¡Qué gusto estar en casa!

Permitanme esta pequeña licencia, pero tenía que agradecer a Juanjo, a Luis Fernando, a Isaac y a todos los bytes que han hechos posible la vuelta a las andadas de Infocatolica. Comprendo que es difícil ver como el trabajo de un tiempo se derrumba por la acción de gente deshonesta. Me temo que con el paro que estamos creando en España, es un tipo de persona que va a tener mucho tiempo y rabia entre manos. Y eso no es bueno.

En todo caso, y sea cual sea la naturaleza de esos “atacantes", gracias por habernos hecho darnos cuenta de una cosa: nuestra labor es importante. No para nuestra vana gloria, sino porque hay gente que nos lee, que nos aprecia o, como ellos, que nos detesta. Esto nos ha reforzado como familia, aunque estemos físicamente distantes. Esto nos ha hecho crecer, y nos alienta a perseverar en nuestro apostolado.

Son tiempos duros, ya lo sé, en los que a veces hasta en la misma Iglesia se cuestiona tener una “línea dura"; Y creo que no hay otra web como Infocatolica, cuya riqueza no es tanto ser una corriente de opinión (aunque no he visto nunca una febrilidad en los comentarios como la de los blogs de Luis Fernando y de Bruno), sino el que precisamente aprendemos los unos de los otros de una manera tan natural.

En tan poco tiempo he aprendido -entre otros muchos, que no cito por abreviar- de Luis Fernando a ser valiente; del P. Iraburu una doctrina como nunca me habían enseñado; de María Lourdes a entender mejor mi fe; de Hermenegildo la riqueza de fuentes que se puede consultar… En fin, que cada blog da un aporte distinto. A veces, muchas, coincidimos en el enfoque, y en otras hay divergencia, pero siempre, siempre, he visto comunión.

Por eso no me he desanimado ante la adversidad que ha supuesto esta “ausencia” momentánea de la red de redes. Estábamos en las mejores manos, después de todo.

Mañana volvemos a la carga. ¡A por ellos, que son pocos y cobardes!