Una generación sin sueños
Con la crisis galopante desatendida por nadie que no sea Cáritas y un puñado de buenas almas que dan de comer al hambriento en la calle, uno está tentado de desesperar, porque no se ve la luz al final del túnel. Y no solo en un plano macroeconómico, en el que decimos que todo está mal, sino en lo concreto, en el que todos vemos que alguien está en una situación profesional de paro, y que no hay certeza de poder salir de él en un plazo razonable.
Alguno de mis lectores puede creer que lo digo por mi, pero no es del todo cierto. El otro día leía una emocionante carta al director del Corriere della Sera, diario italiano con sede en Milán, en la que una madre narraba la historia de su hija. Tiene 30 años, 4 más que yo, y ya “no tiene sueños”.
Dice esta madre:
A su edad yo había hecho muchos sacrificios, pero tenía perspectiva concreta de crecimiento profesional y de poder hacer proyectos para la vida. Para mi hija y la gran mayoría de sus coetáneos los sacrificios no bastan: con estos jóvenes la realidad ha sido y es avara de ocasiones y ladrona de sueños. Pueden demostrar que valen, pero no tienen libertad para inventarse un futuro.
Nos vendieron que la preparación lo era todo. Fórmate en los mejores sitios, paga lo que sea por estudiar, haz un master, o varios, y habla cuantos más idiomas puedas. Eso abrió puertas a un mercado de becarios ávidos de experiencia. Mal pagados en la mayoría de casos, y haciendo el trabajo de uno o varios redactores en el caso de la prensa -que es el único del que os puedo hablar-. Total, es la única flexibilidad que permitía el marco laboral español.
De ahí se pasó al cinismo: “si no tienes padrino no te bautizas"… Hasta que un amigo, con más méritos y apoyos que nadie, intentó optar por una beca Fulbright y le fue denegada. Y hoy sale del paso dejándose la vida en varios curros para llegar a fin de mes… Si León XIII levantara la cabeza…
En poco más de un siglo las cosas no sólo no han ido a mejor, sino que hemos empeorado notablemente. Ya ni siquiera hay movimientos “obreros” que, dentro de lo erróneo de sus tesis defendían al trabajador de un liberalismo rapaz. Hoy solo existe la caricatura: unos líderes sindicalistas que llaman reiteradamente a la huelga general mientras se van de crucero o comen en exclusivos restaurantes de lujo.
En este páramo de esperanzas, los papas se han quedado solos predicando en el desierto. Es mucho más fácil hacer oídos sordos a los llamamientos que se han hecho en reiteradas encíclicas de temática social, última de ellas Caritas in Veritate, en la que se advierte claramente que la crisis económica hunde sus raíces en una crisis de identidad, de humanidad. Todo eso se puede ver sin fe, y de ahí que algunos hombres buenos, aunque no sean católicos, reconocen nuestra valía en asistencia social y en querer cambiar este mundo. Sin embargo, no me vale de nada que un empresario pertenezca a un gran movimiento de la Iglesia, tenga media docena de hijos, y rece mucho, si sigue perpetuando una política de empresa que lleva a ahondar más la fractura social. Pagando una miseria a sus asalariados, o dándoles parte de su sueldo en negro.
Y esos son los “bien intencionados". No quiero ya hablar de los abiertamente piratas. Al final, no nos quedará más remedio que volver a nuestras raíces. En la tradición que heredamos de nuestros mayores vamos a poder ver algo de luz, ya que en la ausencia de futuro que nos ofrece esta sociedad no hay salida. El “carpe diem", no me vale. Ya dejo atrás los años mozos y va siendo tiempo de labrarse un futuro, y encontrar con quien compartirlo.
Ese rito de madurez tiene un precio, y es que lo que deseamos pocas veces coincide con lo mejor para nosotros. Yo puedo querer hacer una cosa, pero si a todas luces eso no puede ser, si me obstino en desearlo no seré más que un infeliz el resto de mis días. Hay que saber renunciar a algunas cosas para tener mente y corazón preparados para lo que tenga que venir. Dios proveerá, pero también hay que poner los medios. Os dejo con un video que me motiva para buscar esa felicidad
Pax et Bonum
13 comentarios
Me parece que con caer en la cuenta del proceso que lo ha llegado a colocar a uno donde está se recorre un camino no solo valioso sino necesario para estar en posición de cambiar las cosas, para recuperar los sueños y con ellos la esperanza.
Por estas tierras donde todavía estamos muy vinculados a la tierra, las nuevas generaciones tienen la opción de regresar a ella, pero aunque no la tuvieran siempre es una opción el regresar al campo con nuevas ideas que le permitan a obtener un trabajo digno.
Para darte un par de ejemplos: un señor que conozco, quien era consultor internacional y catedrático en una destacada universidad, ahora se dedica a diseñar invernaderos para pequeños productores.
