Innumerables posibilidades de acabar en la cárcel
El viernes pasado, fue arrestado en Pakistán el Dr. Naushad Valiyani, un médico musulmán chiíta de Hiderabad. Aparentemente, este médico ha sido arrestado por blasfemar contra Mahoma.
¿Cómo se le ocurrió hacer algo así en un país como Pakistán? ¿Fue un momento de locura? No. Aparentemente, sólo trataba de mantener limpia su consulta. Parece ser que, después de recibir a un representante de productos farmacéuticos cuyos servicios no le interesaban, tiró su tarjeta de visita a la basura… sin tener en cuenta que el representante se llamaba Mohammed, el equivalente en su lengua a Mahoma. Por lo tanto, había tirado el nombre de Mahoma a la basura y el representante le denunció por ello, provocando que fuera arrestado por la policía. A pesar de que el pobre hombre se ha disculpado, señalando que no tenía ninguna intención de insultar a Mahoma al tirar la tarjeta a la basura, diversos líderes musulmanes están presionando para que sea condenado.
El periódico cristiano Pakistan Christian Post señala que la inmensa mayoría de los nombres de hombres musulmanes de Pakistán incluyen la palabra Mohammed, así que las posibilidades de “blasfemar” son innumerables. Y ya sabemos que, aunque rocambolesca, la cosa no es baladí. Según la legislación paquistaní, en concreto la Ley 295C, las “blasfemias” contra el Corán se castigan con la cárcel y las “blasfemias” contra Mahoma están penadas con la muerte, como bien sabe la cristiana Asia Bibí, que sigue en prisión, esperando su destino, por una acusación también absurda.
Estas cosas son, qué duda cabe, horribles. Pero no las traigo al blog para espantar a los lectores, ni tampoco para hablar de lo malos o intolerantes que son los paquistaníes, sino para recordarles que allí, pese a todo, permanece la Iglesia Católica, fiel al Señor en medio de las persecuciones, con casi 300 sacerdotes y más de 700 religiosas. Débil y sufriente, pero no se limita a sobrevivir, sino que practica el amor a los pobres y a los enemigos, con más de 600 colegios, albergues o centros sanitarios, mostrando al mundo que los cristianos, al ser maldecidos, responden con una bendición, porque para eso hemos sido llamados, para heredar una bendición.
Recemos los unos por los otros.
10 comentarios
Los líderes políticos de Pakistán dijeron en su momento que, aunque tuvieran que comer hierba (por las privaciones), ellos tendrían "la bomba" (atómica).
Y ahí están, con sus bombas atómicas, y con la población desesperada porque no tienen, ni tendrán, ni presente, ni futuro.
La presencia de cristianos en esos muladares es algo heroico y milagroso.
Que Dios los proteja.
Gracias por ese ejemplo, que pone de manifiesto la enorme diferencia que existe entre una realidad y otra. El ejemplo que cita es una clara muestra de deseo de ofender y de afirmación grosera y denigrante. Imagine por un momento que alguien dice lo mismo públicamente, por ejemplo, de la madre del Presidente del Gobierno. También le pondrían una multa.
Lo de Pakistán no tiene nada que ver.
Saludos.
1. La diferencia es claramente obvia. Si se pone semántico-gramatical-sintáctico, yo también: dice "la virgen", no una, no alguna, sino "la". Está dicho con ánimo de ofender... al que se ofenda. Yo no lo multaría, me parece de mal gusto, y a esa persona le diría que no se meta con mi madre, pero allá él.
2. Puestos a considerar delitos, me parece que la diferencia es abismal: una multa comparada con pena de cárcel o de muerte... Pero vamos, que si usted lo quiere considerar igual, allá usted, sólo pone "en explícito" el doble rasero que parece llevar implícito.
Supongo que sabrás que la INTENCIONALIDAD pesa mucho en la consideración de un delito. Por ejemplo, matar a alguien tiene varios grados. Puede ser homicidio o asesinato, según la intención, y las consiguientes penas son muy diferentes. Por tanto, por más vueltas dialécticas que le des, hay una diferencia abismal entre los dos casos. No existe en ambos la misma intencionalidad de ofender; tirar una tarjeta de vista, que casualmente lleva el nombre de Mahoma, y decir "me cago en la virgen" (con o sin mayúscula, todo el mundo sabe a quién se refería), son actos muy distintos.
Esto lo sabes, pero fiel a tu homónimo, quieres confundir y atacar la Religión a cualquier precio (especialmente al precio de la Verdad).
El segundo caso, sí que existe intención ofensiva. En primer lugar, se trata de algo escrito y, cuando se escribe, no se tiene la espontaneidad de cuando se habla. Es algo hecho, a ciencia y conciencia, con la clara y premeditada intención de ofender.
Además, eso de querer arrojar los residuos industriales del aparato digestivo sobre cualquier persona es una solemne zafiedad. Si alguien no cree en lo que creemos los creyentes, ¿por qué se molesta en hacer tal alarde de grosería y, además, sabiendo que ofende a los que sí creen?
Por último, decir que en mi época de escéptico también me molestaban la expresiones zafias contra la religión.
oremos por ellos.
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