Una imagen para recordar
Ahora que ya han pasado varios días desde la visita del Papa, aprovecho para hablar con más calma de lo que más me ha gustado de la misma. Ha sido, sin duda, una visita llena de acontecimientos y palabras de fe y sería ingenuo intentar resumirla en una frase. Sin embargo, hay imagen que me impresionó y que quedará grabada en mi memoria como símbolo de esta visita, aunque apenas duró uno o dos minutos.
Cada uno, recordará probablemente algo diferente de este viaje del Papa. A fin de cuentas, de lo que rebosa el corazón habla la boca… y también la memoria. La prensa malintencionada recordará, con resentimiento y sensación de superioridad, el detalle simpático de las monjas limpiando el altar. Es fácil que muchos nacionalistas catalanes hablen de esta visita como la visita en la que el Papa habló en catalán. Otros recordarán simplemente la magnífica arquitectura de la Sagrada Familia, el número de personas o las pancartas a favor o en contra. Algunos, quizá los menos, la preciosa liturgia de consagración del templo, las valientes homilías y declaraciones del Papa, el ejemplo de santidad de Gaudí… En cualquier caso, no parece que la imagen que yo he elegido sea muy popular, porque no la he podido encontrar en Internet y he tenido que sacarla de un vídeo.
Para mí, la imagen más representativa de la visita fue la del Papa rezando, arrodillado y en silencio, ante la tumba del Apóstol Santiago. Probablemente, Benedicto XVI defraudó las ingenuas expectativas de algunos, que esperaban que diera más importancia a gestos de tipo más bien folclórico, como el abrazo a la imagen del Apóstol, pero, el Papa sabe ir a lo esencial y dio importancia a lo que verdaderamente la tiene: las reliquias de Santiago el Mayor. Fue un momento precioso. Hasta el parlanchín comentarista televisivo se calló mientras el Papa rezaba.
Ante la tumba de Santiago, durante unos minutos, el bullicio de la visita papal se detuvo. Y hubo silencio, porque el Papa rezaba.
Fue una imagen que, a poca sensibilidad que uno tuviera, se grababa en la retina. El sucesor de Pedro ante la tumba de Santiago. Las vestiduras de color rojo y blanco parecían reflejar la sangre de uno de los primeros mártires de Cristo y su triunfo junto con el Resucitado. El peregrino del siglo XXI ante el peregrino del siglo I, ambos venidos a España para anunciar el Evangelio. El teólogo bávaro arrodillado humildemente ante un sencillo pescador de Galilea. Joseph Ratzinger y Jacobo el de Cebedeo. El Rottweiler de Dios junto al Hijo del Trueno. El mundo pendiente de las palabras del Papa y el silencio de la oración, ante el ruido estridente de políticos, ideologías y televisiones. Un anciano, débil e insignificante, rezando de rodillas, y Dios que escucha a su siervo.
¿Qué pediría el Papa por intercesión de Santiago? ¿Recordaría aquella noche en la que el propio Santiago oró junto al Maestro en Getsemaní? ¿Pediría para sí mismo y para Europa la fe que anunciaron los apóstoles y transformó el mundo? ¿Rezaría por España? ¿Por mí, en definitiva? ¿Quizá pensó en que el Calvario se acercaba, en la persecución, en la debilidad humana y en la gracia de Dios que hace mártires de los cobardes? No lo sé, pero, para mí, su imagen rezando en silencio es más elocuente que todos sus discursos, por excelentes que hayan sido éstos. Laus Deo.
15 comentarios
Igual pedía eso Su Santidad.
Pues sí, las mujeres tienen esos privilegios. Tambien la Theotokos, Santa María Magdalena y las miróforas limpiaron el adorable cuerpo muerto del Hijo de Dios.
Sí, en general hablan demasiado. Yo entiendo que, como les han contratado para eso, crean que tienen la obligación de estar hablando todo el tiempo, pero el silencio se echa de menos muchas veces.
En cuanto a lo de las monjas, pienso que lo que verdaderamente las desprecian son aquellos que piensan que el trabajo de limpiar el altar es algo indigno o propio de inferiores, en lugar de un servicio a Cristo y camino de santidad.
La opinión de las propias monjas:
http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20101111/54068549529/las-monjas-que-limpiaron-el-altar-ante-el-papa-en-la-sagrada-familia-explican-su-vocacion.html
Una mujer hablando sobre eso en InfoCatólica:
http://infocatolica.com/blog/geniofemenino.php/1011080657-ojala
Saludos.
Normalmente, en la catedral hay mucha gente dando un abrazo a la imagen de Santiago, que no pasa de ser una costumbre más folclórica que religiosa. Poca gente baja a donde está la tumba del Apóstol, que es un lugar bastante pequeño, como dices. Y apenas nadie se para a rezar allí.
El Papa sabe lo que es importante y se lo muestra al mundo. Incluso si la gente no parece darse cuenta.
Me alegro de que te fijaras.
Eso sí Bruno, me parece que nuestro Santiago no es el mismo que el Obispo de Jerusalén. Hay ríos de tinta sobre las identidades de los distintos Santiagos del NT, pero en general se coincide en que no son el mismo el Zebedeo, patrón de España, y el jefe de la primera comunidad de Jerusalén.
Lo he cambiado justo antes de leer tu comentario, por el correo de un lector que me señalaba lo mismo.
Tenéis toda la razón. Estaba pensando cómo hablar de su martirio en Jerusalén y, al final, he puesto lo de obispo de Jerusalén, confundiéndolo con el primo del Señor.
Saludos.
Parece ser que nadie quiere pararse a pensar que una mujer ha sido,es y será, la más humilde y a la vez lamás sublime de las criaturas. ¡Santa Madre de Dios!
Más quisiera yo haber podido yo limpiar el suelo y el Altar.
Por cierto Catholicus sé lo que es una letrina, y sin guantes de caucho.
Ni lo creemos como cosa de Fe ni lo afirmamos con indudable certeza. Hay muchas dificultades aunque ninguna duda.
Por eso mismo el gesto del Papa tiene especial relevancia: mostrar lo que en esencia es la peregrinación a Compostela.
Estaré fuera hasta el domingo. Por favor, moderación y cortesía.
Saludos.
Desconociamos que eso formaba parte del rito de consagración de la Basilica y nos sorprendio, pero tambien nos emociono por que en esto intuimos una gran religiosidad.
Las monjitas que limpiaron despues el altar, tenian gran dignidad, y su actitud estaba llena de humildad y sentido de adoración a Dios. No me desagrado y las vi muy respetables.
Tanto el Papa como las Monjitas, nos hicieron visualizar aquells palabras del Evangelio, de que quien quiera ser primero en el Reino de los cielos, que sea el ultimo.
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