Una mujer joven profesional quien ocupaba un cargo directivo en una transnacional ahora ofrece sus servicios a productores de pequeña y mediana escala.
Nuestra familia, ha invertido todo lo que tenía en nuestro proyecto de hidroponía en el cual, aunque no sin grandes esfuerzos, empezamos a ver los frutos. Teníamos la tierra pero aunque no la hubiésemos tenido podríamos haberla alquilado, aquí los propietarios acostumbran hacerlo.
Bueno, me extendí demasiado, lo que quería hacerles ver es que siempre existe una opción.
Saludos,
Me da la impresión de que estamos llegando a un punto límite a partir del cual es posible cualquier cosa, hasta un estallido social. Y mientras tanto los chinos metiéndose en Europa a saco.
Tienes razón. La clave está en abrazar la realidad con la humanidad que sólo Cristo nos da.
Los de finales de los 70 y principios de los 80, vamos a vivir mucho peor. Los que tengan hipoteca van a ser esclavos literales. Por eso, lo de tener muchos hijos va a ser imposible literalmente. Hay gente que va a vivir para pagar una letra durante 30 años, esa va a ser su herencia. Las cosas son así. Hay una generación que se ha llevado el dinero de las futuras generaciones, via deuda. A nosotros nos tocará pagar todos los platos, a nuestros hijos (escasos) igual. En fin, tanto estudiar para ser libres y saber que estamos estafados.
Un saludo
Pedro: Está claro que han buscado crear esa división entre rentas altísimas y una gran mayoría de mediocres. No digo que todos tengamos que cobrar igual, pero Europa fue más próspera en tanto en cuanto existía una clase media. Lo de China en algún momento se vendrá abajo como un soufflé...
FZalacain: Se agradece. La realidad es dura, pero si no tuviésemos humanidad... Apaga y vámonos.
unomas: Metro sesenta y cinco, oiga! jejeje. Esperemos que la cosa cambie, desde luego. Algo tenemos que hacer los que estamos abajo en la pirámide.
Algo ha fallado mucho y lo has denunciado muy bien: se perdió el sentido de la justicia y antes, el de la justicia social.
Lo que dices de ciertos ídolos empresariales es muy cierto, pero muchos deberían asumir su culpa, que han sido encumbrados precisamente por ciertos estamentos católicos cuando se conocían de sobra sus malas artes.
PD: voy a empezar a creer en cosas sobrenaturales (jaja), ayer mismo puse en mi muro de facebook la canción de Mes aïeux.
La globalizacion en este campo marcadamente calvinista es tal que las llamadas "leyes de mercado" se resisten a que se le introduzcan unilateralmente variantes a gran escala, e incluso sus mas declarados enemigos (sindicatos, partidos socialistas, chinos) acaban por sucumbir a ellas.
El papa ha sido brillante en subrayar los problemas y alentar a resolverlos tomando otra direccion, pero no puede ofrecer -no es su papel- soluciones concretas. No hay solucion a la vista por la evidente mediocridad de muchos gobernantes e incluso de organismos internacionales, todos puros funcionarios sin capacidad de liderazgo.
¿Sera necesaria otra guerra mundial para que todo el mundo se pare y piense como reconstruir las estructuras sociales? Confio en que no.
"¡Infelices, lo tienen merecido por ser tan ingenuos de haber creído mis embustes! Y ahora a elegir : hambre y exclusión, o aborto y eutanasia para reducir rápidamente la población sobrante. ¡Solamente debe quedar la población necesaria para manejar la eficiente maquinaria moderna!"
Estamos mal, pero podemos estar peor si no somos capaces de darnos cuenta de por qué estamos como estamos.
Expone a la generación joven a vivir en inmadurez, ya que es tan tarde cuando esperan trabajar. Mientras se acostumbran a que les den dinero los padres. También es una tentación a no valorar la castidad.
Lo normal es poder empezar a trabajar mucho antes y poder tener hijos no solamente después de los 30.
Pero también se les acostumbró mal. Aquello de hay que darle todo, no es buena enseñanza. Debería ser normal poder trabajar y prepararse al mismo tiempo.
Hay que darse cuenta que en el bienestar hemos vuelto décadas atrás, pero entonces también se ha podido vivir, a pesar de los pesares. De hecho, en proporción se compran coches nuevos en la misma cantidad que en el año 73.
En resumen, hay que ser más optimista, pero al mismo tiempo más austero, contentarse con poco (no comprendo estas comidas de empresa de 40 euros por persona), ser desprendido de la comodidad, gastar lo indispensable, al mismo tiempo no viviendo como un mísero. Hay una cantidad de gasto absurdo sin el cual se puede pasar perfectamente.
¿Te crees que estas cosas me explicaban en catequesis y homilías cuando no llegaba a los veinte años? Buena pastoral, he sido afortunado en recibirla.
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