Actitudes contra Juan Pablo II
Debería preocuparnos a algunos católicos, que creemos defender la ortodoxia de la Iglesia, el coincidir en ciertos puntos con los enemigos de la misma. Hablo de aquellos sacerdotes, algunos “teólogos y teólogas” que atacan sistemáticamente la figura del anterior pontífice, Juan Pablo II, y que hacen lo propio con el Papa reinante. Pues bien, algunos católicos coinciden en su ataque contra él aunque los argumentos sean otros, pero lo que más me saca de quicio es esa muletilla que sueltan como los loros: “es que en este asunto, el magisterio no es infalible”. Muletilla, por cierto, a la que recurren cada vez que algo no les gusta, como los niños pequeños.
A la postre, creo que ese tipo de actitudes hacen daño a la Iglesia en varios frentes. Primero de ellos, que se espanta a otros fieles en el conocimiento y difusión de la Forma Extraordinaria del Rito Romano, ya que un fiel que no conoce, puede tomar la parte por el todo, y pensar que todos los feligreses que acuden a esas misas piensan así, lo cual es totalmente falso.
En segundo lugar, se daña la credibildad y autoridad de la Iglesia, que tanto se jactan en defender frente a los “abusos del postconcilio”. Unos abusos que, sí, son patentes y el mismo Benedicto XVI se esfuerza en enmendar, pero les propongo esta pregunta: ¿Qué autoridad estamos dando a ese Papa, si ponemos en tela de juicio su autoridad por la beatificación de su predecesor? Además, hay que considerar, o por lo menos intuir, que no por la gran rapidez de este proceso, se han obviado los requerimientos que la propia Iglesia, a través de la Congregación para la Causa de los Santos, se impone para un proceso de beatificación. La Iglesia ha reconocido un milagro que ha sido obrado por la intercesión de Juan Pablo II. Se puede creer o no en este milagro, conforme, pero como miembros de la Iglesia, sabemos que ha sido reconocido como válido para este proceso. Y eso ya no es materia opinable: es un hecho, nos guste o no. Con Asís o sin él.
Por tanto, mucho cuidado con hacer favores a los enemigos de la Iglesia, por coincidir en puntos de crítica a la misma. En eso sigo la teoría de un amigo, Paco Pepe Fernández de la Cigoña, cuando habla de la “progresauria” revista Golias: “si ellos lo critican, es que es bueno para la Iglesia”. Y anda que no se metía con el pontífice polaco y con Benedicto XVI.
Y además es que, perdonen ustedes, pero si hoy día hay creyentes de menos de 50 años, es por Juan Pablo II. Mi generación le debe su fe al ejemplo, obra y carisma del anterior Papa. Un testigo que su sucesor ha recogido magistralmente. Tanto hablar de un papa “cercano” y sin ser lo mismo, Benedicto XVI no ha sido tan lejano como lo pintaban los medios de izquierdas.
Karol Wojtyla (O sea “Carlos”. Gracias, Anna) fue siempre un hombre de una espiritualidad asombrosa. Enamorado de España, y de las figuras de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, sus encíclicas son luz para la Iglesia de finales de siglo pasado y principios de este. Un tiempo, no les descubro nada, en el que la Iglesia está teniendo que pelear muy duro para que no se la coma el mundo.
Creo que hasta el menos partidario del próximo beato se dará cuenta de que Juan Pablo II fue elegido en un cónclave. Que los católicos creemos que el Espiritu Santo asiste al Cónclave en su elección, y que Dios sabe que necesitábamos un Papa del Este para derrotar el Comunismo con la firmeza de la Iglesia, pero al tiempo con un mensaje de paz, frente a las tentaciones belicistas que surgían periódicamente en los dos bloques. Poco me importan asuntos ecuménicos que ni entiendo ni afectan a la fe o la espiritualidad de los cristianos, pero que los paganos podrán o no valorar. Allá ellos, señores. Creo que no nos afecta a los creyentes lo más mínimo, aunque todo esto lo entenderemos plenamente cuando Dios tenga a bien llamarnos. No creo que antes.
RUEGO A LOS COMENTARISTAS MODERACIÓN O TENDRÉ QUE IMPONERLA YO MISMO…
+Pax et Bonum+
pd. Hoy Paco Pepe habla de este tema en el Diario La Gaceta.
ppd. Y recomiendo también estas declaraciones del Cardenal Amato, recogidas por la Buhardilla de Jerónimo.
46 comentarios
Nota del B. Puede que la premura sea mucha, de acuerdo, pero creo que no por ello se resiente el proceso. Gracias.
Está claro que cinco años es un período cortísimo para tener una perspectiva adecuada de un pontificado de más de un cuarto de siglo.
Tampoco discuto la autoridad de Benedicto XVI para realizar esta beatificación; tan sólo cuestiono su oportunidad.
Y, en fin, todo el mundo sabe que Benedicto XVI ha heredado hipotecas del pontificado anterior: ¿cómo explicar, si no, que todavía no se haya atrevido a celebrar una Misa Papal por la forma extraordinaria? ¿Cómo se explica, también, que Benedicto XVI vaya a reeditar el Encuentro de Asís, cuando el Cardenal Ratzinger no participó en el Encuentro de 1986, con el que se mostró muy crítico?
Nota del B.Mucho tema de fondo en este comentario. Sin duda Benedicto XVI, así como Juan Pablo II, han tenido que lidiar con una Iglesia donde el principal problema es la autoridad relativa que tiene el Papa. Solo así se explica que, queriendo celebrar Misa Tradicional, el Papa reinante no haya podido hacerlo. Sin embargo, el tema es mucho más amplio y hay que saber discernir "hechos" y "conspiranoias", jeje.
