Los dos libros de Alberto Cutié
He visto algo por Internet que me ha entristecido. Ya sé que no tiene mucha importancia relativa, pero me ha dejado muy mal sabor de boca. Se trata de algo relacionado con Alberto Cutié, el conocido sacerdote que fue descubierto en situación comprometedora con una mujer y, en lugar de reconocerse pecador y arrepentirse, se hizo episcopaliano.
Parece ser que Cutié, que publicó recientemente un libro llamado “Dilema” dedicado a vituperar a la Iglesia Católica, había publicado poco tiempo antes otro libro llamado “Real life, real love”, es decir, la vida real, el verdadero amor. En castellano, los editores prefirieron el título “Ama de verdad, vive de verdad”, con el subtítulo “7 caminos para lograr una relación sólida y duradera”. Por lo que Cutié ha declarado en alguna ocasión, cuando salió a la luz su doble vida, llevaba ya un par de años en esa situación, de manera que debió de empezar su “aventura extrasacerdotal” cuando estaba publicando el primer libro o inmediatamente después de hacerlo.
¡Qué triste! No se me ocurre ninguna persona en el mundo menos apropiada para escribir un libro sobre “amar de verdad”. No parece que alguien que se compromete en un amor exclusivo a Cristo y a la Iglesia para toda la vida y luego traiciona ese amor, pueda enseñar mucho sobre “una relación sólida y duradera". Sobre todo alguien que intenta hipócritamente simultanear el sacerdocio con un amorío oculto, hasta que le descubren. Y especialmente cuando no se cumple en la propia vida la primera regla del amor verdadero: pedir humildemente perdón cuando uno mete la pata.
La verdad, no me resulta difícil comprender a sacerdotes que, por debilidad, han caído en pecados contra el celibato. Por supuesto, no lo apruebo, pero lo comprendo. En cambio, apenas puedo tener ninguna simpatía por quien mete la pata hasta el fondo y luego busca extrañas justificaciones para demostrar que, en realidad, lo ha hecho todo bien. Es decir, aquel que, con tal de no dar su brazo a torcer, dice que la culpa es de las normas de la Iglesia, del Papa, de Dios, de los colorantes alimentarios o de cualquier cosa menos él. Isaías lo advierte muy poéticamente: “¡Ay de los que llaman bien al mal y mal al bien, de los que cambian las tinieblas en luz y la luz en tinieblas, de los que vuelven dulce lo amargo y amargo lo dulce!” (Is 5,20).
Por eso, el segundo libro, dedicado a hablar mal del celibato, la Iglesia, etc., además de ser una forma de buscar dinero fácil, huele a intento desesperado de autojustificación. El que “llama bien al mal”, ya sea un mal como éste, el mal del aborto, el de las relaciones homosexuales o el de adorar el dinero, suele saber, en lo profundo de sí, que se está engañando a sí mismo. Esa situación de esquizofrenia interior es terriblemente angustiosa para una persona, así que no es raro que intente acallar esa voz como puede, generalmente con gritos contra quien le recuerda su situación, exigiendo a todo el mundo que le dé la razón… o escribiendo un libro como “Dilema".
En fin, todo esto me ha recordado una expresión inglesa que me encanta y, además de ser profundamente cristiana, resulta muy apropiada para estas ocasiones: There, but for the grace of God, go I. Traducida libremente, sería algo así como “de no haber sido por la gracia de Dios, lo mismo podría haberme sucedido a mí”. Y así es, al menos en mi caso. Soy consciente de que no soy mejor que Alberto Cutie. Que la gracia de Dios nos conceda a ambos la humildad de reconocer nuestros errores y pecados.
48 comentarios
Ahora bien, una de las condiciones imprescindibles para recibir el perdón es precisamente el reconocimiento de la condición pecaminosa. Sin ello, no es posible arrepentirse. Y sin arrepentimiento, el pecado sigue ensoñereándose del alma, que vive alejada de Dios.
Alberto Cutie puede intentar engañar a los demás e incluso engañarse a sí mismo. Sin embargo, habiendo sido iluminado por la verdad de la fe católica, n o tiene excusa alguna para hacer lo que hace.
