El cruce de un atún y una granada
Como en los últimos días hemos hablado de arte cristiano, me ha parecido buena idea hablar brevemente de la catedral de Palma de Mallorca, un impresionante templo gótico, del s. XIV, y, en particular de la Capilla del Santísimo de esta catedral. Sólo es un caso particular, pero creo que refleja bastante bien el problema del arte religioso de nuestro tiempo. Un cuadro con temática religiosa puede ser un cruce entre arte cristiano y arte profano, pero es de suponer que una capilla del Santísimo es arte religioso puro y duro.
La renovación de la capilla del Santísimo finalizó hace dos años. Vamos a empezar considerando al autor de la renovación, que, en realidad, fue una transformación total. Miquel Barceló se define a sí mismo como agnóstico. De hecho, no quiso asistir siquiera a la Misa de inauguración (aunque sí participó en la fiesta posterior, claro): “Bueno, la misa es para creyentes… y yo tengo mi forma de pensar”. En una entrevista, Barceló explicaba (las negritas son mías):
P. ¿Con esta obra ha entrado también algo de su agnosticismo en la catedral de Mallorca?
R. Puede ser, aunque no creo que sea algo muy relevante. Los que me encargaron la obra conocían mi forma de pensar, pero sin caer en imposturas. Desde que asumí el reto de representar la imagen de Cristo no quise llegar a la ruptura total con lo que estaba representando. Además, el que sea un sitio de culto suponía un atractivo más a la hora de afrontar el encargo.
Es de agradecer, supongo, que el agnóstico autor no quisiera llegar a la “ruptura total” con el tema cristiano que representaba, la multiplicación de los panes y los peces. Aunque, puestos a imaginar, podríamos concebir la remota posibilidad de elegir a un artista cristiano, que intentase reflejar a Cristo y que pusiese su arte al servicio de la fe, de la catequesis y del culto a Dios. Es difícil no recordar que, a principios del siglo XX y en la misma catedral, trabajaron Antonio Gaudí y José María Jujol, artistas profundamente cristianos e incluso, en el caso del primero, en proceso de beatificación. Pero entiendo que es mucho pedir. A fin de cuentas, el cristianismo no está de moda y, como todo el mundo sabe, lo importante en una Catedral es estar a la moda.
En cualquier caso, pasemos a la obra en sí. No voy a detenerme en raspas de pescado, peces mutantes, vidrieras funerarias o un aspecto general que produce temor claustrofóbico al más valiente. Prefiero ir a lo esencial. Es sabido que los distintos estilos de arte cristiano reflejan aspectos diferentes del Misterio de Cristo: su majestad, su humanidad perfecta, su sufrimiento y abajamiento… así que me ha parecido interesante investigar qué aspecto del Misterio de Cristo manifiesta esta capilla. Sería difícil expresarlo mejor que el propio autor en la siguiente respuesta a la entrevista que citábamos antes:
P. Al principio del proyecto concibió la imagen de Jesús como un gran pescado, ¿por qué cambió?
R. Es cierto que en la primera maqueta diseñé algo amorfo y difícil de definir, pero creo que era una manera de no asumir el asunto. Aunque cuando tuve que decidir qué hacer con la figura central me di cuenta de que todo era un juego de metamorfosis. La figura humana aquí es producto de la evolución de los peces y las frutas. Se puede hacer una lectura casi darwinista. El Cristo es el cruce de un atún y una granada. Y tiene algo de autorretrato, de la figura del artista en el taller.
Me emociono sólo con imaginar los avances teológicos que supondrá para la investigación teológica esta capilla. El Punto Omega de Chardin se ha quedado en nada a su lado. Como se puede ver en la foto de la derecha, de la fantasmal y amorfa imagen de Cristo, el criterio clave de comprensión de nuestra fe está en el cruce evolutivo de un atún y una granada. Eso debió de ser lo que comprendió Santo Tomás cuando dijo que todo lo que había escrito era como paja.
