Llorar nuestros pecados
La liturgia de la Iglesia guarda tesoros extraordinarios, de una belleza y una profundidad asombrosas. Es algo que ya sabemos pero, al menos a mí, no deja de sorprenderme cuando me encuentro con uno de esos tesoros que me había pasado desapercibido. Algo así me ha pasado hoy al rezar hoy el Oficio de Lecturas. Me he quedado boquiabierto al leer la oración de la memoria de Santa Mónica:
“Oh Dios, consuelo de los que lloran, que acogiste piadosamente las lágrimas de santa Mónica impetrando la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por intercesión de madre e hijo, la gracia de llorar nuestros pecados y alcanzar tu misericordia y tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén".
Cuántas veces habré leído esta oración sin fijarme en lo que hoy me ha sorprendido: “la gracia de llorar nuestros pecados”. ¡Llorar nuestros pecados! No habla de pensar que nos hemos equivocado algunas veces, reconocer que “no somos perfectos”, aceptar que no todo lo hacemos bien y demás zarandajas pelagianas y políticamente correctas. ¡Llorar nuestros pecados!
Espero no ser indiscreto si me atrevo a preguntar: ¿quién de nosotros llora por sus pecados? Sé que este blog tiene algunos de los mejores lectores al este (y al oeste) del Mississippi, pero yo diría que muy pocos podrían decir que lloran sus pecados. Creo que esto es una muestra de que nos engañamos a nosotros mismos, igual que lo hace el mundo. Edulcoramos nuestros pecados, maquillándolos y pintándolos de colores como hacen los gobiernos con las barriadas pobres de Oporto o de Cuba, para que no se note la miseria que hay dentro de ellas.
El pecado, sin embargo, es algo muy serio. Un pecado no es una simple equivocación, sino un verdadero cataclismo cósmico. Las montañas, los planetas, las estrellas y las galaxias hacen siempre lo que Dios ha dispuesto que hagan según su Voluntad, pero el insignificante ser humano, que ha recibido el don de la libertad, es capaz de rechazar lo que el mismo Dios quiere. Cada pecado perturba el orden más profundo del Universo, volviéndolo del revés, como hizo el primer pecado de Adán. Es tan real la gravedad de nuestros pecados y Dios se los ha tomado tan en serio, que el mismo Hijo de Dios ha tomado sobre sí la muerte que merecían. Por rescatar a estos esclavos pecadores y hundidos en sus miserias, Dios ha querido sacrificar a su Hijo, el único Santo. ¿Cómo no vamos a llorar por algo así, como hicieron los santos? ¿Cómo no llorar, al ver a Cristo clavado en la cruz por mis pecados concretos?
Tal como dice la oración del principio, no se trata de hacer un esfuerzo de voluntad para conseguir llorar, al estilo de las actrices de cine, como si las meras lágrimas físicas tuvieran una virtud especial. Las verdaderas lágrimas de arrepentimiento, que desgastan el corazón de piedra, purifican el alma y son signo del bautismo son siempre un milagro, un don del Espíritu Santo. Pidamos ese don y quiera Dios concedérnoslo a todos.
40 comentarios
Poco puedo añadir al artículo, a no ser que cada una de esas lágrimas pesa como treinta kilos porque cuando caen, siente uno que sale volando.
Al menos empezar llorando de pena de no haber sido capaz de llorar mis pecados antes en mi vida por tener el corazón tan duro al respecto...
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-Bruno:-Me gustaría saber si sabes lo que dices o dices lo que sabes. O ambas cosas a la vez.
-Porque ha tiempo que yo tengo entendido y asimilado que siendo el hombre el mayor generador de energía negativa que existe. y por ende siendo Dios el mayor generador de energía positiva que existe.
Cuando el hombre como efecto creado se rebela contra su Dios en efecto creador; En la medida que éste se rebele se produce una tal conmoción sideral egocéntrica que puede llegar a producir, colgar una estrella en el firmamento. Estrella ésta de costitución en carbono puro; opaco símbolo específico de lo que es la luz que es vida refractada.
De aquí que la masa sideral estelar sea la oscura frontera que separa el tiempo, éste, de nuestro mundo y aquel del espacio o cielo donde Dios y sus ángeles moran.
-Y me dirás tú: ¿Y cuando el hombre se arrepiente de su rebeldía, qué pasa?
