Reflexiones ante el asesinato de Vincent Lambert
Vincent Lambert se murió el viernes pasado. Un enfermero francés que tuvo un accidente de moto en 2008, fue desconectado no de una máquina que le permitía vivir, sino de alimentación y agua. Vaya “dignidad” para matar a alguien.
Ha sido una batalla cuesta arriba desde que la mujer (ahora felizmente viuda, supongo), dijo en 2013 que la última voluntad de su marido era que lo mataran si se quedaba vegetal. O sea que lo tuviste vivo 6 años porque a ti te dió la gana… Además, Vincent jamás se quedó vegetal: pese a la parálisis cerebral que padecía, sentía, oía y entendía. La primera vez que se ordenó su desconexión, y sus padres se despidieron de él, se echó a llorar. Sabía perfectamente qué estaba pasando. Eso no es un coma.
Los carniceros -me niego a llamarlos médicos- que lo han matado de hambre aluden a una “muerte digna”. Y ha consistido en una huelga de hambre forzada, eso sí, con una buena anestesia para que no sufriese. Sabían perfectamente que se sentiría desfallecer. En Francia de iure habrán abolido la pena de muerte, pero hay maneras menos cruentas de mandar a alguien al otro barrio.
Cuando llegó la orden del juez en Francia, los padres intentaron resistirse. Se han organizado campañas de recogida de firmas -enhorabuena a Derecho a Vivir y a CitizenGO por ello-, e incluso se han organizado vigilias para salvar su vida. No quiero pensar que todo esto ha sido en vano. Sí, es una derrota, porque Vincent ha sido asesinado, pero si esto nos sirve para remover conciencias y para actuar con más ahínco para proteger a los más débiles, su muerte no habrá sido en vano.
Desde luego, mis sentimientos están con los padres. Tras el accidente, la familia estaba fracturada, dividida entre dejarlo vivir o aplicarle la eutanasia. Y muchos de los hijos abandonaron la postura de sus padres. No me puedo imaginar el inmenso dolor por el que están pasando, no solo por las circunstancias de Vincent, si no por que su propia familia prácticamente le dio la espalda a él y a sus padres. No me cabe en la cabeza, pero quizás puedan recuperar algo de unión en esa familia, en torno al alma de Vincent.
Desde luego, así se lo deseo. Que encuentren la paz que el mundo no les dejó tener.
+Pax et Bonum*
7 comentarios
Ambos crueles.
En ambos casos quienes esperamos que nos cuide y proteja, son los que procuran provocar la muerte.
En ambos, amparado por la ley vigente, cada vez deshumanizada.
Ruego a Dios que la muerte de Vincent no sea en vano, que una vez más Dios haga lo que solo Él sabe hacer: quitar bien de los males que provocan nuestros pecados.
Nota del B. Te contesto directamente al correo que has puesto para comentar. Gracias.
Terrible muerte de ese pobre humano, que habra escuchado, cuantas cosas se hayan pronunciado antes de ser desconectado, de la maquina que le proporcionaba el seguir viviendo.( hay casos que en los que los paciente despiertan del coma pasados muchos años ), y entre ellas como el CRUCIFICADO : ¡¡¡ PORQUE ME HABÉIS ABANDONADO ¡¡¡..
No le han podido oír a nuestro querido hermano: ¡¡¡ TENGO HAMBRE ¡¡¡, o ¡¡¡ TENGO SED ¡¡¡, como nuestro AMADO JESUCRISTO EN LA CRUZ.
Que DIOS le reciba en el Reino de los CIELOS, y le de un abrazo eterno al recibirlo en su GLORIA. Oraciones por nuestro Hermano Vincent Lambert. Amén.
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