Pobre elogio de la tolerancia
José María Castillo escribe en Religión Digital un “Elogio de la tolerancia”. Este ex-jesuita siempre consigue despertar al profesor dormido que reside en mi interior, porque, cuando leo algo escrito por él, se me van las manos solas a coger un lápiz rojo para corregirle.
Además, el tema de la tolerancia se presta especialmente a hablar mucho y no decir nada, que es algo que me molesta especialmente. Hoy he dado rienda suelta a mis instintos y me he dado el gusto de comentar su artículo. Por supuesto, mis comentarios van en rojo. Y no pongo una nota al final, porque, aparentemente, eso sería muy intolerante por mi parte.
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Tolerante es el que deja a los demás ser lo que son y como son. Más aún, tolerante de verdad es el que anima y ayuda a los demás a que sean como son. [Si ya son como son, ¿para qué hay que ayudarles a serlo?]. Por tanto, tolerante es el que no pretende que los demás cambien. Y, menos aún, intenta que los otros piensen como él piensa o que se comporten como él se comporta. Tolerante, en consecuencia, es el que jamás echa en cara nada a nadie. El que no reprende nunca. [Es decir, Jesucristo era un intolerante, con esa mala costumbre de decir “vete y no peques más", “ay de vosotros los ricos” o “aprended de mí". Y sus apóstoles, que debieron de aprender de Él a ser intolerantes. Y también lo son todos los padres del mundo, que intentan que sus hijos se comporten bien. Y los profesores. Y los buenos amigos que te aconsejan que dejes de beber o que no engañes a tu mujer. Y Dios Padre con sus mandamientos. Y el médico que te echa la bronca porque no paras de fumar]. Y, por supuesto, el que jamás ejerce violencia alguna contra nadie, sea quien sea. [Es decir, todo policía es un intolerante, ya que ejerce violencia contra el que incumple la ley. Lo mismo se podría decir de jueces, instituciones penitenciarias, militares, guardias de seguridad o dueños de perros guardianes].
Pensemos, por un momento, que esto fuera posible. Y que la vida y la convivencia fueran así. Si realmente tal cosa ocurriera, nos encontraríamos con la indecible sorpresa de un mundo sin violencia, en el que nadie reprocharía nada a nadie y, menos aún, en el que nadie ejercería violencia contra los demás. [Ha descubierto la pólvora. Un mundo en el que nadie “ejerce violencia contra nadie”, sería “un mundo sin violencia”.] Un mundo en el que nadie hablaría mal de los otros. Y en el que nadie tendría que fingir, disimular o mentir. Cada cual sería el que es y como le gusta ser, sin tener que justificarse o dar explicaciones. En un mundo así, todos nos sentiríamos seguros, en paz con nosotros mismos y con los demás. [Excepto cuando a alguien lo que le guste sea, por ejemplo, quedarse con el dinero del prójimo, liquidar a la mujer para buscar a otra más joven o linchar a los extranjeros. No parece que nos fuéramos a sentir muy seguros]. De forma que la convivencia sería algo así como el retorno al paraíso perdido, el paraíso del que fueron expulsados Adán y Eva, los padres míticos de los que habla el mito del libro del Génesis. [No, lo que sería es el caos. Al hablar de “mito”, lo que quiere decir es que el Génesis es una mera moraleja, un invento sin relación con la verdadera historia del hombre. Por lo tanto, no cree en el pecado original y, en consecuencia, no entiende al ser humano, ni a la sociedad, ni lo que es la convivencia. Lo ha sustituido por un verdadero mito utópico, Tolerantilandia, que no existe más que en su imaginación].
Lo que ocurre es que ese mito, como todos los mitos auténticos, tiene la virtualidad de ponernos los pies en el suelo y nos dice cómo es la vida y, sobre todo, cómo es la condición humana. El mito del capítulo tres del Génesis deja bien claro que este mundo no es, ni puede ser, un paraíso. [No, lo que dice es que Dios quiso que viviésemos en paz con él y, de hecho, rechazamos el plan y el paraíso que Dios tenía preparados para nosotros]. Porque la tentación de “ser como dioses” (Gen 3, 5) acarrea la pérdida de la condición paradisíaca y la consiguiente deshumanización. [Una tentación no acarrea nada. El problema es caer en la tentación]. De ahí, entre otras cosas, la rivalidad y la intolerancia, como queda patente en el capítulo siguiente del Génesis con el mito de Caín y Abel (Gen 4), que explica las causas de la intolerancia y la violencia. Abel era pastor, Caín era labrador (Gen 4, 2). Dos culturas distintas, la cultura pastoril, cultura de pueblos nómadas, y la cultura de los países agrarios, cultura de pueblos sedentarios. Si es cierto que con la agricultura nació la civilización, el mito de Caín y Abel es el relato que prueba cómo el proceso del que surge la civilización prueba que la evolución tecnológica y la evolución social pueden disociarse y avanzar en sentido contrario, la primera como progreso, la otra como degradación (María Daraky) [Esta frase es tan absurda que no merece comentario]. Sin dar explicación alguna, el Génesis dice que el Señor aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín (Gen 4, 4 s). El Señor rechaza una civilización que produce los privilegiados del progreso (representados en Caín) y acepta a los excluidos de la degradación (simbolizados en Abel). [Je, je. El Génesis no da explicación de porqué Dios aceptó la ofrenda de Abel y no la de Caín, pero Castillo sabe qué Dios estaba pensando en la Teología de la Liberación y nos lo explica]. Por eso el Señor prefirió a Abel. El mito hace bien en preferir a Abel. Pero hace mal al establecer la diferencia entre los elegidos y los excluidos. [Es decir, que Dios no estaba muy lúcido ese día y no le salió muy bien la inspiración del Génesis]. Porque toda elección lleva consigo una exclusión. Y el que se siente excluido, por eso mismo se siente irritado (Gen 4, 5). En eso está la clave de la intolerancia y la violencia. El que se ve a sí mismo como el elegido, se siente superior, lo que desencadena en el excluido la rivalidad, la envidia, el resentimiento. [Excepto aquel que, como señala el Evangelio, ha sido elegido por pura gracia, sin merecerlo en absoluto. Eso, que es el centro de nuestra fe, parece ignorarlo Castillo, de manera que soluciona un problema inexistente diluyendo el cristianismo]. Es decir, la intolerancia es la raíz de la violencia. [O, mejor dicho, que la culpa de la violencia de Caín la tuvieron, o bien Abel por ser un “elegido” o bien Dios por elegirle, mientras que Caín cantaba aquello de “soy rebelde porque el mundo me hizo así”].
