Para que te vuelvas a quejar
Me encantan las vidas de los santos. Creo que, fuera de los sacramentos y la oración, pocas cosas hay que despierten más el deseo de vivir cristianamente, de entregar la vida a Dios, de ir al cielo y amar a los enemigos. En la vida de los santos se puede ver, de forma concreta y real, en personas concretas y reales, que el seguimiento de Cristo es posible y merece la pena, que no hace falta conformarse con medianías y que Dios está deseando hacer maravillas con nosotros.
Antiguamente, los cristianos leían continuamente vidas de santos y el Año Cristiano, incluso se leían en familia. Hoy, en cambio, parece que a muchos les parece una beatería… y así nos va. Yo, siempre que puedo, regalo buenas vidas de santos a todo el mundo.
Como no puedo traer al blog la vida entera de un santo, hoy traigo sólo una frase, brevísima pero sustanciosa, de un santo que, hasta ayer, desconocía: San Lorenzo Giustiniani, obispo y Patriarca de Venecia del siglo XV.
Nuestro Santo era de familia noble, pero lo dejó todo para consagrarse a Dios. Después, el Papa le fue llamando a cargos cada vez más altos, hasta nombrarlo Patriarca de Venecia cuando ya era anciano. Estando enfermo, cerca de la muerte, teniendo en cuenta su enfermedad, su edad y su condición de uno de los obispos más importantes de la Cristiandad, quisieron cambiarle su lecho habitual de paja por un colchón de plumas y él dijo:
“Cristo murió sobre la Cruz ¿y yo voy a morir en un colchón de plumas?”
Y se quedó con la paja.
Creo que antes de quejarme otra vez por algo, incluso con razón, pensaré en la contestación de San Lorenzo. Y, si Dios me lo concede, me quedaré con la paja.
72 comentarios
Exacto, Bruno. Toda gesto santo es un regalo de Dios, un don de su Gracia. "Sin Mí no podéis hacer nada". Quizás no hay un punto de la la fe católica, más ignorado y mal entendido que éste.
El Padre Iraburu en una serie magistral de artículos en Infocatólica sobre el pelagianismo, trató en profundidad -aunque acaso con excesiva complejidad teológica- este asunto. Conviene recalcar en cualquier catequésis esta impresionante Verdad cristiana. El Evangelio de Cristo es el Evangelio de la Gracia.
“Cristo murió sobre la Cruz ¿y yo voy a morir en un colchón de plumas?”
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-Cabe preguntarse. ¿No será esa envidia ajena la que pretendiendo restar méritos al sufriente sea la causa de tales extrañas caridades?
Y a mí no me has regalado ni uno, ya te vale.
Bruno, ahora han sacado tres volúmenes sobre mi vida, ¿leéras algo sobre mí? ¿Sabes quién soy?
Sólo haría una excepción en el caso de las tendencias masoquistas, perfectamente legítimas en el marco de una antropología antropocéntrica, valga la redd.
Trato este tema en mi opúsculo: "Yoga y confort: hacia una espiritualidad del Estado de Bienestar", con prólogo de mi llorado amigo Tony de Mello, Edit. Dolce Far Niente, Bombay, 1968.
Que descaro, pero bueno, yo no me enojo nunca con un libro de estos.
Quisiera comprarme la serie que escribe el P. Eliécer Salesman SDB (muy conocido aqui del otro lado del charco) "Vidas de Santos" partes 1 a 4.
Es curioso que sólo estés a favor de la mortiicación cuando es un desorden patológico, no cuando es motivado por un deseo de santidad. Evidentemente no eres católico, ni entiendes nada de la vida espiritual.
Las mortificaciones son imprescindibles para una vida de santidad. Ser santo trata de vaciarse de uno mismo para llenarse de Dios. El yoga y las técnicas New Age se centran siempre en hacer que te sientas más a gusto, llenándote cada vez más de ti mismo. Así sólo te alejas de Dios, porque ese es el camino del EGOISMO.
En cambio, el que se mortifica por amor a Dios, por deseo de santidad, fortaleza su voluntad, disciplina su cuerpo, frena sus impulsos y se humilla ante el Señor. En cualquier vida de santos encontrarás este patrón. Nunca encontrarás a un santo que haya buscado "confort y bienestar".
Que Dios te bendiga.
