Juventud del Papa, y defendiendo a la Iglesia

Una de las cosas de hacerse “menos joven” es que, al menos en mi caso, aprecio cada vez más los grupos de jóvenes y sus acciones públicas. Me encantó cuando en Francia se movilizaron contra una obra de teatro blasfema, me encantaron las primeras marchas por la vida -donde se juntaron con sus familias- y los últimos acontecimientos nos llevan a Argentina, donde no es la primera vez que defienden una catedral contra hordas presuntamente feministas. Presuntamente, sí.

La cuestión no es baladí. Algunos (los de siempre) se quejan de que las Jornadas Mundiales de la Juventud no producen más que basura y jolgorio en unos jóvenes que deberían estar rezando rosarios como sus abuelas. Pues todo a su tiempo, porque ya os digo que no se tiene juventud toda la vida, y hay que saber qué hacer cuando nos toca y una cosa no quita la otra si todo se hace con espiritu cristiano.

Pues estos jóvenes además de saber estar en sus grupos católicos, además de ir -o informarse- sobre alguna Jornada Mundial de la Juventud, encima saben defender a su Iglesia cuando a esta se la ataca. Bien lo vimos en Madrid cuando cuatro degenerados intentaron arriconar a un grupo de peregrinos que terminaron rezando el rosario ante tanta bilis desplegada contra ellos.

Del grito de esperanza de esos días, de ese “Esta es la juventud del Papa”, se cosechan estos frutos. Frutos de perseverancia, de público testimonio de la fe y sí, también de martirio blanco cuando las hordas les pintan, les escupen, les insultan. A muchos, sacerdotes incluidos, les falta el valor para acompañarles bajo la tormenta.

Por tanto, sin ser yo tan joven, ya, que los años no pasan en balde, quiero felicitar a todos esos grupos que, ante los desafíos de la Iglesia, saben tener alto el estandarte de su fe, y no se achican frente a los problemas. Y no, no es política, es Credo.

Me sabe mal no ya por los que se acobardan, porque los mismísimos doce apóstoles no pudieron estar ahí en el momento de la verdad, pero sí por los que ante la amenaza buscan aplacar a la horda enemiga llamando “integristas” y cosas por el estilo a todos aquellos que sí tienen las agallas para defender una iglesia… Que Dios les perdone, porque creo que los aludidos ya lo han hecho.

+Pax et Bonum.