Me duele y me avergüenza comprobar como asociaciones como la de los teologos progresistas, Atrio, Redes Cristianas etc que se dicen católicos sin serlo realemnte de facto, no hacen otra cosa que injuriar, menospreciar, difamar tanto a Juan Pablo como a Benedicto XVI y de paso criticar a la Igleisa con la famsa muletilla que citas, Miguel, "“es que en este asunto, el magisterio no es infalible”, una muletilla comodín para ellos, para autoengañarse y crearse una religión a la carta.
Todo católico de verdad debe acatar y seguir al Papa de nuestra Iglesia por ser el lider espiritual, el sucesor de San Pedro como así lo ha querido Jesucristo Nuestro Señor, de lo contrario el mismo se está apartando de la Iglesia, es fácil ver esto, es de cajón.
Nota del B. La religión a la carta. Triste tentación del cristiano moderno, y no se circunscribe a movimientos o siglas, créame...
Hay varias cosas en las que no coincido:
- La coincidencia o divergencia de opiniones es algo circunstancial, y en sí misma no dice nada. Cabe recordar el «Omne verum, a quocumque dicatur…» de Santo Tomás. Preocupa coincidir en el error con amigos o enemigos, no preocupa coincidir en la verdad.
- El ataque sistemático al Romano Pontífice reinante es inaceptable. En cuanto a la vida de Juan Pablo II, dado que se trata de un personaje histórico, es posible que algunos señalen dudas y perplejidades, sobre algunos aspectos de su vida considerados negativos y difíciles de justificar. ¿Acaso los santos canonizados no han tenido defectos o cometido errores? Luego, con más razón quien hasta hoy no ha sido beatificado.
- Que no se da infalibilidad en una beatificación es opinión común de los teólogos; no está de más recordarlo en tiempos post-modernos, en los que se abdica del uso de la razón, singularmente en la intelección de la fe. Como tampoco sobra mencionarlo, en orden a moderar los excesos de una concepción hipertrofiada de la infalibilidad pontificia. Y que yo sepa, la Teología Fundamental, está lejos de ser un juego de niños; y el recordar algunas de sus tesis, no tiene nada de infantil. Tal vez lo infantil sea confundir infalibilidad con «papolatría», como bien lo explicó Gherardini (y lo reprodujo en una entrada de su blog el amigo Cnel. Kurtz).
- En cuanto a lo del daño a la Iglesia, la argumentación resulta deficiente por consecuencialista: muchos actos humanos tienen múltiples consecuencias posibles. Hay que aplicar el principio de doble efecto para juzgar su moralidad. En todo caso, bastaría con aclarar que se puede asistir a la Forma Extraordinaria teniéndole devoción privada a Juan Pablo II o sin ella.
- Respecto de la autoridad de Benedicto XVI, la conclusión que sacas no se sigue lógicamente. Siguiendo tu razonamiento, habría que decir que Newman dañó la credibilidad de Pío IX, y del Vaticano I, al manifestarse en contra la oportunidad de la definición del dogma de la infalibilidad. ¡Nada menos!
- Las reformas al proceso de beatificación y canonización que realizó Juan Pablo II suscitaron perplejidad y algunas críticas, de parte de varios teólogos y canonistas. Algunos, cuestionaron la oportunidad de esas reformas. Otros, totalmente alejados del progresismo delirante, y de las aventuras teológicas (por ejemplo: el p. Daniel Ols, op, destacado teólogo, perito y relator de la causa de Juan Pablo II), se preguntan si hay infalibilidad en las nuevas canonizaciones «aceleradas».
- La verdad no se determina por oposición a Golías, ni a los progresistas. No se es ortodoxo por ser anti-progresista. Algo no es verdadero, por ser lo contrario a lo que afirma un hereje. ¿O acaso es falso que la Escritura sea palabra de Dios porque muchos protestantes así lo afirman?
- Si hoy en día hay creyentes, de cualquier edad, no se debe a Juan Pablo II, sino a la acción de la gracia. La fe es virtud teologal infusa, absolutamente gratuita. Las sensiblerías, o la simpatía personal, no determinan la presencia o ausencia de fe teologal. Y por cierto, no creo que los millones de católicos perseguidos en China hayan tenido oportunidad de saber mucho más que el nombre de Juan Pablo II.
- Lo de España, bueno es bastante eurocéntrico… Cae por su propio peso.
- ¿De dónde surge la peregrina idea de que la Esposa de Cristo necesitaba de un papa polaco para derrotar al comunismo? «Los hombres batallarán, y Dios dará la victoria» dijo santa Juana de Arco. Además, es cuestión una histórica harto opinable si fue Juan Pablo II quien «derrotó» al comunismo, como divulgaron los neocons norteamericanos.
Me detengo aquí, aunque habría más para decir.
Saludos.
Nota del B.Cuando da gusto discrepar, solo puede ser un comentario suyo, Don Martín. Gracias, aunque no estemos de acuerdo.
Por favor, que se clarifique todo, para saber si he de volverme a mi sitio espiritual de siempre. Más vale un "Novus ordo" vivido en el amor de Cristo, de María, del papa y los hermanos, que uno "Vetulus" habitado de telarañas y crujidos pseudo-cristianos.
