Así hay que decir las cosas
A mi juicio, uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es que los cristianos estamos acomplejados por una sociedad hostil y nos avergonzamos de ser católicos. Y, en consecuencia, nos da vergüenza hablar como católicos y utilizamos un lenguaje políticamente correcto y lo más insustancial posible. Basta leer buena parte de los documentos de los obispos que, superficialmente, son indistinguibles de los comunicados de los políticos. Hablamos como habla el mundo y podríamos sospechar que eso se debe a que pensamos como piensa el mundo.
Teniendo en cuenta esto, me ha alegrado leer el nuevo blog parroquial de D. Omar Martínez, un sacerdote salvadoreño de cuyo antiguo blog parroquial ya les hablé. Me ha gustado mucho un post en el que anuncia las horas para las confesiones y una celebración penitencial que hubo en la parroquia el otro día. No se limita a incluir impersonalmente una “tabla de horarios del sacramento de la penitencia", ni sa anunciar que “tuvo lugar una celebración penitencial comunitaria parroquial”, que es lo que estamos acostumbrados a oír. No. Titula el post: “Veía a Satanás cayendo del cielo como un rayo”. ¡Muy bien! Sin tonterías ni lenguajes políticamente correctos. Satanás cayendo del cielo como un rayo, la frase que dijo el Señor (Lc 10,18) cuando envió a los discípulos a expulsar a los demonios. Me ha encantado, porque eso es exactamente lo que sucede en las confesiones, aunque no sea políticamente correcto decirlo.
Además, no contento con reconocer que existe el demonio, aprovecha para dar una catequesis al lector: “Si la cuaresma es el tiempo de nuestra vida en la tierra, la pascua es imagen del cielo que nos espera cuando vayamos todos con el Señor”. No ser un poquito mejores cada día, ser más comprometidos o auténticos (y, de paso, un poquito más pelagianos): Poner los ojos en el cielo y en el Señor que nos está esperando, para caminar por esta vida como hombres con esperanza, que con la gracia de Dios dan la vida como Cristo y aman a sus enemigos.
Después, sobre la celebración penitencial, dice: “La alegría de haber saboreado y digerido el perdón de Dios se reflejaba en el rostro radiante de los hermanos. Ciertamente la Iglesia católica es preciosa, sobre todo cuando en ella resplandece la imagen de Cristo”. No es fácil decir estas cosas, especialmente cuando estamos acostumbrados a las críticas constantes de la Iglesia, tanto internas como externas, muchas de ellas con razón. Nos cuesta muchísimo ver su belleza, así que es estupendo que alguien mire a la Iglesia con ojos de fe. Parece que se anticipa ya la Vigilia Pascual, con la Iglesia vestida de fiesta, resplandeciente como una novia que va al encuentro de su esposo. Es un milagro que responde al milagro que hace Dios al perdonar los pecados de su pueblo.
Y, finalmente, en lugar de un simple horario impersonal de confesiones, se anuncia ese horario llamando a la conversión: “Todos los días a partir de las 4 de la tarde estamos disponibles para confesar a todo aquél que lo solicite. Por lo que si todavía queda algún hermano pertrechado de pecados que se despoje de ellos, porque estando ligeros de equipaje es mucho más fácil seguir al Señor por los senderos de su voluntad”.
Así hay que decir las cosas. No es necesario que nuestros boletines parroquiales sean un prodigio literario ni mucho menos un modelo de lenguaje políticamente correcto, pero si conviene, por favor, que en ellos hablemos como cristianos.
13 comentarios
A mí también me ha llamado la atención de esta frase, sencilla, clara y verdadera. Qué gran párroco Don Omar.
Me ha recordado también la gran catequesis de Benedicto XVI en la audiencia del miércoles de ceniza:
http://www.zenit.org/article-38539?l=spanish
Un saludo muy cordial.
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¡Qué dos grandes verdades!
Las cuales nos incumben (ambas) a los laicos, porque son laicos los que se le van a la yugular a los obispos cada vez que éstos se manifiestan confrontantivos con el mundo.
"en toda Parroquia debería haber un cartel anunciador del horario de Misas y Confesiones, bien visible, y el resto de celebraciones y actos e invitar a la feligresía a participar en ellos. gracias".
Totalmente de acuerdo. Y yo añadiría que ese cartel debe ser visible también cuando esté cerrada la parroquia.
A veces el lenguaje religioso resulta útil para expresar las cosas religiosas :-D jajajaja
Con todo respeto,
Beatriz Méndez
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