Parada en Yuste
En estas fechas, sobre todo el 21 de septiembre, se celebra el cuatrocientos cincuenta aniversario de la muerte del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, que tuvo lugar en el Monasterio de Yuste. Con motivo de este acontecimiento se ha organizado una exposición dedicada a la vida y figura del emperador ensimismado con el paisaje de la comarca cacereña de la Vera, donde está enclavado el histórico recinto religioso regido por los frailes jerónimos.
Todas las piezas de la muestra pertenecen al Patrimonio Nacional, de modo especial pinturas y libros relativos a la persona de Carlos V, quien veía su retiro en aquel enclave, con un espíritu profundamente religioso, propio de la época que le tocó vivir, donde preparse a bien morir era lo más importante en un buen soldado y rey, que habia entregado su vida a la defensa de la Religión Católica, en un siglo, tan convulso para la unidad eclesial como fue el XVI.
Los visitantes de la exposicion pueden encontrar las razones de aquel retiro monástico para un emperador que habia sido dueño de Europa y toda América. Una de ellas destaca sobre las demás: la sencillez de espiritu y el desprendimiento de los asuntos temporales. Es lo que hoy diriamos de este modo: saber retirarse a tiempo y dejar paso a su hijo Felipe II.
La exposicion estará abierta durante todo todo el año. Se ha aprovechado la sacristia monacal para la instalación. El contenido abarca todas las dependencias que el emperador tuvo hasta su muerte. Es interesante una parada en el Monasterio de Yuste, donde menos de diez monjes jeronimos viven entregados a la vida contemplativa.
Tomás de la Torre Lendínez
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