Nota del B. tampoco es eso, tampoco es eso. Creo que la forma extraordinaria es un REGALO sin parangón a los fieles de la Iglesia, y muchos pensamos maravillas de la Iglesia y del Papa. Evidentemente, los que más ruido hacen siempre parece que son los unicos, pero eso no es así. Gracias por su comentario.
Por lo demás celebro la beatificación de Juan Pablo II Dios escribe derecho en lineas torcidas y le doy gracias por el don que nos brindo por medio de la figura de Juan Pablo II
1º.-Me sorprende la enorme división que existe sobre esta beatificación, por lo que deduzco que hay muchas cosas que están cambiando en la Iglesia, aunque no me inclino a señalar si es para bien o para mal. No he leído jamás tal división en las beatificaciones en los últimos siglos. Todo un signo ¿ Pero de qué? ¿ De la madurez de algunos seglares ? ¿ De un síntoma de un clericalismo exacerbado? ¿ De un síntoma de desobediencia de los fieles?
2º:- Sin considerar las posiciones a favor o en contra de unos y otros, en general, salvo en las páginas comúnmente denominadas progresistas, la altura y profundidad de los argumentos, especialmente de los seglares es bastante elogiable en general; argumentos buscados en las fuentes filosóficas y teológicas de siempre: Santo Tomás, A. Royo Marín..
3º.- Los que están a favor a aceptar la beatificación y nada más, suelen estar abiertos a la verdad en la caridad, y no tienen miedo a discutir con sus oponentes, ni suelen ejercer censura alguna, excepto ataques ad hominem.
4ª Los que están dispuestos, no sólo a aceptar la beatificación, sino que además son apologistas “juanpablistas”, en general, tratan de justificarla desde un balance de la vida de Juan Pablo II en un espacio que no da para explicar una vida,y que al menos necesitaría un libro voluminoso. Pero lo que más me llama la atención es nunca o casi nunca quieren discutir sobre las sombras de Juan Pablo II, que todo beato tiene y todo santo también, y que sus adversarios señalan. Además me sorprende dolorosamente ver como estos columnistas cuya piedad no dudo y en algún caso me consta, abusan de la censura. Este artículo de Miguel Vinuesa, al que tanto me gusta leer y extraño su poca presencia actualmente , es uno de estos casos desgraciadamente, al igual que otro publicado ayer de un compañero suyo en esta misma página. Sinceramente, les rogaría que antes de escribir sobre este asunto, meditaran sus palabras en su corazón, no vayan a confundir, bien omitiendo, bien con falsos argumentos a los sencillos y usen la sana teología sobre el tema de la beatificación y canonización, que es amplia.
5º Los que se entristecen de esta beatificación, si fuera por el sólo hecho de que el beatificado fuera Juan Pablo II, pecarían. Sin embargo, y conociendo personalmente a muchos sacerdotes y seglares que estando entristecidos por esta pronta beatificación, y que me consta que tienen una vida de docilidad a la gracia, he de considerar que realmente no les entristece en sí la beatificación de Juan Pablo II, sino que con unos argumentos más o menos acertados: prontitud, acto magisterial pero no infalible, sombras.., tratan de expresar su temor a que lo que se trata de hacer es consolidar una línea postconciliar, en la que huelga señalar los frutos de apostasía y abusos doctrinales y litúrgicos. Es decir, creo que no están contra la beatificación de Juan Pablo II, sino de que con ella se quiera ejemplificar que lo adecuado es , v. gr., el falso ecumenismo, la tolerancia durante décadas a los abusos litúrgicos, la hermenéutica de la ruptura, el poco clarificador actual diálogo inter-religioso, la paralización casi total de las misones ad gentes... En realidad creo que su posición, muy comprensible por otra parte, se basa en ese temor más que en negar la virtudes heroicas de Juan Pablo II, quien heredó una Iglesia muy desorientada- v gr., la devoción a María era eliminada, cuando no despreciada por mucha parte del clero- y corrigió lo que pudo, al igual que también tuvo profundas sombras, como todo hombre por mucha santidad que se le regale.
Pues bien, en España hay un dicho, tenemos dichos para todo, que dice “Este es santo de mi devoción” o “Este no es santo de mi devoción”. Dado que no compromete la infalibilidad del Papa la beatificación de alguien- así es, aunque lo oculten y no se corrija a los comentaristas que esto dicen-, cada cual es libre de “encender una vela a quien le sea más caro. Aceptemos pues, con obediencia en conciencia el magisterio de Benedicto XVI, acogiendo con la alegría el anuncio de un nuevo beato y sea cada uno fiel a Cristo y a su Espíritu, que es el único que convierte los corazones y el único a quien debemos la fe, que nos la entrega por distintos vericuetos y personas y no como dice Villanuesa: “Mi generación le debe su fe al ejemplo, obra y carisma del anterior Papa” ¡ Eso es una barbaridad, dicho así!. Supongo que es un exceso de celo juanpablista. Pero con estos argumentos del articulista, mal servicio se hace a la verdad, y mucho menos se puede defender una causa de beatificación, que se defiende por sí sola mucho mejor, a poco que se sumerja uno en la teología. Ahh, por cierto, resulta cuando menos rocambolesco tu argumento para defender la Misa del “motu propio”, con las razones que usas en este post. Miguel, esa Misa se defiende por sí sola, sin necesidad de acusar a tus imaginarios adversarios diciéndoles a ellos que si no están a favor de la beatificación hacen un flaco servicio a la Misa Tradicional ¡ Hombre Miguel conozco a algunos de estos asiduos a la Misa Tradicional y me consta que son auténticos confesores de la fe, teniendo que hacer hasta heroicidades para acudir a la Misa! No creo que se les deba agredir más ( No colaborando así con el Papa actual, sí sí, con el actual, que quiere se obedezca a su intención de promover la Misa), retorciendo argumentos, porque bastante tienen que sufrir la indiferencia e incluso el freno de muchos sacerdotes y obispos y seglares “comprometidos”, que les decalifican como no católicos. Sí, si, esos mismos sacerdotes que les piden obediencia a la beatificación y con razón, claro, pero que no están dispuestos a facilitarles la Misa Tradicional que quieren y anhelan y desea el Papa actual- no consta en el anterior, ese mismo celo que yo sepa- que se extienda.. He visto mejores, mucho mejores artículos tuyos ¿ Es falta de entrenamiento? Que conste: yo extraño tu agudeza habitual y la mayor frecuencia de artículos.
