Bendición de las candelas
Una pregunta, por curiosidad, a los lectores que hayan ido hoy a Misa: ¿Se ha hecho la bendición de las candelas en la parroquia a la que hayan ido? Lo pregunto porque es una bonita tradición pero me da la impresión de que se está perdiendo, a pesar de formar parte de los ritos litúrgicos previstos por la Iglesia para hoy. De hecho, muchos niños y jóvenes ya no asocian la idea de la Virgen de la Candelaria con el nombre oficial de la fiesta de hoy: La Presentación del Señor (es decir, la presentación de Jesús en el Templo, contada en Lc 2). Es una fiesta antiquísima, que se celebraba ya en los primeros siglos de la Iglesia. En el Misal anterior al Concilio Vaticano II, la fiesta se denominaba la Purificación de nuestra Señora y estaba muy centrada en la Virgen María (de ahí la advocación de Virgen de la Candelaria, relacionada además con una aparición en Tenerife en el siglo XIV), pero actualmente se resalta más en la liturgia la figura de Cristo, presentado en el Templo por ser el cumplimiento y la plenitud de la Antigua Ley (aunque esto no excluya, por supuesto, el papel de la Virgen en la celebración). Se celebra el día 2 de febrero por ser cuarenta días después del nacimiento de Cristo, el plazo que marcaba la ley de Moisés para la purificación de las mujeres que habían dado a luz (Lv 12,1-8), ocasión que la Sagrada Familia aprovechó para cumplir otro precepto: la presentación de los primogénitos en el Templo.
En oriente, la fiesta se llama del Hypapante, es decir, del encuentro, recordando el encuentro de la Sagrada Familia con los ancianos Simeón y Ana en el templo. Es una escena verdaderamente conmovedora, que a mí siempre me ha encantado y despierta mi cariño por el pueblo de Israel que esperaba al Mesías y, en parte aún no se ha enterado de su venida y sigue esperándolo. ¿Quién no se conmoverá al leer cómo el anciano Simeón, “que esperaba el consuelo de Israel", se emociona y rompe en alabanzas al tener en brazos ese consuelo?“Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: -«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel»".
Tradicionalmente (desde que así lo mandó el papa Sergio I, en el siglo VII), en la fiesta de hoy se bendicen las candelas de los fieles, generalmente fuera de la iglesia o a la entrada de la misma. Después, el sacerdote y los fieles se dirigen en procesión hasta el altar y se celebra la Misa. Las velas simbolizan la luz de Cristo, que, como dijo Simeón, es “luz para alumbrar a las naciones y gloria de Israel". En el Misal, aparece esta preciosa oración de bendición de las velas:
Oremos. Oh Dios, fuente y origen de toda luz, que has mostrado hoy a Cristo, luz de las naciones, al justo Simeón: dígnate santificar con tu + bendición estos cirios; acepta los deseos de tu pueblo que, llevándolos encendidos en las manos, se ha reunido para cantar tus alabanzas, y concédenos caminar por la senda del bien, para que podamos llegar a la luz eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
Pablo VI señalaba que, en la fiesta de la Presentación, hay tres virtudes evangélicas principales que podemos contemplar:
“La pobreza: María y José se ven obligados por su situación económica a hacer a Dios la ofrenda de los pobres. La pureza: Virgen la Madre de Jesús; virgen su esposo José; la anciana Ana, elogiada por su casta viudedad. La obediencia: María y José obedecen la ley; Simeón y Ana son dóciles a la moción del Espíritu".
Como todas las fiestas religiosas, ésta se encuentra unida a muchas tradiciones populares relacionadas. Por ejemplo, según he leído alguna vez, en ciertas zonas de América, especialmente en México, hoy le toca pagar la comida a la persona a la que le salió el regalito (que allí suele ser un Niño Jesús) en el Roscón de Reyes, el día 6 de enero. También se suele presentar a los niños en la Iglesia, vestidos con sus mejores galas. Creo que, en algunas regiones de España, también es tradicional presentar hoy una ofrenda de un par de tórtolas o pichones en la Iglesia (recordando la ofrenda que realizaron José y María, según cuenta el Evangelista). Quizá los lectores puedan contar algunas otras tradiciones populares que conozcan para el día de la Candelaria. Como es lógico, lo importante es celebrar la fiesta en sí, pero, a mi juicio, sería una pena que se perdiesen estas tradiciones que encarnan la fiesta en nuestra cultura. Quid vobis videtur?