En ese sentido, creo que se puede afirmar sin temor a equivocarse que Cutie tiene hoy en sus manos el ticket de entrada al infierno. Un ticket que no puede ser revocado por su pertenencia a una comunión eclesial cismática y herética. De hecho, dicha pertenencia hace que dicho ticket le lleve a una de las butacas más "calurosas" del Hades. No sólo es un adúltero, sino que se ha convertido en un hereje que da coces contra el aguijón.
La misericordia y la gracia de Dios están a su disposición mientras viva. Podemos y debemos pedir por su alma, para que en algún momento alcance la gracia de la conversión. Pero mientras llega ese momento, podemos y debemos decir que Alberto Cutie es un siervo de Satanás que trabaja para la destrucción de la Iglesia de Cristo. Es un nuevo Judas Iscariote. Y ya sabemos cómo suelen acabar los Judas Iscariotes.
Ese origen al que se refiere es apócrifo:
http://www.phrases.org.uk/meanings/there-but-for-the-grace-of-god.html
En cualquier caso, entre los protestantes ingleses del tiempo de la Reforma, Bradford es de lo mejor que hay. No fue un clérigo católico que renunció a su fe por interés o miedo cuando el mundo empujó en esa dirección, como tantos otros, sino un protestante convencido aunque equivocado, que nunca fue sacerdote católico y fue nombrado clérigo protestante durante el reinado de Eduardo VI. Era sinceramente piadoso y murió perdonando a sus enemigos.
Además, la frase, como he dicho, es buena en sí. Todo lo bueno que hay en el protestantismo nos pertenece por derecho y, por mi parte, no tengo ningún escrúpulo en reclamar esa propiedad.
Saludos.
Quiera Dios que se convierta de verdad y deje de autojustificarse.
Yo diría que estas cosas plantean otro tema importante: los peligros de los "curas mediáticos" (y de los "laicos mediáticos", claro, aunque en menor medida). Creo que los casos recientes muestran que, sin lugar a dudas, tienen peligros propios que no se pueden olvidar. Por ejemplo, el obsesionarse por los resultados, audiencias, efectos, apariencias, etc., que viene a ser un semipelagianismo. El mantener una fachada pública cuando se ha perdido la vida interior, etc.
Me gustaría que alguien tratase ese tema, porque nos afecta a todos los que escribimos, hablamos, actuamos, etc. para el público.
Muy buena aplicación, la de los siete demonios. Me ha dejado pensativo.
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Bruno,
excelente llamada de atención para todos. Gracias.
Por lo demás, totalmente de acuerdo con tu post y con el comentario de LF.
Lo que pasa es que corréis el riesgo de que ahora se repitan los comentarios culpando a la " incomprensiva Iglesia " por no declarar voluntario el celibato ( como si no fuese voluntario ya, que a nadie le obligan a ser cura en el rito latino ) y que si patatín-patatán-patatún-patatén.
Sí, lo que el Señor dijo del escándalo es una de las frases más duras de todo el Evangelio.
Hay algo que me llama la atención de esto. Me da la impresión de que nuestra época tiene una característica que yo no veo en ninguna del pasado: parece que la mentira ha dejado de ser algo relevante en sociedad.
Antiguamente, los políticos mentían como los de hoy, pero si les pillaban en una mentira grave tenían que dimitir. Hoy mienten y, cuando se descubre su mentira, no pasa absolutamente nada. A Cutié le pillan con una doble vida hipócrita, mentirosa y vergonzosa... y los episcopalianos le reciben con los brazos abiertos como pastor de su confesión.
Incluso desde el punto de vista meramente natural, me parece que es una herida de muerte para cualquier sociedad. ¿Qué te parece?
La relación paralela de Cutié con la Iglesia y con esta mujer, fueron secretas durante dos años. ¿Secretas para quien? Si iban a la playa a la luz del día. Es imposible que fuera un tema privado. Muchos lo sabían y callaban. Esos que callaron, no hicieron ningún bien, cargan con la culpa de la mentira, del engaño, de permitir que un sacerdote se destruya a sí mismo con el consecuente daño sobre la Iglesia y los fieles.
