Ante la muerte inminente
Esta noche he tenido un sueño curioso. No recuerdo el principio, pero, en cierto momento, iba en coche por el carril derecho de una autopista de cuatro o cinco carriles, con tráfico abundante. No conducía yo, así que imagínense el susto cuando, repentinamente, el coche giró bruscamente a la izquierda para dirigirse al otro extremo, sin preocuparse por los demás vehículos. Quizá explique la maniobra el hecho de que no guiaba el coche un conductor, sino una conductora.
Sea como fuere, el problema no estaba simplemente en el peligro de chocar con otro coche, sino en que la conductora no se había dado cuenta de que, en ese punto de la autopista, comenzaba un túnel en los carriles centrales y estos se encontraban ya a un nivel muy inferior a los carriles laterales. Al girar bruscamente hacia la izquierda, saltamos por encima de la separación y el coche se precipitó al vacío y a una muerte segura… de no ser porque, un instante antes de estrellarnos, uno de mis hijos mojó su cama y me despertó con sus lloros. Benditos niños.
Lo que ha hecho que les contara este sueño es un pequeño detalle muy importante: durante los dos o tres segundos que el coche tardaba en estrellarse contra el suelo, yo rezaba una oración. Es una oración que mi padre me enseñó hace por lo menos treinta años y que me impresionó mucho, hasta el punto de que, automáticamente, en sueños, me puse a repetirla cuando creía que iba a morir.
Se trata de una oración que, por lo visto, enseñaban antiguamente a los paracaidistas españoles, para rezarla en caso de que no se abriera el paracaídas y cayeran al vacío. Como es lógico, es una oración brevísima y muy sencilla: “Dios mío, os amo, perdón y misericordia”. De niño, se me quedó grabada la imagen de un paracaidista que nota que su paracaídas no se ha abierto, se da cuenta de que le quedan sólo unos segundos de vida… y emplea esos últimos segundos en acogerse a la misericordia de Dios.
¿Qué se puede hacer cuando a uno le quedan sólo unos segundos de vida y está solo cayendo en el vacío? Para alguien que no cree en Dios, poco más que desesperarse. Para alguien que cree en Dios, sin embargo, esos segundos pueden valer lo que toda una vida, para reconciliarse con Dios y poner en él su esperanza. Así lo hizo San Dimas, el buen ladrón, en sus últimos momentos de vida en el patíbulo y el mismo Cristo le prometió el paraíso. La misericordia de Dios es sobreabundante y sólo necesita un instante para tocar el corazón del hombre. Para el Señor, un día es como mil años y mil años son como un día.
Es una pena que no leamos más a los clásicos españoles, porque están llenos de sabiduría cristiana. Esta verdad tan esperanzadora de la posibilidad siempre abierta de volverse hacia Dios, aunque sólo le resten a uno algunos segundos de vida, la expresó magistralmente Zorrilla, en su Don Juan, diciendo “un punto de contrición, da al alma la salvación”. Sólo un instante de arrepentimiento basta para acogerse a la misericordia de Dios y recibir su perdón.
Al final de su vida, Don Juan se da cuenta de que va a morir y sólo le espera el infierno por sus años de maldad. Comprensiblemente, su primera reacción es desesperarse, pero la estatua de la tumba de Don Gonzalo, que ha cobrado vida, le recuerda que aún puede salvarse (aunque no con mucho entusiasmo, teniendo en cuenta que Don Juan le asesinó, raptó a su hija e hizo que muriera de pena).
Don Juan. ¡Injusto Dios! Tu poder
me haces ahora conocer,
cuando tiempo no me das
de arrepentirme.Estatua. Don Juan,
un punto de contrición
da a un alma la salvación,
y ese punto aún te lo dan.Don Juan. ¡Imposible! ¡En un momento
borrar treinta años malditos
de crímenes y delitos!Estatua. Aprovéchale con tiento,
(Tocan a muerto)
porque el plazo va a expirar,
y las campanas doblando
por tí están, y están cavando
la fosa en que te han de echar.
