Más cerca de la unidad
Muy poco a poco, las cosas van cambiando en las relaciones entre católicos y ortodoxos. Por supuesto, siempre hemos tenido una esperanza teologal de que Dios podía hacer milagros y conseguir la reconciliación de la Ortodoxia con la Iglesia Católica. En las últimas décadas, sin embargo, los avances en este campo han hecho que, además de la esencial esperanza teologal, empiece a apuntar también una cierta esperanza humana de que la unidad con los ortodoxos esté más cerca.
Sería difícil resumir todos los hechos que llevan a pensar algo así: desde el impulso a unas nuevas relaciones con Pablo VI, hasta la admiración ortodoxa por la teología de Benedicto XVI y la creación de la “vía anglocatólica” a la unidad, pasando por la estima de Juan Pablo II por el “otro pulmón” oriental de la Iglesia y el inicio de conversaciones teológicas. Las relaciones en particular con los Patriarcas de Constantinopla son muy buenas desde Atenágoras y muchos otros patriarcas y obispos ortodoxos han ido siguiendo este ejemplo de los Patriarcas Ecuménicos.
Por supuesto, multitud de clérigos ortodoxos continúan oponiéndose ferozmente a cualquier diálogo con los que ellos consideran herejes. Sin embargo, hace cien años esa postura hostil era la de la práctica totalidad de los ortodoxos, mientras que en la actualidad van surgiendo en la Ortodoxia más y más voces que apuestan por caminar hacia la unidad. También entre muchos católicos se va atenuando la idea de que la Iglesia Latina es la totalidad de la Iglesia Católica y se toma conciencia de la importancia de la tradición oriental, representada por las Iglesias Orientales en comunión con Roma, pero también presente en los ortodoxos separados.
Es decir, se puede observar un cambio de mentalidad progresivo. Y esto no es baladí porque, a fin de cuentas, “cambio de mentalidad” en griego se dice μετάνοια, que significa “conversión”. El camino hacia la recuperación de la unidad entre católicos y ortodoxos sólo puede recorrerse mediante la conversión de unos y otros a Cristo.
Un claro ejemplo de este cambio de mentalidad es Crisóstomo II, arzobispo ortodoxo de Chipre, la más antigua de las iglesias autocéfalas ortodoxas después de la de Jerusalén, ya que fue fundada por San Pablo y San Bernabé. Crisóstomo es uno de los obispos más relevantes de la Ortodoxia y siempre se ha mostrado muy favorable a las conversaciones con Roma y a hacer todo lo posible por buscar la unidad, sin negar las dificultades de esta búsqueda.
Con ocasión de la visita de Benedicto XVI a Chipre, a petición del arzobispo aunque contra el criterio de otros obispos de la isla, me parece oportuno recordar unas declaraciones de Crisóstomo II sobre el estado del diálogo con Roma. En una entrevista el año pasado con Luigi Geninazzi (Avvenire, 20 de octubre de 2009) el arzobispo afirmó, con respecto al movimiento ecuménico entre católicos y ortodoxos:
“Durante mil años hemos permanecido unos frente otros con una actitud hostil. Hizo falta que se produjera el histórico encuentro entre Atenágoras y Pablo VI en 1964, en Jerusalén, para iniciar el diálogo de la caridad. Hoy, sin embargo, hemos entrado en una nueva fase, la del diálogo teológico, una tarea exigente pero también emocionante.
[…]
Cuando iniciamos el diálogo teológico, éramos muy conscientes de que no íbamos a tomar una gran avenida cuesta abajo sino una senda estrecha, con terreno accidentado y con pendientes escarpadas. Cada paso se da con una gran prudencia. Pero yo tengo esperanza. Quizá pasen décadas y no sólo años, pero un día volveremos a estar unidos".
El papel personal del papa actual, al igual que sucedió con los anteriores, resulta fundamental en el camino hacia la reconciliación con la Ortodoxia. En este caso, el hecho de que se trate de un papa teólogo resulta especialmente significativo para los ortodoxos, que no sufren la plaga de la separación entre doctrina, teología, disciplina y vida espiritual que se originó en Occidente de manos del protestantismo. Se podría decir que Benedicto XVI es casi más admirado aún como teólogo en Oriente que en Occidente:
“Benedicto XVI es un profundo conocedor de la teología, no sólo de las tradiciones occidentales, sino también de las orientales. Es un gran pensador y esto es muy importante, no sólo para los católicos sino también para los ortodoxos. Su discernimiento sobre el mundo contemporáneo despierta en nosotros una total sintonía.”
24 comentarios
Todas nuestras divisiones pueden haber sido la causa de la pérdida de Fe Occidente.
Il Sismógrafo
Y la foto de:
Directions to Orthodoxy (que tiene otras fotos estupendas de la visita del Papa a Chipre y de otras visitas del Papa, guardias suizos, etc.)
