Remedios para una sociedad adolescente
He leído varias noticias que me han hecho pensar, al considerarlas en conjunto. Por un lado, el cura malagueño que ha sido reelegido después de cuatro años ejerciendo como alcalde. En segundo lugar, la peor suerte que ha sufrido el cura asturiano que dejó el sacerdocio para presentarse a las elecciones y apenas ha conseguido votos. En tercer lugar, el enésimo ataque al celibato sacerdotal y la petición de que los ex-curas casados puedan ejercer el sacerdocio. Después, el inminente referéndum para introducir el divorcio en Malta (uno de los tres países del mundo que aún no lo admiten). Finalmente, un ataque a las familias numerosas en una triste viñeta de Religión Digital.
A veces, las cosas que por separado no parecen tener sentido, unidas revelan algo importante. Como las piezas de un rompecabezas que, una por una, no dicen nada, pero bien colocadas unas con otras forman una imagen. ¿Qué tiene en común todo eso que he mencionado? A mi juicio, el horror por el compromiso permanente. La angustia por el hecho de que elegir algo significa renunciar a otras cosas. El deseo de que las acciones no tengan consecuencias y de poder hacer lo que a uno le dé la gana sin que nadie se atreva a decirle lo que tiene que hacer. Es decir, en una palabra: adolescencia.
No se trata de meros acontecimientos aislados, sino que son, en mi opinión, un signo de una tendencia tan extendida en nuestro tiempo que ha llegado a calificar a la sociedad entera. Ha habido en la Historia sociedades maduras, envejecidas, jóvenes e incluso niñas. En general, si tienen tiempo para ello, pasan, con un crecimiento natural, de una etapa a otra. ¿Y nuestra sociedad? Nuestra sociedad es una sociedad adolescente, como indican esos casos que mencionaba antes, entre otros muchos. Sin embargo, no parece que sea adolescente en el buen sentido, como una simple etapa necesaria del crecimiento hacia la madurez. No. Más bien se trata de la adolescencia cuasipermanente del “niño” de cuarenta años que vive con sus padres, no ha trabajado en su vida y se da aires de original, transgresor y antisistema, mientras en realidad vive como un burguesón inútil y patético.
Nuestra sociedad española (y la occidental en general) es una sociedad adolescente y tiene los defectos de uno de esos adolescentes profesionales ya casi cuarentones. Sentimentaloide e inconstante, muy dada a las modas y a los cambios de humor. Odio contra quien se atreva a decirle lo que tiene que hacer, rechazando cualquier norma moral. Aversión irresistible al esfuerzo y al sufrimiento. La creencia de ser el centro del universo y de la Historia. Narcisismo acentuado. La confusión del amor con el enamoramiento. La obsesión por el sexo. Rechazo por lo antiguo unido al miedo al futuro. Miedo al compromiso o a cualquier cosa permanente. Y, finalmente, la situación absurda de vivir en la casa construida por sus antepasados cristianos a la vez que los mira con superioridad y desprecio, como un parásito que consume y destruye, mientras aprovecha lo construido por otros.
No me entiendan mal. Esta adolescencia moral de nuestra época también implica algunos aspectos positivos: el idealismo (real, aunque bastante ingenuo), la búsqueda de una identidad propia, el deseo de construir un mundo mejor (siempre que eso no suponga tener que levantarse del sillón, claro) y, probablemente, otros que no se me ocurren en este momento. Todos están algo trastocados por este carácter artificial de la adolescencia que vivimos, pero son reales y pueden ayudar a salir de esta situación.
Como sucede con los adolescentes humanos, uno siente la tentación de recetar una buena patada en las posaderas como solución a sus males. El problema es que eso desahoga, pero no soluciona mucho. Normalmente, la adolescencia es una enfermedad que se cura con el tiempo, pero cuando se entra en esa adolescencia permanente y patológica, el tiempo no basta. ¿Qué podría ayudarnos a salir de esta situación?
Quid vobis videtur?
49 comentarios
Quantus tremor est futurus,
quando iudex est venturus,
cuncta stricte discussurus!