Nota del B. Una gran argumentación. Son tiempos muy frustrantes para mi vida profesional, y temo que eso se resienta en mis textos y su frecuencia, pero se hace lo que se puede. Te pido que no bajes la guardia en la oración para este pobre 'plumilla'.
Te ruego que moderes el foro. El comentario de Ramiro que precede al mío es de una grosería inadmisible contra el gran Papa que fue Juan Pablo II.
Insisto que más quieren:
1. Clamor popular (santo subito)
2. Devoción del pueblo (vide las visitas reales o virtuales a su tumbaa)
3. Procedimiento canonico cumplido
4. El aval del Papa actual que además lo conoció personalmente y es un gran teólogo.
Por favor tanto los que creen tener la Iglesia desde un tradicionalismo solo apegado a las formas, y jóvenes engañados que ni se imaginan todos los desaguizados previos que tuvo que capear Juan Pablo II y por otro lado los progresistas que ya casi no creen en nada: dejen de lanzar mentiras,sombras y calumnias contra un gran Papa y un gran Beato. Juan Pablo II MAGNO, ruega por nosotros.
PD: Por favor borra el post de Ramiro no se puede tolerar.
En España el tradicionalismo tiene la marca histórica de la fidelidad ciega al Papado, y está visto que por otros lados no tienen más Papa que ellos mismos y sus fantasmas.
No hay nada que aprender de esos y mucho veneno del que contagiarse.
Nota del B.Lo que yo sí estoy sacando en limpio, tras algunos años de práctica de vida devota en el tradicionalismo, es que la vida de oración es bastante más intensa. No entiendo la parte de "fidelidad ciega al Papado", pero le ruego sea caritativo en las críticas.
Estoy completamente de acuerdo con el blogger.
Dices que "Lo que más me saca de quicio es esa muletilla que sueltan como los loros: “es que en este asunto, el magisterio no es infalible”. Muletilla, por cierto, a la que recurren cada vez que algo no les gusta, como los niños pequeños".
Cierto. Y es que, por esa regla de tres, los católicos tendríamos "derecho" a no acatar, por ejemplo, disposiciones como el Código de Derecho Canónico, ya que no se trata de un documento en el que opere la infalibilidad papal.
La actitud hacia el Papa ha de ser otra. En este aspecto me quedo con lo que escribía el autor espiritual George Chevrot ya en 1946:
“no cederemos a la tentación, demasiado fácil, de oponer un Papa a otro, para no otorgar nuestra confianza sino a aquel cuyos actos respondan mejor a nuestras inclinaciones personales. No seremos de aquellos que añoran al Papa de ayer o que esperan al de mañana para dispensarse de obedecer al jefe de hoy. Leed los textos del ceremonial de la coronación de los pontífices y notaréis que ninguno confiere al elegido por el cónclave los poderes de su dignidad. El sucesor de Pedro tiene esos poderes directamente de Cristo. Cuando hablemos del sumo Pontífice eliminemos de nuestro vocabulario, por consiguiente, las expresiones tomadas de las asambleas parlamentarias o de la polémica de los periódicos” GEORGE CHEVROT, Simón Pedro.
Un cordial saludo.
Porque si la respuesta es "sí", no hay más que hablar. Juan Pablo II debe ser beatificado, y ya está.
El que un católico opine que la beatificación es apresurada, inoportuna o innecesaria, o que Juan Pablo II es digno de que se le preste devoción es completamente irrelevante. Si quiere creer eso, allá él. Por ahora (mientras Juan Pablo II no sea canonizado) es libre de creerlo. Igual que es libre de creer que la Sábana Santa se tejió en el siglo XV, o que las apariciones de Medjugorje no son reales.
Lo único importante es que la Iglesia Católica cree que la devoción hacia Juan Pablo II está justificada.
Ahora bien, si lo que quieren dar a entender algunos con sus críticas es que durante el proceso de beatificación hubo irregularidades, o directamente que es fraudulento, agradecería que se dejasen de circunloquios y eufemismos y que tuviesen la hombría de decirlo claramente. Ya está bien de tirar la piedra y esconder la mano.
En cuanto a lo de que la beatificación es apresurada...bueno, San Antonio de Padua, por ejemplo, murió en 1231 y fue canonizado once meses después. ¿Fue apresurado? ¿No merece San Antonio de Padua que se le tenga devoción? ¿No será que el argumento de la "excesiva celeridad" carece de sentido?