Hay cuatro fuentes inagotables de intolerancia. 1) La intolerancia “cultural", propia de los pueblos que se sienten superiores, que miran a los demás como los excluidos. El “eurocentrismo", que ha pretendido imponer la cultura occidental en continentes enteros, ha sido una de las causas de exclusión y, por eso, de intolerancia humillante y de xenofobia ante otras culturas. [Claro, como en esos otros continentes la guerra era algo desconocido y todos vivían felices y comían perdices hasta que llegaron los Europeos. Hay que ser ingenuo para decir estas cosas]. 2) La intolerancia “religiosa", que caracteriza a las religiones monoteístas. [No como los simpáticos politeístas de los sacrificios humanos, el canibalismo y la prostitución sagrada o que echaban a los cristianos a los leones. Esos, como no eran monoteístas, eran tolerantes y castillanos.] Israel se vio a sí mismo como el “pueblo elegido", preferido por Dios sobre todos los pueblos. De ahí la exclusión de los demás y la consiguiente intolerancia. Una intolerancia que pasó del judaísmo al cristianismo desde el momento en que la Iglesia se sintió con el derecho de usurpar el título de “pueblo de Dios", suplantando al Israel bíblico y apropiándose los privilegios de la “alianza” y la “elección". [¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra?] La creciente intolerancia fue la consecuencia inevitable de tal apropiación. Una intolerancia que ha llegado al paroxismo en los grupos religiosos fundamentalistas judíos, cristianos e islámicos. Las consecuencias de violencia extrema que segregan tales grupos nos tienen a todos literalmente aterrados. 3) La intolerancia “política", que divide y enfrenta, no sólo a los partidos políticos, sino a países y naciones, grupos humanos, familias e individuos. Una intolerancia que lleva a los dirigentes políticos y sus secuaces a anteponer sus propios intereses a cualquier otro bien colectivo, produciendo situaciones de profundo malestar y odiosa convivencia ciudadana. [Eso se llama egoísmo, no intolerancia]. 4) La intolerancia “social", que tanta violencia y tanta sangre ha hecho correr a lo largo del siglo XX, con los consiguientes resentimientos, odios y heridas incurables que todavía arrastramos. En este caso, la posición social privilegiada desata los sentimientos y resentimientos del que se ve abajo, despojado de derechos fundamentales y, con frecuencia, tratado como un indeseable y hasta como un revolucionario peligroso. [¿Qué tendrán que ver las desigualdades sociales con la intolerancia? Es intentar meterlo todo en el mismo saco, cueste lo que cueste.]
Cuando estas cuatro fuentes de intolerancia se mezclan, se funden y se confunden, el paraíso perdido se convierte en un infierno. Porque los intereses más bajos se disfrazan de valores e ideales altísimos. Con lo que el veneno de la intolerancia llega a ser mortal de necesidad. [Lo que es mortal es abandonar de hecho el cristianismo por cuatro vaguedades que no llevan a ningún sitio]. Sin duda alguna, el mejor regalo que nos podemos hacer en estos Reyes es ofrecer a los demás un gran lote de tolerancia. [No, cuando lleguen los Reyes, lo mejor que podemos hacer es postrarnos con ellos a adorar al Niño Dios, que vino a regalarnos la Vida eterna y a elegirnos para ser, con él, hijos de Dios].
José M. Castillo
72 comentarios
"una vez le mencionamos la palabra 'tolerancia' a nuestra abuela, la anciana condesa. Nos miró extrañada un instante y finalmente respondió: -Tolerancia, sí, tolerancia... en mis tiempos había casas para eso..."
Pero incluso para Dios y en beneficio de sus elegidos que no son infinitos sino limitados: "La tolerancia es tolerable hasta que a ésta no se la puede tolerar."
Toda esta palabrería vacía y artificial la tengo más que oída. Es de lo que más escuchaba en mi adolescencia y juventud, incluyendo profesores de religión y algunos sacerdotes. Ya me sé de memoria como acaba (en todos los sentidos).
Lo que me sorprende es porqué tu sigues leyendo a esta gente, que además de equivocada y equivocadora, está más demodé que la polka.