En más de una ocasión he dicho que a veces es bueno que la gente deje la Iglesia Católica. Como fue el caso de Luis Fernando, hay personas que necesitan verla desde fuera para enamorarse de ella.
Corríjeme si me equivoco, pero yo diría que el caso de Alberto Cutié es muy triste desde cualquier punto de vista. No es un señor que, después de intentar ser católico de buena fe, por la razón que sea se convence de que lo que Dios quiere es que sea protestante y se hace protestante. Es, más bien, una persona que durante años vive traicionando ocultamente las promesas solemnes que hizo ante la Iglesia, adulterando con una mujer casada y diciendo hipócritamente en la televisión ante millones de personas lo contrario de lo que estaba viviendo.
Con franqueza, si ése es el tipo de converso que quieren los episcopalianos, que les aproveche. De hecho, yo diría que la mayoría de los sacerdotes que se han hecho anglicanos tienen historias similares. No es extraño que la confesión elegida sea la Iglesia Episcopaliana, conocida a menudo en los Estados Unidos como la confesión Gay, con obispos homosexuales, la irrelevancia de la fidelidad matrimonial, la comunión a no bautizados (e incluso a algún perro que otro), la equivalencia del cristianismo y las otras religiones y un largo etcétera.
Alguien como Bradford, del que he hablado en otro comentario, merece mi respeto. Creo que hizo mal y perdió un tesoro por un espejismo, pero entiendo que hay quien se equivoca de buena fe. Sin embargo, el caso de Cutie, aparentemente, no tiene nada de bueno.
Saludos.
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Pues me parece que los episcopalianos se llevan "una joya", allá ellos. Como todos los fichajes que hagan sean así...
Claro, es que el escándalo no está en que una persona peque, el escándalo descomunal está en que, mientras no le pillaran, el tipo pensaba seguir explotando su pertenencia a la Iglesia católica, cosa que queda clara cuando el susodicho, una vez pillado, no se avergüenza y humilla admitiendo una debilidad, sino que, como encogiéndose de hombros dice "ah, pues me cambio de iglesia y sigo siendo mediático" .
Y como, efectivamente, parece que estamos anestesiados ante la mentira,los episcopalianos, o quien sea, lo acogen tan contentos.
Yo no sé si en otras épocas se toleraba peor la hipocresís y la emntira; me da la impresión de que esa extrema indiferencia hacia la falsedad es cosa de las épocas de extrema decadencia.
Al "caso Cutié" le cuadra muy bien la frase de Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros".
Y, cuando le acogieron los episcopalianos, debió rechazar el ingrese con otra frase del mismo Groucho: "Nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio". Vaya club, sí.
"No querría tener a este ex-sacerdote católico en mi denominación cristiana. Me preocupan mucho la ética y la moral del P. Cutie, al margen de las normas romanas que pueda haber incumplido. Me parece bien que tenga desacuerdos con la doctrina, la política y la práctica romanas. Un hombre o una mujer pueden ser buenos ministros, aunque no sean buenos sacerdotes católicos. Con lo que sí tengo un problema es con que tuviera una relación con una mujer mientras era sacerdote católico romano, viviendo una doble vida y mintiendo hasta que le pillaron. Creo que este defecto de carácter no puede traer nada bueno, pero no es mi problema. Los episcopalianos le convirtieron en uno de sus clérigos y le dieron una Iglesia, a pesar de haber roto sus promesas y una vez que lo haces es fácil volverlo a hacer. Es un tema de confianza. [...]
Pastor Brad"
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-¡Cierto! Tanto para el bien como para el mal.
-There, but for the grace of God, go I.-
-Yes?: ¿lo mismo podría haberme sucedido a mi?
-¡Esto presenta un dilema!
-¿está todo escrito?
-¿hasta cuándo y cómo puedo yo perseverar o condenarme?
Porque si al principio me esfurzo y al final fallo... O si como al Buen Ladrón me ocurre lo contrario.
-¿somos el producto de la imparable inercia genética que a unos, los predestinados, lleva a la salvación; Y a otros lleva a la condenación?
