¿Alguien sabe qué es este anuncio?
He visto este anuncio en una parada de autobús en la calle Bailén, frente a la iglesia de San Francisco el Grande. Lo cierto es que llama la atención, por su diseño y su contenido. Un anuncio de metro y medio de alto, con una gran cruz blanca sobre fondo oscuro y una frase evangélica (”Dejad que los niños vengan a mí“).
No he visto que incluyera ninguna información sobre quién ha colocado el anuncio ni qué se pretende con el mismo. Y eso me escama. Quizá sea algo bueno, pero no me extrañaría que fuera algún tipo de ataque contra la Iglesia, quizá relacionado con los escándalos de pederastia. Por otra parte, la forma de citar el evangelio (Mt 19:14) es más habitual entre los evangélicos y la traducción es poco habitual (un católico español tendería a decir “dejad que los niños se acerquen a mí"), así que quizás sea algo protestante.
¿Alguien sabe qué es el anuncio? ¿Forma parte de una campaña? ¿Quién lo ha colocado?
53 comentarios
Lo del logotipo, aparentemente era una pegatina pegada encima del cartel (por cierto, contra el Papa, pero no parecía ser parte del anuncio).
Ahora bien. Si es "bueno", seguro que es evangélico, porque si fuese alguna campaña católica ¡ya lo sabríamos!
Los anticatólicos no son tan sutiles, o al menos hasta ahora.
Sobre el cartel, como ateo que soy, debo decir que si es una campaña antiiglesia, me haría revolcarme de la risa en el suelo, pero es tan poco explícita que más parece un anuncio del estilo "más información coming soon"
Hace algún tiempo, salieron unos escritos basura en un pasquín de Lima Perú, en el que un pro abortista, con un razonamiento estúpido y a la vez diabólico decía: "Si los católicos creen tanto en la vida eterna, entonces el aborto no les debería molestar, pues se está salvando de una vida llena de sufrimientos a tantos niños y se les está enviando al cielo de una vez". Quizás algo de esto se viene si es que el anuncio es de los AntiIglesia
Ignoro que pueda ser ese anuncio, pero o es Protestante, o es de los AntiIglesia, Católico no creo que sea.
Estemos atentos.
http://eljardindegiverny.files.wordpress.com/2010/04/sainte-chapelle-paris.jpg
http://hamptonphoto.com/blog/wp-content/uploads/2011/02/Chartres_cathedral.jpg
No son felices con lo que tienen y aspiran a provocar shock. Son "emos" en potencia y muchos acaban suicidándose. Material de pabellón psiquiátrico.
http://www.taringa.net/posts/info/8786373/Dejad-que-los-ninos-vengan-a-mi_-La-pedofilia-en-la-iglesia.html
En una segunda fase quizá saquen un cartel en el que lo relacionen de forma más clara. Así producen más impacto.
Desde luego lo que está claro es que no es campaña católica.
La Cruz, escándalo para unos y locura para otros, es utilizada según intereses bastardos que habría que denunciar.
Si es un anuncio de la "exposición fotográfica" de Mauricio Vélez, sería vergonzoso: una exposición de la más repugnante pornografía de tipo pederasta y además anticatólica anunciada con una cruz.
Por desgracia, no me extrañaría. Probablemente, luego lo retirarían, pero después de haber hecho todo el daño posible, que es lo que se busca.
Saludos.
Totalmente de acuerdo con tu último comentario, que me parece muy apropiado. Sólo una matización: yo creo que el problema que tan bien has expuesto no se soluciona denunciando, sino anunciando el Evangelio, para que la gente descubra que la Cruz de Cristo es la fuente de la vida eterna.
Saludos.
Es lo primero que pensé. De hecho, en cuanto se pone en google la frase, salen mezclados artículos católicos sobre diversos temas relacionados con los niños y artículos anticatólicos sobre la pederastia.