Lo mejor de todo es que a este amable y simpático apóstata no lo echaron los jesuítas ¡se fue él! Pues si esto es de lo mejor que hay en la Compañía, como para que no quieran desprenderse de tal joya de su corona, como para no acercarme por sus casas a recibir doctrina ¡cómo serán los que se han quedado!
Y todo esto porque el dios de muertos -Satanás- existe crece, medra y se multiplica alimentandose de la vida de los vivos.
La tolerancia es el reclamo del ciminal que suplica clemencia y tolerancia para volver a ser, de su instinto natural ser: intolerante criminal.
La tolerancia es la muerte del muerto -Satanás- que se cree vivo, capaz de tolerar a la vida; Siempre y cuando ésta, -la vida- no atente contra su particular razóna de ser animal con derecho a matar.
La tolerancia es este Universo de oscuridad y de muerte que reclama al infinito Espacio de Luz y de Vida, -Dios de vivos- ser tolerante con su razón de ser dios de muertos.
Y todo esto porque el dios de muertos -Satanás- sabe que miestras haya vida de vivos con qué alimentarse, Éste -Satanás- será dios de este Universo que es morada de muertos.
Cuídate, porque es muy contagiosa.
Por otra parte, ocurre que a menudo los defensores de la tolerancia se vuelven más intolerantes que nadie cuando se encuentran con alguien que les lleva la contraria.
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Pero claro, la culpa de todo la tiene Dios. Mire que elegir a esta gente, judíos primero y cristianos después...
Total, en cuanto a castillo creo que le criticais por criticar.
Por ejemplo eso de que en un mundo de tolerantes se podría exterminar los extranjeros porque deberíamos ser tolerantes con los xenófobos es una chorrada, como cuando se trata de acusar a los progres de fomentar las violaciones por defender el amor libre.
Aún habrá que explicar que no se puede ser tolerante con los intolerantes y que dónde puñetas están el amor y la libertad en una violación.
Y lo que ya es de guasa es que se acuse a Castillo de negar el pecado original por decir que lo de Adán y Eva era un mito. Vamos, que ahora los católicos deben creer en la historicidad del Génesis, para aceptar la doctrina.
En cuanto Iraq se pacifique ya ganará dinero algún listo montando excursiones al lugar donde estaba el auténtico Edén. Al tiempo.
Un genio este teólogo. Este hombre imagino que habrá leído Rm. 9,11-15: "Pues bien, para continuar el propósito de Dios de elegir no por las obras sino porque Él llama, antes de que nacieran y pudieran hacer nada bueno o malo se dijo a Rebeca: "El mayor será siervo del menor", conforme a la otra Escritura: "Quise a Jacob más que a Esaú". ¿Qué se concluye?¿Que Dios es injusto? ¡De ninguna manera! De hecho Él le dijo a Moisés: "Tendré misericordia de quien yo quiera y compasión de quien quiera. En consecuencia, la cosa no está en que uno quiera o se afane, sino en que Dios tenga misericordia"
Castillo degrada la profesión de teólogo, pues no explica y hace comprensibles las Escrituras Sagradas, sino que se irroga el derecho que criticar las decisiones de la Providencia de Dios. Es decir, cae en el peor de los pecados, origen fatal de nuestra caída: "Seréis como dioses"
Por lo demás, como dice Yolanda, el tal Castillo resulta un poco cansino. Los mismos tópicos de siempre.
Un saludo muy cordial.
«[...] ¡No se puede hacer! Usted ignora la naturaleza humana, ¡incluso la propia! ¡Y la ignora de blandengue que es!
»“¡Hermoso ideal!”. Un ideal que es irrealizable no es hermoso... ni feo: es nada. El ideal liberal es el ideal de la isla de Jauja, donde se atan los perros con longaniza y las viñas crecen solas y producen el vino ya embotellado, y la uva de mesa en cajones... para los liberales.
»Es la idea rusoniana de que “el hombre es naturalmente bueno” y solamente dándole libertad “se vuelven todos buenitos, ‘iguales’ y fraternos”. Pero si a mí me dan libertad, si suprimen la policía y la Ley de Dios, le encajo un garrotazo en la cabeza a Rodó que lo hago morir antes de tiempo. Murió en Nápoles el pobre, a los 45 años, tísico y entontecido, un endeble; sobre todo de inteligencia.
»Faguet, un liberal más talentudo que estos dos, pero liberal al fin, escribió: “El ideal verdadero del liberalismo es llegar a la Igualdad”. Pero si se da Libertad a los hombres, crece la desigualdad; por tanto, tiene que entrar a tallar la “Fraternidad”, es decir, esa santidad extraordinaria que ni el cristianismo logró infundir en todos; un supercristianismo. ¿Cómo se crea ese supercristianismo? Diciendo macanas.»
Lo decía de los liberales; éste es un liberal teológico, por lo que resulta todavía más coñazo, pedante y torticero porque encima se atreve a regar sus paridas con citas cogidas por los pelos. Ya Cervantes nos avisa de esto en el prólogo de El Quijote.
Ha hecho mucho daño so capa de "avance",y,cuando se entra en esa marcha,sin frenos,cualquiera acaba estrellándose.
Ha sido un hombre de frontera,y,como tal ha tenido la tentación,sucumbiendo,de cruzarla y lo ha hecho;quienes viven cómodamente,bajo techo,y,no se han manchado los zapatos de barro y las manos de mugre no sé si entienden ésto.