El autor ahonda aún más en el tema en otra entrevista:
“Era un compromiso, por contrato tenía que hacer un Cristo de la resurrección. Pensé hacer una metáfora, el eco de un pez en esta creación y multiplicación. Lo dejé hasta encontrar la forma de asumirlo. Es una especie de autorretrato. La figura aparece, se distingue blanquecina. No es un icono dominante, está junto al pez espada y la palmera, más inmediatos".
Claro. ¿A quién se le iba a ocurrir que la figura de Cristo fuera el centro de la obra? Eso estaría peligrosamente cercano a una ligera apariencia de cristianismo. Lo lógico es que lo dominante sean el pez espada y la palmera.
¿Cuánto ha costado la broma? Es difícil de decir. Lo único que he podido encontrar es que se ha pagado a Barceló por su trabajo cuatro millones de euros, así que el coste total ha debido de ser mucho mayor. De todas formas, lo peor no es el coste económico, sino el sacrificio de un lugar de oración y culto, como es la catedral, en el altar de la moda, de lo moderno, de ese nuevo ídolo llamado lo Políticamente Correcto, que no es más que el Mundo con una nueva careta.
Me gustaría dejar claro que no critico a Barceló por esto. Es agnóstico y no lo oculta. Le ofrecen un decorado magnífico para su obra, como es una catedral, y lo acepta encantado. Yo haría lo mismo en su lugar. Los verdaderos responsables son los cristianos acomplejados que prefieren agradar al mundo que a Dios, que se preocupan más de las vanguardias artísticas que de la fe de los fieles, que tienen miedo a lo explícitamente cristiano porque es objeto de burla para nuestro tiempo.
Es esta actitud la que ha supuesto la degeneración del arte cristiano hasta su desaparición casi absoluta en nuestra época. La prueba está en que la capilla apenas ha sufrido críticas. No se trata ya de que el arte cristiano sea escaso o de poca calidad, sino de la renuncia a la misma existencia de un arte cristiano. Y el problema no se reduce al ámbito artístico, sino que es un signo de algo mucho más profundo, una terrible crisis de identidad cristiana que afecta al núcleo de la fe y de la vida de la Iglesia.
El proyecto fue encargado por el antiguo obispo de Mallorca, D. Teodoro Úbeda. Este obispo, que murió antes de que se acabara el proyecto, pidió ser enterrado en la capilla, debajo del altar. Como no le conozco, no puedo opinar sobre si Mons. Úbeda era un santo o no, pero en caso de tener pecadillos que purgar me da la impresión de que su purgatorio habrá consistido en buena parte en contemplar incesantemente durante años la horrible capilla hasta que la última raspa de pescado, el último pez deforme y la última granada hayan quedado grabados en su memoria con todos sus detalles. Dios nos libre de un destino similar.
69 comentarios
¿Capilla del Santísimo o una habitación de la casa de Poltergeist?,el obispo tuvo su parte,pero el deán y los canónigos la suya,y mucho mayor.
Que Dios escribe derecho con lineas tortas, como dice el portugués.
Creo que el gran impulsor del proyecto fue el canónigo Llabrés. Lo triste es que este sacerdote, representante del catalanismo más radical que se pueda imaginar, era, además, Prefecto de Liturgia. A juzgar por la capilla que promovió, la liturgia en Mallorca debió de sufrir un duro golpe con su nombramiento.
En esa fuente encontrarás todas las aguas.
Yo no sé dónde le ven el arte a este pintor. ¿Este señor no es el la cúpula de la ONU? Me suena un Barceló, pero no sé si es el mismo.
En este caso, creo que el artista ha fracasado porque no puede escudarse en su agnosticismo para defender la incapacidad de reflejar el sentimiento religioso, o la tradición que le precede. Ha fracasado, pero podía no haberlo hecho. El arte religioso lo tienen que hacer los artistas, no los religiosos, y a ellos compete entender el misterio que tienen que transmitir -si tienen Fe será más fácil, si no la tienen tendrán que buscar en otros caminos-.
