No permitas que la realidad te estropee un buen titular
Citas como esta de William Randolph Hearst, vienen como anillo al dedo al hablar de periodismo religioso en los principales medios nacionales. Como muestra, un botón: la crónica de El Mundo de la canonización de la Madre Bonifacia en Roma, que firma nada menos que su corresponsal −al que se le puede presumir más talento que un becario, que son los que cubren este tipo de informaciones sin tener ni idea, a base de teletipos de EFE−.
El artículo tiene unas cuantas perlas como que “Carlos II expulsó a los jesuitas", y que el director del instituto que funda la Madre Bonifacia es “exiliado por razones políticas” −cuando la nueva santa nace en 1837−…
Claro, es que eso de ser rebelde lleva de moda desde aquella canción “yo soy rebelde porque el mundo me hizo así“, algo que a los pijo-progres les va como anillo al dedo. Eso de sentirse no ya marxista (que eso está muy superado, y además las barbas no están de moda), pero sí “liberado” de todo ese pensamiento “conservador burgués". Eso, a lo mejor te ayuda a entender no pocas actitudes de nuestros políticos, pero la Iglesia se ha regido, y aún lo hace, por cánones distintos.
Y no digo que un cronista tenga que saber diferenciar un corporal de un manutergio, que tampoco pasa nada, pero sí un obispo de un arzobispo, una catedral de una basílica… Cosas que se dan cuando el periodista ha recibido algo de formación, o por lo menos tiene a gente para consultar y que le digan “mira, esto está mal". De los errores históricos, y fundamentar todo un párrafo sobre ellos, mejor ni hablar. Pero eso va en la temeridad de cada uno, y todos nos equivocamos alguna vez.
Si ya la formación del periodista es algo realmente amplio y vago, por lo menos en España, hay que darse cuenta de que la técnica no lo es todo. El saber contrastar un dato del que no estamos seguros debe ser algo de cajón, más aún en información como la religiosa que requiere de una precisión especial, y a la que estamos siempre tentados de ver bajo un prisma maniqueo de “religioso-ONG” contra “Iglesia jerárquica” o sea, los de abajo contra los de arriba.
Y con esa excusa te meten a Terry (oh, Terry) Forcades con el obispo más tonto que encuentren, a ver si de paso lo ridiculizan, o le montan una entrevista-trampa como a Mons. Munilla en la SER, tergiversando todo lo tergiversable sus palabras.
Que la Iglesia tiene pocos amigos en el mundo y en la prensa, no es novedad. Lo terrible es lo cutres que se están volviendo los ataques. Porque a lo mejor los padres de la II República eran todos unos masonazos y unos anti-cristianos de tomo y lomo, pero el más tonto era licenciado universitario. Hoy por hoy, con “cristianos” como Bono o Pepe Blanco, la cosa parecería rematadamente fácil. Pero aún con esas, engañan a los incautos.
Y de ahí que los que defendemos a la Iglesia con la pluma tenemos que brillar. No por nuestra gloria, sino para honrar a quien defendemos, y demostrar que un periodismo de calidad es posible sin caer en maniqueísmos ni retorcer el hecho hasta deformarlo. Y no me refiero a ser “objetivos", la mayor mentira que se le puede decir a un alumno de periodismo.
+Pax et Bonum+
8 comentarios
¿Por qué se hunden los periódicos de papel de pago? Por meteduras de pata como las de Irene Hernández Velasco.
Hermenegildo: La mayoría, algunos no...
Denisse: Ciertamente es curioso, porque estos son los primeros que se arrogan ser "la voz de la objetividad" y que dan "información veraz"... Como el Daily mail británico el otro día, que dijo que la Iglesia en España intercambió a nada menos que 300.000 bebés...
Gabriel: Toda la razón.
"pero el más tonto era licenciado universitario" o "que la Iglesia tiene pocos amigos en el mundo y en la prensa, no es novedad"
Te enlazo la "sección" PARA PERIODISTAS de mi blog católico, te puede interesar:
http://entodoslosmedios.blogspot.com/search/label/para%20periodistas
Saludos, desde Argentina
Nota del B. Un abrazo, Daniel, gracias.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.