Pero a un nivel humano, de sociología micro, he visto en una provincia de la Argentina la notable incidencia de algunas condiciones materiales de vida sobre los síntomas de la adolescencia perpetua. En concreto, un lugar en el que el acceso a la vivienda es muy fácil, para cualquier trabajador de bajos ingresos, y en el que hay pleno empleo, -para todos, sin importar la edad- se ven muchos matrimonios jóvenes con hijos (3 o 4).
Saludos.
¿Y de qué manera crees que cambiará o podría cambiar esto "químicamente"?
Siempre está esa posibilidad. Marana tha.
En cuanto a lo otro, estoy de acuerdo. Hay medidas económicas, etc. que desincentivan la adolescencia permanente en casos individuales. Pero a mí esos casos me preocupan menos, lo que me preocupa es la adolescencia permanente de la sociedad como tal, que nos afecta a todos.
"¿Qué podría ayudarnos a salir de esta situación?"
La respuesta es bien sencilla: Solo la Santísima Vírgen puede ayudarnos. Repito: Solo Ella puede ayudarnos. Y... ¿qué podemos hacer para que Ella nos ayude? Rezar el Santo Rosario.
No hay nada o nadie más que nos pueda ayudar.
Y se confunde también usted; al menos de término: No existe una "adolescencia moral" de la sociedad. Existe una Sociedad Occidental que apostató y que sigue apóstatando a pasos agigantados. Todo lo que ocurre en nuestra sociedad es consecuencia directa de la apostasía generalizada, y que dará lugar a nuevas generaciones que crecerán virtualmente sin la menor noción de Dios o de religión.
Para evitar el colapso de la humanidad en general y de las sociedades en particular, estamos precisamente los católicos, que para eso somos "la sal de la tierra". Si las sociedades apóstatan, es porque los católicos en un grado u otro nos hemos desvirtuado. Por lo tanto, solo nos queda como solución final acudir a Nuestra Señora, tal y como nos pidió en Fátima, mediante el rezo diario del Santo Rosario.
Un saludo cordial.
"La creencia de ser el centro del universo y de la Historia".
"La obsesión por el sexo".
¿se refiere a ustedes los creyentes cristianos y concretamente católicos, no?.
En el resto de sus valoraciones, coincido bastante, con la diferencia de que usted debe pensar cuando escribe:
"la situación absurda de vivir en la casa construida por sus antepasados cristianos a la vez que los mira con superioridad y desprecio, como un parásito que consume y destruye, mientras aprovecha lo construido por otros"
que la suya es la parte "noble" de la casa, lo bueno, lo limpio, mientras que los sótanos, lo oscuro, lo sucio, es de los herejes, ateos y otras criaturas diabólicas. Ahí ya no lo vemos igual, mire usted que cosas.
Ufff, esto da miedo, por ejemplo un amigo mio me ha dicho, oye que una amiga se quiere meter a monja!!!! A ver si tu puedes quitarle esa idea de la cabeza que eres tan "religioso".
Le he contestado, que aunque yo sea críticio con las religiones en general, no puedo contravenir una decisión tomada por una persona, porque así lo ha decidido en un acto de madurez tanto personal como espiritual.
La juventud es el periodo de la búsqueda del otro, algo que se adquiere a través de la negación parcial de uno mismo. Pero no hemos aprendida a buscarnos a nosotros mismos así que mal vamos a buscar a los demás.
Simplificando mucho, se pasa directamente de la niñez a la juventud y al no existir el periodo de búsqueda no se adquiere la capacidad necesaria que nos permita en un futuro alcanzar la madurez.
Mira Bruno, te he atizado un ladrillo y no tengo pruebas de que sea cierto, mas bien una intuición. Si lo consideras oportuno no lo pongas en el blog pero piénsalo.
Y ante la cruda realidad, aparecen las utopías infantiles de Sol, que en el fondo no son más un negarse a crecer, a ser adultos, a asumir la realidad y enfrentarse a ella cara a cara (no a pedir que los demás lo hagan por uno como hacen los niños o los de tipos de Sol).
