Cuando el cura no habla de Dios, y el político no se acuerda de Él

En continuidad con el post anterior, pero en otra parte de la geografía española, seguimos hablando de los benedictinos. Lamentablemente, no de temas religiosos, sino de cuando la política enfanga la vida religiosa. Y es que cuando ésta se mete en la Iglesia, y la Esposa de Cristo se contamina de política, hay algo que no va nada bien.

No es una novedad. El Abad de Monserrat es sobradamente conocido por sus manifestaciones nacionalistas. Pronunciamientos que, debido a su naturaleza de abad mitrado y superior de una congregación de religiosos tan insigne como los hijos de San Benito, son particularmente dolorosos. A mi me parece bien que la Iglesia defienda que “cada uno piense lo que quiera” en materia política, pero cuando una ideología nace exclusivamente del odio al vecino, y además tiene pretensiones imperialistas, hay que preguntarse muy seriamente si esas ideas son compatibles con la fe cristiana, lo mismo que pertenecer a partidos que legislan en favor del aborto o de la Eutanasia.

Y es que mi amigo César Uribarri trataba temas parecidos en su blog. Y le cito cuando dice:

Rajoy no deja de ser una tirita para un aneurisma en la yugular. Pero esto no se percibe. Cierto que no dejará de ser mal menor, pero primero, despreciar las artes del PSOE para revertir la situación electoral es mala consejera, y segundo, los problemas son tan serios que requieren de la luz de lo Alto. No hacerlo, no querer contar con el Altísimo, con el baluarte de la moral, será franquear esa puerta del infierno coronada magistralmente por Dante Aligheri, “Lasciate ogne speranza, voi ch´intrate”

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Como él, yo tampoco recomiendo votar a un partido que en ocho años de Gobierno no hizo nada por acabar con el macro-holocausto que es el aborto en España, Europa y Occidente en general, pero me doy cuenta de que hay un trecho entre la acción anticristiana y la omisión. Aunque ninguna de las dos sea buena, claro.

Pero volvamos al punto de partida: ¿Es el nacionalismo compatible dentro de la fé Católica? Sin duda partidarios de Durán Lleida dirían que sí, que ellos son “políticos católicos”, pero ¿Cuántas veces los hemos visto codearse con gente que estaba dispuesta a vender a su madre con tal de conseguir el poder? Lo mismo podría decirse de un hombre a quien admiro hasta cierto punto, Jaime Mayor Oreja… Los católicos somos “bisagra” en política, pero siempre nos usan.

Josep María Soler puede creer que hace bien a la Iglesia diciendo que “parte muy significativa de la sociedad marcó unas pautas hacia donde debía ir, y estas elecciones han confirmado esta reivindicación” ; sin embargo es un intento de rodear al nuevo gobierno catalán de un infame halo de “Deus lo vult” que no me gusta un pelo. Mis lectores estaréis hartos de que repita eso de “a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”, pero es que cuando hombres de Iglesia tienen esa clase de pronunciamientos, yo me echo a temblar, porque nos olvidamos del Evangelio, de la Caridad y, sobre todo, de buscar lo que Dios quiere, para hincharnos el pecho con soplagaiteces que están completamente fuera de lugar. Me da lo mismo que promueva los “paisos catalans” (manipulación de la Historia descarada), que promueva el Cristo Liberador-primer-marxista, o que sea el cura de La Escopeta Nacional.

Y me temo que los responsables últimos de esas salidas de tono son ciertos obispos que tienen amistades políticas muy poco disimuladas, y que dan un pésimo ejemplo a sus pares y subordinados… Así que la cosa empieza desde bastante arriba. Ojalá que Dios nos dé sabiduría pare rectificar esas actitudes, y centrarnos en lo importante: nada más y nada menos que el Culto Divino.

Pax et Bonum.

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