Pero teniendo los pies en el suelo, podemos pensar que se anuncia lo desconocido y se denuncia lo que pasa inadvertido. Para la gente de bien y para los que amamos la Cruz pero estamos dormidos, tras el anuncio asumido puede convenir una denuncia que nos centre. ¿Qué es un examen de conciencia o una autocrítica, sino que a la luz del anuncio y quedando patentes nuestros defectos, sentimos la incriminación por no apartarnos de ellos? La denuncia de una mala conducta nos centra en el anuncio de la Salvación, nos despierta para asumir plenamente lo que se nos ha anunciado. Pensemos también en la corrección fraterna.
En este sentido se entiende la “auto denuncia” de un examen de conciencia, la corrección fraterna y la denuncia ante la sociedad de lo que la sociedad está dispuesta o es capaz de reconocer según el pensar de cada época. Por supuesto que todo es anuncio, pero puede concebirse la denuncia como un complemento que señala desviaciones más o menos explícitas u ocultas, pero que para muchos pasan desapercibidas, siendo primero el anuncio, no cabe duda.
Para los sedientos de una Salvación que desconocen se precisa el anuncio; para los que atacan la Cruz por el motivo que sea o sin motivo alguno, y para los perseguidores llenos de mala voluntad, se precisa también el anuncio. Pero en estos casos, ¿cómo ha de ser el anuncio? ¿cómo ha de plantearse? He ahí la cuestión dada su mala voluntad, ya que, además, puede volverse contra nosotros: "No echéis las perlas a los cerdos... etc."
Por supuesto que hay que actuar con el ejemplo y la oración, pero también, acaso con una Liturgia “deslumbrante” que alimente el amor a la Cruz de Cristo que nos purifica y nos lleve, sin paliativos, a un amor más sincero a Dios y al hermano, llevando nuestra propia cruz y orando “por los que os persiguen y calumnian”, conociendo mejor la misericordia que se desprende de la Palabra de Dios y cómo han de ser nuestras actitudes y reacciones cuando con razón se nos ataca (2 Samuel 16, 10).
Deberíamos prestar más atención a la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en septiembre, pero sin limitarnos a esa fecha. Todos se alegran con la Resurrección y no es para menos, pero no olvidemos la Cruz, no nos quedemos con el triunfo sobre la muerte y olvidemos nuestra propia muerte al pecado, que no podemos asumir sin asumir nuestra propia cruz.
En la Resurrección se aviva la fe, pero en la Cruz se purifica el corazón, y esto es lo que repele a muchos: el dolor, la renuncia, el sacrificio, el tomar nuestra cruz cada día siguiendo los pasos del Señor y, sobre todo, la humildad de reconocer las propias culpas.
Es lógico que el mundo huya de la Cruz y la ataque en aquellos que deciden abrazarla.
“La Piedra que desecharon los arquitectos es ahora la Piedra Angular, es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”. Esto es lo que celebramos.
Bendigamos al Señor.
Lo cierto es que es una campaña de intriga. Lo que sea, más temprano que tarde lo sabremos.
Es otra más de las "gracias" progretas. El individuo ese merece el mayor de los desprecios, por mucho que a voltaire o a liebhart les guste la "obra" del tipejo.
Cómo se puede llegar a saber de qúe va? No creo que sea imposible averiguar quién ha contratado esa publicidad.
La frase más conocida es "Dejad que los niños se acerquen a mí" en lugar de la que figura en el cartel. Por lo que me ha parecido ver, esta otra traducción aparece más bien en sitios sudamericanos.
Usted sabrá si le ha interesado el asunto, quien es el autor de los cartelitos y su intención. Yo paso de publicitar a gentucilla, si eso a Usted no le ofende, y si lo hace tb.
Esa frase no dice que dejemos que los niños se acerquen a los cristianos, sean seglares o religiosos. Los cristianos somos personas, algunos reflejan mucho a Cristo a través de ellos, y otros lo reflejan muy poco.