En cuanto a lo de las "sombras" en la vida de Juan Pablo II... bueno, San José de Calasanz, por ejemplo, no hizo gran cosa para evitar los abusos sexuales que cometió el padre Cherubini, su subordinado, contra los niños a los que daba clase. ¿Era un mal hombre? ¿No merece San José de Calasanz que se le tenga devoción? ¿No será que el argumento de la "sombra" carece de sentido?
En cuanto al argumento de que, en realidad, los tradicionalistas no están criticando a Juan Pablo II, sino que quieren "expresar su temor a que lo que se trata de hacer es consolidar una línea postconciliar"... bueno, sin comentarios. ¿No nos hemos cansado de leer críticas salvajes de los tradicionalistas hacia la persona de Juan Pablo II? ¿No será que se piensan que (por decirlo suavemente) no estamos a su altura intelectual? Muy triste.
Para terminar, me reitero en mi idea anterior. Si creen que el proceso de beatificación es irregular, o incluso fraudulento, que lo digan. Pero, por favor, que dejen de hacer insinuaciones y de sembrar la confusión entre los fieles.
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El sedevacantismo y las actitudes espirituales previas que llevan al mismo o a cosas similares no son propias del tradicionalismo español, íntimamente unido al carlismo, y éste firmemente anclado en la debida veneración al Santo Padre. A eso me refiero.
Por otros lares la cosa cambia, y existe una anarquía inexplicable donde los mismos que defienden la ortodoxia católica son los primeros en poner en duda que se deba obediencia al Papa confiadamente o que haya que asumir las doctrinas que no sean infalibles, y asuntos similares que les dejan -saltándose todo el Catecismo- las manos libres para la siembra permanente de cizaña entre hermanos en un aquelarre anárquico donde son ellos los que vigilan la pureza doctrinal del Papado y no lo contrario. El mundo católico al revés.
Cuidado porque es un caramelo envenenado de soberbia el que presentan muchos aparentemente guardianes de la ortodoxia, poco que ver que con nuestra fidelidad al Sucesor de Pedro. Y si no al tiempo.
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Pues sí, sí la hay. Mira que respuesta más sencilla.
¿O es que los actos infalibles están sujetos a número o a su extensión en el tiempo?.
Lo de Juan Pablo II no eran canonizaciones aceleradas, es que lo de antes era de risa. No hay prudencia alguna en esperar 7 siglos a canonizar a alguien. Podría pensarse en falta de medios, pero más bien parecería indolencia o ganas de presentar modelos a la sociedad actual.
El cambio cultural y emocional de los 60 y 70 fue brutal, una auténtica ruptura emocional con todo lo recibido. En esa batalla contra el progresismo hacía falta presentar modelos actuales de la misma santidad de siempre (que los progres trataron de ningunear intelectualmente).
Algo similar a las Encíclicas. El empozoñamiento que de toda la doctrina anterior se hizo por parte de la progresía ("tridentino" le llamaban a todo) dejó un vacío textual con el que darles la batalla en la misma frente.
Así se hizo conveniente volver a decir lo mismo de siempre en nuevas Encíclicas escritas con el idioma actual. Así los fieles tendrían artillería "actualizada" para discutir con los progres y desmontar sus victorias emocionales apelando a lo "antiguo".
Por eso igualmente el Catecismo y tantos textos.
Juan Pablo II además de batallador era meridianamente inteligente y sabía ver las armas convenientes para destrozar el progresismo sin que pareciese un maniqueo.
Se dejó la piel trabajando, escribiendo, viajando, exhortando a tiempo y destiempo, organizando cosas nuevas y pudo ganar una batalla que ni los mismos que le rodeaban parecían tener fe en ella.
Por eso y más su santidad es inapelable, y sólo la necedad de algunos les impide ver el complejo campo de batalla cultural y emocional que tan sabiamente entrevió Juan Pablo II y tan certeramente dominó.
Que Juan Pablo II es santo, no lo discute prácticamente nadie que tenga un mínimo de sentido eclesial, porque todos lo hemos visto. Que su pontificado no tuviera sombra alguna no lo dice nadie. Pensemos en Juan XXIII, ¿es que no hubo sombras en su pontificado? Seguramente sí, pero eso no afecta a su vida de unión con Dios y a sus virtudes heroicas. Tengo para mí la opinión de que prácticamente todos los santos del siglo XX podrían ser fácilmente canonizados. ¡Gloria a Dios!
Lo que da auténtico asco es la manía que tienen algunos pseudoperiodistas de calumniar a los muertos en ciertos medios de comunicación. Y los obispos que tienen los blogs alojados en su página siguen sin decir nada.
A LOS CRÍTICO DE DENTRO RECUERDEN LA REGLA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA "LO BLANCO QUE YO VEO ES NEGRO SI ASI LO DICE EL PAPA" MÁS O MENOS ASI DICHO PERO ASÍ DE REAL.
A LOS DE FUERA, PUES QUE SE METAN EN SUS COSAS.
VIVA EL PAPA. EL VIVO MUCHOS AÑOS. EL DIFUNTO SIEMPRE EN DIOS.
Yo re-ingrese a la Iglesia Católica hace 9 años y la verdad, Juan Pablo II no tuvo nadita que ver con eso, Gracia de Dios, nada más que eso.
Nota del B. Qué bueno, mira...
Nota del B. El 'quid' es que no se puede generalizar, porque no es una opinión homogénea...
Nota del b. Pues es un taxi bastante grande, se lo aseguro. No sé si mora cerca de Madrid, pero ayer en la misa de las Salesas, varios nos quedamos sin banco para sentarnos...