Porque no son niñatos, se han echado a la calle a exigir sus derechos, si fueran niñatos, estarían acobardados en una esquina, una senda de oro ha empezado y Luis parece que no quieres darte cuenta.
Nuestra sociedad es como un bebé tontito que se toca el pito y quiere que mamá le dé teta.
El matrimonio (si fuera indisoluble y la sociedad castigara -aunque fuese con mera desaprobación- al adúltero o al abandonador) y los hijos (aún hoy la sociedad castiga al padre abandonador... y también al abandonado) son la fuente clave de madurez.
Hay gente que combina ideología y mentalidad inmadura de por sí para ser inmaduro siempre, con 60 años, pero a la mayoría el matrimonio y la paternidad les saca de la adolescencia y hace maduros.
Toda política de ayuda a la familia y al matrimonio ayuda a crear una sociedad más madura; incluso si lo miras de forma evolucionista, si hay ayudas y apoyos a la familia, los más maduros se benefician más de ellas.
Y administrar con muchísima austeridad y diligencia el uso de los medios de comunicación: no creo que sea una parida decir que, en algunos casos, para madurar a la gente haría falta regalar o romper la TV.
Sí, supongo que la petición de listas abiertas y LIMPIAS, el cambio de la ley electoral, el que los chorizos vayan a la cárcel y el fin de la partitocracia, es una utopía, sobre todo sabiendo como son de sinverguenzas tanto los unos como los otros. Por supuesto, es un hermoso sueño el que en este país existan políticos decentes y partidos políticos que nos representen a TODOS, también a los católicos. Y lo maduro que es...¿votar al PP?. ¡Manda narices con los "maduros"...!.
Pero nuestra sociedad es inmadura porque no tiene padre al que imitar, del que recibir apoyo nutricio. Cuando el niño cae, la mamá le coge y le besa. En cambio, el padre, desde la distancia le dice: "animo, levántate", con gesto de apoyo. Así lo robustece.
Nuestra sociedad no tiene padre, porque
1) no mira a Dios, el padre por excelencia, el que dice "ánimo, crece, levántate, yo creo en ti, hijo".
2) tampoco tiene padres humanos: están trabajando en jornadas agotadoras, o se divorciaron, o nunca llegamos a conocerlo, o no ejerce de padre porque mamá no le deja, o mamá es lesbi.
Sin padre, solo queda la mamá sobreprotectora y una cierta feminización social que incluye una sentimentalización. Tener sentimientos y experiencias... pero que no comprometan de verdad como la entrega total al otro en el matrimonio, la paternidad o la consagración.
El mensaje de Jesús de Dios como Padre es revolucionario y la solucióna muchos males, pero sólo si se explica bien: decimos que Dios es Padre, pensando en un padre a la vez firme y nutricio... si tu padre ha sido ausente, o chocho y bando como un abuelete que todo lo consiente, no pienses que Dios es como tu padre, piensa que un buen padre debería ser como Dios.
La parábola del hijo pródigo, que millones han experimentado como propia, puede ser ilustrativa a muchos. Pero quizá hay que inventar nuevas parábolas que expresen lo mismo.
Dios te ama de verdad, con madurez, y te exige con madurez, cree que puedes crecer y cree en ti. Te ama a ti, no a tus adicciones y vanidades; no te va a consentir como un niño mimado; va a ser un entrenador, un formador, te va a modelar como el artesano al barro... quizá te moleste porque eres un crío inmaduro y vanidoso, pero lo hace porque VALES MUCHO, eres importante para Él, como un hijo es importante para un padre que le dedica tiempo, esfuerzo, dinero, formación, amor.
Por eso el demonio quiere eliminar la figura del padre, y el mercado no entiende de familias, solo de consumidores... La Iglesia es, en Occidente, la última línea de resistencia contra la opresión (el Sistema rompe las comunidades, convierte a las personas en individuos aislados y luego los mezcla en mera masa manejable) y la familia es el baluarte de la vida comunitaria más básica en la que el hombre es amado por ser quien es.