Pero ha sido libre de rectificar y no lo ha hecho,su responsabilidad es plena,sin limitaciones,es dueño de su libertad,lo que pasa es que no ha sabido usarla.
Lo que no es J.M.Castillo,es liberal de eso no tiene nada,no encuentro en sus escrito un átomo de teología liberal.
Creo que en lo que escribes,Bruno,tienes razón en casi todo,pero espero que te apiades del herido que no cicatrizado todos los rasguños.
Teólogo liberal dirás que no es (o era; si lo dices, me lo creo), pero al menos reconocerás que este escrito podría servir perfectamente como «Trabajo» de logia. Tiene un montón de lugares comunes.
Ha sido un hombre de frontera,y,como tal ha tenido la tentación,sucumbiendo,de cruzarla y lo ha hecho;quienes viven cómodamente,bajo techo,y,no se han manchado los zapatos de barro y las manos de mugre no sé si entienden ésto.
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Se entiende por "hombre de frontera" a la vanguardia de un cuerpo, a quienes están más expuestos al ataque de sus enemigos.
Quienes la cruzan, pues se pasan al enemigo sin más. Esto en política se llama traición, y en religión, apostasía. Ambas, cada una en su campo, son acciones repudiables, vomitivas, de lo más bajo en que puede caer un ser humano.
Y no creo que si viviera a la intemperie pensaría diferente...
No suelo leerle, por lo de la necesidad incontrolable de coger un lápiz rojo cuando lo hago, pero estoy pensando en escribir un artículo sobre el respeto y la tolerancia y, como este trataba sobre la tolerancia, "piqué"... y, pensé, si bien no me ha servido de nada lo que dice, por lo menos, lo usaré para un post.
Yo no tengo ninguna animosidad contra el P. Castillo. Bueno, que ya no es Padre. Si fuera diocesano, ahora será D. José María, pero no sé cómo llamarle, porque leo ahora que su situación es bastante extraña:
"No lo han echado ni nada de eso, él ha pedido dejar la Compañía de Jesús. Castillo, uno de los más importantes teólogos de la Compañía, adscrito a la corriente de la Teología de la Liberación, deja de ser jesuita, según el canon 691. «No es una exclaustración ni una secularización, sino una 'petición de indulto', para que se le libere de los votos de pobreza y obediencia. Así, el teólogo se convierte jurídicamente en un cura 'vago', según el canon 277. Un sacerdote que no depende jurídicamente de ningún obispo, pero que sigue siendo cura, obligado, por tanto, al celibato»".
En fin, usaremos "P. Castillo".
Como decía, yo no tengo ninguna animosidad contra el P. Castillo. En principio, supongo la buena fe en todo el mundo, como mandan la cortesía y Nuestro Señor. Estaría encantado de ir a tomarme una cerveza o una cocacola con él y charlar un rato. Y, además, no le he conocido en otros tiempos, en los que quizás era más moderado, más profundo o más eclesial, no lo sé. Por ejemplo, es mucho mejor este otro artículo, muy breve, que acabo de ver en el mismo blog (quitando algún tic que no puede evitar): http://blogs.periodistadigital.com/teologia-sin-censura.php/2009/10/29/por-favor-que-nos-hablen-de-dios-925
En cualquier caso, creo que la crítica al texto de este artículo está más que justificada y que conviene responder a estas cosas, porque, si te fijas, intenta destruir, con una saña terrible, la categoría de "elección", que es la base de todo el Antiguo Testamento y, de otra forma, también es esencial para el NT. Es decir, no se trata de un mero articulito superficial pero inocente sobre la tolerancia. Es una carga de flotación contra el Evangelio y contra la fe. Y eso conviene mostrarlo.
En mi opinión, el problema de este tipo de teólogos no es tanto que fueran "de frontera", sino que, en vez de ser teólogos, de dedicarse a la investigación, de discutir con otros teólogos, se convirtieron en maestros, en un Magisterio paralelo opuesto al de la Iglesia, pretendiendo enseñar a los fieles que la doctrina de la Iglesia estaba equivocada. Para un teólogo que investiga cómo expresar la fe, puede haber bastante manga ancha. En cambio, si alguien se dedica a enseñar a los fieles, o lo hace expresando fielmente el Magisterio o hay que cortarle enseguida.
Saludos.
Comentario de Bruno
Luis:
Brick by brick.
01.11.09 @ 09:54
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Y porque me tomo la educada atención de leer a otros, aunque a veces me aburran, me tomo el derecho de decir:
"Esto me suena a cuchicheo de comadre mal educada.
Luis se refiere al blog del Father Z:
http://wdtprs.com/blog/
que tiene la costumbre de criticar artículos (para bien o para mal) usando texto de color rojo.
No tiene mayor importancia.
Saludos.
En principio, no hay problema con que utilices el nombre que quieras en este blog.
En cuanto a tu comentario, me remito al artículo en cuestión: "Tolerante, en consecuencia, es el que jamás echa en cara nada a nadie. El que no reprende nunca". Nadie es nadie y nunca es nunca.
Si sólo se puede ser intolerante contra los intolerantes, en primer lugar se destruye el paisaje idílico descrito. En segundo lugar, ahí puede entrar cualquiera, basta decir que los cristianos son intolerantes, por ejemplo, porque no toleran el robo o el aborto. En tercer lugar, el que no tolera la intolerancia podrá ser muy bueno o muy malo, pero lo que está claro es que es un intolerante, así que tampoco podría tolerarse su actuación.