Te informo que retomo la saludable costumbre de no leerte. Pensé que luego de lo que te dijeron con ocasión de la doctrina moral sobre el uso del condón habría cambiado de actitud, pero estás radicalizado, y francamente no me interesa fomentarlo.
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Ayante & otros:
De ninguna manera es el factor "tiempo" lo que, por sí mismo, hace plantearse a los teólogos dudas sobre las canonizaciones realizadas con posterioridad a las nuevas normas introducidas por Juan Pablo II. Es la reforma integral del procedimiento, con la abreviación de plazos legales de investigación, la descentralización hacia las diócesis de lo que antes era resorte exclusivo de la Santa Sede, y una larga serie de consideraciones. Las "turbocanonizaciones" vienen acompañadas de una relajación de muchas de las muy rigurosas exigencias precedentes.
Otra cosa relevante: los respetables teólogos -recuerdo de nuevo a Daniel Ols, relator de la causa de Juan Pablo II- que son de la opinión falibilista respecto de las canonizaciones, se cuidan muy bien de explicar que es temerario afirmar error en una canonización concreta sin pruebas, por frivolidad, o motivos intrascendentes.
Por último, y en lo que respecta a mi opinión para que quede claro y no haya ataques personales motivados en histeria papolátrica:
a) Las beatificaciones no son infalibles, de acuerdo a la opinión común de los teólogos.
b) Las canonizaciones sí serían infalibles, para la opinión común. Pero hay una posición contraria a esa opinión común, denominada falibilista, que tiene después de las reformas a la normativa vigente, y que sostiene que las canonizaciones no serían actos infalibles. De lo que no se sigue, como es obvio, que para los falibilistas se pueda presumir ligeramente el error en las canonizaciones, o su invalidez, pues ello sería una temeridad. Quede claro, que no presumo ni error, ni invalidez, en la causa de Juan Pablo II.
c) La oportunidad de una beatificación o canonización es cuestión opinable en la Iglesia. Como también es opinable, por ejemplo, la oportunidad de proclamar o no, como dogma, a María Corredentora. O como lo fue, en el caso de Newman, la oportunidad de la definición de la infalibilidad del Romano Pontífice. Y resulta risible, sino lamentable, ser gratuitamente insultado por divergencias en cuestiones opinables.
Saludos.
Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Lucas 10-21.
La primera es que, en efecto, quizás fue demasiado apresurado.
Sin embargo, (y ahi viene la segunda), si la Iglesia juzgó correcto, y el Papa ha decidido promulgar, en base al trabajo de la congregación de Causas de Santos, no tengo más que decir: "Bendito sea Dios".
Una cosa es que sea "santo de mi devoción" (cada uno es libre en ese aspecto), y otra muy distinta es oponerse a lo que la Iglesia, como Mater et Magistra, nos enseña.
Precisamente por vivir lejos de esa metrópoli soy plenamente consciente del poco, poquísimo, minúsculo Madrid que cabe sentado en la bella iglesia de las Salesas.
No muera tan prondo de éxito, don Miguel, que es usted muy joven...
Nota del B.Ya... Joven, inexperto... Ya me sé las coletillas condescendientes. Hágame el favor de ceñirse a un "nombre" al publicar un comentario.
Si se canoniza a JPII, los juanpablistas (si es que existe tal cosa) usarán a la persona de JPII para justificar todos los errores que promovió durante su pontificado. Aunque no puedo hablar en nombre de nadie, por lo que conozco, eso es lo que preocupa a la mayoría de los que consideramos tradicionalistas.
Discrepo en lo que dice de las dudas que genera el procedimiento actual de beatificación. No es que me parezca perfecto, pero es obvio que los medios actuales permiten acortar muchos de los plazos necesarios para realizar averiguaciones que antes llevaban décadas. Por supuesto, no todos lo plazos, pero sí gran parte de ellos.
Además, para bien o para mal, el procedimiento actual lleva casi tres décadas en vigor. Ya son muchos los beatificados de acuerdo con este procedimiento. Por citar algunas beatificaciones recientes que suscitaron algo de polémica por distintos motivos, tenemos a nuestros mártires de la Guerra Civil, a Antonio Rosmini o al hoy santo Josemaría Escrivá. ¿Por qué es precisamente ahora cuando empezamos a leer tantas críticas procedentes de sectores tradicionalistas? El procedimiento de beatificación era el mismo en todos los casos.
Lo que ocurre, señor Ellingham, es que buena parte de los críticos no quieren atacar el procedimiento en sí, sino a la persona de Juan Pablo II. A veces en forma de ataques ad hominem contra el anterior Papa, y a veces en forma de críticas a los defectos del procedimiento que, casualmente, acaban de descubrir ahora. Que conste que no estoy diciendo que ese sea su caso.
Como dije antes, el que una beatificación (o incluso una canonización) pueda ser falible o inoportuna es irrelevante en este caso. Lo importante es que el procedimiento haya llegado a término satisfactoriamente. La Iglesia considera que la devoción a Juan Pablo II está justificada. Punto.
Si alguien opina lo contrario, bien por él. A mí no me parece correcto criticar la beatificación de Juan Pablo II por considerarla “falible” sin dar al mismo tiempo las razones por las que, a juicio del crítico, el procedimiento ha fallado en ese caso concreto. Porque el que el procedimiento tenga una pequeña probabilidad de error no justifica que alguien se aferre a esa pequeña probabilidad para defender su discrepancia, a fin de cuentas la probabilidad de acierto es mucho mayor. Pero allá cada cual. También hay quien se niega a viajar en avión porque existe la pequeñísima posibilidad de que se estrelle.