42 comentarios
-También cuando una persona tiene un niño Dios es costumbre buscarle un "padrino", quien lo arrulla (24 de diciembre y 6 de enero) viste y lleva a la Iglesia (en la candelaria), después el dueño de la imagen invita al padrino y a su familia al "mole".
Lo cual me lleva a proponer, por enésima vez, seguro que sin resultado, que el ciclo de Navidad se prolongue hasta el día de hoy, y la fiesta del Bautismo del Señor al domingo próximo inmediato.
Dos cosas, Bruno: la purificación sí era a los 40 días, y no necesariamente en el templo. La presentación se solía hacer más cerca de la fecha del nacimiento, y siempre en el templo.
La Sagrada Familia uniò las dos cosas para hacerlas en el templo de Jerusalén.
El encuentro fue con Simeón y Ana, no con Sara.
Saludos.
¿De qué tenían que purificarse las mujeres que habían dado a luz? ¿Lo tuvo que hacer también la Virgen?
Muchas gracias por la confirmación. Me alegro de que, si no en todas las parroquias, en muchas se conserve esta bella tradición.
Se trataba de un mandamiento ritual hebreo que intentaré resumir a vuelapluma. En la Ley de Moisés, en general, la sangre hacía ritualmente impuras a las personas. Esto se debía a que la sangre era el símbolo de la vida y la vida pertenece sólo a Dios. Por eso, por ejemplo, los animales se desangraban antes de comerlos (y así siguen haciéndolo los judíos actuales).
Es importante recordar que "impuro" para el judaísmo no era lo mismo que para nosotros. Era un concepto ritual, no moral. Estar impuro no era algo moralmente malo, sino simplemente un estado que requería una purificación ritual antes de poder acceder, por ejemplo, a diversas liturgias (por ejemplo, la de pascua). Había multitud de cosas que podían hacerle a uno impuro hasta que se purificase, como tocar un cadáver o incluso entrar en casa de un pagano.
El parto hacía que las mujeres quedasen ritualmente impuras durante unos días, porque en los partos se derrama siempre sangre. Por eso, a los cuarenta días, la Ley de Moisés establecía que fueran a purificarse ritualmente, para poder participar de nuevo en las liturgias de Israel.
Los Padres dicen, en general, que ni la Virgen María estaba obligada a purificarse ni Jesús estaba obligado a ser presentado en el templo y rescatado como primogénito, ya que el parto de María fue especial, sin derramamiento de sangre, y Jesucristo era el Hijo Unigénito de Dios. Sin embargo, quisieron someterse a la Ley, aunque no estaban obligados, por obediencia, humildad, ejemplo para todos y como señal del comienzo de la Nueva Alianza (algo similar a lo sucedido en el Bautismo de Jesús y a aquella ocasión en la que Jesús y Pedro pagaron el tributo del Templo).
Espero haberme explicado.
Saludos.
Entonces, supongo que una vez al mes las mujeres serían también consideradas impuras ¿no? ¿Y quienes sangraban de una herida abierta o por la nariz?
Je, je. No seas suspicaz. Se debe a que a ti y a Carlos iba a deciros algo diferente, pero justo he tenido que irme a Misa y no he podido seguir escribiendo.
Lo que te iba a señalar es que, en realidad, si se hiciera algo parecido, en vez de prolongar la Navidad lo que se haría probablemente es recuperar el Tiempo de Epifanía y el tiempo posterior a la Epifanía que existen en la forma extraordinaria y, de hecho, son más antiguos que la propia Navidad.
Saludos.
Muchas gracias por la explicación de esas costumbres católicas mexicanas tan bonitas. Me ha encantado leer sobre ellas.
Las leyes de impureza eran muy diversas ya en la Biblia. Además, los judíos han seguido meditando sobre ellas sin parar, de manera que en los textos judíos posteriores a Cristo hay muchísimas reflexiones sobre casos concretos y es difícil conocerlos todos.
En efecto, la menstruación hacía impura a la mujer. Al igual que las poluciones de semen a los hombres. No sé si sangrar por la nariz también hacía impuro o no, la verdad, y las referencias que encuentro ahora en Internet son contradictorias.
Semper vester in Christo et in B.M.S.V.
La primera ves que vivio está festividad
Parroquia Inmaculada concepcion de María diócesis de san Miguel argentina
Lo que no sé es si pasado mañana, que es San Blas, habrá bendición de los alimentos, en mi tierra se sigue haciendo. Casi siempre se llevan roscos de San Blas o bollería.
Gracias.
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