Creo que es un error de capilla, pero me ha gustado el Barceló este. Aunque, ¿podría algún día Gehry hacer una catedral? Eso sí que podría ser un bombazo. Si me nombran obispo, se lo encargo.
Razón tienes de que la culpa no es de Barceló, sino de quienes le contrataron, que mostraron un desnortamiento y un desconocimiento de lo que el arte representa para la fe y la liturgia supino.
Que Dios nos coja confesados.
Una curiosa anécdota del canónigo Llabrés: Un grupo de 300 cursillistas de cristiandad y 14 sacerdotes de Portugal visitaron la catedral de Palma de Mallorca y quisieron celebrar la Eucaristía, que presidió el canónigo. Los cursillistas portugueses que entendían más o menos el castellano pero no el catalán, pidieron que la Misa fuera en español. El canónigo se negó en redondo. Entonces, los sacerdotes concelebrantes pidieron al canónigo que, por lo menos, les dijera unas palabras de saludo en castellano al terminar la liturgia y, de nuevo, el canónigo se negó, diciendo: «Yo cuando voy a Burgos, por ser mallorquín, nadie me
dice las misas en catalán».
No sé qué pensarás, pero creo que estas dos cosas están relacionadas. Si el nacionalismo se convierte en el dios al que se adora en lugar de a Dios, ya da igual que la Capilla del Santísimo la decore un agnóstico de forma agnóstica, porque lo importante es que sea un artista catalán.
Pero el día que a Chirinos y Chanfalla (ver el Retablo de las Maravillas de Cervantes) se les planten todos los furrieles del mundo a decirles que sus retablos están vacíos, ganaremos todos... menos los que se dedican a estas chifalduras, claro, y los que invierten en ellos.
Ayer os iba a preguntar vuestra opinión sobre esta catedral, pero no me atreví después de mi metedura de pata (estaba agobiado leyéndoos y no intervine hasta el final).
Habría estado bien la pregunta, porque así se realizaría esa idea de Bruno de qu eescribiésemos los comentarios antes del post. Otra vez será.
A mí no me gusta este arte que hace Barceló, no tanto porque sea agnóstico o un tanto irreverente (es mi opinión), sino porque no evangelizan esas imágenes/esculturas. Lo de Kiko, aparte de los gustos y la calidad estética, nos recuerda episodios de la vida, muerte y resurrección de Cristo, que es lo que se espera de las imágenes de una catedral.
PD: ¡Yo también quiero una pre-reliquia de Bruno! ;)
Puede que no haya dinero ni para comprar una casulla nueva, pero puedes estar seguro de que si se destruyese la capilla de Barceló, la reconstruirían costase lo que costase. Esto ya no tiene solución hasta la próxima revolución, que queme el interior de la Catedral.
Da yuyu.
Aunque indudablemente en algún lugar sí que podría quedar bien, aunque no se me ocurre cuál. Norberto no anda descaminado en lo de Postergeist. Sería un bonito decorado para una obra de teatro de terror.
Y en un museo, tal vez pudiera apreciar su calidad artística.
En cualquier otro sitio, simplemente: da yuyu.
Muy buena tu referencia cervantina. Estoy de acuerdo básicamente con lo que dices, aunque lo expreses con esa tremenda contundencia, propia de una avezada polemista.
Yo también he visto las imágenes, y me parece que bajo el sagrario hay como un montón de cráneos. Me parece una muy inadecuada freferencia a la muerte en un lugar donde está el Señor presente.
Muy bien, es verdad que hay que hacerlo, pero entre esos prejuicios está el que ellos mismos han construido: a saber, que cualquier mamarrachada que se le ocurra a uno de ellos, es arte, porque sí.
Y si se deja atras ese enorme prejuicio, te acabas partiendo de la risa al ver a dos meditabundos alemanes -podían ser de cualquier sitio-, rebosantes de burguesía, plantados delante de un lienzo en blanco, y contemplandolo con arrobo.