Lo mires por donde lo mires, es imposible basar la sociedad en el simple principio de la tolerancia, que no tiene ningún sentido sin el principio superior del respeto. Espero escribir algo sobre el tema.
Saludos.
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Ya, Bruno.
Creo que hasta Castillo suscribiría esa afirmación
Porque, aparte de la simpleza exasperante de Castillo, ¿crees que la pretensión de este señor y otros semejantes es "basar la sociedad en el simple principio de la tolerancia"?
Vamos, que será simplón, pero no tanto.
Entonces, una crítica de rotu rojo que vaya a la epidermis de lo que ya de por sí es tan epidérmico...pssss.
Este hombre no tiene ni idea de lo que es la tolerancia porque su reflexión sobre la misma parte de criterios epistemológicos errados y muy defectuosos. ¿Pues qué es la tolerancia más que la evidencia, o esa segura certeza, de que el señor del piso de al lado, pared con pared, tiene los mismos amores e iguales dolores que uno mismo y que cada mañana tiene, qué remedio, que cocer el pan de cada día? Y que la vida misma es para todos un saquito de esperanzas y de miedos, de delicadezas y sonrisas, de espantos y amargores. Pues de ello hay certidumbre.
Y hay que ser sectario para no entender entonces que la tolerancia es esa simple y honda comunión con los diferentes, esencialmente iguales a nosotros, sin embargo. Pues de eso hablamos cuando de vida civilizada hablamos. De leyes amables y un reposado vivir. O, al menos, a mí eso me parece que es la civilización, digo yo.
Y todo lo otro de lo que habla el ex-jesuita Castillo acerca de la tolerancia un constructo me parece a mí. Un producto de una cultura separada de lo real y del hombre mismo. Ideología. Y de la mala, la peor. Y es que estoy empezando a temer que esta clase de mansos y sonrientes corderitos lo que quieren es, con estos falsos llamamientos y esa sobreabundancia viciosa de palabras bonitas, cercenanos la hierba para una temporada. Y va a ser que sí. Pues menos predicamento de tolerancia nos viene urgiendo y más aire de libertad.
Pues suerte tienes que se te despierte al profesor dormido, a mi se me despiertan los diez mogoles que llevo dentro. ¡Ups!
Aludir a la tolerancia se ha vuelto el estandarte de los que ya no tienen otro argumento al cual recurrir.
Es como el último escupitajo que te echan en la cara para hacerte callar, o como la armadura sustituta con la que se revisten cuando han dejado que la de la fe se haga añicos.
Que aprendan a defender su aislamiento y vaguedad, su falta de talante cristiano y su inseguridad, con algo que me sea más atractivo de comprar.
Si torelilandia es el Paraíso, me quedo con el que me han prometido y que desde ahora ya gozo, que de no haberlo gozado, el suyo quizá me resultaría atractivo.
Y será ese todo su problema, que no ha gozado el auténtico Paraíso? Pues, casi apostaría a que si.
Gracias Bruno.
La verdad es que eso de que Dios eligiera primero a los judíos y después a los cristianos...
Menos mal que después eligió a Castillo, pero sobre todo, menos mal que por último eligió a luis.
Gracias a él, todos, incluyendo el blogger, infocatólica, toda la red, los obispos y el mismísimo Papa, saben lo que tienen que opinar de todo, dejando a un lado tolerancias absurdas con otras opiniones equivocadas
Acertado lo que dices,conozco,algunos muy cercanos,a víctimas de su Eclesiología "derribatapias",sin embargo no fué siempre así;¡ya está!.
Totalmente de acuerdo en lo que dices,solo te instaba a la compasión y la misericordia,hacia quien es,hoy,menos feliz que antes.
¿Tú no?
Bruno, muy fácil, pues porque la tolerancia consiste en alabar la grosería del grosero, los crímenes del terrorista, del maltratador, del ladrón, del pedrasta; en pedir a los asesinos en serie que no desistan ante esta sociedad de intransigentes como tú. Porque ayudándoles con donativos, armas y aplausos, sin esa terrible represión, facilitándoles las actividades que les llevan a realizarse, ellos serán de un modo más auténtico. Y en vez de ayudarles, ¿qué hacen algunos? Censurarlos o encarcelarlos. Pero claro, la culpa de la intolerancia es de Dios, que provocó con la exclusión, la rivalidad, la envidia, el resentimiento.
Está en la raíz del pecado angélico, y si leemos la Biblia, es el motor del mal a lo largo de las edades y de la persecusión contra los elegidos.
La verdad, muy mal espíritu este hombre, quizás Mal Espíritu en serio.
Con esto se niega todo el sentido de la Promesa, y el valor del Antiguo Testamento. Típica lectura de la herejía progresista.
A ti, espero que te haya elegido para lo mismo, porque yo creo que todos hemos sido elegidos por Dios para la Vida. No soy calvinista.
Pero esa falsa creencia que tienes de que estás llamado a ordenar a todo ser viviente lo que tiene que pensar y hacer, porque tú posees la verdad -que te la has ganado estudiando, y siendo más listo que nadie, y más alto y más guapo y más noséqué de quéséyo, pues eso, la verdad, el único que te lo crees eres tú -y los cobardes simplemente te lo toleran (aunque puede que algún tontaina se lo crea, pues hay gente que se deja deslumbrar por la arrogancia y la prepotencia ajena)
¿La culpa a Dios por sus elecciones? Todo lo contrario, las gracias a Dios por sus elecciones.