La persona humana supera a la comunidad, ergo, el bien de la persona es superior al bien común, y no hay pues ningún óbice que pueda ponerse a sus derechos, que son su fin último, porque la persona es el fin de la persona y no puede usarse como medio para ninguna otra Cosa o Persona.
Cuanto uno más humano es, más divino es. Cuanto más ego, más divino, porque el hombre, el hombre, es el centro de todas los desvelos y aspiraciones de la Iglesia, el hombre supera infinitamente al hombre... siendo más hombre.
¿Y cuándo el hombre es mas hombre que cuando está cómodo?
Por el mismo motivo Nuestro Señor debió ser -según Vd.- masoquista, porque prefirió como trono la cruz, como reconocimiento el desprecio y como corona una de espinas. Prefirió salvarnos en sus llagas y no en su triunfo social.
Finalmente ese último comentario -"cuanto más ego, más divino", también lo he leído en la Biblia, pero esta vez al inicio de todo, cuando un repugnante bicho se dirigió a una incauta mujer llamada Eva y le dijo esto: "Seréis como dioses".
Y ella picó. Y así nos fue.
Y por favor, haga una exégesis bíblica seria, que sepa interpretar el verdadero mensaje tras la cobertura mítica superada. Más que entender la Biblia, hoy, en teología antropocéntrica, intentamos que la Biblia nos entienda a nosotros. Tratar de ver qué mensaje podemos transmitir a la Biblia, proyectar nuestros deseos y aspiraciones en la Escritura para adaptarla al hombre hic et nunc, es la magna tarea del exegeta bíblico. En definitiva, reescribir, a nuestra manera, la Biblia.
Lo explico en mi trabajo "Leer la Biblia como un periódico. Hacia una exégesis periodística", Edit. Raymond Brown, PCB, Roma, 1968.
Un cordial saludo.
No a lo más gustoso, sino a lo más desabrido.
No a lo que es consuelo, sino a lo que es desconsuelo.
No a lo más alto, sino a lo más bajo...
S. J. de la +
Cómprale también a él un par de fustas, anita-la-buenista.!!!
Pues nada, comenzaré a escribir la carta de reyes.
Queridos Reyes Magos:
Os quiero pedir unos regalitos para unos amigos. Para Tulkas, un par de fustas, y para Luis Lopez un cilicio; no sé si se apuntará alguno más, pero por si acaso, dejad apartados unos cuantos artefactos de esos. Para mí no quiero nada; bastante martirio tengo ya con el teléfono, ese invento del maligno, que no para de sonar.
http://www.cilice.co.uk/
Saludos.
Saludos
En una de sus rutinarias guerras con Bizancio, los venecianos perdieron casi toda su flota cerca de Chios en 1172. Entre los muertos, estaban todos los varones de la familia Giustiniani (Iustiniani; Zustinian), supuesta rama de la gens Justiniana bizantina ya atestada en Venecia en el siglo VII. Tan amada era la familia que la Serenísima República lamentó esta pérdida como si se tratara de una verdadera calamidad pública. Luego recordaron que el monje Niccolò del Lido era el único sobreviviente de la familia. El gobierno veneciano entonces envió dos delegados para solicitar al Papa Alejandro III que le dispensara los votos. El Papa concedió la dispensa y Niccolò Giustiniani desposó a Anna Michiel, hija del Dux. De ellos descienden todos los Giustiniani. Terminada su "tarea", Niccolò regresó al monasterio, y su esposa Anna, ingresó al convento de Aniano donde tomó los votos. Ambos murieron en aroma de santidad y son reverenciados como santos por los venecianos desde entonces.
¡Bah...!. De siete sobras sé, que Don Higinio es una de las múltiples personalidades de cierto comentarista cuya identidad no desvelaré.
Un cordial saludo.
PD.- ¿Quiere que pida a los Reyes Magos un regalo para usted?
Lástima que Aristóteles fuera tan de derechas.
Me basta el día de cada día.
Y todo esto porque a grandes hombres por Dios protegidos, se corresponden poderosos y astutos enemigos.
"el Hijo del hombre tiene muchas almohadas dónde apoyar la cabeza".
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Ubi Spiritus Domini, ibi libertas. San Jerónimo.
