El año que vivimos peligrosamente

Me ha impresionado hoy Una Voce Málaga. Como sabéis ha ganado el Premio del Blog Espada de doble filo en la categoría “Ad Orientem", y con entregas como las de hoy, no es de extrañar que siga siendo la referencia de la blogosfera de los católicos tradicionales de España y parte del extranjero. Y me sorprende porque echa luz sobre una gran verdad: El Motu Proprio Summorum Pontificum fue ideado para un periodo de prueba de 3 años que concluye en septiembre de 2010.

Paso a hacer cita textual de lo expuesto por Una Voce Málaga:

En el próximo año tenemos una tarea pendiente: el cumplimiento del Motu Proprio Summorum Pontificum en España. Es hora de sacar la Misa gregoriana de lo marginal y darle el lugar de honor que le corresponde, el que le reconocen el Santo Padre y la Iglesia universal. El que le reservó Dios Padre antes del origen del tiempo, decidiendo que fuera vehículo de fe y de santidad para tantos fieles, y fuente de innumerables gracias. Lo que ha sido santo durante siglos no puede ser objeto hoy de menosprecio ni de dudas. El Papa nos brinda un tesoro para ayudarnos a profundizar en la fe y en la comunión eclesial, para comprender la perennidad de la liturgia.

A lo que añade:

Es hora de sumarnos a esta tarea y lograr que en todas las diócesis españolas se garantice este derecho de fieles y sacerdotes. Porque lo que se discute no es el capricho de una minoría, sino la propia cohesión de la Iglesia en torno al Vicario de Cristo. Invitamos a los visitantes de esta web, incluso a los que prefieren el Novus Ordo, a abrir un lugar en su corazón para estimar y defender también esta legítima forma litúrgica.
Aquí tienen algunas de las iniciativas que existen hoy en España. No suponen una amenaza para nadie. Las dos formas del Rito Romano, como bien dice el Papa, se enriquecen mútuamente hoy en miles de parroquias de todo el mundo.

Sin duda, es un año para vivirlo peligrosamente. En la Iglesia se menta el Misal de 1962 y salen a relucir los peores reflejos, incluso entre sacerdotes que son, doctrinalmente hablando, impecables. Tenemos, por tanto, que hacer el doble esfuerzo de darnos a conocer y de demostrar nuestra fidelidad al Magisterio de la Iglesia. Debemos ser perseverantes y crear comunidades a las que no solo una “una misa” sino un profundo deseo de conocer el amor de Dios (y a Dios) a través de ella. La liturgia es, sin duda el mejor medio, pero tenemos que poner de nuestra parte.

Yo “desembarqué” pocos meses antes del Motu Proprio en la comunidad madrileña que vivía su fe a través de esta maravillosa liturgia. He conocido gente estupenda, fervorosa y dedicada, y en cuanto perseveré, fui acogido como uno más, pero pocas veces vi, y lo digo sin acritud de ningún tipo, un espíritu de apostolado: estábamos muy cómodos.

Es, por supuesto, un apostolado duro y que no tiene resultados aparentes, en seguida. Después de todo, hay que vencer un buen montón de prejuicios. Tan solo en aquellos que la vivieron y la echan de menos se puede hacer algo más o menos sobre la marcha. El resto, en mi caso, ha sido un trabajo de paciencia para “una vez y no más".

Nunca me hice ilusiones sobre que esta misa fuera a ser un fenómeno de masas, pero la experiencia siempre es sabia consejera, y sé de sobra que la conversión es un hecho personal, íntimo. Los demás podemos moverla con nuestros actos, pero la decisión la tiene que tomar el otro: y la mayoría de las veces, le gusta lo que ve, y espera poder entenderlo.

Con todo, ya lo he dicho, el centro no es la Misa sino Dios mismo, y la Liturgia el instrumento del que se sirve pare recibir culto. Así pues, hemos de redoblar ese esfuerzo de “publicidad", de buena fe, con aquellos que no nos entienden, pero que sabemos que no actúan de mala fe. Convencer no de que “es lo mejor", sino de que es un método válido de santificación como otro en la Iglesia, y que, posiblemente, ayude a muchos.

Al menos una por diócesis… Por favor
Creo que la reivindicación de Una Voce no es surrealista. Hay grupos en Madrid, Barcelona, Alicante, Cádiz, Castellón, Córdoba, Gijón, Gran Canaria, Granada, La Coruña, Málaga, Mallorca, Murcia, Pamplona, Pontevedra, Salamanca, Santander, Sevilla, Tenerife, Toledo y Zaragoza.

Algunos ya tienen su Misa, y otros están en fase de formación. Lo cierto es que pedir que haya una en todas las diócesis es francamente algo real, algo posible, y algo para lo que hay sacerdotes y fieles de sobra. Por tanto, esperemos que se les ablande el corazón a todos los que constentan ese Motu Proprio del Papa.

Queda un año… Y si Dios quiere, luego habrá buenas sorpresas. Pero ya saben que soy optimista.