La solución definitiva para el problema de las vocaciones
Un sacerdote norteamericano llamado Andrew Greeley ha tenido una idea genial y revolucionaria para solucionar la falta de vocaciones al sacerdocio. Y no se trata de una simple intuición, sino del resultado de una “investigación sociológica sobre el sacerdocio durante más de treinta años”. Ya esto resulta admirable. No le bastó decir “soy sacerdote y tengo una idea bastante precisa de lo que es el sacerdocio, por no hablar de lo que dicen la Teología y la doctrina de la Iglesia sobre el tema”. No, reconoció que quien debe decirnos lo que es el sacerdocio es una ciencia exacta y matemática como es la sociología y dedicó tres décadas a investigar la cuestión sociológicamente.
¿En qué consiste su idea? Muy sencillo. Lo que ha hecho ha sido analizar en primer lugar cuál es el verdadero problema que explica la falta de vocaciones. ¿La falta de fe? No. ¿El secularismo y el consumismo? No. ¿Quizá la hipersexualización de nuestra sociedad? No. ¿La incapacidad o dejación de los padres en la transmisión de la fe a los hijos? No. Mucho más fácil que todo eso. Lo teníamos delante de nuestros ojos y no nos habíamos dado cuenta. El problema está en que ser cura es “para toda la vida” y eso es mucho tiempo.
“Para siempre” dura mucho más ahora que antiguamente. En generaciones pasadas, la edad media de un sacerdote en el momento de su muerte era mucho más baja que hoy en día. Actualmente, la mayoría de nosotros llegamos a nuestras bodas de oro. La iglesia (sic) no se ha adaptado a la revolución demográfica y a su impacto sobre el matrimonio y el sacerdocio. Ya es hora de que lo haga.
Teniendo en cuenta lo larga que es la vida actualmente, parece totalmente irracional exigir que alguien pueda mantener un compromiso durante todos los años que pase en esta tierra. Este sacerdote propone, pues, ordenar sacerdotes que lo sean durante unos años solamente, para luego, satisfecha ya la conciencia y con el deber cumplido, dedicarse a sus cosas:
Se invitaría a los jóvenes a un servicio activo en el sacerdocio durante un periodo de tiempo de, digamos, cinco años. Después, se les daría la oportunidad de reengancharse, como dicen los militares.
Por supuesto, esto implica ciertos problemillas con el celibato, pero algo tan tonto como eso no debería constituir un obstáculo para una gran idea:
Aceptando, a los efectos de la discusión, que la promesa del celibato para toda la vida es el obstáculo para que los jóvenes sigan el celibato, esta propuesta invitaría a los hombres a un celibato durante un tiempo limitado.
Y no crean que con esto se quiere atacar al celibato. Nada de eso. De hecho, sus estudios muestran que el celibato “no interfiere con la felicidad para la mayoría de los sacerdotes y podría contribuir a ella”. Simplemente se constata un “hecho”: “la esperanza de vida es mucho más larga de lo que solía ser y, si no se modifica de algún modo, el celibato está condenado a desaparecer”. Es una buena idea o, cuando menos, efectiva. Si el P. Greeley fuese español en lugar de norteamericano, probablemente la habría expresado utilizando el refranero: muerto el perro, se acabó la rabia.
Como es lógico, el bueno de Don Andrés probablemente habría preferido guardarse esta idea para sí mismo. Amargas experiencias en el jardín de infancia le enseñaron a no decir en voz alta lo primero que se le pasaba por la cabeza, especialmente si tenía que ver con el parecido entre una calabaza y la cabeza de alguno de sus compañeros más altos y más fuertes. Sin embargo, movido probablemente por la famosa frase de los apócrifos “cuando tengáis una idea, sobre todo si es la única, proclamadla desde los tejados”, ha expuesto en público sus teorías repetidas veces. Parece ser que, en ocasiones anteriores, buenas gentes con una paciencia muy superior a la media le explicaron ya, supongo que con palabras sencillas, que el sacramento del sacerdocio imprime carácter. Es decir, que el sacerdocio es para siempre. Sin embargo, algo así no convence a nuestro infatigable sacerdote, que responde:
Pero un sacerdote ordenado es un sacerdote para siempre, dicen los obispos de carrerilla cuando descartan mi sugerencia como una idea estúpida. Y así es, pero esta identidad permanente como sacerdote no exige que preste activamente sus servicios en el sacerdocio durante toda su vida.