Y a quien tenemos que escuchar es a Jesucristo, no a los que se autoeligen para dirigir el cotarro, porque ellos lo valen.
Bueno, Asun, en lo de guapo y alto tienes toda la razón, no te voy a desmentir, y menos cuando mi mujer me lo dice. Lo de listo no estoy tan seguro
toto corde
En el evangelio tenemos el modelo a seguir.
Otro tópico progre: todas las opiniones son respetables. Pues a mí lo que escribe este anciano teólogo no me parece respetable y me parece perfecto que Bruno las combata con su inteligencia y su verbo fácil. Y no soy tontaina, córcholis.
Seguro que te encuentra listo y todo. El amor que es ciego. :)
Aunque Castillo haya derivado en compañía de los pluratontos hasta no se sabe dónde, pienso que sigue teniendo fe en Jesús. En vez de estar tan deseoso de que se vayan deberíamos estar deseando que reconocieran en la Iglesia a su madre, la comunidad de comunidades a lo largo del tiempo y el espacio que creen en Jesús.
El tiempo colocará las cosas en su sitio. Yo pido por Jose Mª Castillo cuando pido por toda la Iglesia.
Tengo que irme.
Saludos cordiales e incluso toto corde
No sé quién es el progre que dice que todas las opiniones son respetables. Yo digo que todas las personas son respetables. En cuanto a las opiniones, por ejemplo, como respeto a tu personita, me reservo la mía respecto a tu último comentario.
Comparte el toto corde con luis, y un siseñor con las patas coloradas.
Saludos más cordiales aún que antes.
Ciao.
El respeto que merece una opinión no se basa precisamente en la "fundamentación", y menos en la apariencia, sino en la buena voluntad, la sinceridad, el deseo de compartir lo que uno sabe, el de enriquecer y dejarse enriquecer por los demás...Lo que haya de verdad o de error en esa opinión, lo puedo juzgar uno mismo independientemente de las medallas que se haya puesto el que expone la opinión.
Esta es mi opinión, que hasta ahora he constatado en la experiencia.
Otra cosa es cuando tratamos, no de opiniones, sino de consultas profesionales a técnicos. Pero en cuestiones espirituales, Jesús dejó bien clarito lo que opinaba de los profesionales y entendidos.
Cinco Toto corde para ti sola. Arrivederci.
Pero si no sabes distinguir entre opiniones y comisión de atrocidades, es tu problema.
Aun así por respeto a mí misma procuro no perder por completo el respeto a la persona que ha cometido una atrocidad. Con ayuda de Dios.
Sacar ese caso en esta conversación puede que te parezca una muestra de buen gusto, pero a mí no. No sé si existe alguna relación entre ese asesino y tú, pero desde luego no la hay entre él y Castillo ni ninguna otra persona del blog. Estamos hablando de la tolerancia ante las opiniones de los demás y creo que hay que respetar a las personas a pesar de sus opiniones.
A mí me parece estupendo que Bruno opine lo que le dé la gana, e incluso es posible que esté de acuerdo con él. Incluso yo misma opino lo que quiero. Lo único que me parece molesto es la inclinación a la censura y la imposición que tienen los inquisidores, entre los que incluyo a los amigos de Castillo y su antro de pensamiento único. Y por supuesto a todos los que promueven la censura porque creen que la verdad se debe imponer. En esto son primos hermanos los involucionistas y los pluratontos.
Por eso digo que menos mal que Dios eligió a Castillo y a Luis para decir a los demás lo que tienen que opinar. Por supuesto, también somos muy afortunados de que te haya elegido a ti para castigar a los progres.- Lamento no haberme dado cuenta antes, pero creía que eras un amigo virtual no un aprendiz de torquemada.
Doscientos toto cordes y un ave maría.
Pues saludos cordiales y hasta otra. Le cedo el ordenata a mi sobrino.
Noticia imprescindible para los lectores.
Jajja, qué poco sentido del humor tiene algunos. Pedro-1, chico, tómate la vida con más humor: el ceño fruncido y el afán perseguidor perennes te pasarán factura, la salud se acaba resintiendo. Y la Verdad : menos prejuicios, muchacho. Ni se te ocurra contarme a mí entre quienes predican que todas las opiniones son respetables...
A pesar de todo lo anteriro, me retiro con muy poquitas ganas de bromas hoy.
Memo, bobo, desnortado, progre ( un insulto para ustedes )y torticero ( se lo llaman mientras cambian e interpretan los comentarios de Castillo a conveniencia ), aderezado con algunos intentos de parecer graciosos y ocurrentes.
Resultaría mejor que Bruno hubiera usado para las "correcciones" un color más apropiado al sentido de la mayoría de los comentarios, le propongo el color de la bilis.
Un saludo.
___________
:-D
;)
Lea este párrafo del teólogo José María Castillo:
“…la Iglesia se sintió con el derecho de usurpar el título de “pueblo de Dios", suplantando al Israel bíblico y apropiándose los privilegios de la “alianza” y la “elección"
La creciente intolerancia fue la consecuencia inevitable de tal apropiación. Una intolerancia que ha llegado al paroxismo en los grupos religiosos fundamentalistas judíos, cristianos e islámicos. Las consecuencias de violencia extrema que segregan tales grupos nos tienen a todos literalmente aterrados.”