Más difícil la tendremos si identificamos a mamá con la Iglesia. Dios nos ha prometido que la "madre y maestra" nunca morirá, o sea que le tocará cargar con los bichos adolescentes hasta que ya sean ancianos.
Para ser optimista, que en estos tiempos cuesta mucho, diría que tal vez no todo es tan malo. Dicen los biólogos que los perros domésticos son una especie de lobo eternamente adolescente, que pasa su vida entera siendo devoto y fiel seguidor de sus amos humanos. No es el tipo de "sarmientos" de los que nos hablaba hoy en Señor en el Evangelio, pero a falta de algo mejor, esta eterna adolescencia podría no ser tan mala.
¿Has visto el vídeo "Modernizar la Iglesia" (en Religión Confidencial se puede ver)... En él un grupo de jñovenes nos habla de que modernizar la Iglesia no es la solución... ¡Sino que la Iglesia sea fiel a sí misma y que no diluya en ningún momento el mensaje de Jesús!
Yo como joven puedo decirte lo mismo: nuestras comunidades no ilusionan, porque no son comunidades vivas. Son de muertos "revividos" en vez de RESUCITADOS.
A mí sinceramente se me parte el alma cuando veo una comunidad sin las 4 A's del cristianismo:
- Adoración
- Alegría
- Amor
- Apostolado.
Bruno, si nuestras comunidades no están vivas, es imposible que podamos sacar al mundo de esta adolescencia.
La caso es que el mundo será siempre malvado... EL PROBLEMA somos nosotros, los cristianos, que hemos dejado de ser SAL y LUZ y de ser SARMIENTOS ADHERIDOS A CRISTO.
Estoy totalmente de acuerdo contigo José Ángel Antonio.
No, el problema es tener esos pensamientos y creer que los "cristianos" son los rescatadores del mundo sintiendose superiores a los demás.
Todos los que vivimos en este planeta somos parte del problema y también somos parte de la solución.
No niego que algunas de las cosas que proponen son realistas, pero su eficacia depende de poder ser llevadas al parlamento, el único lugar donde en democracia pueden ser convertidas en leyes vinculantes para todos (listas abiertas, transparencia de partidos, control riguroso de cuentas...) ¿Por qué no fundan, digo yo, un partido regeneracionista, un periódico regeracionista...? O mejor, por qué no entran en los partidos convencionales (PSOE, PP, IU,,, y los regeneran por dentro?
Para otras propuestas que hacen (las más disparatadas a mi juicio) no tiene sentido que ocupen un espacio público, porque ya se encuentran en los programas electorales de I.U. y de partidos marginales de extrema izquierda y anarquistas. Partidos a los nadie toma en serio porque no son serios.
Por último a esa tropa se le tolera por su izquierdismo utópico y trasnochado ¿Alguien se imagina a dos mil tipos de extrema derecha invadiendo las plaza del Sol y "exigiendo" que se implanten sus propuestas? Los habrían echado de allí a lo bestia. ¿O no?
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-Muy simple Bruno; Y no será cuanto tú, u otros, quieran. Sino como así está escrito, cuando Dios quiera.
-Y aquí muy pronto: Ya los dos testigos (Ap,11,1-14) derechos y esperando órdenes. Uno de ellos es Elías, el tercer Elías ( Mt.17,11-12;Mc.9,12-13) Quien, como así está escrito, aunque suponga el mayor trauma social jamás habido; En modo y manera: "lo cambiará todo". El otro profeta es de su sangre.
-Pero Bruno; Sin la ayuda de Dios: ni tú ni nadie puede ver y comprender para creer el devenir de este misterioso signo del tiempo, ampliamente, anunciado.
- ¡Cuidado Bruno! que por aquí andan buitres quienes no gustan de estos comentarios. Ni menos que salgan al aire.-
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NOoooo. Cuando los había (dos mil) tomaban Madrid una vez al año (20-N) y no les pasaba nada. No hace tanto de eso.
Ahora es que no hay ni doscientos. Gracias a Dios.
El artículo se enriquece aún más con los comentarios, entre los que destaca y brilla por sí mismo el de José Ángel Antonio.