Para ilustrar esto, pone el estupendo ejemplo de los sacerdotes que han abandonado el sacerdocio. ¿Y por qué razones puede abandonar su ministerio un sacerdote? No por tonterías, sino por causas tan relevantes como que “sus parroquianos le ponen los nervios de punta, no puede soportar a los adolescentes, los otros sacerdotes le provocan una depresión crónica, quiere comenzar su propia familia, el trabajo es agobiante, está aburrido y se estremece al pensar que estará haciendo lo mismo durante el próximo medio siglo, ha tenido tres obispos, los tres han sido unos necios y ya no puede aguantar más necedades, está exhausto, quemado, cansadísimo”. Y, cuando uno lee algo así, no puede sino estar de acuerdo en que esos pobres sacerdotes deben dejar inmediatamente el sacerdocio para emprender una nueva vida de casados en la que ya nunca tendrán colegas molestos, ni trabajos agobiantes, ni aburrimiento, ni jefes estúpidos, ni tampoco cansancio y, sobre todo, en la que nunca más tendrán que tratar con adolescentes. Buena suerte, porque la van a necesitar.
En fin, sólo me queda reconocer que este artículo me ha abierto los ojos con respecto al problema de las vocaciones sacerdotales. Ya no tengo ninguna duda sobre el tema. El mayor obstáculo para que los jóvenes se sientan atraídos por el sacerdocio es la falta de sacerdotes santos, encantados de seguir a Cristo y que amen a la Iglesia, contentos con su ministerio, que vivan el celibato como una gracia y que sepan lo que es realmente el sacerdocio, sin confundirlo con una profesión a tiempo parcial, una carrera o una afición. Cuando tenemos esos pastores, aunque sean pocos, antes o después los seminarios se quedan pequeños para acoger a todos los aspirantes. Y la experiencia de muchas diócesis lo confirma. Por voluntad de Dios, el sacerdocio, como el cristianismo, se transmite por contagio.
55 comentarios
Todavia recuerdo cuando era un joven novicio de 19 años, y mi oficio era ser sacristan de la Parroquia de la casa Madre en la ciudad de Salta, al norte de Argentina;en cierta ocasion para una fiesta de la virgen de fatima, tuve que comprar mas de mil claveles blancos para arreglar las andas de la virgen para su procesion, entre un vendedor y otro no conseguia los mil claveles, despues de tanto buscar me dieron un numero de telefono de un señor que si tendria dicha cantidad. Lo llame pues, y despues de concretar el pedido y la entrega, ya estaba todo listo. La virgen tendria sus claveles a tiempo para la procesion!!!. El dia de la entrega llego, y aparecio el señor con los mil claveles... mi cabeza descansaba, estaban los mil claveles y frescos todos...
Ya al terminar la entrega y el pago de las flores, el señor me mira y me pregunta: ¿vos pensas ser sacerdote?... lo mire y le respondi de manera afirmativa: Si, sere sacerdote con la Gracia de Dios.
Me mira y me dice: Te quiero dar un consejo; por Nada en el Mundo Abandones al Señor que te llamo. Yo soy sacerdote; deje el ministerio para casarme, tengo ya tres hijos y Te Aseguro QUE DESDE QUE DEJE EL MINISTERIO NO SOY FELIZ, no duermo bien, no tengo PAZ; por favor no abandones por nada en el Mundo a Jesus, en el esta la felicidad vervadera...
Hoy ya han pasado 12 años de aquel encuentro, llevo 3 años como sacerdote, y cada dia sigo al Señor mas alla de mi mismo, mas alla de mi pecado y mi nada, y puedo decirlo con total libertad y seguridad: SIENDO SACERDOTE SOY MUY FELIZ!!!
Gracias Bruno, por recordarnos la necesidad de la santidad en el ministerio. Dios te bendiga en abundancia.