Según el señor Castillo, la Iglesia no debería considerarse el pueblo de Dios, ni apropiarse de la “alianza” ni tenerse por un pueblo elegido. Vamos, que la Iglesia debería proceder a su inmediata disolución y pedir perdón por la suplantación manifiesta.
Según este teólogo, hay grupos religiosos cristianos con una intolerancia que ha llegado al paroxismo, hasta una exacerbación y exaltación extremas. Grupos que, según él, segregan una violencia extrema cuyas consecuencias nos tienen a todos literalmente aterrados.
¿Le parece a usted que he cambiado e interpretado los comentarios de Castillo a conveniencia? Deme si acaso el texto correcto y debidamente interpretado.
¿Y qué color propone usted para este párrafo del señor Castillo, si no es indiscreción, ya que tan generosamente ha coloreado el de la mayoría de los comentaristas.
¿Puede usted hablar de insultos? ¿No recuerda los que dirige usted a los católicos? Bastante más que el de memo o desnortado. ¿O ya no se acuerda?
Las apostillas de Bruno habría que criticarlas desde la argumentación, no haciendo poéticas comparaciones sobre el color que debe emplear. Eso no es argumento de acierto o error de lo que Castillo o Bruno exponen.
No sea que algún tolerante modernista incluya mi errata en el elenco de comentarios biliosos e insultantes contra Castillo :D
Mire Pedro, usted tergiversa y manipula cuando extrae conclusiones del texto, que sólo están en su cabeza," Vamos, que la Iglesia debería proceder a su inmediata disolución ... ", eso es de su cosecha y no lo dice Castillo en el escrito que usted pone de ejemplo.
Entiendo que les pueda molestar que alguien, más aún desde dentro, les afee las conductas, pero su actitud Pedro, y la de algún otro, demuestra que Castillo tiene bastante razón.
Un saludo.
No tengo ni tiempo ( ya habrá notado que llevaba tiempo sin intervenir ), ni, sinceramente, ganas de ponerme a discutir con usted ( y no lo digo por que sea usted )sobre las apostillas de Bruno ( aunque no era a él a quien dirigía mayormente mi comentario ), pero si que le digo que, "desde un punto de vista teológico", cualquier cosa puede acabar convertida en una memez, hasta la propia Teología.
Un saludo.
Estoy de acuerdo en que las malas formas y el acaloramiento van con la persona y no con la religión o irreligión de cada uno. Hombre, los cristianos deberíamos ser ejemplo de paciencia y templanza, pero está claro que somos tan de barro como cualquiera, y que el único santo de verdad fue nuestro fundador.
No estoy de acuerdo, sin embargo, en que la teología sea (o pueda ser) una memez, como no lo es la filosofía (tampoco la atea) ni ninguna rama del saber humano. Aunque se digan muchas memeces en nombre de la teología o la filosofía. En cuanto a Castillo, pues le voy a pedir que me disculpe si sostengo mi opinión de que su discurso es palabrería vacía y artificial. Naturalmente yo lo juzgo desde el punto de vista cristiano, pero no olvidemos que él mismo declara jugar en ese terreno de juego, porque se afirma cristiano (de hecho, era religioso hasta hace 4 días, y tiene ya muchos días). Probablemente a un lector ateo le parecerá intereante su particular interpretación de la Biblia. Pero él se presenta como cristiano, y desde el punto de vista cristiano (de Cristo, Mesías: los que creen que Jesús es el Mesías), como muy bien le ha replicado Bruno, muchas de las cosas que dice son absurdas.
Y seguro que es un tío muy dialogante, muy amable, muy simpático y la gente que le conoce le adora. Pero en ese artículo dice bastantes memeces.
Todo esto es insultante, mucho más que bobo o memo.
Si no sabe usted sacar consecuencias, de un texto, es su problema. Al señor de Castillo le gustaría que no hubiese Magisterio, dogmas ni Papa. Cada uno pensando y siendo como es. Para usted Castillo tiene razón. No esperaba menos de usted.
¡Este es Gallizo!
Ahora ha sacado un artículo en el que "demuestra" que el Infierno... ¡está vacío!
¿Los argumentos? Pues que como la Iglesia no se ha pronunciado infaliblemente sobre la condenación de ninguna alma en concreto, allo supestamente lo autorizaría a él dar su "infalible" dictamen por la contraria. Y argumenta además a favor del Infierno Baldío apelando... ¡al Amor de Dios! Sí, casi textualmente lo dice, por Caridad -vaya a saber lo que este buen hombre entiende por tal cosa- en el Infierno no habría más que demonios desocupados.
Pero, ¿podría ser, no? ¿Y si, hasta ahora, por las razones que sean, no se hubiera condenadao (al menos todavía) nadie?
Bueno, Ricardo, los que siguen a Castillo ya saben que la Iglesia no es infalible cuando se pronuncia, así que no puede usar ese argumento ¿no?
Me parece bien comentar el último artículo de Castillo, pero creo que es mejor dejar el tema ya de quién es más insultante o quien tiene peor genio, que no interesa mucho a nadie. Aquí todos tenemos bastante genio. Y, si no, que se lo pregunten a nuestras esposas/esposos/compañeros de trabajo/hermanos.
Entiendo que es posible que ningún ser humano se haya condenado. Y deseable, por supuesto. Yo he rezado más de una vez por Judas, para que Dios le concediera el don de la conversión en ese último y terrible momento, colgando del árbol. No creo que haya que desesperar de la salvación de nadie. Aunque no sabemos nada en concreto con seguridad sobre el tema.
