El Cardenal Rouco abre la Asamblea Plenaria con la vista puesta en los jóvenes
Es la cita del año. La Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar el próximo agosto en la capital española ha protagonizado buena parte del discurso del Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, en la XCVII Asamblea Plenaria de la CEE. Reunión en la que se eligen gran parte de los cargos de presidencia, y comisiones. Según la propia Conferencia Episcopal, los nuevos cargos se conocerán a lo largo de mañana y el miércoles.
Tras el habitual rezo de la Hora Intermedia, el Cardenal Rouco ha comenzado su alocución saludando a los nuevos obispos y recordando al recientemente fallecido Mons. Ambrosio Echebarría, que era obispo emérito de Barbastro-Monzón.
El purpurado ha rápidamente encauzado su intervención hacia la inminente Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que tendrá lugar en agosto de este año, y para la que se han preparado múltiples actividades. Entre otras, la peregrinación de la Cruz de la JMJ y del icono de la Virgen por las parroquias de toda España, evento que el Cardenal Rouco ha definido como un “acontecimiento de gracia". El mismo reflexionaba sobre que “los jóvenes de hoy no son exáctamente aquellos de hace 25 años que respondieron a las primeras convocatorias de Juan Pablo II". “Los jóvenes del 2011″ continuó “han tenido tiempo de experimentar el alcance real de las posteriores utopías de la libertad y están a la búsqueda de una libertad verdader, sólida, que permita construir la casa de la vida", en referencia a la generación anterior que experimentaron “la decepción de las utopía fermentadas veinte años antes en el ‘mayo del 68′".
El Papa Juan Pablo II abre pues, a juicio del purpurado “un nuevo capítulo de la pastoral juvenil en el surco espiritual y evangelizador". Un capítulo marcado, hoy, por la aparición de una herramienta como Internet, “instrumento poderosísimo de información y comunicación", susceptible eso sí de facilitar la “propagación de fórmulas de vida de todo tipo, sin excluir las menos acordes con la dignidad humana", o sea, la pornografía. “los jóvenes” siguió Rouco, “se encuentran particularmente expuestos a la influencia desorientadora del relativismo, es decir, de una actitud guiada por la indiferencia ante el bien, por el “todo vale", y por la preterición de los bienes verdaderos". El relativismo “no genera verdadera libertad, sino inestabilidad, desconcierto y conformismo con las modas del momento", añadió citando al Papa.
Ante ese reto, Rouco anima a consolidar el planteamiento de la JMJ y “vivificarlo espiritualmente” con una “inquebrantable firmeza en la fe". “Jesucristo sigue siendo muy poco conocido” 2000 años después. Es una oferta “a contracorriente", como señala el Papa, pero también deja entrever que “los jóvenes no solo están preocupados por los inmediato por por sus propios intereses coyunturales", dijo citando a Benedicto XVI.
Rouco ha destacado la importancia de afirmar el “Kerygma” cristiano: “Creemos firmemente que Jesucristo se entregó en la Cruz para ofrecernos us amor; en su pasión soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros pecados; nos consiguió el perdón y nos reconciñió con Dios Padre, abriéndonos el camino de la vida eterna". Y como medios para llegar a ello, la Santa Misa, la Confesión y el servicio a los hermanos. Aunque “los mejores evangelizadores de los jóvenes son los propios jóvenes".
En otro orden de asuntos el Cardenal Rouco, Presidente de la CEE, ha reiterado las líneas directrices de los obispos españoles en cuanto a Familia, y Educación planteando además la vida parroquial como “catalizador de la vida cristiana de la familia y de la escuela".
1 comentario
"Aunque “los mejores evangelizadores de los jóvenes son los propios jóvenes".
De nuevo lo que se agita sobre las aguas no siempre tranquilas de una JMJ no parece ser el Espíritu de Dios sino la tontez de sus organizadores, con su peremen idiocia sobre lo que són y a lo que aspiran los jóvenes.
Y de nuevo tratando a la gente joven como si fueran cortos de entendederas.
Los mejores evangelizadores de los jóvenes son los que les muestran a Cristo sin tapujos, sean éstos de 20 o de 80 años. ¿Qué tendrá que ver la edad en esto?
¡Cuanto de bueno habría en volver a leer a Amerio, en su Iota Unum, hablando de "La juvenilizacíón de la Iglesia"!
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