Y responde: Nuestros pecados, al final del tiempo, están tan alejados en la periferia de nuestro Universo. Que solo los que ángeles que moran en el infinito Espacio o Cielo, puede ver cuándo y cómo se funden estas extrellas producto de nuestro arrepentimiento.
-Será por esto que el Cristo dice: Hay más alegría en el Cielo cuando un pecador se arrepiente, que cuando cien justos perseveran.
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Puestos a ser indiscreto o dicrecto: ¿Me darías la absolución; O te reirías de mi?
Sí´Bruno el psicocristianismo está haciendo mucho daño encubriendo el pecado con toda suerte de añagazas y falsas coartadas´pongo un ejemplo.
El ultimo domingo en la misa el celebrante para iniciar el Rito Penitencial dice: Pidamos al Señor que nos ayude a discernir los obstáculos que nos impiden verlo mejor...Señor ten piedad...(sic).
No Bruno,no estaba en misa no en la consulta del psicólogo ni en un seminario de Inteligencia Emocional.En fin entre ciertos enunciados y ciertos ecos los estragos crecen.
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¿Por qué prejuzgas algo así de duro? ¿Por qué dirías que "muy pocos"? ¿Es que hay que llorarlos en público? ¿Si no se hace en público y tirando cohetes no vale?
¿No vale llorar amargamente en soledad y, ademàs, no ir contándolo?
"Poco puedo añadir al artículo, a no ser que cada una de esas lágrimas pesa como treinta kilos porque cuando caen, siente uno que sale volando."
Pues no es poco lo que has añadido. Es una frase estupenda.
También eso es don de Dios. Todo es gracia y somos siervos inútiles: hasta para arrepentirnos de no arrepentirnos necesitamos la ayuda de Dios.
"Puestos a ser indiscreto o discreto: ¿Me darías la absolución; O te reirías de mí?"
Ni una cosa ni la otra. Sólo Dios puede perdonar pecados (y los sacerdotes en su nombre) y nunca se me ocurriría reírme de ti, que eres hijo de mi Señor.
Saludos.
"S, Bruno el psicocristianismo está haciendo mucho daño encubriendo el pecado"
Nunca había oído lo de psicocristianismo, pero si se refiere a esto que hablamos, coincido que hace un terrible daño. Es verdad que resulta triste que los tesoros de la liturgia se conviertan en el vino aguado de lo políticamente correcto.
Veo que estás combativa hoy.
No sé qué tiene que ver el llorar los pecados en público o en privado con lo que he escrito, sobre todo teniendo en cuenta que he hablado en general y que además no conozco a la inmensa mayoría de los lectores del blog, de manera que no lo sabría aunque llorasen sus pecados por las esquinas todos los viernes por la tarde. Lo único que digo y creo que todo el mundo coincidirá en ello, es que nuestra época apenas da importancia al pecado, se considera más un error, una simple equivocación que otra cosa. No se habla del pecado como se habla de la pérdida de un ser querido, es decir, como algo por lo que se puede llorar, sino como algo que, al final, tiene más bien poca importancia. Y tanto los lectores como el autor del blog somos personas de esta época y nos vemos influidos por sus aciertos y por sus errores, nada tiene eso de raro.
Por otra parte, llorar los pecados en el sentido cristiano de la expresión es siempre un don de Dios y, por eso, no tiene sentido que alguien que haya llorado sus pecados se moleste porque otro suponga que no lo hace, ya que será consciente de que sus lágrimas son un don de Dios y no se las merecía ni se las ha ganado por sus propias fuerzas. Es decir, las lágrimas como don del Espíritu Santo no se pueden suponer, porque nadie se las merece.
Saludos.
Muchas gracias por tu experiencia, me ha conmovido.
Y gracias también por desearme la bendición de Dios.
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No especialmente. La frase que he copiado en mi anterior comentario es tuya literal, sonaba durísima y arrogante, y dice lo que dice. Si era una metáfora, no la he pillado.
Bueno, es igual, Bruno. Contigo no hay la menor posibilidad hablar en el mismo idioma ni de que muestres el menor resquicio de buena voluntad.
Difícilmente puede ser arrogante una frase que incluye al autor entre los que no lloran sus pecados. No sé qué tienen que ver las metáforas en esto.
Dices: "Contigo no hay la menor posibilidad hablar en el mismo idioma ni de que muestres el menor resquicio de buena voluntad". Je, je. ¿Y lo que yo he dicho te parecía durísimo y arrogante?