El problema no es decir eso, sino negar la existencia y la posibilidad real del infierno, como hace Castillo. Porque eso es negar la libertad humana, afirmar que Dios no nos quiere como a personas, sino como a cosas o como a esclavos, y quitar todo el valor al amor que el hombre puede y debe tener libremente a Dios. Además de negar la doctrina explícita de la Iglesia sobre el tema y lo que Cristo dijo en el Evangelio, claro.
Sólo apuntaba hacia la posibilidad real (¡y deseable,! ¿verdad, todos?) de que nadie hasta el momento se hubiera condenado. Inclsuo la de nadie en adelante se condene. Si somos libres hasta el último segundo de nuestra consciencia y libertad, ¿por qué no?
EL JUICIO
Después de haber vivido en la tierra, mi vida llegó a su fin. Lo primero que recuerdo es
que estaba sentado sobre una banco, en la sala de espera de lo que imaginaba era una
Sala de Jurados.
La puerta se abrió y se me ordenó entrar y sentarme en la banquillo de los acusados.
Cuando miré a mi alrededor vi al "Fiscal", quien tenía una apariencia de villano y me
miraba fijamente, era la persona más demoníaca que había visto en mi vida.
Me senté, miré hacia la izquierda y allí estaba mi abogado, un caballero con una mirada
bondadosa cuya apariencia me era familiar. La puerta de la esquina se abrió y apareció
el juez, vestido con una túnica impresionante. Su presencia demandaba admiración y
respeto. Yo no podía quitar mis ojos de Él; se sentó y dijo: "Comencemos".
El Fiscal se levantó y dijo: " Mi nombre es Satanás y estoy aquí para demostrar por
qué este individuo debe ir al Infierno". Comenzó a hablar de las mentiras que yo había
dicho, de cosas que había robado en el pasado, cuando engañaba a otras personas.
Satanás habló de otras horribles cosas y perversiones cometidas por mi persona y,
entre más hablaba, más me hundía en mi banquillo de acusado. Me sentía tan
avergonzado que no podía mirar a nadie, ni siquiera a mi Abogado. Mientras, Satanás
continuaba la lista de pecados que inclusive yo había totalmente olvidado. Estaba tan
molesto con Satanás por todas las cosas que estaba diciendo de mí, e, igualmente,
molesto con mi abogado, quien estaba sentado en silencio sin ofrecer ningún
argumento de defensa a mi favor.
Yo sabía que era culpable de las cosas que me acusaban, pero también había hecho
algunas cosas buenas en mi vida, ¿no podrían esas cosas buenas por lo menos equilibrar
lo malo que había hecho?
Satanás terminó con furia su acusación y dijo: "Este individuo debe ir al Infierno, es
culpable de todos los pecados y actos que he acusado, y no hay ninguna persona que
pueda probar lo contrario”.
Cuando llegó su turno, mi Abogado se levantó y solicitó acercarse al Juez, quien se lo
permitió, haciéndole señas para que se acercara, pese a las fuertes protestas de
Satanás. Cuando se levantó y empezó a caminar, lo pude ver en todo su Esplendor y
Majestad. Hasta entonces me di cuenta por qué me había parecido tan familiar, era
Jesús quien me representaba. Se paró frente al Juez, suavemente le dijo "Hola Papá",
y se volvió para dirigirse al Jurado: "Satanás está en lo correcto al decir que este
hombre ha pecado, no voy a negar esas acusaciones. Reconozco que el castigo para el
pecado es muerte y este hombre merece ser castigado”.
Respiró Jesús fuertemente, se giró hacia su Padre y con los brazos extendidos
proclamó: "Sin embargo, Yo di mi vida en la Cruz para que esta persona pudiera tener
vida eterna, y él me ha aceptado como su Salvador, por lo tanto, es mío".
Mi Salvador continuó diciendo: "Su nombre está escrito en el Libro de la Vida y nadie
me lo puede quitar. Satanás todavía no comprende que este hombre no merece
justicia, sino misericordia”.
Cuando Jesús se iba a sentar, hizo una pausa, miró a su Padre y suavemente dijo: "No
se necesita hacer nada más, lo he hecho todo".
El Juez levantó su poderosa mano y, golpeando la mesa fuertemente, las siguientes
palabras salieron de sus labios: "Este hombre es libre, el castigo para él ha sido
pagado en su totalidad... caso concluido".
Cuando mi Salvador me conducía fuera de la Corte, pude oír a Satanás protestando
enfurecido: "No me rendiré jamás, ganaré el próximo juicio".
Cuando Jesús me daba instrucciones hacia donde me debía dirigir, le pregunté: "¿Has
perdido algún caso?". Jesús sonrió amorosamente y dijo: "Todo aquel que ha recurrido
a mí para que lo represente, ha obtenido el mismo veredicto que el tuyo..... Pagado en
su totalidad".
Posiblemente el Infierno esté vacio, por eso el demonio se esfuerza por querer llevarnos con el aquí en la tierra todos los días.
En cualquier caso, Nuestro Señor no es un simulador: "más le valiera no haber nacido" "apartaos de mí, e id al fuego eterno"... No parece que estuviera hablando de entes de razón. Los Padres tampoco.
La posibilidad está, y de esto sabemos muy poco, nada, y parece que es conveniente esa ignorancia.
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