Me recordó lo de dormir "en duro" a Sta. Maravillas de Jesús, con su sencillez y firmeza, hasta el fin de sus días terrenos. Y al beato Sebastián Aparicio, el de las carretas, de los Hechos de los Apóstoles del P.Iraburu. Con éste no hay quien no pueda enternecerse y alegrarse y pedir al Señor la gracia de ser más mortificado y practicar la mortificación por su amor.
Lo explico en mi artículo “La mejor mortificación: prescindir de toda mortificación.”, en Espiritualidad Progresauria, n. 1 (2010), ps. 1-2.
La mortificación es más bien una práctica "liberadora" y mimética de aquellos a los que la vida no les ha zurrado lo suficiente, que están físicamente sanos y que cuentan con todo tipo de comodidades. En realidad es como los niños superpijitos cuando teniendo de todo, les da por vestirse de pobres. Y en vez de dar gracias a Dios por lo que tienen, se dedican a esto...¡en fin, niñatos malcriados...!.
"Niños superpijitos"... jeje.
Entonces estarás encantado, ya que te va tanto el tema; pero como resulta que yo soy una persona bastante sana y no me gustan las cosas raras, hasta aquí llegó mi conversación contigo Tulkas-payaso.
Por eso no se me ocurriría nunca tildar de pijitos a personas que emplean formas de mortificación con las que yo tampoco estoy de acuerdo.
¿Qué sabrás tú de ellos?
Las cosas raras, las verdaderamente raras y despreciables, bochoronosas y causa de vergüenza ajena, son las que tú dices en tu comentario de las 2:40.
¿Te quedó claro o precisas mayor explicación?
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A mí tampoco me gustan muchas prácticas, particularmente de algunos movimientos eclesiales, pero no por eso llamo a sus seguidores "tarados mentales, psicológicamente aniquilados por las circunstancias que les ha tocado vivir"... me limito a detestar la práctica, y no a quien la practica.
Totalmente de acuerdo. No hay dudas de que los cartujos cuentan con todo tipo de comodidades y practican la mortificación sólo para “liberarse” de su mala conciencia burguesa. Hay que promover la descanonización del niño superpijito Francisco de Asís.
Ya me ocupé del tema en: “La lucha de clases: una nueva mortificación ecuménica inclusiva.”, en Espiritualidad Progresauria, n. 2 (1965), ps. 2-4.
Yo no estaba hablando de las órdenes religiosas; me refería a los laicos.
Yo hablo para la humanidad. Porque todos son hombres.
La lucha de clases como herramienta de transformación social para un mundo mejor debe reemplazar a prácticas tan carcas como la mortificación corporal.
Mi receta: mucho mantra y mucha lucha de clases; nada de austeridades burguesas.
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Pseudo Higinio, a ver cuando sacas el articulo sobre tu admirado Bunigni,el mundo espera esa revelacion por tu parte.
Déjese de historietas de luchas de clases. ¿Quieren educar el cuerpo y la voluntad sin caer en excesos y de forma eficaz?. Pues todos al ejército ya. Que reestablezcan el servicio militar para todos.
Gracias; creía que me había convertido en la "llanera solitaria" (es que con Higinio, Pseudo o no, no se puede contar, el va a su bola).
Yo también lo he visto...me ha recordado a los collares de castigo que se les ponen a los perros (es para enseñarlos y mejor si se puede prescindir de ellos). Bueno, como dices, "hay gente pa to".
Un cordial saludo.
Y san Juan de la cruz que sería otro pijo bugués adocenado.
Si al de Asís hay que descanonizarlo pues al de Fontiveros además de descanonizarlo hay que quitarle el doctorado y hacer con él como hacían con las estatuas de Lenin y de Hussein.
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No es que vivamos en la Luna, no... lo que pasa es que aquí hay dos iglesias diferentes: la Iglesia y la otra, y cada uno habla desde dónde habita.
- Uy Pablete, Pablete, que me puntúas muy poco en el "Alegriómetro"...
Pues sí, y a dar gracias a Dios por lo que tenemos y como dice Bruno, a no quejarnos.
Un cordial saludo.
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Doy fe de que llegan (y totalmente gratis) hasta los más recónditos lugares de Sudamérica.
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¿?
