una fe inquebrantable y por tanto unida a una esperanza cierta, una alegría desbordante....
Pero desgraciadamente eso no es así. Demasiado tiene cada uno con llevar la cruz de cada día como pueda.
Y no todas las tentaciones en las que pueda caer una persona le reportan algún tipo de beneficio.
Hay multitud de casos en los qué la madre mata a sus hijos, ¿Qué beneficio puede haber ahí? ¿Qué alegría?
A no ser que fuera un monstruo de maldad, que alguna habrá. Pero la inmensa mayoría de esas madres habrán actuado por haber caído en la tentación o por estar enfermas. Nunca por lograr algún bien.
Creo que tuvimos un malentendido pero que está resuelto. El problema de internet es que resulta difícil comprender el significado exacto y el alcance de las palabras que utiliza el interlocutor. En la vida real también hay malentendidos, pero se solucionan rápido, porque basta ver la cara del interlocutor para comprobar cómo está interpretando lo que dices y es más fácil aclararlo.
Gracias por todo, y también le deseo paz y bien.
Estoy en el décimo vídeo (el 8º y el 9º,son excelentes...); me está aprovechando y confío en que mucho más. No dudo que a muchas otras personas, también.
Saludos.
Los sentimientos no importan, porque no son algo que hacemos, sino algo que soportamos. Nadie es culpable por tener un sentimiento u otro. Los sentimientos pasan y Dios queda.
¡Ánimo!
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