Y ¿cómo es la cruz a la que se han de acercar los niños? Muchas veces esa cruz se la infringimos los adultos, por eso, por lo que a los adultos respecta, hemos de evitarles toda cruz, y si no lo hemos hecho, reconocer nuestros fallos y pecados, arrepentirnos y subsanar los daños. Pero nunca escudarnos en hermosas frases evangélicas si sólo lo que descubrimos en ellas es poesía. También las cruces de la enfermedad y la pobreza en la infancia están con frecuencia en manos de los adultos. Por eso no podemos escabullirnos de nuestras responsabilidades para con ellos.
Veamos las notas que la Biblia en su versión oficial de la Conferencia Episcopal Española hace a los textos de Lc 18, 15-17 y Mc 10, 13-16:
“El niño pequeño, ser indefenso y totalmente dependiente, representa de forma concreta la actitud del publicano. Jesús enseña no solo que los niños tendrán parte en el reino, sino que son un modelo para los discípulos”. “Al mundo de la infancia se unía no tanto la inocencia, cuanto la obediencia, la dependencia y la disponibilidad; estas cualidades las pide Jesús a sus seguidores”.
Por lo tanto, un ruego y una enseñanza se desprenden de estos pasajes: Que no impidamos a los niños el que se acerquen a Jesús, y que seamos como ellos: obediencia (humildad), dependencia (confianza) y disponibilidad (servicio), son actitudes que Cristo quiere ver en sus discípulos. Si no hay humildad, confianza y servicio ¿cómo ser discípulo de Cristo?
Traicionar al buen ejemplo que debemos dar a un hermano adulto dándole una imagen falsa de Cristo, es reprochable, pero escandalizar a niños indefensos, lo es mucho más.
Por eso hay cosas que no se asimilan de la misma manera dentro que fuera de la Iglesia: cualquier explicación de la Palabra puede ser infructuosa al lado de estos y otros escándalos que salen de unos hombres frágiles como nosotros, aunque seamos cristianos. Y lo que pasa es que dentro de la Iglesia podemos sentirnos heridos por las bofetadas que desde fuera se nos infringe, sin caer en la cuenta de que nosotros también somos pecadores.
Bendigamos al Señor.
- “Es extraño que una cruz y una frase bíblica cause tanto desazón entre algunos creyentes”.
- “ Lo que causa desazón es que se ha permitido que la cruz más el versículo nos recuerde lo peor del alma humana. Y de esto no tienen culpa los ateos”
- “Probablemente es una burla por el tema de la pederastia en el clero”.
- “…se les ve dispuestos a exprimir del tema de la pederastia todo el jugo que puedan”.
Ni la cruz ni frase bíblica alguna causan desazón entre los creyentes, sino todo lo contrario.
Tampoco el anonimato: el buen cristiano camina con el punto de mira en Cristo, y sabe muy bien dónde están los enemigos del Amor: no hay anonimato que valga. Y si alguien con piel de oveja le engaña, estará siguiendo en su interior a Cristo hasta que, dándose cuenta del engaño, prescindirá del engañador en aquellos caminos concretos y exteriores en los que le había metido, pero no en los interiores cuando ha sido honrado y sincero. El engaño (externo) es una suerte de persecución a la Iglesia y a él estamos todos expuestos de una u otra forma.
Al Amor lo tenemos, precisamente, clavado en una Cruz: es ahí donde se dirigen nuestras miradas. ¿Por qué nos habría de molestar el que se nos echen en cara nuestras faltas y pecados? Cristo asumió en su inocencia las culpas de todos los hombres, ¿no habríamos nosotros, que somos culpables, de asumir las nuestras propias?
Después de todo, nuestros perseguidores nos hacen un gran favor señalándonos el escándalo que les ocasionamos, ¿no habríamos de agradecérselo? Pero la Cruz es escándalo y locura también para nosotros los cristianos: reconozcámoslo.
