Un poema cantado a la Dolorosa
Para meditar en este Viernes de Dolor, traigo hoy al blog un sonetillo (es decir, un soneto de arte menor) que compuse en honor de la Virgen de los Dolores y al que luego puse música. Es una grabación hecha deprisa y corriendo por mi mujer, pero espero que guste a los lectores y les ayude a entrar en la Semana Santa que ya va a comenzar.
Nadie mejor que la propia Virgen para ayudarnos a meditar la Pasión de su Hijo, pues nadie estuvo tan unido como ella al Salvador. Con la pasión de Cristo, se cumplieron las palabras que le profetizó Simeón: “Y a ti una espada te atravesará el corazón".
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El texto del sonetillo es el siguiente:
Dolorosa
Venid y vedme hoy aquí:
¿Hay dolor cual mi dolor
cuando a mi Dios y Señor
en la Cruz sufriendo vi?
Mil veces con él morí,
pues, siendo mi Redentor,
era mi niño, mi amor,
a quien, virgen, concebí.
Al ser tanta nuestra unión,
su dolor mi dolor fue,
y su muerte mi pasión,
porque al tiempo le lloré
con llanto del corazón
y con lágrimas de fe.
Forma parte del libro Carmina Catholica, publicado por Vita Brevis.
Una santa Semana Santa a todos.
6 comentarios
Que paséis tb tu familia y tú una buena Semana Santa.Y santa.
http://dc192.4shared.com/download/Jz3gbjci/cojo-de-malaga-saeta-tranquilo.mp3
http://dc180.4shared.com/download/0alC6Dxw/manuel-escacena-saeta-que-bien.mp3
http://dc304.4shared.com/download/kohnIddW/gpo-sn-nicolas-jalpan-queretar.mp3
Lo más interesante para mi es el decimal, acá la transcripción (todo es de dominio público):
Preso en la cárcel estoy
no tengas pena por eso
que no porque me hallo preso
ya dejo de ser quien soy.
Con qué amor y qué ternura
camina mi buen Jesús
bajo el peso de la cruz
bañado de sangre pura
y le dice a su criatura:
“amor mío tu creador soy
y por ti la vida doy
siendo tuya la maldad
por darte la libertad
preso en la cárcel estoy”.
Hasta el Calvario ha llegado
con sus cansancios mortales
de sus vestiduras reales
a mi Dios han despojado
ahí fue crucificado
por un traidor inconfeso
pero con el grande peso,
diciendo madre sin par
aunque me vean suspirar
no tengas pena por eso.
Gran tormento sin medida
en medio de dos ladrones
machacando los sayones
al redentor de la vida
viendo a su madre afligida
padecía pena por eso
calló con el grande peso,
al mirarse en agonía
“no llores madre” decía
que no porque me hallo preso.
Todo de esperanza lleno
fue y le dice el buen ladrón
llévame a tu real mansión
cuando estés allá en tu reino
Él le respondió muy tierno
“hijo mío lléndome estoy
te invito conmigo hoy
a mi paraíso sagrado
aunque esté crucificado
no dejo de ser quien soy”
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