Que Dios te llene de bendiciones. Saludos.
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-Bruno- Seguro que si yo te dijera que clase de hijo de tu Señor, mi Señor, te reirías de mi.
-El hecho de que te hayas pasado por la tangente mi primer cometario, el que tu provocas, me dice que sí: que te reirías de mi.
Ciertamente. Urge llorar los pecados (propios e interceder por los del mundo). El corazón contrito abre y puede merecer sin merecer el don de la misericordia. Y a esta contrición se llega por sinceras lágrimas de penitencia.
Sólo el humilde puede realmente amar. Y porque ama puede decir: Padre, perdóname.
Que San Agustín y su madre nos alcancen esa gracia tan singular que hoy bruno nos ha hecho reflexionar. Gracias, Bruno.
Y cosa curiosa y dramática, esto sucede primordialmente en el Occidente ex-cristiano. Ha habido un largo camino, de siglos, que ha llevado a esta situación. Y a ella han contribuido grandes pensadores, insignes filósofos, que han ido llevando a la ex Cristiandad a dar las espaldas a Dios sin sentir remordimientos, por vía del pensamiento idealista.
Esto lo explica con gran claridad Néstor Martínez en su blog "No sin grave daño", en una serie de excelentes posts.
http://cuerposfeministaslaicos.wordpress.com/2011/08/15/campana-dejad-que-los-ninos-se-acerquen-a-mi/
¿No se puede denunciar a esta gente por incitar al odio por medio de propaganda falsa? Hay partidos que han recibido duras condenas por hacer campañas similares en relación con los musulmanes.
Sí no nos conocemos a nosotros mismos, que miserables somos ante su presencia, nuestro ego producto de nuetra humanidad carnal enemiga de la espiritual, no nos deja reconocer los pecados que cometemos, y peor aún los pecados lo maquillamos frente nuestros semejantes; pero somos unos miserables, Dios conoce nuestros pensamientos y nuestras intenciones, entonces pregunto ¿Quién se salvará?.
David, ejemplo para nosotros, el lloraba sus pecados con arrepentimiento verdadero, clamaba alcanzar la gracia del perdón. No debemos tener temor ahora de reconocermos incapaces de agradar a Dios, por nuestras propias fuerzas. Sí cumplimos con la humildad, pedimos hacer la voluntad de Dios, pedimos fe firme y tenemos paciencia, el Espiritu Santo nos hará reconocer el bien del mal y así podremos llorar nuestros pecados.
Por otra parte creo que en la oración mencionada la faceta "llorar los pecados" es 1ª derivada,ya que Sta. Mónica imploraba a Dios la conversión de su hijo Agustín.
Un cordial saludo.
-¿Será porque ya no tengo pecados por los qué llorar; O porque ya no tengo lágrimas ni ojos con qué llorar?
-¿porqué será?
¡QUE SOMOS CATÓLICOS Y NO QUEREMOS SER CALVINISTAS, COÑO!
...pero tener que llorar a consecuencia de los pecados de los otros, es una desgracia, también sin duda.
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Ana: Quieres decir que llorar, lo que en definitiva es implorar ayuda por los pecado ajenos, es una desgracia, sin duda.
Bueno, quiero decir muchas cosas. Una de ellas es lo que tu señalas, otra es cuando se quiere a alguien y ves que esa persona, por sus pecados -por ejemplo, caso drogas- se está destrozando, otra es cuando depositas la confianza y te traicionan, etc, etc, etc...Más luego los pecados propios. Total, que son tantas cosas que al final todos como auténticos magdalen@s.
Un cordial saludo.
otra es cuando depositas la confianza y te traicionan, etc, etc, etc...
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Pues ami cuando me traicionan me cabreo, pero no lloro.
Y por lo que respecta a la Magdalena, si la identificas como la mujer que entra en casa de Simón el leproso. Cuando arrojándose ella a los pies de Jesús le unge con el unguento de nardo; Vale, pero un poco menos, porque ésta sí que tenía motivos para llorar.
-Ella fue, María la hermana de Marta y de Lázaro. A quien Jesús en su día le dijo: "ésta ha escogido lo mejor y no le será quitado. Y no se fue quitado,
porque amó mucho y se le perdonó mucho.
Lo de Magdalen@s -llorar como magdalen@s- no es más que una expresión popular que significa llorar mucho y a todas horas. No pretendía utilizarlo en sentido bíblico.