-Pues acaso no dice el Evangelio:
Al hombre por sí mismo le es imposible salvarse. Mas lo que no es posible para el hombre si es posible para Dios:
-Y si el hombre por sí solo no puede salvarse: ¿Dónde y cómo queda ese libre albedrío que da opción a la posible salvación o condenación?
-¿Porqué yo sí y otros no, en consecuente justicia de premio y castigo, pueden creer o no creer?
-¡Herencia genética, herencia genética! En atención a su anterior y posterior herencia genética; el juramento del Dios que todo lo puede al hombre. -Abraham-.
-¿Hay dos más principio de herencia genética?
-Como el trigo y la cizaña del campo sembrado es esto de la antropología y sus servidumbres.
Ya sé que esto no gusta pero es así.
¡Ay, ay, ay cómo escuece cuando son otros los que hacen el camino inverso! Claro que siempre se pueden invocar razones perversas y de lo más rocambolescas para justificarlo. El que se pica...
LF:
De ningunda de las maneras se puede comparar el caso de quien se convierte en adúltero y para "arreglar" su adulterio se cambia de "iglesia" -aunque a donde ha ido Cutie no es una iglesia-, con el de quien toma esa decisión por razones de tipo teológico.
Ahora bien, si los episcopalianos quieren recoger toda la basura de la Iglesia Católica y convertirse en el vertedero del catolicismo, con mucho gusto se la enviamos.
Cuando la fama de un sacerdote viene dada más por aparecer en los medios que por su vida de santidad, el peligro acecha a su alma. Con esto no digo que todos los curas "famosos" acaben mal. Pero deben tener mucho cuidado con la tentación de la soberbia y todas las que acompañan a la fama mediática, que no son pocas.
El problema, como siempre, es que a Jesús no le gustan los caminos fáciles: "Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella" (Mt. 7,13).
Cutié debería saberlo como cura que sigue siendo.
En "Amazon" pueden comprarlos por centavos.
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La gran mayoria de sus feligreses NO lo siguieron, continuan en la iglesia.
Un poco mas aqui
http://conocetufe.blogspot.com/2011/07/el-polemico-padre-alberto-cutie-quien.html
Y yo, supongo que vivir una serie de experiencias le habrán hecho cambiar de enfoque inicial y ahora se sienta realizado casado.
No veo porque la hipocresía y la maldad hayan tenido que guiar su comportamiento.
PD: reconozco que puede ser espinoso el que no arreglará jurídicamente su situación con la Iglesia y optará por una huida hacia adelante. Pero no se puede negar a veces el lamentable retraso de la burocracia eclesiástica a la hora de tramitar secularizaciones.
Anda, haz una prueba. Si quieres saber dónde patina tu comentario, escribe lo mismo con un casado:
"En lugar de juzgar tanto a José, ¿no estaríamos ante un caso de evolución de personalidad? Me explico, este señor hace 20 años creyó conveniente el matrimonio con Ana como elemento esencial en su proyecto vital de autorrealización.
Y yo supongo que vivir una serie de experiencias le habrán hecho cambiar de enfoque inicial y que ahora se sienta realizado por liarse con su secretaria, que tiene veinte años menos.
Aunque haya estado engañando a Ana con la secretaria durante dos años antes de abandonarla y ahora diga que la culpa la tuvo ella, porque no le comprendía, no veo porque la hipocresía y la maldad hayan tenido que guiar su comportamiento.
PD: reconozco que puede ser espinoso el que no arreglará jurídicamente su situación con Ana, la dejara a ella y a sus hijos sin un duro y optará por una huida hacia adelante. Pero no se puede negar a veces el lamentable retraso de la burocracia estatal a la hora de tramitar divorcios".
¿Qué te parece? El que hace eso se porta como un miserable, lo miremos por donde lo miremos. Y nosotros, que además lo consideramos como católicos, no podemos evitar condenar ese comportamiento.
Saludos.
La tranquilidad de la conciencia es lo que cuenta, hizo una inestimable labor mientras fue un predicador mediático, que disfrute con su nueva vida si le hace feliz.
Me parece rídiculo entristecerse a no ser que le tengamos envidia por no ser capaces de romper amarras con vidas que nos destruyen y liberarnos.
