Vidal y las confesiones
D. José Manuel nos sorprende con este reportaje sobre confesiones, publicado hace poco en su diario digital. Hay que agradecerle, eso sí, que no haya reproducido el titular con el que se publicó en prensa escrita ("En España no se confiesa ni Dios"), equiparable a aquel infame slogan publicatario de un club deportivo, en el que decía que “somos la hostia"… El mal gusto vende, sin duda.
Del reportaje hay que decir que la pluma de Vidal sigue siendo una de las mejores, que tiene buen estilo, pero lo que me duele es el fondo, la utilización de ese talento para perseguir no sé bien qué objetivos, pero no los de una Iglesia en Comunión. Esto es una pena, porque el buen estilo y una búsqueda espiritual sincera (que estoy convencido que tiene), no tiene porque estar reñida con lo que digan “Rouco” o “la Iglesia jerárquica".
En España somos así. Capaces de crear un grupo de periodistas especializados en religión que aborrecen de la misma, y la sitúan en un plano de la política paralela. Si no es así, al menos, da toda la impresión.
Hay un párrafo con el que estoy especialmente en desacuerdo:
Culpa de los curas
Muchos católicos huyeron de los confesionarios por culpa de los propios curas, que enfatizaban el temor y el castigo de Dios, veían pecado en todo y generaban culpabilización morbosa. Y eso que, desde el Concilio, se hicieron muchos cambios en la administración del sacramento y en la actitud de los confesores. Los curas dejaron de preguntar aquello de “¿cuántas veces y con quién?". Hasta el tradicional y, en muchos casos, tétrico confesionario fue sustituido por otro tipo de habitáculo más cómodo. En ocasiones se han habilitado pequeñas salas donde tener una conversación tranquila.
Una tontería como una catedral, vamos. Si la gente no se confiesa, especialmente la practicante, es porque no se predican ni los peligros de no hacerlo, es decir, sobre el infierno (el palo) ni los beneficios espirituales de hacerlo (la zanahoria). Vidal confunde la “culpabilizacion morbosa” (manda ‘óvulos’) con un deseo natural de estar libre de pecado, cosa que me parece peligroso, porque anima aún menos a confesarse.
De las laxas prácticas de algunos religiosos que narra el autor, mejor ni hablar, y menos aun haciéndose eco de las palabras del jesuita Juan Masiá…
El caso es que la confesión en España sí está desierta, y como apunta Vidal, a veces son los propios curas los que lo propician, no estando en el confesionario. Por eso, en las prédicas dominicales, no está de más decir “hay un sacerdote confesando", y concienciar un poco las mentes de los feligreses que tienen en la Eucaristía su único alimento espiritual para toda la semana. Ah, la conciencia… Divino tesoro.
En el momento en que, desde la propia Iglesia, se genere esa invitación, esa confianza en el confesor (mero intermediario de un sacramento en el que obtenemos nada menos que el perdón de Dios), podremos decir que, al menos los practicantes, se confiesan más. El siguiente paso será convencer a los “desencantados", pero si la Iglesia Católica tiene una identidad, y este sacramento es quizás de los rasgos exteriores más fuertes, veo muy peligroso perderlo.
El Confesionario: Pieza fundamental
Hay Iglesias en las que han desaparecido. ¿Y pretenden los curas que nos confesemos? Una salita, desde luego, no me da la misma impresión. A José Manuel Vidal le resultarán tétricos, quizás, pero no veo el inconveniente en arrodillarse de frente al sacerdote, y confesarnos ahí.
Cuando termino de leer el texto, empiezo a dudar de si se desea abolir el confesionario (teoría del Cardenal Martini), o de si se lo quiere revitalizar. Pero esa es otra batalla…
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Lea además: Esos curas sinvergüenzas
18 comentarios
Vidal es así. No busca nada, no busca la verdad, sólo busca cuadrar a Dios en su propia agenda. Como eso es imposible y jamás admitirá que toda su generación se equivocaron, vivirá eternamente desquiciado y machacando a la institución que dice amar porque ésta jamás le dará la razón.
Aquí muchos, sencillamente no renegaremos de la fe férrea de nuestros padres por los cantos de sirena del modernismo y el pasotismo teológico.
http://www.youtube.com/watch?v=x6vwggmhCUU
confesonarios (con lucecita de serie) y confesores a todas horas.
Ya está :)
Lo es, lo es. No es impresión.
Y la pluma con estilo de Vidal es uno de los principales responsables.
no sé si su búsqueda espiritual es sincera, pero seguro que no busca la Iglesia en Comúnión. Él sirve a otro señor.
"""lo que deja bien claro la iglesia en este articulo es que los cristianos cometen pecados que no confiesan, en ningun caso dicen que el 80% de los catolicos ha dejado de cometer pecados"""
pues, al menos en eso, tiene razón, ja ja ja ja
Me alegro, siempre es interesante leer varias opiniones sobre el mismo tema, que subrayen aspectos diferentes. Es una de las riquezas de un portal como InfoCatólica.
Saludos.
¿En qué te basas para decir que es """una tontería como una catedral, vamos""" el párrafo con el que estás """especialmente en desacuerdo"""
Los curas siguieraon preguntando aquello de “¿cuántas veces y con quién?" y cosas aún más obsesivas hasta al menos los 80.
Los curas, las monjas, los libros de texto, la TV ""enfatizaban el temor y el castigo de Dios, veían pecado en todo y generaban culpabilización morbosa"" hasta un par de lustros después de clausurarse el concilio.