Intento aportar algo.
1. Notemos que hay a quién le interesa mantener en la ilusión de eterna adolescencia a millones de personas. El Estado que promueve el placer irresponsable es la principal fuente y baluarte de esa mentalidad. Si un Estado padrastro, que no padre, te invita a ser promiscuo, "liberado," pro-aborto y pro-divorcio es por algo: porque la masa de individuos narcicistas es fácilmente gobernable desde la lógica del consumo y la reelección.
2. Suele hacer bien a los adolescentes salir de su pequeño mundo. Mi sensación es que la sociedad a la que se refiere este artículo es sobre todo sociedad europea, y además euro-céntrica, que conoce sólo de lejanas oídas otros mundos. Dicho sea de paso, como latinoamericano que soy, pero visitante y predicador por una decena de veces a la querida España, me pregunto algunas veces por qué no hacen más Jornadas de la Juventud en estos otros mundos, como el mío, que se llamaba "Tercer Mundo" según cierta nomenclatura.
3. Creo que, desde el punto de vista puramente humano, los voluntariados que rozan las necesidades cruciales y vitales de los más pobres, así como los esfuerzos serios de evangelización (ya desde un punto de vista de nuestra fe) hacen madurar.
La progre que va de católica. Tú con los tuyos, los perroflautas de Sol con gritos de "menos crucifijos y más trabajo fijo" o "que apaleen a los cristianos de las JMJ".
Hagamos un experimento [...].
Te vas a Sol y les dices a esa gente que estás contra el aborto y que eres católica. Les pides en sus asambleas perrroflautas que incluyan en su lista de demandas la lucha contra la ley del aborto, eutanasia y libertad de educación.
De paso les dices que dejen de profanar capillas en las universidades.
Te aconsejo que salgas corriendo por la zona hacia el Prado antes de que te corran a gorrazos y nos lo mandes en vídeo para nuestro entretenimiento.
Espero que, si eres de Madrid, te pasen la factura correspondiente por todo el grafiti a estatuas, fachadas, monumentos y kilos de basura que esos perroflautas están dejando por sucios.
Siempre podrás fumarte el humo que se respira en el ambiente, creer durante 5 minutos que eres joven a tus 50 y volver a los blogs como Negrín reencarnada.
[...]
[He cambiado el nombre correspondiente a este comentario, porque no debe usarse el nombre de otro comentarista, ya que eso lleva a confusión, por no hablar de añadirle un calificativo despectivo, que es algo que no voy a aceptar. Aparte de eso, he tenido que censurar un par de cosas y pido por favor que los comentarios intenten centrarse en los temas tratados y no en las personas. BMR]
"No existe una "adolescencia moral" de la sociedad. Existe una Sociedad Occidental que apostató y que sigue apóstatando a pasos agigantados"
No son cosas contradictorias. Una cosa se refiere a la naturaleza y otra a la gracia. Ha habido sociedades paganas que no eran adolescentes y sociedades apóstatas (como la soviética) que no eran adolescentes. La nuestra es apóstata y adolescente. Es una combinación terrible.
"¿se refiere a ustedes los creyentes cristianos y concretamente católicos, no?".
A diferencia de esta sociedad, los cristianos no estamos obsesionados con el sexo (es un prejuicio muy extendido pero falso, que confunde la respetabilidad victoriana con el cristianismo).
Y no creemos que seamos el centro de la Historia. Hemos encontrado ese centro, que es Cristo, y por eso somos cristianos. Es decir, en realidad lo contrario de lo que usted dice y lo contrario de una adolescencia permanente. En cambio, nuestra sociedad (a diferencia de la inmensa mayoría de las que han existido en la Historia) se cree el centro de la Historia y desprecia a antepasados y las culturas del pasado (igual que hacen los adolescentes con sus padres).
"Debe de pensar...que la suya es la parte "noble" de la casa, lo bueno, lo limpio, mientras que los sótanos, lo oscuro, lo sucio, es de los herejes, ateos y otras criaturas diabólicas. Ahí ya no lo vemos igual, mire usted que cosas".