Don Juan, entonces, recuerda todas las maldades horribles que ha cometido a lo largo de su vida y, en el último instante que le queda, cuando va a caer el último grano de arena del reloj del tiempo de su vida, se vuelve a Dios:
Don Juan. […]aún queda el último grano
en el reló de mi vida.
Suéltala, que si es verdad
que un punto de contrición
da a una alma la salvación
de toda una eternidad,
yo, Santo Dios, creo en Ti;
si es mi maldad inaudita,
tu piedad es infinita …
¡Señor, ten piedad de mí!
A diferencia de lo que sucede en las versiones de Don Juan de Molière o de Tirso, en la obra de Zorrilla, Dios escucha su oración y el sacrificio de Doña Inés, que ofrece su vida por él, y le otorga la salvación (con una buena temporadita en el purgatorio, claro). Así, Don Juan puede proclamar, como final asombroso de la obra: “es el Dios de la clemencia, el Dios de don Juan Tenorio”.
Animo a los lectores a que, como hice yo hace treinta años, se aprendan esta breve oración, “Dios mío, os amo, perdón y misericordia”, para que puedan repetirla en la hora de la muerte. Incluso me atrevo a pedir a los ateos y agnósticos del blog que, como un favor personal hacia mí, se la aprendan. No les hará daño y quizá algún día necesiten esas palabras. Que todos podamos proclamar, al final de la vida, que nuestro Dios “es el Dios de la clemencia”.
29 comentarios
"DIOS MIO, PERDONAME".
El "Dios mio" implica amor a Dios y el "perdoname" arrepentimiento contrito.
"Mira, ahora es un buen momento para aprender a nadar"
Juro que esto se me pasó por la cabeza mientras tragaba agua como un descosido.
Dicen que en los momentos previos a la muerte es cuando uno se muestra de verdad y caen todas las caretas. Tengo cierta curiosidad por ver como reaccionaré cuando me encuentre ante la muerte otra vez, pero estoy bastante seguro de que no me volveré religioso.
-Viajar en carro, coche, tren o avión que siempre es con todo el equipaje familiar, habla el subsconciente del modo y manera de ir y dirigirse hacia, sin saber cuándo ni cómo en los contratiemos del viaje se llegará al lugar. Y así:
-Del dejarse, en coche conducir, por una persona que aquí generalmente es la esposa. Quiere decir que tu toleras esta condución matrimonial, aunque tú piensas que lo harías mejor.
-Del verse por otra persona conducido y circulando por el carril de la derecha; Y darse ese tumbo que al cargarse la mediana se pone a contracorriente; Y aquí precipitarse hacia la izquierda; En un carril contrario, que siempre está más abajo y por tanto es es inferior al de la derecha, llevándote hacia ese túnel oscuro. Te advierte de que no debes dejarte conducir por otro que no sea tu propio saber, si no quieres verte confundido en túneles de oscura duda. Y muerte del,...
Claro que no en todos sueños aparece un hijo, quien mojándose la cama, le despiesta y libra a uno de semejantes pesadillas.
-Por lo demás, te diré Bruno, que sin que yo lo propusiera: en su día, sí que vi y sentí ese marchar hacia esa paz que, libre de estos hierros, sólo conoce quien la siente. Y te aseguro que mi vuelta atrás,sin que yo lo pidiera, me fue muy triste.
"Mira, ahora es un buen momento para aprender a nadar"
Je, je, je. Es buenísimo. En fin, la situación no fue graciosa, pero puesto que todo salió bien, creo que podemos reírnos a gusto.
"estoy bastante seguro de que no me volveré religioso"
Tengo que reconocer que esta frase me ha encantado. Siempre me sorprende que, a menudo, los comentarios más católicos provengan de agnósticos o ateos.