Ten la bondad de aportar esa información a tu Master en Información Social y Religiosa, ya que en la licenciatura en periodismo y en lo que llevas de máster parecen haberte negado esas verdades.
Y es que, hijo, las cosas no son verdad porque a ti te guste que lo sean. Si son mentira, son mentira, aunque no te encajen tu religiosidad tan ideologizada.
Yolanda: claro. El niño, por niño, no tiene ni idea de como se cuecen habas... Pues mire usted, tiene razón. Precisamente para equivocarme lo menos posible, me dejo de ideologías (a diferencia de otros, práctica habitual, no meto mis ideas políticas en la religión) y me trato de ceñir a la doctrina. No creo que sea "ideologizar" el querer hacer las cosas como se deberían hacer.
Si a usted le parece que la Iglesia está mejor ahora que entonces no ha entendido ni mi artículo ni el de Vidal, que ya está bien...
¿Dónde he dicho yo que la Iglesia esté mejor ahora que en...en... en qué fecha?
Independientemente de lo que supongas que pienso, sólo lo has supuesto, no lo he dicho.
Yo no he dado una opinión sobre tal o cual párrafo. Yo lo corroboro con la experiencia. Yo he vivido esa infancia y esa adolescencia. Yo y la gente de mi generación con la que entonces me movía y me sigo moviendo. Y estás equivocado.
Tú dices: no estoy de acuerdo en... y lo llamas tontería como una catedral.
Pero es que no es opinable. Las cosas son como son, no como te gustaría que hubieran sido.
Luce mucho más en la juventud la prudencia en los juicios. No es frecuente, es cierto. Pero para hacer trabajos de adulto, conviene haber cultivado la prudencia de los adultos. Infórmate.
Los de ahora no están dispuestos a dejarse asustar.
La hija de unos amigos solía ir a misa los domingos. Un día vino un cura sustituto que saco el tema de la gente que moría en pecado mortal y la niña reaccionó no volviendo a pisar la iglesia.
Pero se trata de crecer en el amor, y a eso debería ayudar la confesión. En el amor no hay temor, dicen. Y no tienen en cuenta que muchas veces en el temor no hay amor. De modo que la gente pasa de que le metan miedo y reaccionan tirando el agua del baño con el niño dentro.
Se trata de que seamos mejores. La mayoría de las personas no son mejores porque les metan miedo, sino por que se sienten amadas y confían en Dios.
Si no tuviera esa confianza absoluta en la misericordia de Dios, su perdón y su ayuda, no me atrevería a ir a confesarme. Y menos con alguien que crea que hay motivos para tener miedo a Dios. A Dios hay que tenerle respeto porque es infinitamente sabio y hay que amarle con agradecimiento porque él nos amó primero y desea lo mejor para nosotros. El confesor, si actúa al estilo de Jesús, ayuda, y si tiene esa mentalidad del palo y de la zanahoria, desayuda. A menos que estemos "vacunados" y nuestra confianza en Dios sea a prueba de curas con mentalidad de palo y zanahoria.
Esa es la verdad para la mayoría de la gente.
lo de cuántas veces y con quién es un mero ejemplo que, además, no he puesto yo. Es más, creo que yo nunca he padecido la consabida preguntita. En el blog de Bruno sí he puesto ejemplos de machacona insistencia de curas que, antes de haber terminado de decir Ave María Purísima, te preguntaban por pecados contra la pureza y aunque dijeras que no, se estaban un cuarto de hora insistiendo: "¿seguro, hija? Pero, con dieciséis años, ¿seguro que no? ¿ni sola ni acompañada? ¿seguro que sola tampoco? ¿ni con chicas, mira que con chicas también es pecado aunque lo encuentres amistoso e inocente? Piénsalo bien, una confesión completa no puede dejarse nada, ¿con ningún chico? , ¿y sóla? Hay cosas que se hacen sola creyendo que no son malas y sí encierran pecado...."
Y eso mientras una dice que no, que vengo a confesarme de otras cosas, mire, créame que NO.
Te aseguro que de algunos pecados tuve la primera noticia en el confesionario.
Que eso era noramlísimo, luis. Era lo normal. A los chicos, ni te cuento. Pero que yo era todavía muy inocente cuando sufría estos interrogatorios en tercer grado.
Luego confesabas algo que a ti te parecía grave y, también antes de terminar, ya tenías el Yo te absuelvo.... bla bla bla, reza tres avemarías, vete en paz. Ocasionalmente una frase rutinaria del tipo: "hay que honrar a los padres, no se puede contestar mal a la mamá...yo te absuelvo..."
Y una se quedaba con la sensación de no haberse quitado la culpa. Porque contestar airadamente a tu madre te hacía sentir realmente injusta, mala y pecadora, y el cura no le hacía ni caso a ese pecado, que era el que a ti te preocupaba y sin embargo te ilustraba casi con detalle acerca de pecados que ni cnocías o sólo de oídas.
A veces hay que recordar lo que nos puede tocar si nos empeñamos en no vivir de acuerdo al amor de Dios. No en plan que se asuste la gente, pero con una meditación sobre la condenación eterna, la privación eterna de Dios. Hablar del purgatorio también ayuda, y si se presenta de manera interesante, es una buena catequesis. Tendré pocos años pero no hay un catequista que me haya hablado del infierno, todo lo he tenido que ir mirando de manera autodidacta, y eso tampoco puede ser.
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