El hombre, sin cortapisas, sin cilicios, sin tapujos, en toda su desnudez antrópica, debe reconocerse a Sí Mismo, admirarse en Su Esencia, revivificarse en contacto Consigo Mismo, con sus virtudes y sus vicios, con sus grandezas y con sus miserias que no por ser vilezas no son amables por el hecho de ser humanas. El hombre, el hombre, el hombre, es el centro de todo, el Norte de nuestros afanes, la Estrella Polar de nuestros deseos.
Para qué la penitencia, si al verse a Sí mismo, en el hombre brota un canto de complacencia con sí mismo. Para qué la mortificación, si a lo único que aspiramos es a vivir la Fiesta de la Vida, de la vida humana, que es la única que tenemos.
Lo explico en mi opúsculo "Hacia el Onanismo Metafísico. Amate a ti mismo", Edit. Narciso, 1968.
¿Lo has tomado de Buenafuente o de Krusty el payaso?
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4 Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense.
5 Que la bondad de ustedes sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca.
6 No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios.
(Flp 4,4-6).
Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador” (Lc 1,46-47).
12 Así se alegrarán los que en ti se refugian
y siempre cantarán jubilosos;
tú proteges a los que aman tu Nombre,
y ellos se llenarán de gozo.
(Salmo 5,12)
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Moooolaaaa mogollon,o como se dice en aleman: DABUTEN.
A los gritos, prorrumpí en apofáticas exclamaciones, intentando trepar a la divina imagen para besar sus mejillas, pero fui interrumpido por un par de carabinieri que, sin hacer caso de las protestas de mi esposa que ofrecía llevarme a un lugar de reposo, me llevaron al calabozo por disturbios contra el orden público. El antihumanismo mostraba su negra faz.
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Y que lo digas,dottore Higinio,si es que hay gente muy mala. No habia leido algo tan en contra del hombre desde que una profesora mia me dijo que "La cabaña del Tio Tom" era seudo-literatura. Me da en la nariz que la esclavitud le gustaba.
A ver si cuentas como te libraste de la carcel.
El Breviario que tú usas está mutilado. Pero el salmo de las Vísperas del Domingo también dice esto, que a lo mejor no lo sabías:
"Iudicabit in nationibus, implebit ruinas; * conquassabit capita in terra multorum.
De torrente in via bibet; * propterea exaltabit caput."
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- Arrepentios, que está cerca el Reino de los cielos.
- ¡Venga ya! ¿Tú estás fumao?
- Cada día tiene sus propios dolores.
- Tolle, tolle, crucifige eum!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
"Velad y orad".
Ah... que lo de velar se nos había olvidado, ¿no?
"Iudicabit in nationibus, implebit ruinas; * conquassabit capita in terra multorum.
De torrente in via bibet; * propterea exaltabit caput."
Que no hay levantar de cabeza que valga sin un cor contritum et humiliatum previo: corazón triturado y humillado.
"Asperges me, Domine, hyssopo, et mundabor. Lavabis me et super nivem dealbabor."
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"El ansia y la pena crecen continuamente,
de una parte, por las TINIEBLAS espirituales en que se ve metida el alma y, de otra,
por el AMOF de Dios que la inflama." Edith Stein.
Las florecillas de San Francisco.
¿Alguien aquí querría que una hija suya imitase literalmente a Santa Rosa de Lima? ¿Alguien duda que si una monja en la actualidad quisiera imitar sus prácticas ascéticas, el capellán o director (de cualquier tendencia, desde ultraprogre hasta hipertradi)le diría que dejase eso, que Dios no quería que se destrozase a sí misma de esa forma? Dios no es un sátrapa que disfrute contemplando el sufrimiento humano. "Después de esto reduplicó la severidad y variedad de sus penitencias a un grado heroico, usando constantemente una corona de espinas de metal, ocultada por rosas, y una cadena de hierro sobre su cintura. Podía permanecer días sin probar alimento alguno, salvo un trago de hiel mezclado con hierbas amargas. Cuando ya no podía estar de pie, buscó reposo en una cama construida por ella, de vidrio roto, piedra, restos de recipientes, y espinas. Ella admitía que el pensamiento de acostarse en ella le hacía temblar de miedo."
Esos santos de antes ya no hacen fe en el mundo. Es que ya no hay más tampoco, visiblemente al menos. Son historias, son imágenes de yeso, y son biografías untuosas en latín. O son vistas en el cine, entre una "de cow-boys" y otra "de amores".
