El Papa en Twitter y los cristianos en el mundo
Ocurrió un miércoles: a las 12 del 12/12 del año… ¡2012! El Papa inauguró su cuenta en Twitter, en varios idiomas, bendiciéndonos a todos los que le seguíamos. Los miles y miles… Mi compañera Maricruz hizo un recuento de todas las cuentas, en varios idiomas, pero más de 400.000 en su cuenta en español, para que se hagan una idea. Una vez más un Papa rompía fronteras en el mundo de la comunicación.
Primero, lógicamente, fue la prensa, luego la radio y finalmente la televisión. Los Papas del Siglo XX se nos metieron en casa y nos dijeron “sal ahí afuera, que hay un mundo por evangelizar”. Y a algún loco se le ocurriría desembarcar por Internet, auténtico maremagnum de ideas, no pocas de ellas, creo yo, inspiradas por “el de los cuernos”, y ejemplo de ese caos es Twitter, donde hay cosas buenísimas y cosas para salir corriendo. Pues ahí acaba de desembarcar el Papa.
Un amigo, hace no mucho, me dijo que en en el mundo hay que estar “no sólo por el mérito de ser católicos, sino por el mérito de ser buenos en lo que hacemos”, lo cual es muy cierto para profesionales que profesamos nuestra fe. No sería la primera vez que a los católicos nos acusan de beatería, pero que luego no sabemos llevar bien nuestros asuntos, frente, por ejemplo, a los exitosos protestantes.
Evidentemente, hay que dar testimonio de nuestra fe, también, pero llega un momento en que, hagas lo que hagas, serás noticia solo por estar ahí. Cuanta gente del famoseo lo ha entendido y se juntan en Twitter solo para decir tonterías. Benedicto XVI iba a ser noticia de todas maneras al entrar en esa web, y lo ha hecho dejándonos un sencillo mensaje de paz. No hacía falta grandes cosas estrambóticas, o pasajes bíblicos. Ha bastado un sencillo saludo y una bendición.
Así que no tengamos miedo a que este nuevo desembarco sea trivial. No lo es. Tenía que ocurrir, y ha ocurrido en un lugar donde el Papa puede dar a conocer muy fácilmente un mensaje, a pesar de los riesgos.
Aprovecho para felicitarles la navidad, cosa que es saludable hacer hasta la Epifanía, por cierto, y desearles cordialmente un feliz 2013.
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