Sin novedad en el Congreso
La clase política no tiene sorpresas, ya. Los catalanes, con su estatut, emulan a las grandes dictaduras y publican el mismo editorial en doce periódicos. Los socialistas, y demás patulea rogelia distraen de la crisis, o lo intentan, con una ley ingominiosa sobre el aborto, lesiva para la patria potestad de los padres, y de todos modos dañina para el tejido social. Y lo hacen contra viento y marea: en contra de 2 millones de españoles que nos tiramos a la calle; en contra de juristas, académicos y científicos que se han suscrito un documento. En contra, en suma, de todo cauce democrático que se puede convocar en una sociedad. A esto es lo que llamamos democracia en este triste país.