Peregrinaciones en tiempo de crisis

En la mayor parte de las diócesis españolas existe el Secretariado diocesano de peregrinaciones. Es un organismo nacido durante los años cincuenta, cuando los españoles pudieron salir al extranjero, de modo especial a Roma, costeándose un viaje que por entonces era privativo de hacendados. Las Iglesias diocesanas vieron que promover peregrinaciones a la Ciudad Eterna con motivo de los años santos era algo que hacía mucho bien espiritual a las gentes que acudían.

La obra de la Fraternidad de enfermos hasta Lourdes tenía y tiene un gran arraigo dentro de las peregrinaciones con sello episcopal. Otro tanto ocurría con el santuario de Fátima. Es verdad que las peregrinaciones eran o no diocesanas si el obispo del momento era promotor de la peregrinación. Algunos obispos eran tan raros que solamente acudían a su tierra natal, porque pensaban que el mundo se acabó en ella, por muy bella que fuera y es.

A los seminaristas les pusieron cerca la tentación de acudir hasta Roma. Fue el año 1964 cuando se cumplía el cuarto centenario de la creación de los Seminarios Conciliares por el Concilio de Trento, y en la recta final de la celebración del Concilio Vaticano II. Desde todas las diócesis, en tren, acudieron los pocos seminaristas que sus padres podían pagarles aquel inolvidable viaje. Todavía, algunos de ellos, hoy son sacerdotes, lo recuerdan con nostalgia y casi volverían hacerlo con las mismas condiciones de medios técnicos y alimenticios. Valió la pena.

En los últimos años las peregrinaciones diocesanas han entrado en la agenda de los obispos, de las parroquias y de las comunidades cristianas. Tengo delante de mí el programa para el año presente ofertado y organizado por la diócesis de Jaén. Por orden cronológico:
-Tierra Santa, 8 días, del 22 al 29 de junio
-Roma (San Pablo), 8 días, del 18 al 25 de julio
-Lourdes, 7 días, del 8 al 14 de agosto
-Turquía, 11 días, del 21 al 31 de agosto
Para información y reservas: Viajes Marsans, teléfono 902306090, o www.marsans.com.

El hecho del alto al fuego en la zona de Gaza puede contribuir a que varias personas temerosas de que les cayera algún misil encima, puedan reconsiderar su decisión y acudir a la oferta de Tierra Santa. Las dos visitas a Roma y Turquía se encuentran enmarcadas en el Año Paulino, promovido por el Papa Benedicto XVI.

Como el turismo religioso y de peregrinaciones se ha generalizado entre muchos cristianos es posible que toda esta infórmación pueda ayudar a alguien. Aunque siendo realistas la actual crisis económica es un freno para tomar decisiones como las de un gasto económico de equis dinero.

Nosotros cumplimos con el deber formativo e informativo. Ahora debe ser el lector de El Olivo quien opine lo que desee aquí, o se busque la forma de insertarse en alguna peregrinación, que le pueda interesar.

Tomás de la Torre Lendínez

4 comentarios

  
Noby
Tomás
A mi parecer,como director de Cáritas Parroquial,el testimonio,hoy,está en quedarse,renunciar y donar el gasto previsto,no calderilla, a la Cáritas más cercana porque la situación no es,meramente de crisis sino de tragedia.He visto la muerte frente a mi tres veces,he pasado necesidad,etc...por eso no me impresiona cualquier cosa,tiene que ser muy fuerte,y,yo te confieso,amigo, que los miércoles,día de acogida en mi parroquia,acabo destrozado.
20/01/09 7:07 PM
  
Tomás de la Torre Lendínez
Comparto contigo, Noby, todo lo que afirmas. También vivo lo mismo
en la propia parroquia. La intención de este artículo es informar.
Y que la conciencia individual nos diga por dónde caminar.
20/01/09 8:32 PM
  
carmelo
Parece que ofrecer peregrinaciones en tiempos de crisis es algo interesante para que cada uno pueda haga lo que desee con libertad.
21/01/09 10:02 AM
Corría el año AD 451, cuando a una paisana nuestra, por nombre Egeria, toma la decisión de visitar la Tierra Santa y recorrer los lugares en que sucedieron los acontecimientos que hoy conforman las raíces de su fe. Una Peregrinación que le llevó tres años y que le permitió visitar Palestina, el Egipto de los Anacoretas, el Sinaí… y un sin fin de lugares en que la fe se hacía presente en comunidades cristianas

Pero Egeria no se queda en vivenciar en primera persona esta experiencia vital, sino que, desde los inicios de su peregrinación, y pensando en sus hermanas de comunidad que quedan en su Gallaecia natal, y quienes jamás tendrán ocasión de seguir su ejemplo, decide tomar para sí la responsabilidad de transmitir, por medio de escritos y dibujos, su propia experiencia de peregrinación detallando lugares, personajes, liturgias y vivencias que, durante su deambular por lo que hoy es el Medio Oriente, tuvo ocasión de experimentar.

De este modo..., aquellas mujeres, que no tenían posibilidad de conocer estos lugares, de no disponer de medios que les acercaran a una realidad vivencial como la que les ofrecía su hermana Egeria, pudieron tener conocimiento, casi de primera mano, de los lugares en que el Salvador había nacido, vivido, muerto y resucitado, así como de las liturgias que en la Palestina del siglo IV se celebraban con ocasión de los Tiempos Litúrgicos correspondientes.

Hoy, muchos años después, cuando el viaje forma parte del acontecer de quienes vivimos en el llamado Primer Mundo, que forma parte de nuestra actividad cultural y de ocio, queremos proponer el Turismo Religioso y la Peregrinación, como alternativa al turismo convencional de "Tumbona, crema y todo incluido", con el fin de mostrar, a esos viajeros que de "motu propio" nunca se plantearían una experiencia vital de tal dimensión, de que existe otro modo de viajar, de convivir, de disfrutar, de compartir con el "otro" momentos y lugares que quedarán impresos en su corazón para siempre... Sí, una nueva Egeria que, con estas propuestas, pueda ser transmisora de una realidad que, de otro modo, ese turista convencional, de “Tumbona, crema y todo incluido”, jamás podría llegar a descubrir.

21/01/09 7:14 PM

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