Feliz semana de festividades
Hemos retrocedido a la España prerromana con la alcaldesa de Madrid. Renunciamos a llamar “semana santa” y la degradamos a unas fiestas de pueblo, donde lo habitual es beber, bailar y rendir tributo a Baco. Todo muy santificante, claro
Y es que eso de lo pagano hay gente que se lo toma muy en serio. La cineasta francesa Cheyenne-Marie Carron es muy militante de una Europa “Heleno-cristiano-pagana” (pero que nadie dude de que su idea cristiana es genuina, no hablamos de alguien inculto. Soy muy fan de sus películas), y quizás no realiza que le hace juego a los neomarxistas que lo que quieren es, sin duda, borrar lo segundo de ese membrete, destrozar cualquier referencia a Cristo, borrar de un porrazo más de 1.500 años de historia.
Porque eso de mezclar paganismos con cristianismo es un invento viejo. Ya lo intentó con nulo éxito el anglicano arzobispo de Canterbury Rowan Williams, que fue nombrado Gran Druida (las barbas que exhibe debió de terminar de convencer a los neoceltas). No cosechó absolutamente nada de aquellas venturas.
Y es que mi experiencia con paganos es más bien reducida. Solo me viene a la mente un denominador común: su rechazo a todo cuanto huela a cristianismo. Y en eso hacen migas con los marxistas y los laicizantes de Europa. A lo mejor huelen más a cabra degollada pero el objetivo es el mismo.
Puede ser históricamente cierto que ciertas tradiciones de la Iglesia se establecieron “pirateando” festividades paganas. Que si el solsticio de invierno se llamó Navidad, que si los Persas y los egipcios ya habían hablado de un hijo de Dios… Y si lo primero no me suscita ningún problema (no hay mejor manera de acomodar algo bueno a algo que ya es una costumbre social, si se cambia el significado), lo segundo es una afirmación que proviene de falta de fe. De cerrazón a la misma. Básicamente porque negamos que Dios no puedo dar chispas de luz a pueblos que adoraban ídolos.
Nueva inquisición
Pero también es verdad eso de que “quien no cree en Dios, está dispuesto a creer en cualquier cosa”. Y es evidente desde el momento que las sectas pululan en las sociedades secularizadas, como bien nos demuestra InfoRies. El presunto retorno al ocultismo neopagano, que habría sobrevivido a milenios escondido no es más que una patraña.
Y que no me vengan a mentar a la inquisición, que procesos por brujería se dieron bastante más en la Europa protestante que en la Europa Católica. Los tribunales del Santo Oficio, y esto es Historia, daban bastante más garantías que los tribunales temporales de su tiempo. Juzguemos a la Historia en contexto, no a voleo.
De tanto mentarla, al final, son esos progres los que se han convertido en la nueva inquisición. Han impuesto a la mayoría el pensamiento de unos pocos a base de martillarlo como “normal” en televisión, redes sociales… Y o reaccionamos o llevamos las de perder.
Admiro la reacción de las cofradías Sevillanas, que rezarán un padre nuestro en reparación por la blasfemia perpetrada en Barcelona (y van… ), pero también tenemos que poner los medios para desplazar del poder a quienes las incitan, favorecen y aplauden. Todo apunta a que se repetirán elecciones… Da para otro post, pero solo invito a los lectores a no repetir errores pasados.
+Pax et bonum+
Miguel Vinuesa
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