P. Felipe de Jesus dj
Es lo mas parecido a comparar el sacerdocio con el servicio militar obligatorio jejejeje, ¿porque no obligamos a todos nuestros jóvenes que al llegar a los 18 se vuelvan sacerdotes tres años y después lo dejen? Que conjunto de sandeces se pueden escuchar.
Es que "para siempre" es mucho tiempo! que exagerados, bueno que se lo digan a Ana la mamá de Samuel que lo fue a dejar al templo de 3 años y el chico sirvió fiel al Señor hasta que llego a casi los 90, bueno ni modo en este tiempo en que 10 min es demasiado tiempo para esperar la preparación de una comida cuando nuestras madres se tardaban antes casi una mañana preparando el almuerzo, pues que decir compromiso para siempre es mucho ¿que pensara nuestro brillante curita del matrimonio para siempre?
Además, ¿por qué un celibato y un sacerdocio por cinco años renovables? ¿Cinco años no es mucho tiempo? Cuántas cosas pasan en cinco años...
Un genio el cura... 30 años de su vida para llegar a esto. Dios le muestre su misericordia.
¿La estupidez de algunos dura sólo cinco años o son estúpidos toda su vida?
JaJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA (¡Bienvenido a la tierra mi alienigena amigo!)
"...lo que me aterra ——y es un peligro mucho más extendido—— no es que la Iglesia pierda los sacerdotes con los que debiera haber contado, sino que gane para sí sacerdotes con lo que nunca debió verse entorpecida.
¿Habrá que incluir al autor entre los últimos?
Creo que uno de los motivos por los que ha crecido exponencialmente es el aumento de la esperanza de vida, y sobre todo, el aumento de la esperanza de vida más o menos saludable.
La conclusión a la que llega de ir a compromisos temporales no parece demasiado sensata, pero la reflexión que hace sobre los cambios que a todos nos supone el tener un horizonte vital de cien años creo que tiene más miga de la que le habeis dado.
Hoy en día vivimos dos vidas como las que vivían nuestros tatarabuelos, y eso es anteayer. Cambiamos radicalmente de forma de pensar, de aficiones, de trabajos, y cambian los que nos rodean; antes nadie tenía tiempo para demasiados cambios.
Ahora es moneda corriente el divorciado que inicia una segunda vida, con nuevos hijos, rondando los cincuenta. Antes a esa edad solo quedaba sufrir mil achaques, o morir.
Y, en principio, esto va a ir a más: vivir doscientos años, por ejemplo, no tiene nada que ver en los planteamientos vitales ante el compromiso con vivir treinta y ocho mal llevados.
"si hay que guardar la castidad una semana, es como guardarla toda la vida" - Blas Pascal, Pensées.
A veces me pregunto como sacerdotes y obispos con mentalidades así accedieron a abrazar el celibato en primera instancia ¿serán estos seminarios?
------------------------------
Bruno,espero que esto con lo que has acabdo tu post lo cabes borrando,por injurioso a tanto buen sacerdote que tiene la Iglesia de Cristo.
Cada curso, cuando ya están menos asilvestrados y un poco más aprendidos, vuelta a empezar. Y no se me ocurre que haya que cerrar las escuelas, insitutos y colegios. Primero, porque es ley de vida y , segundo , porque yo sí que quiero a mis alumnos.Nadie me obligó a tener este trabajo, pero, una vez elegido,los quiero, (no siempre, jeje), y eso me ayuda a seguir.
SI un cura quiere a Dios y se siente amado por Él, ni loco piensa en abandonar. Si el obispo no le agrada, casi mejor: más boletos para hacerse santo.
Qué susceptible eres (creo que ya lo dije otra vez). :)
Ahí no dice que no existan esos sacerdotes. Todo lo contrario. Lo que dice es que cuando existen esos sacerdotes, surgen vocaciones al sacerdocio. Y la experiencia de muchas diócesis lo confirma. Y el primer sacerdote que ha escrito un comentario lo ha entendido perfectamente.
