Aborto en Colombia y un Jesuita manipulador

A mi que me lo expliquen, porque esto no hay quien lo entienda: un gobierno, el de Uruguay, que decide -a estas alturas- que se puede matar a un niño antes de nacer ; mientras tanto en Colombia, un procurador, Ordoñez, promueve la vida y un Jesuita, en televisión que mintiendo y manipulando torticeramente, se opone públicamente a lo que defiende la Iglesia.

Lo cierto es que no cabe en cabeza humana que un sacerdote se dedique a eso, la verdad. Para labor de zapa ya tenemos a los muchos enemigos de la Iglesia, pero por desgracia la Compañía nos tiene acostumbrados a que semejantes personajes abrumen sus muchas buenas obras y labores con declaraciones del estilo. Eso sí, los superiores calladitos, no sea que estorben. Vaya si no lo sabe cierto jesuita residente en las islas niponas -que no nombraremos aquí, como a Sauron-.

Pero quizás lo que más duele en clérigos en los que se presupone una erudición particular como el padre Novoa, es la manipulación de textos sagrados y de declaraciones. Nos trata de idiotas e incultos, pero lo peor es que muchos telespectadores, en el mejor de los casos, estarán confundidos ante tales declaraciones, cuando estas no les suenen claramente contradictorias.

La primera, no podía faltar, el recurso al Concilio Vaticano II, pero que manipulen a Pio XII y a Juan Pablo II para justificar el aborto me parece ir más allá de la mezquindad.

Quien dice “el Concilio Vaticano II nos invita a todos los creyentes a oír lo que él llama los signos de los tiempos y el aporte de la ciencia. Y esos signos de los tiempos es que hay una sensibilidad social, una ciencia médica, hay unas ciencias sociales que llaman a despenalizar el aborto” es que no ha entendido nada de nada, por lo que no debería dar clase en una universidad, y menos aún la Pontificia Universidad Javeriana… A la que francamente espero no le ocurra lo que a la de Perú.

En síntesis, espero que los superiores de la Compañía llamen al orden a su hijo rebelde, pero espero sentado, no me hago ilusiones. No es ni el primero ni el último, y realmente duele que todas las obras de bien queden ofuscadas por tamañas manchas negras.

+Pax et Bonum+