Por último, y aunque no ha sido usted el que ha argumentado de esa manera, quiero decir algo sobre un argumento que he leído estos últimos días: que uno de los problemas que plantea la beatificación es que podría interpretarse como un espaldarazo a algunos errores del postconcilio. ¿Estamos ante un argumento consecuencialista? Cualquier persona maliciosa puede intentar deformar el testimonio de un beato o un santo e intentar apropiarse de él, pero eso no justifica que se paralicen las causas de beatificación o de canonización.
1) No estoy de acuerdo en que el debate teológico sobre la «falibilidad» de las canonizaciones sea algo de «ahora». Algunos ejemplos (autores, fecha de publicación):
- De Voogt (1970)
- Sullivan (1986)
- Ols (2002)
- Gherardini (2003)
2) En cuanto al argumento sobre a los medios de comunicación y los avances técnicos, como factor de aceleración, tiene un defecto insalvable: antes era es necesario someter todos los escritos al examen teológico; ahora, sólo aquellos que han sido publicados.
Saludos.
No, yo no discuto que el debate sobre la falibilidad de las canonizaciones modernas haya empezado hace muchos años. Pero estará usted conmigo en que las críticas al procedimiento, desde sectores tradicionalistas, están arreciando precisamente ahora, con el anuncio de la beatificación de Juan Pablo II. Y me extraña que tan poca gente haya hecho hincapié en la cuestión del procedimiento hasta, curiosamente, ahora mismo. Eso no quiere decir que unos pocos, incluido usted mismo, no lo hicieran con respecto a beatificaciones anteriores.
Por otra parte, también estará usted conmigo en que con el procedimiento actual, por muy falible que sea, es más probable que las conclusiones finales sean acertadas a que estén equivocadas. Por lo tanto, si un católico acepta las conclusiones del proceso de beatificación de Juan Pablo II es, en principio, más probable que esté en lo cierto que aquellos que cuestionan dicha beatificación. Aceptando, por supuesto, que la certeza absoluta es imposible.
En cuanto a la aplicación de las nuevas tecnologías a los procedimientos de la Iglesia, yo no soy tan escéptico como usted. Aunque admito que todo puede mejorarse.
Por mi parte voy a abstenerme de publicar más comentarios a este post. No quiero abusar de la hospitalidad de don Miguel y, mucho me temo, de aquí al 1 de mayo habrá oportunidades de sobra para volver a participar en relación con este asunto.
Saludos cordiales.
Estoy con Dr. Sonnel, no en mucho con algunos letrados... Hay quienes se fían más de una adquirida formación (la cual es de desear) y desecha de la verdadera sabiduría. Como si el Demonio no fuera inteligente o “formado en toda disciplina de decepción y en cualquier lengua vernácula latina o griega.
Con respecto al comentario de "...los amantes de la misa tradicional..." no temas amigo, hace mucho, muchísimo que no asisto a una Misa Romana Extraordinaria, pero sé de la belleza y todo lo que sientes en ella, no desconfíes de los que oyen Misa contigo, simplemente confía en Dios reza por ellos y por los que asistimos al Rito Ordinario
No te olvides que al Diablo le gusta atender a Misa en vernácula latín o griego. Concéntrate en la Liturgia, en Dios y pide por los presentes y ausentes, que usamos cualquier de los ritos aceptados por La Iglesia.
Pidamos pues que todos seamos UNO en el contexto de lo que Jesús pide al Padre, que seamos UNO. Y también recemos por aquellos que en su mundial sabiduría piensan que pueden ordenar hacia donde el “Ruaj Eloim” ha de soplar.
Juan Pablo II ruega por nosotros todos.
[Editado: Perdone que haya borrado la primera frase. Le ruego que no mencione más el asunto del otro comentarista.]
Nota del B. No, si no desconfío. Para nada, de hecho. Lo que sí, conozco las actitudes de algunos que, aunque no vengan a Misa conmigo, piensan de esa manera. No es cuestión de confianza, que la hay.
En fin, en el fondo no entro, me quedo en lo anecdótico. Y es lo que me importa: ¿porqué mucho tradicionalista se lía a tiros con esto? Sus motivos tendrán, pero lo cierto es que hacen daño, y mucho, a la causa del Rito Gregoriano. Has estado muy acertado con el post.
Nota del b. Y no es la primera vez. A ver si hablamos, hombre.
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Jojojo, el colmo. ¿Quieres que te copie pegue la nota de la CDF reinsistiendo y remachando las palabras del Santo Padre sobre la polémica?.
¿Necesitas los artículos de importantes autores que reconocen que esa nota de la CDF avalaba las posturas que desde Roma, Instituto de Familia, se habían vertido afirmando que no se añadía pecado sobre pecado?.
Infocatólica hizo suya como línea editorial el artículo del Pater Iraburu, y por eso no he querido seguir más polémicas, pero si quieréis volver, volvemos al asunto de nuevo.
Pero ya no con "opiniones personales sin valor" y bla, bla, bla de Joseph Ratzinger, sino con una nota de la CDF de por medio.
Vosotros mismos.
A ver si te enteras Martin y los demás: es Pedro quien confirma en la Fe a los hermanos, y no unos sesentayocheros anarquistas los que vigilan la pureza doctrinal del Papa. El mundo sigue derecho para la mayoría, no queráis darle la vuelta con tanta vanidad y soberbia.
Sobre todo si ese Pedro resulta llamarse Joseph Ratzinger.