Cuántos prejuicios. Por no hablar de que no se ha leído el artículo. Lo que he dicho es que nuestra sociedad adolescente vive en una casa cuyos cimientos morales y filosóficos fueron puestos por el cristianismo. Es decir, a pesar de que rechaza el cristianismo, se aprovecha de su casa. Nada se ha mencionado sobre "partes de la casa" y destruiría todo el argumento hacerlo, ya que éste está basado en que se aprovecha algo bueno mientras se desprecia al que lo construyó.
Saludos.
Muy interesante el comentario.
"Más difícil la tendremos si identificamos a mamá con la Iglesia. Dios nos ha prometido que la "madre y maestra" nunca morirá, o sea que le tocará cargar con los bichos adolescentes hasta que ya sean ancianos".
Eso es cierto, pero puede que sea necesario que la Iglesia "muera" para esta sociedad en concreto, que abandone de una vez los presupuestos cristianos para que, ya totalmente pagana en vez de apóstata mediocristiana, pueda ver de nuevo la belleza del Evangelio que le ocultan sus prejuicios.
"Dicen los biólogos que los perros domésticos son una especie de lobo eternamente adolescente, que pasa su vida entera siendo devoto y fiel seguidor de sus amos humanos."
Yo diría, más bien, que ésas son características de un niño y no de un adolescente.
"No es el tipo de "sarmientos" de los que nos hablaba hoy en Señor en el Evangelio, pero a falta de algo mejor, esta eterna adolescencia podría no ser tan mala".
Je, je. El Evangelio es para todas las épocas, así que no hay que preocuparse.
Estoy de acuerdo en todo.
Sólo una matización: los voluntariados ayudan a crecer cuando son algo serio. Porque también se pueden "adolescentizar" y convertirse en algo superficial y que no te saca de ti mismo ni de tu vida cómoda.
Seré que soy un adolescente retrasado mental, porque sinceramente, no lo pillo.
Cuando yo era un adolescente, tenía inocencia e ingenuidad; era atrevido y me sobraban las fuerzas. Tenía ilusión por el futuro; me sentía "grande".
Podría darle un centenar de descripciones que recuerdo de mi adolescencia; la gran mayoría de estas positivas. Además soy consciente, de que los otros adolescentes de mis tiempos sentían lo mismo que yo: "Nos comíamos el Mundo".
Hoy en día, la sociedad está resabiada; no tiene ilusión, ni fuerza, ni futuro. Está resignada y es decrépita. La sociedad en general, ha perdido el norte: lo malo es bueno y lo bueno es malo. La sociedad ha capitulado su libertad, en aras de la seguridad. Lo nuestro, ya no es una sociedad de vida y por la vida: es una sociedad de muerte, hacia la muerte.
Lo siento, pero en relación a nuestra sociedad occidental, no veo adolescencia ni síntomas de adolescencia en su naturaleza por ninguna parte.
Realmente, me gustaría ver alguno con 40, de esos que usted indica, anclado en su adolescencia; algo similar a los de la película de "Borjamari y Pocholo". Pero eso claro, es una película.
Saludos.
"puede que sea necesario que la Iglesia "muera" para esta sociedad en concreto"
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O quizás, para seguir con la analogía, es necesario que la Iglesia deje de cobijarnos y nos lance a la calle a ganarnos el pan, en vez de estárnoslo obsequiando cada domingo.
Hemos vivido tanto tiempo comiendo de gratis en casa, que no apreciamos los dones que nuestra madre nos regala a diario. Yo estoy segura que si sólo hubiera un confesor en el mundo, y sólo pudieras tener perdón de tus pecados una vez en la vida, la gente haría filas inmensas y vendería sus propiedades por ir esa única vez a confesarse. Pero como es gratis, y como el perdón de Dios abunda tanto, lo vamos dejando para después y nos parece una carga pesada y aburrida.
Quiera Dios que un día el hijo pródigo regrese arrastrándose a casa, a pedir comida bajo la mesa como los perritos y entonces aprecie lo que mamá le daba, en lugar de estar protestando porque no le gusta que le sirvan en platos de plástico.