El único criterio que queda es el propio gusto, educado en la sensibilidad artística. Yo no lo tengo educado, así que tampoco me atrevo a hablar muy alto, pero de cada cien obras que veo en el Guggenheim, solo una me gusta (y se suele llamar Kandinski, o nombres famosetes similares).
Ahora, esto de Barceló, por ejemplo, para recrear una antigua mazmorra, me parecería la leche.
A Barceló todavía le tenemos que dar gracias de que no haya puesto a un Cristo rastafari con un canutazo de marihuana en la boca. La culpa no es suya, sino de ese irresponsable que le encargó la obra. Pero como ya está muerto, pues nada.
A mí no me pareció feo el techo que hizo Barceló en la ONU (sí, es el mismo autor). Es mucho más alegre que esta capilla y resulta original en el buen sentido, aunque no creo que sea una gran obra de arte. Además, allí el agnosticismo del autor y lo amorfo de la obra pegan bastante con la organización a decorar.
El problema es que un agnóstico no comprende lo que es el arte cristiano, porque la diferencia no es algo meramente intelectual, sino existencial. Por ejemplo, como decía en el artículo, a Barceló no le parece raro que la imagen de Cristo no sea lo central en el retablo y que ese lugar esté ocupado por una palmera y no sé qué otra cosa. A un artista cristiano nunca le sucedería eso, instintivamente le resultaría desequilibrado e incorrecto. Lo mismo pasa con muchísimas otras cosas. Si el artista es agnóstico, es normal que huya de los misterios cristianos representados con claridad, porque le resultan incómodos, y tenderá a desfigurarlos y resaltar cosas secundarias.
Por supuesto, un artista puede intentar adaptarse a lo que le encargan, pero cuanta más libertad tenga un artista agnóstico, menos cristiana será su obra. Y cuanta menos libertad tenga, menos interés tiene contratar a un buen artista.
Lo mismo sucede, creo yo, con multitud de iglesias modernas hechas por arquitectos agnósticos, que son totalmente contrarias a la liturgia, a la espiritualidad cristiana, al ambiente de oración, etc.
Nadie puede dar lo que no tiene.
Saludos.
Es que no, mira, que no, que no puede ser, que el "arte" tiene la peculiaridad de enmemecer a la gente, que parece que si no te sumas a calificar de obra maestra, imprescindible, "de culto", tal película es que eres un analfabeto. Lo mismo en artes plásticas: en pintura y escultura se cometen atrocidades. Y al decir atrocidades no hablo ya de las obras en sí. Sino de quien las encumbra y de quien las encarga ¡¡¡y de quien las paga!!!
Al fin y al cabo, los atistas puede que incluso estén movidos por "buena fe en sí mismos" (que ya es tener fe). Pero el memo que cree que si no encarga, paga y ensalza la obra de tal o cual sujeto va a quedar ante el mundo como poco ilustrado se merece que le saquen a bailar en medio del Retablo de las Maravillas y quedar ahí inmortalizado suy ridículo.
Es decir, que consigue transmitir un sentimiento, y lo hace con una fuerza notable. Personalmente, uno de los cuadros que más me gusta es "El grito de Munch", porque creo que es lo que más se aproxima al horror, expresado pictóricamente. Esto no es para tanto, pero logrado sí que está. Logicamente, no pega nada en una capilla del Santísimo, pero ¿en una celda? ¿en una antigua cárcel? ¿en el pudridero real?
Algo al estilo de esas criptas que tienen muchos conventos, y alguna iglesia, donde los motivos buscan recrear la muerte, con calaveras, osarios, de forma que evangelicen con el polvo eres y en polvo te convertirás. En una de esas criptas tampoco estaría mal, se me ocurre.
¿Cuántos artisrtas del pasdo eran secretamente agnósticos? Aaaah, si sus tumbas se abrieran y hablaran ahora sin miedo sus ocupantes...