"Lo importante es estar en paz interior"
Sin ánimo de ofender, eso suena más a libro de autoayuda que al Evangelio. Lo que nos hace felices es amar a Dios y hacer su voluntad, lo que destruye nuestras vidas es el pecado. Por eso, es fácil concluir que más pecados no nos hacen más felices, sino más desdichados y más esclavos, aunque creamos que estamos haciendo lo que nos da la gana.
En cualquier caso, resulta curioso que no te hayas dado cuenta de que no juzgamos al P. Cutié como persona, sino su forma de actuar. El juicio a las personas se lo dejamos a Dios. El juicio de los actos, al sentido común.
Respecto a los curas mediáticos-o laicos-, les recomendaría estas letanías de la humildad dichas de corazón:
http://www.ewtn.com/spanish/prayers/LITANY_HUMILITY.htm
Si según tú solo se juzgan los actos, el susodicho Bradford era un hereje y tú en cambio como te cae bien le has salvado la intención contrariamente a Cutié que se ve que no le tragas.
Como ves, todo depende de la óptica con que uno mire.
Mi único temor es que la polémica que de algún modo despierta volver a hablar sobre Cutié favorezca en algo el dinero de iniquidad que recibirá por golpear a su Madre, la Iglesia.
Y digo eso, mientras oro por él, y pido misericordia para mí y para el mundo entero--una misericordia que no puede desligarse ni de la justicia ni de la verdad.
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Pues no, caballero; lo importante y lo que cuenta no es eso. Ahora yo voy, mato a seis millones de personas y, mientras mi paz interior no se resienta -y ya sabemos que algunas paces interiores no se resienten con nada- pues ya he cumplido con "lo importante". Vamos, una completa barbaridad, Josafat.
A la ficción que acaba de presentarle Bruno con un casado en vez de con un sacerdote, ¿también lo llamaría usted "romper amarras con vidas que nos destruyen y liberarse" y le aplicaría también su máxima de que "lo importante es la paz interior"? Porque, en ese caso, usted es un perfecto canalla y un tipo complentamente inmoral. Y peligroso (cuidado y atentas, chicas, que éste, mientras tenga paz interior y tranquilidad de conciencia es capaz de ir "evolucionando en su personalidad", "cambiando de enfoque inicial para ir realizándose", aunque eso suponga ir cambiando de mujere a escondidilas mientras pueda sacar tajada de las ventajas de una doble vida; ya sabéis con que especimen no hay que casarse...)
Porque no se crea que es muy diferente el caso de un sacerdote. Fue infiel a su promesa y ocultó su falta de conciencia de pecado mientras se sirvió de la Iglesia Católica. Con lo que, descubierto el pastel, la inestimable labor de predicador mediático dejó de tener valor. Porque, una vez que no pudo seguir compaginando su mentira con la Iglesia, se cambió de iglesia y se dedicó a vituperar a la anterior con ese mismo "estrellato mediático" que había robado a la Iglesia Católica. Vamos, un conducta ejemplar, ¿no? Mientras él esté en paz...
Francamente, es nauseabundo que a este tipo de comportamientos los pretenda usted absolver con el criterio de la tranquilidad de conciencia, la evolución de la personalidad, variación en los enfoque iniciales...
Bueno, esta clase de persona siempre ha existido: son ultraindulgentes y justifican el daño, por irreparable que sea, que se haga a terceros con esa palabrería de presuntos derechos inalienables que -eso es curioso- prescinden de los derchos inalienales de otros (esposa, hijos, familia, compañeros, amigos, vecinos, Dios...)que si la tranquilidad conciencia, que si la evolución de la personalidad, que si la variación en los enfoque iniciales, que si tengo derecho a tehacer mi vida, que si tengo derecho a la felicidad.
Llámelo como debe llamarse: temngo derecho a jugar sucio, tengo derecho a llevar una doble vida, tengo derecho a mentir mientras no me pillen, tengo derecho a dejar tirados a quienes hayan confiado en mí, tengo derecho a cambiar de principios en función de apetencias y caprichos, tengo derecho a burlarme de la inocencia de los demás... y tengo derecho a llamar mezquinos y a desprestigiar a quienes no me quieran reconocer estos derechos.