Delante de ellos, yo me quedo boquiabierto, pero no puedo hablar; no puedo hablar con ellos como con hermanos. Pasan sobre mí envueltos en sus armaduras, hopalandas o aureolas.
Si estoy triste no me consuelan, porque ellos no fueron tristes. Si estoy alegre no se congratulan, porque mi alegría de perro cansado no es el éxtasis de ellos. Ellos eran vigiles y madrugadores, y yo lo que quiero es dormir. Mis dificultades, ellos no las tuvieron ni las entienden. ¿Qué le diría yo si lo viera a mi padre San Ignacio de Loyola? Me callaría como un muerto. Lo mismo que delante de su sucesor Juan Bautista Jannssens. A Santa Teresa cuando una monja le iba con tentaciones sexuales, se le fruncía el entrecejo y decía: "Vaya a la madre Tal y Cual, porque yo de esas cosas nada entiendo". Así todos esos santos fuertes, no entenderían nada de mis impotencias; todos esos luminosos, de mis oscuridades. ¡Cantad al Señor, hermano —me dirían—. Exultad en el Señor Dios fuerte, tañed la lira y la cítara y dad saltos de alegría como el recental al ver la ubre; porque grande es el Señor y abundosa su misericordia. ¡Alegráos en el Señor siempre! ¡De nuevo os digo: alegraos!''.
Un cuerno.
Yo decidí ponerme de parte de ellos. El ideal que representan es el mío, y ese ideal existe, aunque no viviera en ninguna parte del mundo, sino solamente en mí, lo cual está muy lejos de ser verdad, por suerte.
Mas no son esos los santos de los que me acuerdo cuando tengo necesidad de acordarme de algo. Me acuerdo espontáneamente por ejemplo del jorobado Kirkegord, escritor y editor de libros invendibles y cifrados —¡ al fin y al cabo uno es libre en sus devociones!—. ¡Me acuerdo incluso del Mahatma Gandhi, el ayunante! —que fue moro y sarraceno—. Me acuerdo del dandy Baudelaire, condenado de la justicia burguesa por escribir versos "obscenos"; me consuelo, ¡cómo seré de bestia! pensando en el poeta Baudelaire cercado en el estrépito de la rue D'Assas. Me acuerdo del botarate León Bloy, romanticón presuntoso, pedigüeño y exagerado. Me acuerdo del calumniado y despreciado Luis Veuillot. Me acuerdo del ruiseñor fusilado Jacinto Verdaguer. Me acuerdo de Balmes, liquidado a los 30 años. Me acuerdo de Rosmini, "incanonizábile", como dijo el cardenal Antonelli. Me acuerdo de Gioberti, sacerdote sufrido hasta la muerte. Me acuerdo hasta de Arturo Rimbaud, que probablemente fue un loquito; y de Schopenhauer que fue un ateo; prusiano por añadidura.
Es decir, no me acuerdo, no puedo acordarme, de Cristo Transfigurado, sino de Cristo en el otro monte. No me puedo figurar al Cristo sublime, o mejor dicho, me lo figuro solamente en lo que es más sublime, "por debajo del límite" cuando la Divinidad encarnada no llegaba ni siquiera al límite del hombrey El era gusano y no hombre, escarnio del pueblo e ignominia de la plebe, colgado de un palo en el otro Monte.
Una vez les hice un poema a todas las santas del paraíso, y una letanía a todos los santos; mas ahora solamente le rezo a Santa Tais, que no sé si estará canonizada; y a San Soren Kirkegord, que ciertamente nunca lo será."
Leonardo Castellani, Carta a Leónidas Barletta
Pero el latín de las Confesiones no es nada untuoso, y el latín de santa Teresa... no es latín, vaya.
La hagiografía heroica hace muy flaco favor a los santos, eso sí es verdad.
No sé ahora mismo si fue Isidoro o fue Beda (o quizá ambos) que sabiendo próxima la hora de su muerte se rapó el pelo, se vistió de saco y se sentó en cenizas, como Job,a implorar misericordia.
Te pido disculpas por la parte que me toca; cuando saques el post sobre el tema, trataré de no intervenir o, en caso de hacerlo, tomarme antes un litro de tila acompañado de unos tranquilizantes.
Un cordial saludo, y perdona.
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