El arte sacro casi siempre ha sido "de encargo". Por supuesto que no todo arte de encargo, ni siquiera el de circunstancias, es necesariamente peor. Pero pintura, escultura, arquitectura, poesía, música, teatro, artes decorativas... a lo largo de siglos han sido dedicadas a temas religiosos y profanos por manos a las que forzosamente se les suponía la fe. Lo cual es mucho suponer si hemos de referirlo al 100% del arte sacro de los últimos dos mil años.
Coincido contigo en la apreciacion de "El grito" como obra artística. Pero jamás lo pondría en mi casa. El museo es su lugar.
Y tienes razón en que esto tal vez estaría bien en una cripta. Pero la verdad es que no me gusta para nada relacionado con sentimientos religiosos. La foto número 9, por ejemplo, no te sabría decir exactamente lo que representa, pero la siento interiormente como una imagen blasfema.
No comprendo que se haya puesto eso en una capilla.
En un pueblo cercano al mio, se celebra todos los años una Pasión viva muy famosa, donde participa todo el pueblo. Es una tradición arraigada, y el que hace de Cristo se tira todo el año preparandose. Muchos de ellos son agnósticos, pero logran transmitir perfectamente el sentido de la Pasión. Un lienzo, al final, no debería ser distinto de un escenario, a la hora de comunicar sentimientos.
Como reacción al horrible arte conformista y burgués, sulpiciano, los dominicos franceses iniciaron, después de la Guerra, un movimiento de arte "sacro" intentando reclutar a los artistas de vanguardia, convenientemente aggiornados y frecuentemente comunistas. Se pintaron Iglesias a manos de pintores judíos (Chagall, bonitas; Matisse), se levantaron Iglesias por arquitectos comunistas o agnosticos, se difundieron ad nauseam las escuelas brutalistas, cubistas, expresionistas, abstractas, animalistas, experimentalistas.
Las pocas experiencias artísticas cristianas y de vanguardia (Gaudí, Roault) quedaron sepultadas luego de la Guerra.
Y así estamos, cincuenta años después. Sulpicianismo versus Desacralización.
Por aquí hay quien a lver las imágenes me dice que si es lugar para culto satánico.
Sin duda, ha habido muchos artistas (más o menos solapadamente) agnósticos dedicados al arte cristiano. Y muchos otros estaban lejísimos de ser santos.
La gran diferencia, creo yo, es que, en otras épocas, la cultura y la sociedad estaban construidas sobre presupuestos cristianos. Esos artístas, incluso si no creían, estaban empapados de cristianismo. Eran sinvergüenzas, ateos o agnósticos "cristianos" y, por eso, se les notaba menos que a Barceló. Pero se notaba al fin, porque esas Magdalenas penitentes pero semidesnudas, esos santos o patriarcas musculosos y antropocéntricos y esos cuadros en los que lo importante era la composición y lo bíblico una excusa son sólo arte religioso "por contagio" o, como mucho, gracias a la fe de quienes los contemplan.
Ya sea en otras épocas o en la nuestra, creo que el artista cristiano tiende a transmitir fe y el agnóstico transmite más bien calidad artística, belleza, armonía, búsqueda, etc. pero no fe. Y, a mi modo de ver, si el arte cristiano no transmite fe no sirve para nada.
POr eso, como dice Luis, están de moda actualmente los iconos, porque son arte verdaderamente cristiano, realizado por cristianos, impregnado de fe cristiana y dedicado a manifestar y enseñar esa fe.
No es arte litúrgico: ES liturgia.
Es un sacramento, una forma visible de lo invisible. Cuando contemplamos al ícono hacemos presente la realidad numinosa de Dios.
Como ha dicho Cristo, "Quien me ve, ve al Padre". Cuando contemplamos un ícono, entramos en la realidad del rostro verdadero de Cristo y vemos el Rostro de Dios.