Y si formularlo asi le gusta menos es sólo porque deja al descubierto la clase de persona que es quien se comporta así, lo reviste de discurso new age y encima lo quiere hacer pasar por virtud.
¡Cálmate!, sin comerlo ni beberlo me veo de protagonista principal de la película que me has montado jojojojo.
Yo defiendo el derecho a que la gente haga lo que le dé la gana y si se equivoca que apechugue, que tú quieres dejar a tu mujer por una jovencita, bueno pues luego no llores si te sale rana.
Lo que no me parece de recibo es vivir amargado toda la vida por no sé que sentido del deber y de la responsabilidad y bla bla bla.
También destruyes tu entorno cuando te aferras contra viento y marea a una situación que ha llegado a un punto insostenible.
Cuando Fulano deja a Mengana o vice-versa (porque a mí me hace gracia que el malo sea el marido como si no hubiera mujeres que engañan al marido y encima luego pretenden sacar tajada en el proceso de divorcio pero ya sabemos que en la España de ZP los hombres somos criminales salvo prueba en contrario) es que el matrimonio ha llegado a tal punto muerto, que el cadáver ya apesta, vamos que no es posible revivirlo para que nos entendamos.
¡Hay qué ser feliz, mujer! leí no se dónde que el estar amargado aumenta las posibilidades de sufrir alguna enfermedad.
Yo tengo una vida y pienso vivirla a tope, esa es mi moral.
Pero fíjese en que yo no le he montado ninguna película. Hablamos de una conducta que se quiere justificar a posteriori, una vida de engaño y mentira que se pretende legitimar cuando te pillan.
Y es eso lo que usted absuelve con la palabrería new age que he copiado literalmente de su propio deiscurso.
Así que, la película la ha proyectado y servido usted en bandeja.
El ¡hay qué ser feliz, mujer! no es a mí a quien se lo tiene que predicar, y menos un sujeto cuyo norte moral es "tengo una vida y pienso vivirla a tope"... caiga quien caiga, porque considerar los derechos ajenos no es, por lo visto, vivir a tope, sino vivir amargado (jajaja, yes malo para la salud!)
Qué peligro. Y va de moderno, como si los tipos como él no fueran la lacra universal más vieja del mundo.
Si además miente y se siente "tranquilo" con su "conciencia", es un monstruo sin conciencia (conciencia cauterizada).
Vaya que necesita Cutié y alguno más por ahí una buena limpieza de humanidad interior.
Sin contar el papelazo que representan ante su destino y ante Dios. "Aunque mi conciencia no me acusa, no por eso me siento justificado: mi juez es el Señor" decía alguien (1 Cor 4,4).
"Yo defiendo el derecho a que la gente haga lo que le dé la gana"
Pues nada, el día que alguien te robe o te apuñale por la calle, veremos si eres sincero en lo que dices. Si entonces defiendes el derecho del ladrón/navajero a hacer lo que le dé la gana, incluyendo apuñalarte, nos creeremos lo que dices. Hasta entonces, perdona que lo tomemos por la amoralidad más absoluta.
"Yo tengo una vida y pienso vivirla a tope, esa es mi moral"
¡Qué casualidad! La mismita moral del navajero. Así que luego no nos quejemos, ¿eh?
Seamos serios y llamemos a las cosas por su nombre: eso no es "tu moral", es no tener moral, que es algo muy diferente. Sé un hombre y mira a la realidad de cara.
Saludos
Es la gente común la que se suma a esa amoralidad de conductas como la de Cutié y hasta la aplauden": pelillos a la mar, el chico tiene derecho a cambiar de opinión, o de enfoque vital... "Yo tengo una vida y pienso vivirla a tope, esa es mi moral", dicen los Cutiés y Josafats del mundo. ¿Y la lealtad? Como mera virtud cívica... Bah, ¿quién dijo que eso sea un valor? ¿Y el compromiso? Bah, el compromiso es eso que dura mientras me place el compromiso. ¿Y el sufrimiento ajeno? Bah, la vida es así, que no se amrguen y olviden cuanto antes mi traición. ¿Y la limpieza de intenciones? Hombre, el doble juego es legítimo, mentras no me pillen...