En realidad, fue antes, con la devotio moderna y el nominalismo voluntarista. Siglo XIV. Esa separación fue causa de la Reforma, y afectó tanto al protestantismo como al catolicismo. Es la "Herejía Occidental": separar teología de espiritualidad, espiritualidad de moral, moral de mística, mística de ascética.
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-Muy acertado el supuesto de la esperanza teologal. Y aquí el milagro que Dios puede hacer, hace y hará, de unir la Iglesia Católica como la Ortodoxia de toda búsqueda religiosa.
Y la Rusia de todas las rusias, "por fin", consagrada al Corazón de María. Y el hijo de Irael reconociendo a su Mesías. Y el hijo del desierto en tribulación grande preguntándose: ¿Es éste el Profeta de Alá?
¿Quién es éste Elías del que está escrito?
"Que es Alguien que tiene en sus manos el destino de este mundo que pasa; Alguien que tiene las llaves de la muerte y de los infiernos; Alguien que es el Alfa y el Omega de la historia del hombre".
Alguien que, como está escrito, lo cambiartá todo.
Y Babilonia la grande que se hunde, porque ni el oro ni el dinero sirve pa comer.
"Más de cuarenta páginas –en árabe, francés, inglés e italiano- que acaba de publicar y entregar el Papa en Chipre con un gesto de especialísima solicitud por el sufrimiento de las Iglesias que peregrinan en la región y de la alta misión a la que están convocados todos sus miembros.
"...El panorama trazado reenvía urgentemente al tema del testimonio cristiano. Se recalca la importancia de la catequesis para conocer y transmitir la fe, eliminado la separación entre la verdad creída y la cotidianeidad vivida.
Se subraya en varias ocasiones la urgencia del ecumenismo, superando prejuicios y desconfianzas a través del diálogo y la colaboración. Para ello puede ser provechoso, además, la UNIFICACION DE LAS FIESTAS CRISTIANAS –Navidad y Pascua-, y la gestión común de los Lugares de Tierra Santa. Se condena decididamente el proselitismo que usa medios no conformes al Evangelio."
El libro ha sido muy sobrevalorado. No es malo, pero tiene grandes deficiencias. En general, la devotio moderna, màs que un movimiento malo, es básicamente deficiente, recorta muchos aspectos mistéricos y teofánicos del cristianismo. Tiene una fuerte influencia nominalista y ya antropocéntrica. Se rechaza la mística y la escolástica para postular una imitación de Cristo hombre.
Es la primera separación con el cristianismo del primer milenio, y el envión que nos fue alejando de Oriente, antes de la Reforma.
Inventa, por ejemplo, repudiando el elemento sapiencial y especulativo teológico, la famosa dialéctica aut-aut, o "caritas versus veritatem". Por ejemplo, de la Imitación, "más deseo sentir la contricción que definirla" (¿por qué no definirla y sentirla?) o "de qué te sirve especular sobre la Trinidad si te falta la humildad con la que desagradas a la Trinidad?" (de nuevo, ¿por qué no tener la humildad y al mismo tiempo acercarse con la inteligencia al misterio de la Trinidad).
Son tendencias que harán eclosión en la Reforma y en el voluntarismo jesuítico. En sus inicios (Groote, Kempis) son reacciones a la especulaciòn de la escolástica y al monasticismo decadente, pero lamentablemente terminaron con una mala deriva y un empobrecimiento del catolicismo.
Di una charla sobre el tema la semana pasada, tengo una presentacion que si me da una dirección se la envío.
Cordialmente.
Que yo sepa, la unidad de la Iglesia ha sido concretada hace dos mil años por el sacrificio de Uno solo, y permanece en la Iglesia Católica, que es una.
[email protected]
Aprovecho a hacerte otra pregunta : ¿El voluntarismo jesuítico que mencionás, está presente en el suarismo, que según tengo entendido, es la filosofia adoptada por los jesuitas en desmedro de la escolástica clásica?
Ni hablar de su moral casuista, desarrollada sobre la base del nominalismo occamiano. Al respecto, recomiendo leer Pinckaers o.p., "Los fundamentos del orden moral".
Suárez ni siquiera puede llamarse tomista. Es un ecléctico. Te recomiendo, a título introductorio, el prólogo al Ruiseñor Fusilado, de Leonardo Castellani, que cifra las causas de la decadencia de España en el pensamiento suareciano.
Ahí te mando el trabajo, compatriota.