Nota del B. 1.Faltaría más que el P. Iraburu no fijase la línea editorial de esta web, macho...
2. Yo no soy partidario de los "partidos de tenis" entre comentaristas, salvo que se debata, cosa que aquí no veo con vosotros dos... Si tenéis rencillas personales, quedáis, os moléis a palos pero os quitáis las ganas. Yo os doy vuestros correos y lo que queráis, pero no convirtáis esta web en vuestro patio de recreo.
3. Yo no tengo incoveniente en cerrar los comentarios para este post. El que avisa no es traidor...
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Esto es lo que tu escribiste Martin. Canonización no es beatificación.
Así que aclárate tu contigo mismo antes de querer aclararme a mí lo que parece ser tengo más claro que tu.
Aquí se dice que el tango se baila de a dos. Yo no estoy dispuesto.
Saludos.
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Miguel, no se si faltaría más o no, sólo digo que por eso no quiero discutir más ese asunto, si no se toca, o si se toca bien. [Y para precisar tu "faltaría más", recuerdo muy bien que fue el director LF quien anunció/decidió que Infocatólica hacía suyo el contenido del artículo del Pater Iraburu. Puedes revisarlo, así que no tengo yo por qué saber como funcionan las cosas internamente.]
Y lo que yo he entrado a aclarar es que las canonizaciones están sujetas a infabilidad papal porque esa siembra de sospechas con los latiguillos progres "habría que preguntarse/ el teólogo X se pregunta..." es dañina. Y la hacen sistemáticamente y sin mesura alguna desde hace unos cuantos días contra Juan Pablo II.
Para mí eso no es ningún partido de tenis, sino justo lo que necesito para escribir de vuelta y deshacer tergiversaciones constantes.
Su Santidad el Papa Benedicto XVI -gloriosamente reinante- procederá a beatificar a su predecesor Juan Pablo II, y lo hace en uso de su autoridad suprema como sucesor del Príncipe de los Apóstoles y cabeza de la Iglesia militante, en suma, lo hace con el absoluto poder de Nuestro Señor. Por lo que, estando todos los católicos sometidos a su potestad, ninguno de nosotros puede poner en entredicho las decisiones de la Santa Sede.
Cuando el Santo Padre decide canonizar a una persona, pues es seguro que seguirá abierto el proceso de canonización de Juan Pablo II, y dictamina que esa persona es santo, es decir, que ya es partícipe de la Visión Beatífica, lo hace hablando ex cathedra, es decir haciendo uso de la infalibilidad. Si cristiano alguno desmintiese estas declaraciones sagradas, sería sin duda apartado de nuestra Iglesia.
Pero basta de supuestos, la Iglesia en la tierra tiene UN solo pastor, y es el Obispo de Roma, nuestro señor: Si él decide canonizar a Juan Pablo II, TODOS le debemos obediencia.
Diría San Agustín la conocida máxima; Roma locuta, causa finita.
Nota del B.Santiago ¡Que tienen que beatificarlo antes! Jajaja... La beatificación es el 1 de mayo. No te preocupes que de la canonización habrá quien se queje también.
Bendiciones.
Si realmente se produjo un milagro comprobado fehacientemente por gente idónea, entonces quiere decir que la gracia de Dios esta con él. En ese caso no habría que preocuparse por su conducta cuando estaba vivo.Dios no realiza milagros por medio de mala gente. Si estoy errado pido disculpas.
Otros foros, más leídos, tiene usted para eso.
Pregunta: Alguien en el grupo cismático la Sociedad de San Pío X me dijo que cuando el Papa se dejó imponer en la frente la marca de Shiva de parte de una sacerdotisa y que hay una foto para probarlo. ¿Es esto cierto?
Respuesta: Hay una foto del Papa cuando es ungido en la frente por una mujer india, pero ella era católica, no una sacerdotisa hindú. Ella estaba dando el Papa una forma de saludo indio tradicional conocida como "Aarti", que no tiene ningún significado religioso más que un apretón de manos en la cultura occidental o darle a alguien una corona de flores como bienvenida en Hawai.
Una carta de fecha 22 de noviembre de 1994 el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales explica la costumbre y su papel en la sociedad india:
"Los católicos indios ... usan el 'Aarti' cuando un niño vuelve a casa después de recibir la Primera Comunión, y cuando una pareja de recién casados son recibidos por sus respectivas familias. Hoy en día, 'Aarti' se realiza a menudo para saludar al celebrante principal en un importante evento litúrgico, como lo fue en la ocasión que se muestra en la fotografía. En tales ocasiones, 'Aarti' suele ser ofrecido por una mujer casada católica, y no ciertamente por una "sacerdotisa de Shiva como se ha dicho."
La carta, por el arzobispo John P. Foley, presidente del pontificio consejo, señaló a continuación: "El uso del saludo ceremonial 'Aarti' de los católicos indios no es más la adoración de una deidad pagana de lo que es la decoración de un árbol de Navidad por cristianos estadounidenses en un retorno a los ritos paganos del norte de Europa."
Su amigo cismático en la Sociedad de San Pío X debe comprobar sus hechos antes de esparcir rumores maliciosos que tratan del Santo Padre (cf. Hechos 23:1-5). Fue simplemente a decir misa y recibió la forma tradicional de la India de felicitación para el celebrante.
Fuente: http://www.cin.org/users/james/index.htm
http://www.cin.org/users/james/questions/q003.htm
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Con todo este tinglado algunos demuestran que tienen más prejuicios que caridad. No tengo más que añadir.
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