Por eso, resulta absurdo centrarse en crear un sacerdocio light, a tiempo parcial, durante cinco años, sin celibato, mejor pagado, con menos obligaciones, sin requisitos de fe, etc. para así conseguir más gente que se apunte. Porque quien se haga sacerdote por esas razones nunca atraerá a nadie.
Un sacerdocio en el que se tiene que entregar menos la vida no es la solución. La solución está en experimentar que dando la vida se puede ser feliz, con la ayuda de Dios.
De todas formas, cambiaré un poco la frase para que quede más claro el sentido.
Saludos,
Bruno
Muchas gracias por su comentario. Por contar esa pequeña historia y por su testimonio personal como sacerdote. Creo que ese tipo de testimonios son los que de verdad contribuyen a que haya vocaciones y no los experimentos sociológicos tendentes a aguar el sacerdocio.
Los jóvenes no son tontos. Quieren ser felices, como cualquiera. O incluso más que los demás, porque aún no han perdido la esperanza de serlo como muchas personas cansadas y resignadas ya a una vida sin trascendencia. Si no ven esa felicidad en los sacerdotes, huirán del sacerdocio sin dudarlo. Pero si la ven, no habrá obstáculo lo suficientemente grande como para apartarlos de la vocación a la que Dios les llame.
Y también para un casado es bueno leer testimonios así. Son una ayuda para la fe, porque muestran que Dios puede llenar el corazón del ser humano. A fin de cuentas, el celibato es un signo escatológico, del Reino de los Cielos y los casados también esperamos ir al Cielo, si Dios quiere.
Saludos.
Me parece más sensato lo que formula Luis. Hombres maduros casados que puedan acceder a las órdenes.
Como diáconos permanentes, por ejemplo.
E incluso como presbíteros después de un tiempo como diáconos (no sé 10 años).
De hecho esta vía existe para hombres de vocación tardía que han enviudado.
Creo que en México potenciaron lo de los diáconos permanentes y no dio muy buen resultado, pero porque justamente se experimentó en la diócesis de Chiapas con gente muy ideologizada.
De todas formas de lo que están faltas muchas diócesis es de presbíteros.
_______________
En fin
A ver si el mayor obstáculo para que haya buenos casados es la falta de buenos casados; y el mayor obstáculo para que haya buenos tradictores es la falta de buenos traductores; y el mayor obstáculo apra que haya buenos físicos es la falta de buenos físicos...
No sé qué significa la falta de, ni qué significará el mayor obstáculo... Debe de significar otra cosa distinta de lo que yo creía.
A mí se me ocurre que, independientemente de la estupidez del cura concreto al que escarnece este post, la falta de curas santos, encantados de seguir a Cristo y que amen a la Iglesia, contentos con su ministerio, que vivan el celibato como una gracia y que sepan lo que es realmente el sacerdocio, sin confundirlo con una profesión a tiempo parcial, una carrera o una afición NO ES TAL.
Al parecer faltan y no tenemos ¡¡¡"aunque sea pocos"!!!
Ergo, negando la mayor, todo lo demás es INJUSTÍSIMO.
"A ver si el mayor obstáculo para que haya buenos casados es la falta de buenos casados" Pues claro.
"y el mayor obstáculo apra que haya buenos físicos es la falta de buenos físicos..." Pues claro.
¿Dónde crees que se aprende a ser buen casado? Mirando a esposos cristianos que viven el matrimonio intentando hacer la voluntad de Dios.
¿Cómo crees que se forman los físicos? Aprendiendo de otros físicos. De sus enseñanzas o sus libros.
Creo que has debido de hacer un esfuerzo especial para entender al revés lo que dice el artículo. Máxime cuando ya se lo he explicado a César y lo he cambiado para hacerlo aún más claro.
Lo de que "no tenemos" curas como esos lo dices tú.
¿Cuál es el mayor obstáculo para que un joven descubra y acoja con entusiasmo su vocación al sacerdocio? Que no se haya encontrado con un cura santo, encantado de seguir a Cristo, que ame a la Iglesia, contento con su ministerio, que viva el celibato como una gracia, etc. ¿Quiére eso decir que no haya sacerdotes así? No, a no ser usando una lógica que nada tiene de lógica. Yo conozco a muchos. ¿Hay también muchos sacerdotes que no son así? Pues sí, pobrecillos. Basta ver las cifras de vocaciones en muchos lugares, las disparatadas ideas de muchos sacerdotes (como el autor del artículo original) sobre el sacerdocio, las caras avinagradas de otros, las parroquias sembradas de sal por sacerdotes que eran cualquier cosa menos sacerdotes...