A juzgar por lo que NO has censurado al tipo que se ensaña contra mí, ¡cómo sería lo censurado! Ahora bien, lo que SÍ has permitido no retrata tanto a la persona que lo ha escrito -visiblemente desequilibrada por exceso de odio- como al blogger que lo permite.
"O quizás, para seguir con la analogía, es necesario que la Iglesia deje de cobijarnos y nos lance a la calle a ganarnos el pan, en vez de estárnoslo obsequiando cada domingo."
Sí, es lo mismo pero para los cristianos en lugar de para la sociedad entera.
El cristianismo en Europa es un cristianismo aburguesado y comodón y eso sólo se cura con dificultades y sufrimientos.
Siempre me alegran tus comentarios. Nadie más me baja los humos. Si no existieras (como comentarista), habría que inventarte.
O tuvo usted una adolescencia excepcional o no estamos hablando de lo mismo.
"Cuando yo era un adolescente, tenía inocencia e ingenuidad; era atrevido y me sobraban las fuerzas. Tenía ilusión por el futuro; me sentía "grande"".
Por definición, la inocencia e ingenuidad son propias de los niños. La pérdida de las mismas es lo que marca el paso a la adolescencia.
En cuanto a ser atrevido, no hay nadie más atrevido que los niños, que necesitan un ángel de la guarda a tiempo completo sólo para sobrevivir a los primeros diez años de vida. En eso, los adolescentes son muy irregulares, un momento se comen el mundo y al siguiente viven angustiados. Están llenos de miedos a lo que pensarán los demás, al futuro, etc.
En cuanto a lo de sentirse grande, eso es más propio de los jóvenes. Los adolescentes se sienten extraños, sienten que no están a gusto en su cuerpo, que son una extraña mezcla de niño y adulto, que todo el mundo les mira y ve sus carencias...
En resumen, la adolescencia es un tiempo de crisis, del niño que pasa a ser joven y que aún no es una cosa ni la otra. No es que sea algo malo, sino más bien algo necesario para ese crecimiento de la infancia a la juventud (y, en ese sentido, es algo bueno), pero sí es un tiempo difícil de crisis y cambio. Y, si se hace permanente, es nefasto.
Saludos.
"Muy simple Bruno; Y no será cuanto tú, u otros, quieran. Sino como así está escrito, cuando Dios quiera."
Muy buen comentario. Gracias al cielo, el mundo está en manos de Cristo y no en las mías ni en las de nadie más.
"¿Has visto el vídeo "Modernizar la Iglesia"?"
Echaré un vistazo. TIene buena pinta. Suena a algo que dijo Chesterton.
"No, el problema es tener esos pensamientos y creer que los "cristianos" son los rescatadores del mundo sintiendose superiores a los demás".
El que cree eso no es cristiano. Nosotros no somos los rescatadores de nada ni de nadie. Cristo es nuestro rescatador y el de todos los hombres, que es algo muy distinto. Lo que para nosotros y para ti es imposible, es posible para Dios. Sólo somos pecadores perdonados por Dios.
El cristiano, como dice San Pablo, debe considerar a los otros como superiores a sí mismo, haciendo como Jesús, que se humilló y se hizo pequeño por nosotros.
Saludos.
Muchas gracias por tomarse su tiempo en responder a estas "banalidades".
Puede ser que usted tenga razón. Mi adolescia ( de los 12 a los 19 según la OMS) fué la época que más añoro.
Sin embargo sigo sin estar convencido. La tradición representa a San Juan (el discípulo amado; el que recostaba su cabeza en el pecho de Jesús; el único que llego hasta la cima del Gólgota, cuando el resto estaban escondidos; el apóstol al que Jesús encomendo su Santa Madre; el águila), precisamente como un adolescente ... barbilampiño.
En fín: que usted tiene una opinión y yo tengo otra. Nada que objetar a un buen e interesante artículo suyo al que no tengo nada que objetar, a mayores del calificativo de 'adolescente' del cual discrepo. Nada más.
Estos mis ímpetus adolescentes...
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