Voy a resaltar, ligeramente completado, un párrafo de mi comentario anterior:
“… hay que actuar con el ejemplo y la oración, pero también, acaso con una Liturgia “deslumbrante en culto y catequesis” que alimente el amor a la Cruz de Cristo QUE NOS PURIFICA, y nos lleve a un amor más sincero a Dios y al hermano, LLEVANDO NUESTRA PROPIA CRUZ y orando “por los que os persiguen y calumnian”, conociendo mejor la misericordia que se desprende de la Palabra de Dios Y CÓMO HAN DE SER NUESTRAS ACTITUDES Y REACCIONES CUANDO CON RAZÓN SE NOS ATACA (2 SAMUEL 16, 10).
Cuando tenemos enfrente la Resurrección no nos importa estar clavados en la Cruz, pero cuando no la vemos tan clara, es otra cosa. Y también ocurre que cuando celebramos la Resurrección nos olvidemos de la Cruz que nos ha llevado a ella.
No hay triunfo sobre la muerte si no la asumimos en nosotros, pero se trata de morir con Cristo, pues hay un abismo entre morir con Él y morir lejos de Él. Se trata del sufrimiento que nos causa la lucha diaria contra el pecado: morir cada día, pues no hay triunfo sobre el pecado si no morimos al pecado, y morir al pecado es arrepentirse de él, rectificando nuestra vida por amor Dios y a sus hijos, nuestros hermanos.
¿Qué los anti-teos y anti-cristianos nos crucifican? ¿Y quién crucificó al Señor sino los enemigos de su mensaje? ¡Y han pasado 20 siglos y su Muerte y Resurrección sigue dando sus frutos! Si Cristo suplicó al Padre el perdón para los que le crucificaban, (“Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”) ¿cómo no vamos a perdonar nosotros a los que nos echan en cara nuestros pecados? Aquí el Rey David nos da un magnífico ejemplo, en 2 Samuel 16, 10, asumiendo su culpa y no tomando represalias contra el que le injuriaba.
Reconocer las propias culpas es un gran ejemplo para aquellos a quienes dañamos con nuestros pecados y culpas, los cuales también dañan con sus pecados y culpas, pues todos somos pecadores y Cristo murió por todos.
Bendito sea Dios
Por mi parte, lo primero que se me ha ocurrido pensar es en un posible mensaje subliminal, dado que no viene a cuento una invitación a los niños junto a una imagen escueta que más bien parece una esquela. Si consideramos el mal uso cultural que se hace de la Cruz y la cada vez más frecuente ausencia de catequesis, que lleva a consideraciones erróneas, viendo en la Cruz algo tenebroso o el símbolo de un sufrimiento absurdo encarnado por la Iglesia, etc., etc., y al que, según algunos, se ven abocados, entre otros, los niños, todo ello, junto a la persecución que sufre la Iglesia en estos momentos, vemos que no es tan descabellada esta ocurrencia y otras por el estilo.
A mí, particularmente, me ha dado pie para hablar de la Cruz y los niños, saliéndome un poco del tema.
Bendigamos al Señor.
La razón por la que el que ha puesto ese cartel lo ha hecho no la sabemos porque no quiere que la sepamos (quizá para que nos dediquemos a elucubrar en un blog de internet).
Tal vez sea un anticatólico, o un católico, o un protestante o un ateo. A mí me da igual. Mientras no diga nada más, es una cita evangélica, muy hermosa, como tantas otras.
Si tuviera dinero y ganas yo colgaría un cartel con otra cruz (quizá no tan escueta como esta) en la que pusiera "Yo soy el camino, la Verdad y la Vida".
Me parece ocioso discutir más por esto.
¿Y si al final resultara que esto es sólo una primera parte y pusieran un segundo cartel más tarde que sí que fuera ofensivo?
¿Sería correcto por parte de un católico pintar con spray o tapar con pegatinas un anuncio blasfemo para taparlo y que no se viera?