Lo que quiere decir es que, si en una diócesis o en un país hay falta de vocaciones, la solución no está en hacer el sacerdocio menos exigente y más cómodo (como propone el autor del artículo original y proponen también muchos otros), sino en lo contrario, en tener sacerdotes que muestren el gozo de dar la vida por Cristo. Y dar la vida del todo, no a ratitos, durante un par de años o siempre que sea en un puesto agradable y prestigioso. No se trata de admitir a cualquiera para que haya más sacerdotes, porque donde hay buenos sacerdotes y obispos, aunque sean pocos, surgen las vocaciones.
Y, como digo en el artículo, la experiencia de muchas diócesis lo demuestra. Y mi propia experiencia también.
Saludos.
La falta de cristianos adultos es falta de semilla de nuevos cristianos. Igualmente para las vocaciones santas al matrimonio, a la vida consagrada, y..., sí, sin papel de fumar, también para el sacerdocio.
Es curioso que lo que Cervantes plantea en el siglo XVII como un disparate por medio de una insufrible malcasada (una eficacia del Sacramento limitada en el tiempo), se vuelve a plantear -ahora en nuestro siglo XXI- como una posibilidad razonable, y por un cura, al que se le supone cierto conocimiento de teología.
Lástima que no tengamos hoy un Cervantes que nos deleite con alguna farsa o entremés, cuyo argumento sea la genialidad de ese Reverendo.
Asunto acabado por mí. La experiencia me dice cuán inútil es pretender que te corrijas y cuánto te molan las porfías enredosas por mantenella y no enmendalla. Sobre todo si se tarta de tu inmoderado "anticurismo".
Finalmente me casé, porque ésa era la vocación a la que Dios me llamaba.
Creo que ése es el quid de la cuestión: el Fiat de María, el decir "hagase en mí lo que tú quieras, Señor". Porque la verdadera felicidad está en hacer la voluntad de Dios. Pidámosle al Señor, pues, el discernimiento para conocerla siempre. Dicen los padres que el discernimiento es el don más importante del cristiano.
Saludos.
Jesus is love,Jesus is tolerance.You are all little spanish inqusitors,bull matadors and always criticizing any great moder ideas for improvements.You nasty e-filibusteros!
I am tellig Father +sia about your behaviour.
Ud. responde únicamente, llevado de su sentimiento personal, que se siente agraviado por el "inquisidor torero". Pero para nada enfrenta los más que pertinentes argumentos, que contrapone Bruno a su más que descabellada perspectiva.
¿El aburrimiento se da sólo en curas cansados? ¿El matrimonio no tiene épocas de monotonía? ¿Para vivir una vida más prolongada, habrá que condimentarla con "diversivos", que la vuelvan más "entretenida"? Y...,dado que acude Ud. a sentimientos nacionalisas, ¿no será demasiado sabor a Hollywood, una visión que, para poder permanecer en la vida, aconseja sólo cambio de programación?
Te felicito por tu artículo. Es interesante y no es una idea como para desecharla automaticamente.Se puede perfeccionar y buscarle ajustes a la ideosincracia de cada país.Es necesario tratar humanamente de buscar soluciones a los problemas, para ponerlas al servicio de Dios y su Iglesia (aunque nos equivoquemos muchas veces, pues peor es no hacer nada y criticarlo todo. Solo recueda que siempre el que propone abrir caminos, se encontrará con la incomprensión y la critica fácil. Pero yo, si sé algo: Nada ni nadie, sólo Dios, es inmutable y permanente, en su propia sustancia y naturaleza, y como dice la canción, TODO lo demás, " Cambia, todo cambia"
Saludos
Gonzalo
Sí, la canción de una militante comunista cantada por otra militante.
