La cuesta de enero y Vita Brevis

Me resulta curioso que, cuando se habla de la “cuesta de enero”, todo el mundo entienda siempre que se está hablando de una cuesta arriba. En principio, una cuesta, así en general, puede ser hacia arriba y hacia abajo. Y yo diría que, en enero, existen las dos, una cuesta arriba y una cuesta abajo.

La cuesta arriba de enero es evidente para todos: tendemos a gastarnos más dinero del que deberíamos durante las fiestas navideñas y luego hay que apretarse el cinturón. Regalos, comidas familiares y de empresa, loterías, viajes… En ese sentido, el mes de enero se hace cuesta arriba por el esfuerzo necesario para cuadrar el presupuesto doméstico. Pero ¿cuál es la cuesta abajo?

En mi opinión y por propia experiencia, la cuesta abajo de enero es una cuesta abajo espiritual. La Navidad es uno de los “tiempos fuertes” del año, litúrgicamente hablando. Durante el Adviento y la Navidad, hay multitud de cosas que nos ayudan a mantener una tensión espiritual y a buscar la conversión a Dios: los signos especiales de la liturgia, la espera durante el Adviento, los villancicos, las celebraciones especiales de los domingos de Adviento, la Navidad, Santa María Madre de Dios, la Sagrada Familia o la Epifanía, los nacimientos, los árboles de Navidad… Todo habla de Dios a quien quiere escuchar… Y, precisamente por eso, es fácil caer en la tentación de relajarse cuando pasa la Navidad. Enero puede convertirse, si no tenemos cuidado, en una cuesta abajo sin frenos, de la que sólo nos sacará la Cuaresma.

Como es lógico, cada uno es cada uno y seguro que hay personas para las que el tiempo ordinario es el de mayor fervor del año, pero los demás necesitamos toda la ayuda posible. Y para ayudar un poquito, tanto en la cuesta arriba como en la cuesta abajo de enero, la editorial Vita Brevis va a poner su granito de arena.

Para la cuesta arriba, en primer lugar lo que hemos hecho ha sido bajar los precios. Nuestro deseo principal en Vita Brevis es ofrecer libros de calidad, pero, si además reducimos el precio todo lo posible, miel sobre hojuelas. Con estas “rebajas de enero”, esperamos que los libros sean más asequibles para todo aquel que los desee comprar. No solucionaremos con ello la cuesta de enero, pero, como dicen los ingleses, siempre es mejor que un pinchazo en el ojo con un palo sin punta.

Además, pensando sobre todo en nuestros lectores hispanoamericanos, hemos introducido la posibilidad de descargar los libros en formato digital. A un precio mucho más económico (cuatro euros) y sin gastos de envío. Hoy en día, cada vez más gente lee en el ordenador, en libros electrónicos o iPads y queremos ponérselo fácil.

¿Y para la cuesta abajo? Creemos que una de las mejores cosas para evitar el relajamiento y el desánimo en la vida espiritual, además de la Eucaristía diaria como dijo Luis un día, es la oración personal. Así pues, para ayudar a orar, tanto a los principiantes como a los más experimentados, hemos editado el Tratado de Oración y la Meditación, de Fray Luis de Granada y San Pedro de Alcántara.

Es un librito precioso, para ayudar a orar, para aprender más cosas sobre la oración y para evitar los errores en los que uno suele caer cuando ora. Tiene la ventaja excepcional de tener no uno sino dos autores magníficos, ya que Fray Luis de Granada escribió el extensísimo y sesudo tratado original y San Pedro de Alcántara lo resumió y adaptó. Así pues, podemos disfrutar del fruto de los esfuerzos de uno de los más grandes literatos del Siglo de Oro, que además era un verdero maestro espiritual y está en proceso de beatificación, y de un Santo experto en ascética y mística.

Además de catorce meditaciones, una para cada día de dos semanas completas, el Tratado incluye algunas explicaciones sobre cómo hacer oración y sobre las partes fundamentales de la misma: lectura, meditación, acción de gracias, ofrecimiento de uno mismo y petición. Asimismo, profundiza en la virtud de la devoción, una virtud a menudo olvidada, cuando no ridiculizada, en nuestro tiempo. Finalmente, ofrece una serie de advertencias y consejos concretísimos en relación con la oración, que están repletos de sentido común y de sabiduría cristiana.

Al preparar la edición del libro, he aprovechado para usarlo en la oración y me ha resultado muy útil. Me gustaría saber si algún lector lo ha leído y cuáles han sido sus impresiones.