¿O deberíamos únicamente denunciarlo y ya está?
Wait and see, esperen a ver qué es y dejen de especular. Tienen a un blogger injuriando y calumniando a un grupo importante de católicos y se preocupan por una cruz y una cita bíblica. Menos especulación y más caridad con los hermanos no separados.
En cuanto a Ud., continue leyendome" en los diversos foros", tal vez aprenda algo.
Nunca participaría de un blog que me tuviera a mí de integrante.
En tu caso, en un tipo con criterio.
Saludos.
Saludos.
Los síntomas son la cara de una realidad oculta que a veces malinterpretamos. Una frase evangélica nunca resulta sospechosa a los ojos de los cristianos, sean o no católicos, de constituir un mensaje anti-iglesia por parte del que la dice o escribe, salvo que el entorno y contexto en el que se escribe o dice, o el acompañamiento con el que se dice o escribe, lo favorezcan. Son, en realidad, estos contextos, entornos y acompañamientos, lo que invita a la sospecha. Una frase bíblica que se saca del contexto bíblico de la salvación debe ponerse en cuarentena, pues podría hacer más mal que bien (no digo que lo haga). De hecho, tenemos algunas citas bíblicas mal sacada a colación por políticos más o menos ateos o “laiceros” en diversos actos a los que asistían.
¿Qué oídos prestó Jesús en el desierto al tentador, cuando éste le propuso ‘ajustar’ su conducta a ciertos consejos bíblicos, según interpretación interesada? ¿acaso se escandalizaba Cristo de lo que se dice en las Sagradas Escrituras y le citaba el maligno? En absoluto, sino que no venían a cuento tal como se las aconsejaba: el maligno sólo busca la perdición de las gentes. Cristo sabía quién le tentaba y por qué, pero nosotros somos imperfectos en santidad y podemos ser engañados con facilidad por el demonio, como sucede con frecuencia.
La naturaleza humana es como es. No hay en el cristiano “des-composición” alguna añadida a sus realidades humanas; está en nuestro pobre presupuesto presentar a Dios lo que somos pues ¿qué de bueno podemos ofrecerle que sea digno de Él? ¡Nada que no nos haya dado Él primero! La “re-composición” de nuestras corruptas vidas no es posible partiendo de nosotros, por eso, todo lo que Él nos da es gratuito.
Y por eso, decir que los comentarios a la frase en cuestión en el contexto en el que está escrita, son síntoma de descomposición, es demostrar la humedad del agua: ¡claro que somos corruptos!, lo hemos sido siempre, pero es la condición de todo hijo de Adán desde siempre, y no sólo del cristiano.
Sólo Dios compone lo descompuesto. Es Cristo la argamasa que nos une y de él recibimos cohesión. Sólo tenemos que conocerle y seguir su camino. ¡Listos estaríamos si la cohesión dependiera de nosotros!
En definitiva, somos corruptos, pero si miramos seriamente al conjunto de la Iglesia, veremos que son minoría los casos de pederastia y otros delitos. Sólo hay que ser honrados y abrir los ojos, para darse uno cuenta de que cuando el cristiano camina por el camino que Cristo ha trazado con su Vida, nada tiene que temer. Ni en las persecuciones, pues sólo el que no confía en Cristo se pone nervioso ante eventualidades mundanas cuyo desenlace no conoce.
Digo, pues, que la sospecha por parte de cristianos de intenciones torcidas en una publicidad, no es síntoma de corrupción ni de descomposición, ni es miedo o complejo ante la corrupción o la descomposición, sino síntoma de Salud, pues es la Salud la que se agita contra la enfermedad para vencerla. Es la Salud que nos viene de Cristo: para eso vino al mundo. Y esa salud, la tiene que asumir en su vida no ya cada cristiano, sino cada hombre, tan pronto como se dé cuenta de quién es Jesucristo.
Vivamos con el Señor
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