Jesus is Love my friends, Jesus is tolerance my grey, Jesus is part-time you idiots, Jesus is Peace you pricks, and overall the Plus to the living room!
Sí, la canción de una militante comunista cantada por otra militante.
Luis
____________________
Luis:
Yo no tengo problema en dialogar con quien no está de acuerdo conmigo.Sólo pido dos requisitos: que sea una persona inteligente y con criterio.Tu no tienes ni uno ni lo otro.Asi que por favor, no vuelvas a comentar mis post, no me interesa tu opinión.
Si las alabanzas del necio son dagas, imagínate lo que serán sus palabras despectivas.
Por otra parte, comento en el blog de mi amigo Bruno lo que se me da la gana, y cuando las idioteces que digas lo ameriten, comentaré. No por ti, sino para general regocijo del foro, confusion del demonio y alegría de los elegidos.
Toto corde,
Es que te partes la caja.
La misión del sacerdote surge de su identidad sacramental. No podría actuar in Persona Christi si antes si no fuera un alter Christus.
Ya que estamos con propuestas ad tempus, por qué no proponemos el bautismo temporal. El bautizado se comprometería a vivir la vida cristiana por un tiempo, y luego apostataría o viviría como pagano por otro período...
Con su sentido del humor, diría un gran cura argentino a Fr. Greely: no te preocupes, para ser hereje hay que ser inteligente.
Bruno, tienes una capacidad ilimitada para sorprendernos. ¿De dónde sacas estos "materiales"?
En un Sínodo de Obispos en Roma, hace un par de años, se llegó a la conclusión de que lo que la Iglesia necesitaba eran obispos santos. Sabia decisión. En la práctica se ve en todas las diócesis que, cuando las rige un obispo santo, se llena el seminario porque cunde el ejemplo que él da. Cuánto más santo el obispo, más lleno el seminario. Claro que el santo obispo también tiene que nombrar a formadores santos para el seminario. Igualmente con los sacerdotes: si son santos, sus parroquias se llenan de gente ilusionada y feliz con su fe.
Su amor no es "buenismo", su tolerancia no significa el abuelito que guiña su ojo a las travesuras de los nietitos. Es también exigente e invitó a dejarlo todo para seguirlo a él, sin límites de tiempo. Nunca dijo: "El que me siga por unos años, tendrá después su buena jubilación". "Para mí vivir es Cristo" dijo uno de sus pricipalísimos discípulos. No concibió un servicio "part time".
Pensé que no había ningún riesgo de que nadie se lo creyera, por eso lo he permitido. Sin embargo, como veo que algunos lectores se lo han creído, creo que es mejor que quede claro. Es más, esos comentarios son claramente irónicos y sus autores están muy lejos de coincidir con el P. Greely. Es decir, se trata de chistes o sátira.
Saludos a todos.
Siempre es mi alegría poder tener al alcance la Espada de Doble Filo.
Con respecto al artículo, debo decir que me sorprende que alguien piense que existe una forma de hacer vocaciones desde sus propias ideas. Ayer en mi pueblo, celebrábamos a Cristo Sumo Sacerdote Eterno. Hasta donde yo aprendí de mis abuelas y de una veintena de sacerdotes y religiosas que han pasado por mi pueblo, los hombres jóvenes que deciden ser sacerdotes saben a lo que van o por lo menos en los Seminarios se encargan de esclarecerles cuál realmente es su misión y la Misión de Ellos es Representar a Cristo en la Santa Eucaristía y en la administración de los Sacramentos de la Iniciación Cristiana, por tanto ser Sacerdote, supone que deben hacerse semejantes a nuestro Señor Jesucristo, Sumo Sacerdote Eterno por Excelencia, además de eso creo que las vocaciones Dios las proporciona según su corazón, también creo que el Sacerdote cuando preside la Santa Eucaristía es Cristo mismo.
Por tanto no se puede hacer una vocación a la carta para los jóvenes que quieran ser sacerdotes o religiosas.
Con todo respeto
Beatriz Méndez
Bruno, hay quienes piensan de otra forma... ¡Qué cosas. Vivir para ver.
Dejar un comentario