Un cordial saludo.
PD.- Yo paso por todas las fases: negación, comprobación, cabreo, llanto y finalmente, olvido (es decir, RIP).
-María, la hermana de Marta y de Lázaro estaba enamorada de Jesús. Como así yo supongo que muchas de la mujeres de aquel tiempo lo estuvieran; Motivos de personalidad marculina y humana a Jesús le sobraban para enamorar el pensamiento justo fuere el del hombre cuanto más el de la mujer.
-Solo -digo yo- que preyendo Jesús lo que podría llegar-. Solo a María le dijo: "María a escogido la mejor parte mejor parte que no le será quitado"
-Pero María, enamorada de Jesús, no sabía que Jesús no podía estar enamordo de ella, tal cual y cómo ella lo sentía y sabía. Ella no entendía que no había lugar a que Jesús pudiera ser el padre de los hijos de María.
Y sin comprender ella ya la promesa dada, ya el amor que ella a su amor le frecía y no le era correspondido como ella pretendía. Ella. María, se sintió despechada. Y se fue por otros caminos, allá en Magdala.
Pero María seguía enamorada de Jesús. Y aquí un día como bien relata el Evangelio, es cuando se produce el regreso, sin condición, de María con su amado Jesús ( Lucas 7,36-50)
Cabe leérselo y con atención, pues es magnífico, tanto por lo que responde a la Magdalena como lo que responde a Jesús.
-Jesús dijo a María, la hermana de Marta, la Magdalena: "María ha escogido lo mejor y no le será quitado" . Y, a pesar de, no le fue quitado.
Y aquí el asunto: ¿Porqué Jesús se involucró en este asunto de amoríos que tanto ha dado que hablar?
-Dicen los que de esto saben que en el cáliz de todas las amarguras que Jesús debía beberse, faltaba este tipo de amargura. Sea el del amor del hombre contra la traición de la mujer. Y por ende, en buen ejemplo, el arrepentimiento de la mujer contra el mal hecho al hombre; Y el perdón del hombre hacia la mujer.
- No obstante se pregunta:
-¿Llora quien para su propio bien en ánimo de exculpación; o quien para su propio mal en ánimo de desesperación es aquel quien más y mejor siente el dolo del desvarío propio o ajeno?
-¿O este sentimiento y por ende la lágrima, siempre sincera se entiende, es el testimnio de una condición genética sensible en razón de la inocencia del sujeto, como el de los niños. O la sensibilad anímica y por ende el testimnio de la humanidad del individuo más perfecta o más evolucionada. Y quí el porqué de los animales, menos evolucionados que los hombres, aparentemente, no lloran?
-Cristo lloró una vez, cuando el joven rico desestima la propuesta que Jesús le hace; Y otra vez cuando ve que Jerusalén no quiere escucharle. Y contra esto, en aquel trágico momento del Calvario, con la cruz a cuestas, tiene tiempo para decir a las mujeres que le han salido al paso: -Hijas de Jerusalén, no lloréis por mi, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestos hijos porque días vendrán n que,...
Estimada Yolanda, ¿no te releerías y tal vez querrías modificar este duro juicio? "Contigo no hay la menor posibilidad hablar en el mismo idioma ni de que muestres el menor resquicio de buena voluntad".
(gracias, L.I.)
-Setenta veces siete elevada al cubo la velocida de la luz solar. Es lo ha tardado en formarse el Universo.
-Yolanda: Si quieres introducirte en este cáculo:
-Procúrate un tablero de setenta casillas. Pones en la priera casilla un grano de trigo; en la segunda que sean dos; en la tercera que sean cuatro. Y así sucesivamente siempre duplicando la cantidad hasta cubrir las setenta casillas.
-Después acumulas este resultado a otro tablero repitiendo la misma operación hasta seis veces que en total serán siete.
-Una vez terminado el sumando de los siete tableros elevas esta cantida al cubo. Y sabrás a que velocidad se desplazaba la luz cuando esta alimentaba la vida del Luz-Bell, tambien llamado Ángel Caido. O cuanto ha tardado este Universo en oscurecerse. Y por ende cuanto tiempo has tardado tú en formarte desde que fueres una simple chispa de energía espacial, hasta hoy que por ley del (PMCOCELI) eres la opaca masa a desintegrar.
Y no me preguntes quien me lo ha dicho, pero es así.
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