Me explico. Si planeases volverte religioso en la hora de la muerte, esa intención sería una hipocresía, un propósito de engañar a Dios, a los hombres o a ti mismo. De hecho, eso es justo lo que planea Don Juan en la obra de Molière y, como es lógico, no le sirve de nada y acaba condenado.
La conversión nunca es producto de un plan del hombre, porque es necesaria la gracia de Dios. Si Dios no toca tu corazón, no puedes convertirte. No es una mera obra humana, así que lo normal es que quien piensa en esa ocasión, suponga que no se convertirá porque, de hecho, con sus propias circunstancias, fuerzas, historia y razón no es posible una verdadera conversión a la fe. Hace falta otro "ingrediente" que, ahora mismo, es cierto que no tienes: la gracia de Dios, que luego tú podrás aceptar o no libremente. Así pues, lo que piensas sobre el momento de tu muerte es justamente lo que diría la Teología católica sobre tu situación tal como es ahora, si bien sabemos que Dios puede cambiar eso en un instante.
Cuando os he pedido que leáis esas palabras y las recordéis, no os estaba proponiendo una fórmula mágica que sólo haya que recitar y ya está. Mi idea es, simplemente, que las recordéis por si un día necesitáis palabras para expresar y aceptar ese cambio que Dios ya estará realizando en vuestro interior, sea en el instante de la muerte o en cualquier otro momento.
Por supuesto, añado siempre mis oraciones por todos los que pasáis por este blog.
Y aprende a nadar de una vez, hombre.
Saludos.
Muchas veces sucede que algunos comentarios son mejores que mi artículo y me da rabia que algunos lectores no los vean. Para evitarlo, he creado el sello de Comentario Especialmente Interesante (CEI), que pondré ocasionalmente en comentarios que merezcan la pena de forma especial.
Conociendo a los lectores de este blog, sé que habrá muchos otros comentarios muy buenos, pero intentaré utilizar el sello en pocas ocasiones, reservándolo a comentarios que me hayan sorprendido o crea que haya que enmarcar.
Qwertyy:
Dices "cuando me encuentre ante la muerte otra vez, pero estoy bastante seguro de que no me volveré religioso".
Qué curioso que eso lo diga alguien que aprovecha sus ratos libres para entrar en portales de temática religiosa... ¿No te parece eso siquiera un principio de religiosidad...o es simplemente que no tienes otra cosa mejor que hacer?
Bueno, ya lo he contado otras veces pero lo repito. Yo tengo mucha curiosidad por la religión, pero mi curiosidad es antropológica.
Si tú supieses que hay gente que sigue creyendo que la Tierra es plana ¿no querrías saber cómo son? ¿no irías a ver sus sitios web? ¿no tendrías curiosidad por saber qué argumentarían al ver una foto de la Tierra desde el espacio exterior?
No me malinterpretes, sé que mientras que la creencia en la Tierra plana sería una tontería sin más, la religión aporta al creyente tranquilidad, una comunidad en la que apoyarse, esperanza, etc. Por eso, y por causas históricas, no nos resulta tan raro que la gente siga creyendo. Pero para los ateos (para mí, al menos) el fundamento racional de una cosa y otra son parecidas. De hecho, y por la misma razón, también visito webs de creyentes en ovnis, fantasmas, conspiraciones absurdas, pseudociencias...
Realmente el muestrario de cosas extravagantes que cree la gente es inmenso.
También considero muy perjudicial informarse únicamente en fuentes con las que se está de acuerdo. Siempre está bien ver otros puntos de vista. La endogamia nunca trae cosas buenas.
Gracias Bruno por la "medalla" y las oraciones (la intención es lo que cuenta).
Yolanda: es un gran consuelo saber que tu marido ha muerto de esa manera
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Yo pienso lo mismo. Para ambos.