El ícono, pues, es una ventana al mundo invisible, una escalera mìstica que permite penetrar con la mirada en lo inmirable. No es que se vea a Dios como en la Visión beatìfica, pero se lo ve como veían a Dios quienes contemplaban el dulce rostro de Jesús.
Permite ver a Dios encarnado en la pintura, y permite que Dios me vea, por el misterioso juego de la perspectiva inversa (ingenuidad para los occidentales idiotas). Como ha dicho el santo Concilio, por la contemplación de las imágenes somos elevados al Verbo, como por la lectura de las Sagradas Escrituras llegamos a Dios.
El ícono es una parábola o mejor, un sacramento de la Encarnación: nos viene a decir que Dios se ha metido en la materia, la ha santificado y elevado. Que nada carnal es malo, que todos sus elementos (minerales, vegetales, animales: un ìcono debe tener de los tres reinos algo) pueden formar parte del Cuerpo de Cristo.
El ìcono tiene una dimensión cosmologica, una dimensión teándrica, y una dimensión teologica.
Sin embargo a mi entender el llamado arte sacro debe de cumplir una función importantísima, es que cuando estemos en ese lugar, el entorno nos ayude a tener presencia de Dios, a dialogar con Él, a rezar. Pues bien si el entorno, si la decoración de una capilla, de una Iglesia, de una Catedral no ayuda al recogimiento, no sirve, tanto si la obra es de un gran artista como si es de un decorador ocasional.
"Es la representación pictórica del momento cumbre de la desolación de los apóstoles al contemplar impávidos como la nave en que viajaban por el mar de Galilea, como signo del viaje que las almas realizan en el devenir de los tiempos, se veia imposibilitada de llegar a su destino por la fuerza con que era atacada por los elementos acuosos de la naturaleza y en el momento de su desesperación en medio de la penumbra creyeron ver un fantasma que era Jesucristo caminando milagrosamente sobre las aguas."
Me imagino que algo así escribió el tipo que pinto algo tan terrorífico, para justificar el plasmar las alucinaciones provocadas por un golpe en la cabeza en un lugar que debería de ser signo de santidad. Ya poniéndonos a elegir prefiero las t-shirt de Kiko que al final son algo safe e inocuo a la par de esto. Como dice un refrán (soy coleccionista de refranes) "Y yo creia que era negro hasta que conocí el carbón".
La anécdota refleja,además de mala educación y pésima caridad,un detalle del nacionalismo más rancio y antievangélico.He conocido,y tratado,a curas nacionalistas,vascos,y desde luego,al menos aquellos,no tendrían la desconsideración que tuvo mosén Llabrés.
Por otra parte el sentido estético-litúrgico de una pieza del templo tan relevante, como la capilla del Santísimo,no puede confiarse a alguien que,por el solo hecho de ser paisano,y famosillo,dé lustre al terrorífico antro.
Lo que no entiendo es que los canónigos,tan celosos siempre de sus cosas hayan aprobado el "Rocky horror picture show",sin un boceto,un esquema,algo ya elaborado por el autor,ya propuesto por el Cabildo.Por otra parte,"una cosa es predicar y otra dar trigo",me refiero a que, en una obra como ésa,la Administración,y la empresa privada,hubiera convocado un concurso para que pudieran presentarse quienes pudieran,y supieran,con unas bases y unas especificaciones,que se resumen en:lugar que promueva la devoción y la experiencia de fé cristianas;¡claro que "mola" más ir de Pseudo-Médici por la vida que ponerse a trabajar.
Lo del cruce de atún y granada da lugar a una criatura mitológica no recogida en los anales,...¡que rabien las gárgolas!.
Si te refieres a Mn. Sebastià Planas Llabrés de Jornets,no tiene más cometido,actualmente,que el de canónigo.
No, el Llabrés del desaguisado artístico murió ahogado hace años. Descanse en paz.