Problemáticas de las posiciones preconciliares
Iglesia e Iglesias:
/259/ Las encíclicas de Pío XII (Mystici Corporis, 1943 y Humani Generis, 1950) presentan para ello (la cuestión de lo que significa propiamente escisión de la cristiandad, unidad eclesiástica y quién o qué sea “la Iglesia”) una solución demasiado simple. Según ellas, no hay en el fondo escisión alguna. Porque quien no pertenece a la Iglesia católico romana no pertenece, reapse, en realidad, a la Iglesia. La unidad de la Iglesia consiste en su unidad bajo el Papa; no puede, consiguientemente, perderse, porque quien está fuera de ella, está por lo mismo fuera de la Iglesia, la cual permanece así siempre indivisa, siempre una y sin escisión. Así, desde este horizonte, no puede en el fondo hablarse en absoluto de una escisión de la Iglesia. A decir verdad, esta solución no se mantiene luego consecuentemente, en cuanto que se reconoce a los cristianos no católico- romanos el bautismo válido y, por lo tanto, el ser cristianos. Comoquiera que no puede darse, cabalmente según la concepción católica, un ser de cristiano ineclesial y, por otra parte, es indiscutible la existencia de cristianos fuera de la Iglesia católico romana, debe concederse alguna forma de escisión de la Iglesia, forma que teológicamente queda, sin embargo perdida entre nieblas. Falla así el intento de descartar el problema ecuménico como problema, y el remedio intentado se demuestra inviable. /260/
Le recomiendo su análisis de porque Una y Santa está no obstante dividida y es pecadora, escrito en 1969 pero que mantiene su vigencia en su pensamiento actual.Lamento no poder copiárselo. Bendiciones.
Jose Ratzinger, “El Nuevo Pueblo de Dios. Esquemas para una eclesiología”, publicada por primera vez en 1969 en alemán y reeditada en español por Herder en 2005.
Credo in Unam et Sanctam Ecclesiam.
Una desafortunada eclesiología que se incribe, al decir de Su Santidad Benedicto XVI, en la hermenéutica de la ruptura.
El secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos analiza en declaraciones a Zenit el documento «Respuestas a algunas preguntas de la Doctrina sobre la Iglesia», publicado por la Santa Sede el 10 de julio. (…)
Farrell afirma que el diálogo ecuménico es una tarea urgente para católicos y no católicos: Cuando las «Respuestas» nos recuerdan que a causa de la división entre los cristianos, la universalidad de la Iglesia no está plenamente realizada en la historia, está apuntando a una tarea inacabada que no puede ser soslayada o demorada.
«Lejos de cualquier sentimiento de autosuficiencia, los católicos deben experimentar que la situación de falta de plenitud causada por la división y separación es también una tragedia para ellos. En esa condición es más difícil ofrecer un testimonio convincente para que el mundo pueda creer».
¿Sabe Luis cual es el consejo de Dominus Iesus?
"los hijos de la Iglesia que su excelsa condición no deben atribuirla a sus propios méritos, sino a una gracia especial de Cristo; y si no responden a ella con el pensamiento, las palabras y las obras, lejos de salvarse, serán juzgados con mayor severidad".[93
De hecho ese Juicio se está realizando ya.
Esto es un error. Según esta idea, la nota de unidad de la Iglesia, que es intrínseca a su constitución, no se logrará jamás, porque mientras haya un cristiano fuera de su estructura visible no habría tal unidad. Es pues, una utopía. Todos estos son errores condenado por los Papas Pío XI y Pío XII (encíclicas Mortalium Animos y Mystici Corporis, respectivamente) y es magisterio infalible, en tanto es secular y repite lo que siempre, en todo lugar y en todo tiempo la Iglesia ha infaliblemente enseñado.
Así, la nota de Unidad, que profesamos en el Credo como inescindible de la unica Iglesia de Cristo, que es la Iglesia Católica, se convierte de realidad en utopía.
Por cierto que esa Unidad no es fruto ni de la excelencia de los católicos ni del esfuerzo de sus líderes ni de la fuerza de los caballos: es un don que brotó del costado de Cristo sobre la Cruz.
Inés, no confundas pues. No se trata de un sentimiento de autosuficiencia, sino de una realidad objetiva profesada en el Símbolo de la Fe, y por tanto dogma de fe católica. La autosuficiencia antrópica en realidad se la dan quienes creen que la unidad se logrará por esfuerzos humanos y por iniciativas ecuménicas.
Es un don y una realidad, no un ideal inalcanzable. Y se verifica plenamente, objetivamente, en la Iglesia Católica.
luis, si no es mucho pedir por parte de tu alumno de pluma precoz, me gustaría recibir tu presentación. Mi dirección es "burgos arroba web.de"
Un saludo muy cordial.
Aquí mi dirección: [email protected]
Muchas Gracias.
Al contrario en ·Informe sobre la Fe " reafirma su libro comentando la Fe, libro incluso mas avanzado que los de Ratzinger.
El Catolico Verdadero no es quiem se aferra a unas for,ulas superadas por los mismos Doctores y Pastores de la Iglesia Catolica.
Es como si una persona rehusara mas alimento que la leche recibida de bebe en CLARA DESOBEDIENCIA A SU MAMI
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