Un milagro de beatificación
Es una noticia alentadora en extremo el que se haya producido un presunto milagro por intercesión de Pio XII. Como narra nuestra traducción de la web Petrus / papanews.it, era el paso que le faltaba al inolvidable Papa Pacelli para empezar su camino a los altares. Bendito sea Dios.
El camino de Pio XII no ha sido fácil, ni en vida ni después de ella. Yo que soy un aficionado del cine sobre la Segunda Guerra Mundial, siempre hecho en falta la silenciosa, pero eficaz labor de la Iglesia en aquellos días. He estudiado hasta la saciedad el im-por-tan-tí-sí-mo papel de la resistencia francesa (tan eficaz como su ejercito en repeler la invasión alemana), pero de los sacerdotes, religiosos y vírgenes consagradas chitón… Muy pocas veces y, curiosamente, solo en producciones modernas, empiezan a aparecer.
El naciente estado de Israel proclamó a Pio XII como ‘justo entre las naciones’, un título que el pueblo judío no otorga a la ligera. Gente tan poco sospechosa de pro-católica como Golda Meier dice en 1958:
“Cuando el martirio más espantoso ha golpeado a nuestro pueblo, durante los diez años de terror nazi, la voz del Pontífice se ha elevado a favor de las víctimas”
Y antes de eso la conversión del Gran rabino de Roma. ¿Con qué evidencia histórica entonces se pretende acusar a Pio XII de ser el “Papa de Hitler"? Pues más bien poca, más bien poca.
Los que tejieron la leyenda negra sobre este Papa son enemigos que ya han caído por su propio peso. A pocos les suena el nombre del dramaturgo alemán Rolf Hochhuth. En 1963 estrena su obra El Vicario, en la que se comienza a denunciar el papel de Pio XII como colaboracionista. Había que aguantar cinco horas (nada menos) para terminar la obra. Algunos sospechan que ni siquiera era el autor del manuscrito, sino que llegaba ya redactado en las oficinas del KGB.
Por desgracia, nunca una cosa tan cutre y tan impotable pudo hacer más mella en la opinión pública, pues buena parte de la sociedad se ha terminando tragando estas trolas. Desde luego, los autores de la progresía han aprendido que una subvención a tiempo pone bastantes lentejas en el plato, y se influencia la sociedad más que con cualquier artículo que podamos escribir.
Para que luego digan que chorradas mayúsculas como Agora “no son anticristianas porque la gente sabe que es ficción"… Quizás lo sepan, pero desde luego abonan el terreno para que hagamos un revival maravilloso de las persecuciones a los católicos en España.
Sobre esta curación todavía hay un prudente velo de anonimato. Aparte de algunas inexactitudes en el artículo original, en las que se menciona a un sacerdote que no es el vicario general de Sorrento-Castellamare, se dice claramente que todavía hay un tribunal diocesano que está instruyendo la cuestión. Hay que ser prudente, pero tanta es la injusticia a la que se ha sometido al ‘Pastor Angelicus’, que uno desea que estos hechos sean verdad.
Si esta causa llega por fin a beatificación, esto será desde luego un milagro. Son demasiadas las variables en contra. No me creo nada de “canonizaciones corporativistas” en el Vaticano, entre otras cosas porque el Papa canoniza, define Ex Cathedra, así que hay poco que objetar. Puede no ser santo de nuestra devoción, eso sí, pero la Iglesia reconoce a sus Santos y Beatos.
6 comentarios
Quizás sean signos... Pero bueno.
Antiguo alumno: gracias por tu comentario. Pablo VI inauguró una tradición, la de viajar a Tierra Santa que muchos Papas habrían querido poder hacer. Estoy convencido de ello.
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