Eso es justamente lo que quería decir cuando mencioné a los muchos artistas "sacros" ateos, agnósticos o lo que fueran en palabras de sus respecativas épocas: """arte religioso "por contagio" o, como mucho, gracias a la fe de quienes los contemplan"""
Hoy algunos podrían hacer lo mismo. Hay menos "contagio", pero todo español de cierta edad ha v ivido empapado en ese posible contagio. Barceló hace bodrios no por agnóstico, sino por Barceló. Y por caradura.
Los iconos ( no sé el empeño de luis por esdrujulizar la palabra de dónde procederá) son simplemente imprescindibles en una casa cristiana de hoy. De ahí la "moda". No es tanto una moda como una necesidad que hemos ido sintiendo los cristianos actuales, seguramentente movida por la asfixia de quien le faltan, como oxígeno, imágenes que realmente muevan a la piedad.
Pero, digamos ortodoxamente, no son íconos.
No sólo se puede rezar ante ese horror, sino que se debe para que Dios perdone al obispo y al capellán. Seguramente muchos mallorquines ya lo han hecho y lo seguirán haciendo. Y muchas lágrimas que habrá provocado.
Sobre el tema. A Miquel Barceló le haría devolver lo que cobró. A los encargantes -supongo que no sería sólo el fallecido, habría una Comisión de arte y otra de Asuntos Económicos-, según su distinto grado de responsabilidad, les haría pagar una indemnización del 10% de lo que cobró Miquel Barceló y el coste de quitar esa "obra de arte".
Y yo que estaba convencido de que tu santo era San Luis Gonzaga, que te pega más :)
Felicidades.
Pero no acertarás jamás por qué, a menos que conozcas la verdadera (no la-de-ya-sabes-quienes) historia de San Luis Gonzaga, y sobre todo, de su muerte.
De ahí no saco ninguna pista, la verdad.
pero seguro, seguro, seguro, que no es por eso. ¿A que no?
No investigo más, que vamos a cenar (en el post anterior hay quien pide tu cabeza) ;)
¿Eres también de la nobleza? ¿te dedicas a cuidar enfermos de tifus?
La reina de Francia quedó embarazada de Luis, San Luis de Francia, tras pedirle la intercesión a Santo Domingo de Guzmán, durante una visita de éste a la corte francesa, y debido a lo difícil que le resultaba quedar embarazada.
Nuestro inconfundible Luis es también dominico... Se ve que los luises y los dominicos tienen un vínculo histórico.
Saludos.
Bruno, perdona por la extensión de este comentario que no viene al caso en este artículo. Confío que lo disculpes. Me brotaba y necesitaba contarlo.
Por cierto, bienvenido a tu blog de nuevo. He echado en falta tus comentarios respecto a alguno de los temas que han salido. Tiempo habrá de conocer tus opiniones…
Saludos.
Lectura del libro de Josué (4,1-2a.15-17.18b):
En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo: «Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Éufrates o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis; yo y mi casa serviremos al Señor.»
El pueblo respondió: «¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! El Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la esclavitud de Egipto; él hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió en el camino que recorrimos y entre todos los pueblos por donde cruzamos. También nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!»
No hay que disculparse en absoluto. He colgado lo que contabas como un artículo independiente, para que lo lea más gente.
Ya vi las interesantes discusiones que tuvisteis, pero me fue imposible participar.
Saludos.
La combinación de arte antiguo y moderno no tiene porqué ser negativa.
Venid a verla y opinad
Tu comentario demuestra precisamente lo que dice el artículo. Una capilla católica no tiene que transmitir "espiritualidad", sino la fe católica.
En cuanto al simbolismo, repitamos las palabras de Barceló: el Cristo es "el cruce de un atún y una granada". Cualquier parecido con los símbolos cristianos es pura coincidencia.
El problema no es que sea arte moderno, sino que sea arte moderno ajeno a la Tradición de la Iglesia e impregnado de las ideas agnósticas de su autor.
Saludos.
Dejar un comentario