Luego, puede que sean incluso eso que llaman "solidarios", y den una cuota a Médicos sin Fronteras o salgan en manifestación contra una guerra lejana que no les afecta.
Por cierto, y hablando de ese estilo de "solidaridad laica", cuando a los funcionarios nos bajaron el sueldo, en este territorio comanche en el que me desenvuelvo a diario, la opinión generalizada era que había que reducir gastos domésticos -algo obvio para una familia a la que le reducen los ingresos- y en lo que estaban escandalosamente de acuerdo todos era en suspender la cuota de Médicos Sin Fronteras o de Movimiento por la Paz y la Intolerancia, etc, esas ONGs a las que contribuyen los laicistas. Con esto de la crisis, esas ONGs se habrán quedado en números rojos.
Cáritas sigue recibiendo muchos pequeños donativos, pequeños, porque vienen de gente pobre, pero numerosísimos, porque vienen de esos muchos cristianos que reducen su vivir a tope para que vivan algo más dignamente los demás.
Desde luego a los 5-6 católicos del insti no se nos ha ocurrido empezar la reducción de gastos por Cáritas, Ayuda la Iglesia Necesitada o Manos Unidas.
Esa es al moral del vivir a tope. Por eso no les gusta la palabra caridad y sí usan "solidaridad" que, según dicen, no suena paternalista. Mienten: ellos sí son los que dan las migajas mientras que Cáritas sigue ingresando el donativo de los pobres para los que son aún más pobres.
Y porque procede de gente distinta a ellos: personas que, a pesar de que le cueste llegar a fin de mes, se privan de un cine, un fin de semana o unos zapatos nuevos, para mantener su cuota de Cáritas; es el mismo tipo de hombre que ama a su esposa cuando los años y las maternidades le han estropeado la belleza de la luna de miel; familias que transmiten a sus hijos otro concepto de éxito en esta vida, que no depende de ir "variando enfoques iniciales" según se mles vayan presentando placeres tentadores en la vida, ni en mantener un dobe juego mientras a uno no le pillen; personas que, a pesar de todo son pecadoras,y a veces caen gravemente, pero admiten humildemente su pecado, piden el perdón que necesitan y vuelven a vivir llenos de gracia con su propósito de enmienda.
Y a vivir así, lo pueden llamar, ellos sí con razón, vivir a tope.
En todo caso, su participación sirve para que tanto Bruno como otros comentaristas muestren lo absurdo de una vida vivida bajo los planteamientos de ese incrédulo.
No puedo ocultar la belleza que veo en ese comentario.
Perdonadme por apartarme del tema del post.
Un saludo.
Debo agradecerle porque me ha permitido disfrutar de pequeñas joyas expuestas por Bruno y Yolanda respecto de la visión católica de la vida (y no sólo católica, pues hay cosas que plantean que son de puro sentido comùn)
Ahora, en serio, agradezco profundamente el post y los comentarios que motivó el mismo.
Que Dios nos guíe y nos ayude a ser fieles a su gracia.
Saludos en Cristo.
Bendiciones a todos!!!! y que Dios bendiga al pueblo de Israel. Y declaro paz en Jerusalem, su ciudad santa.
que debe hacer meritos para hacer acepto por DIOS,primero el sr Alberto Cutie es un hombre,si hiso votos de celibato
en su religiosidad no lo hace incapaz de reconocer que es un hombre,¿Acaso que halla tenido una relacion con una mujer es pecado?,acaso quien
escribe el articulo se dice laico y con hijos,acaso es pecado tener una esposa,mentes religiosas bien dijo Jesus
Y El dijo: ¡Ay también de vosotros, intérpretes de la ley!, porque cargáis a los hombres con cargas difíciles de llevar,y vosotros ni siquiera tocáis las cargas con uno de vuestros dedos.Lucas 11:46
que halla tocado cosas que estan mal en el catolicismo,no es mas que sisma de represion que han tenido.
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