Rastri:
No era mi mujer al volante, sino una amiga nuestra
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-Pues peor que peor, para dejarla conducir. Porque independientemente de que a los hombres no nos gusta que nos conductan las mujeres, sea esto en coche o en carretilla. Las "amigas nuestras" que a veces son más amigas de uno que de otra. Si con la mujer hay excusa de imposición; con las otras,.. pues a rezar...
-De cualquier forma, en dos o tres segundos de caída directa, no hay tiempo de pronunciarse en una oracion; Sino de impelirse en exclamación; algo así como: ¡Sálvame Señor; Señor sálvame! Y para esto hay que tener un atento Ángel de la Guarda que se preocupa de uno.
-Es hacia el medio día, la luz solar me lo indica. En el campo y desde el oriente; Así, acercándome, me veo hacia una casa. No de frente sino rozando el lado frontal de la casa. Es de día, y no obstante, por el hueco de la puerta, pero sin puerta, anoto que dentro de la casa no hay luz; esta oscura, y algo así como vacía.
-Fuera al lado izquierdo del hueco de la puerta veo que hay un hombre de camisa blanca y limpia vestido; Y una parra; parra ésta que no se veo hasta donde repta; Y que más que parra parece un rosal.
El hombre, de camisa blanca y limpia, se presta a enteder que es un labrador y dueño de la casa. Y que allí, él, está así, en tareas como de podar y arreglar la parra que más parece un rosal.
Y así acercándome yo hacia él, sin que éste se de por enterado ni menos me de la bienvenida, intento entablar conversación:
"Veo que, éste, de camisa blanca y limpia, labrador y dueño de la casa, es un obispo".
Hasta que consigo distraerle de su ocupación. E intento hacerle ver que ambos siendo y procediendo del mismo lugar, y tenemos que entendernos.
Por lo que así, a boca jarro digo al obispo: El Espíritu Santo va a devolver a Cristo su cruz . Y como veo que este obispo parece no oirme, y sigue podanto su parra que más parece un rosal, vuelvo repetirle: El Espíritu Santo va a devolver a Cristo su cruz".
Y el obispo, así, como escuchándome sí, pero sin responderme: deja de podar la parra. Y marchándose del lugar por mi lado izaquierdo se esfuma tanto él. Como mi sueño.
Y contrólate, Bruno... Lo digo por el sueño.
"¡¡¡¡¡Jesúúúúúúússss!!!!!"
Ya está.
Yo también, al igual que tú, creo que las mujeres no deberían conducir. Son un peligro. Y todavía las hay que quieren ser "sacerdotas", que Dios las perdone y sea misericordioso.
Muchas gracias por su post.
P.D: ¿ Porque habría su esposa de hacer al volante tamaña barbaridad ? Xd
En cuanto al tema de un encuentro cercano con la Muerte, carca a cara, solo he tenido uno que otro episodio, el cual me da la idea de como bruscamente lo primero que salta al pensamiento es: Sobrevivir, luchar ferozmente por una contingencia hacia la vida, creo que todas las demás funciones fisiológicas innatas y autónomas pasan a segundo plano y se impone, y podría decirlo; se activa un programa primitivo cortical por una lucha no racional, sino animal. Claro esta, también se conoce que las acciones de las victimas en esta circunstancia son erradas y padecen por mala decisiones, lo comúnmente llamado desespero. Sin embargo, recuerdo que como Bruno, me ha tocado enfrentar momento críticos en medio de aguas de ríos profundos y turbulentos en donde a poco me ahogo y recuerdo que hago dos cosas, desesperarme y luchar por salir de la amenaza. Eso si, no pierdo tiempo en desesperarme, al mismo tiempo "Nado" pero porque algún conocimiento previo existía en mi, sea torpe o profesional, ya ese conocimiento estaba ahí, particularmente, no creo que esos momento se puedan usar para aprender NADA, la capacidad de aprendizaje tienen que ver con condiciones de disposición y tiempo apartado para ello.
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